Análisis de Disney Universe (PS3, PC, Xbox 360, Wii)

Disney Universe es la última novedad en parques de atracciones infantiles. Un mundo virtual, creado por la empresa Wonder Labs, el laboratorio de los deseos, en el que los niños son los protagonistas absolutos pudiendo sumergirse y vivir sus propias aventuras, disfrazados además de sus personajes favoritos. Cuando parece que todo está preparado para su lanzamiento, un virus, llamado Hex, se infiltra en el sistema y se hace con el control de ese perfecto mundo virtual, dejando dentro a unos niños atrapados.

Nuestro objetivo será recorrer el parque al completo buscando a los niños atrapados, y acabando con los secuaces de Hex, hasta conseguir la liberación total del sistema. Los héroes en este caso van a ser, como no, niños, y por supuesto tendrán que ir disfrazados para entrar en el sistema.

El parque está compuesto por seis mundos virtuales creados por Disney y Pixar, ya propiedad del padre de Mickey. Piratas del Caribe, Monstruos S.A., El Rey León, Aladín, y Alicia en el país de las maravillas, son los primeros elegidos para forma parte de este curioso parque temático.

Disfraces para cuatro jugadores

Así comienza esta peculiar aventura, destinada exclusivamente al público infantil, y que admite de uno a cuatro jugadores de forma local en la misma consola. Antes de empezar a jugar deberemos seleccionar el disfraz con el que queremos hacerlo de entre los que tengamos desbloqueados. El número total de disfraces existentes en el juego es de 45, que serán ampliados posteriormente mediante contenidos descargables, y pertenecen tanto a los mundos virtuales del juego como a los personajes más clásicos de Disney como Mickey Mouse o el Pato Donald.

Precisamente estos disfraces son los que han hecho que durante todo el tiempo de promoción del juego hayamos visto en él una imitación de LittleBigPlanet. Será al jugar la primera partida cuando nos demos cuenta con rotundidad que en este juego no hay nada parecido a las pacificas aventuras plataformeras de los sackboy de Media Molecule.

Eso sí, tampoco podemos decir que Disney Universe sea muy original. El juego, desarrollado por los propios estudios de desarrollo de Disney, responsables de algunas entregas de Cars, Tron o Narnia, es un juego de aventuras, similar en todos y cada uno de sus aspectos, a los juegos basados en las piezas de Lego. El desarrollo de cada uno de los niveles es completamente lineal, y combina las acciones típicas de este estilo de juego. Recolectar piezas, buscar llaves, montar artilugios o cañones, y dispararlos, subir plataformas, activar interruptores y sobre todo, acabar con montones de enemigos que no nos dejarán prácticamente ni un segundo libre, para nuestras labores.

Cada mundo está compuesto de tres zonas, cada una de las cuales consta de tres niveles, dándonos un total de nueve niveles por mundo, que tenemos que ir superando de forma secuencial. En cada nivel tenemos que cumplir una serie de objetivos, que siempre nos estarán marcados por una flecha, que puede desactivarse, no dejando ninguna posibilidad para equivocarse. Como suele ocurrir en este tipo de juegos, aparte de superar el nivel en sí, tenemos la posibilidad de dedicarnos a buscar objetos ocultos, lo cual le añade un pequeño toque de rejugabilidad a un título bastante escaso de duración.

Aunque en este tipo de juego destinado a los más peques es arriesgado hablar de duración, cada mundo se puede pasar tranquilamente en menos de una hora, sin buscar los extras ni el 100%, por lo que el total nos puede ofrecer una duración cercana a las seis horas. Precisamente por ello, el nivel de dificultad es muy asequible no planteando ninguna dificultad ni siquiera los habituales jefes de final de mundo, venidos a menos en esta ocasión.

Extras, objetos ocultos y desafíos

Uno de los extras más divertidos que hemos encontrado en casi todos los niveles son los desafíos arcade, que podemos jugar cuando localicemos una pequeña máquina recreativa escondida en el escenario. Son pequeños y divertidos mini-juegos, muy variados y que pueden ser cooperativos o competitivos, en los que tendremos que eliminar a cierto número de enemigos, buscar pepitas de oro, dar patadas a balones de baloncesto, o simplemente esquivar bolas de fuego, y que nos darán una cantidad extra de monedas. Al terminarlo, y sí lo hemos superado, se nos mostrara el resultado de cada jugador, asegurando una buena cantidad de piques entre los jugadores.

El humor está presente durante todo el juego, aunque alcanza su punto álgido cuando encontramos unos poderes especiales que tan pronto nos darán un arma congelante, como nos transformarán en un guante de boxeo, en un panal de abejas o en un ciclón. Para que no todo sea positivo, el virus Hex también nos enviará unos curiosos hechizos malignos que, por ejemplo nos cambiarán el sentido del movimiento, o nos transformará en una inocente gallina, con el añadido de que podemos pasarle el hechizo a otro jugador, simplemente tocándolo. Unos momentos muy divertidos y caóticos, que sin duda, amenizarán la partida.

Sin embargo, también hemos encontrado una gran pega en el hecho de que el acabar un mundo no desbloquea el siguiente de forma inmediata, sino que tendremos que tener un cierto número de monedas Mickey para hacerlo. Si caemos en la tentación de ir comprando disfraces en mitad de los niveles, los peques seguro que querrán hacerlo, podemos llegar al final y no tener efectivo para el siguiente mundo, por lo que tendríamos que repetir fases ya superadas.

Hace un momento comentábamos que Disney Universe era muy similar en su jugabilidad a los juegos de tipo Lego. Pues bien, hay que reconocer que el nivel de este juego no llega al alcanzado en la mayoría de las creaciones de Traveller’s Tale. Los niveles suelen ser bastante cortos y repetitivos, no poseyendo la variedad, por ejemplo, del último juego Lego, basado precisamente también en los Piratas del Caribe, que incluso, le hacía recomendable para los adultos. La poca variedad afecta incluso a los enemigos, que siempre serán los mismos, dos o tres tipos de pequeños, pequeñísimos, robots, y otro par de ellos, un poco más grandes, que se van repitiendo por los mundos, únicamente cambiando sus vestiduras, o mejor dicho, sus colores.

Asimismo la licencia Disney está poco utilizada, ya que salvo los disfraces, la idea básica en la ambientación y algunos esporádicos y pequeños guiños a las películas, poco más veremos de las grandes producciones de Disney y Pixar que dan nombre a los mundos virtuales. Una oportunidad perdida para hacernos revivir.

Controles en PS3 y Wii

Los controles son muy sencillos en las dos versiones analizadas. Únicamente disponemos de un botón de ataque, uno de salto, que tendremos que pulsar dos veces para ejecutar el doble salto, y otro botón comodín que nos valdrá para el resto de acciones, usar interruptores o llevar objetos. En la PlayStation 3 estos botones son lógicamente los de la parte derecha del mando. Mientras, en la Wii olvidamos esta vez su sensor de movimiento, y utilizamos sus mandos de una forma a la que no estamos muy acostumbrados. Para ello existen dos formas de control, una con nunchuck, en la que tendremos más precisión ya que el control de los personajes se realiza con el joystick del mando auxiliar, y otro modo, ya sin el nunchuck, en el que tendremos que colocar el wiimote en posición horizontal, y mover a nuestro protagonista con la cruceta. Dependiendo del modo escogido tendremos que usar unos botones u otros, pero al ser únicamente tres botones los que necesitamos no hay ningún problema.

Técnica Disney

Técnicamente Disney Universe cumple con su objetivo, aunque no llegue a sorprendernos en ninguno de sus detalles. El aspecto general de los niveles es aparentemente bueno, basándose de forma ligera en algunas de las localizaciones de las películas, aunque como hemos dicho el tamaño de los mismos es bastante pequeño, y echamos de menos algún detalle más. Los gráficos son muy similares en ambas plataformas, lo que deja en buen nivel a la versión de Wii, y simplemente en normal a la versión de PlayStation 3.

Los personajes Disney, o mejor dicho, los disfraces, con sus animaciones y sus gestos, son, sin duda, lo mejor del juego. Ver a una especie de Mickey Mouse luchando mano a mano con Stich, o con Nemo, es divertidísimo, aunque en este punto quizás hubiera estado mucho mejor que fueran los personajes en sí los que controláramos, y no unos niños disfrazados. En contra de lo que podemos hacer con los sackboys, los disfraces no son modificables, ni personalizables. En el lado contrario podemos citar la poca variedad de enemigos que veremos en toda la aventura.

Otro aspecto bastante flojo es el sonoro. Pese a poseer la licencia oficial de Disney pocas de las melodías que escucharemos durante el juego, nos recuerdan a las canciones originales más famosas de las bandas sonoras de las películas. Al menos el juego está totalmente traducido, y doblado al castellano, aspecto fundamental ya que el juego está destinado a los más peques.

Conclusión

Disney Universe es un entretenido juego, que debido a su excesiva sencillez, sólo es recomendable para jugar en familia con los más peques de la casa, y que pese a disponer de toda una garantía de éxito como es la licencia Disney, no la aprovecha al máximo, y no llega al nivel de los mejores juegos de este género. Su característica más notable y divertida es que permite jugar a cuatro personajes simultáneamente en la misma consola, cada uno con su disfraz, pudiendo colaborar o batallar entre ellos, en medio del caos.