Análisis de Damnation (PS3, Xbox 360, PC)
Parece ser que uno de los rasgos más definidos de la actual generación es la cantidad inigualable de juegos de acción que aglomeran el catálogo de las videoconsolas. Las tres propuestas de sobremesa tienen en su haber un más que digno abanico de videojuegos donde la acción y los tiros están por encima de todo, contando algunos con más calidad que otros. Después de varios años de juegos del mismo corte, el jugador experimentado ya suele deducir qué juegos son verdaderamente imprescindibles y cuales, por el contrario, son del montón, por lo que no es de extrañar que haya desarrolladoras que prefieran innovar en algunos aspectos para hacer su propuesta más atractiva de cara a los usuarios.
Y eso es, precisamente, lo que los chicos de Blue Omega han querido hacer con su primera inclusión a la industria de los videojuegos, puesto que en realidad la compañía está más vinculada al séptimo arte.
Tras un retraso más que notorio para pulir ciertos aspectos generales del juego y una buena premisa por delante nos llega Damnation, el videojuego donde la acción y las plataformas se dan la mano para presentar una idea que no ha cuajado del todo por su extraña jugabilidad y sus frecuentes errores.
El futuro de los Western
Sabemos que el salvaje oeste es uno de los muchos objetivos que tienen las desarrolladoras a la hora de realizar un nuevo videojuego. En la actual generación contamos con Gun -pese a estrenarse en PlayStation 2, Xbox y GameCube- y Call of Juarez, de los primeros en llegar, a la espera de la secuela de este último y de la apuesta de Rockstar: Red Dead Redemption. Aún así, el juego que hoy nos ocupa no se basa exclusivamente en el oeste de las películas de antaño, sino en una apuesta mucho más avanzada en el plano tecnológico, pero salvaguardando las características principales del género. En resumidas cuentas, nos encontramos en una era futurista basada en el western, con un uso del carbón y el vapor como medio de vida y unos avances tecnológicos más evidentes. La mezcla de géneros se denomina steampunk, parecido al conocido ciberpunk que tanto gusta entre los internautas.
La trama argumental del juego nos pone en el final de una guerra civil que divide claramente al país, dejando a los de la resistencia esparcidos por muy pocos confines del mundo y al poderoso que lo controla todo al mando del país. Nosotros encarnaremos a Hamilton Rourke, un veterano de guerra que lidera uno de los grupos de la resistencia contra William Dean Prescott, el antagonísta de turno. A nuestro lado lucharán dos combatientes más, que, junto con ellos, iremos desbaratando la enrevesada -pero típica- historia que Damnation pone a disposición del jugador. Los conflictos, enemistades y los combatientes aliados están a la orden del día, en un hilo argumental que gustará a muchos de los que consigan terminar el videojuego, que, por desgracia, serán pocos.
Buena idea, pero mala implementación
Como decíamos, Damnation es un videojuego de acción en tercera persona, con la cámara situada detrás de nuestro personaje para poder visualizar todo el escenario con aperas girar el stick analógico de la videoconsola o el ratón, en el caso de compatibles. Contaremos con un amplio abanico de arsenal de fuego para hacer frente a la multitud de enemigos que aparecerán en pantalla, además de tener un buen gancho de derecha para los combates cuerpo a cuerpo. La innovación llega con la verticalidad que propone Blue Omega, fusionando el juego de acción con el de las plataformas, al más puro estilo Uncharted, de PlayStation 3, ayudándonos del entorno para acceder a lugares inaccesibles desde una primera instancia. La idea no es mala en absoluto, aprovechar la verticalidad de los escenarios es algo que pocas desarrolladoras han hecho, quizá por lo complicado que puede resultar a la programación, o quizá más bien por los pobres resultados que puede acarrear una mala implementación, como es el caso.
Los problemas de Damnation saltan a simple vista en los primeros compases de la aventura. Dejando a un lado el -modesto- apartado técnico, del que ya hablaremos con más detenimiento más adelante, la obra de Blue Omega presenta numerosos errores que hacen que la experiencia de juego se vea mermada cada muy pocos minutos. El principal problema que acarrea Damnation es su sistema de acción, es decir, la puesta en práctica de los tiroteos y demás. ¿Y qué ocurre cuando en un juego de acción falla su componente más preciado? La frustración. Apuntar a los enemigos es una completa odisea, y el control no juega a su favor en ningún momento, puesto que el control puede resultar excesivamente ortopédico. Conforme vamos superando el juego nos vamos dando cuenta de que nunca llegaremos a controlar con satisfacción el estilo de juego, dándolo por imposible. Si el sistema de apuntar y disparar falla, la inteligencia artificial de nuestros dos compañeros todavía falla más, quedándose quietos durante largos periodos de tiempo, encallándose en alguna curva o incluso dejándose matar a manos del enemigo.
Curioso el detalle de que cuando los matan debemos ir tras ellos si no queremos que nos superen en número, ya que, entre ellos no se salvan jamás. Ni que decir tiene que los enemigos siguen las mismas pautas una y otra vez, centrando su actividad física en disparar a bocajarro contra nosotros, sin dar lugar a estrategias de ningún tipo. Contaremos también con la posibilidad de montarnos en vehículos para desplazarnos mientras aniquilamos con una buen dosis de metralla al enemigo, potenciando el modo multijugado cooperativo para que uno de los dos conduzca mientras que el otro regala plomo a enemigos.
Pese a todo, la mezcla puede resultar llamativa -que no satisfactoria- para algunos jugadores, que pueden ver como su personaje hace verdaderas acrobacias para llegar a lugares inhóspitos mientras va disparando -como puede- de un lado para otro para evitar morir a manos de los enemigos. No faltan tampoco los saltos con apoyo en la pared, la rotura de ventanas de forma espectacular para sorprender a los enemigos y los saltos imposibles de una plataforma a otra.
Modos de juego
Damnation cuenta con varios modos de juego a disfrute del jugador. El modo principal, la campaña, cuenta con una duración determinada de entre 8 y 10 horas, en función de la habilidad -y paciencia- del jugador. La campaña nos llevará por un sinfín de escenarios bien construidos, aunque demasiado grandes para lo que la jugabilidad propone, perdiéndonos en algunas ocasiones al existir escasas referencias acerca de nuestro objetivo. La obra también cuenta con un modo cooperativo para vivir la historia junto con un amigo, haciendo la experiencia un poco más divertida y superando las fases codo con codo con nuestro aliado.
Evidentemente, y al tratarse de un juego de acción esto es casi indispensable, el videojuego trae consigo una serie de modos multijugador en línea competitiva para demostrar sobre el papel quién es el auténtico rey del salvaje -y futuro- oeste. Contaremos con ocho modos de juego que, pese a no ser demasiado innovadores en su género, cuentan con la ventaja de la verticalidad que no se tiene en otros exponentes del género. Aún así, el planteamiento falla al tener una jugabilidad dura que no perdona ni el más mínimo error.
Retraso inmerecido
El Unreal Engine 3 ha sido cómplice de muchos videojuegos que pese a no contar con un apartado artístico demasiado novedoso sí que han mostrado un buen número de polígonos y detalle en nuestros televisores. Lamentablemente, la obra de Blue Omega se ha quedado demasiado atrás en el tiempo, empleando un U.E. de una manera mediocre, dando lugar a multitud de errores e incongruencias que no harán más que darle la sensación al jugador de estar ante un producto inacabado. Hay que destacar que el modelado de los protagonistas luce bastante bien, sin ser excelente, pero el movimiento de éstos y, sobre todo, el de los enemigos, da pena desde los primeros compases de la aventura. De esta manera nos encontramos con unos movimientos demasiado bruscos para el gusto del jugador, unas articulaciones que en más de una ocasión hará reir al jugador de lo poco trabajada que están y unas ralentizaciones que, por desgracia, son una constante en la mayor parte del videojuego.
Es inexplicable como existen videojuegos lanzados hace varios años mejor adaptados al motor gráfico de Epic que la obra de Blue Omega, y más teniendo en cuenta que el videojuego fue retrasado para pulir diversos detalles en pos de una mejor experiencia para el jugador. Contra todo pronóstico, lo que mejor funciona a la hora de representarse en la pantalla son las plataformas, dando lugar a saltos bastante espectaculares y a una física de personajes bastante bien lograda. Sin embargo, el conjunto global gráfico suspende con muy baja nota, pues que a día de hoy salga un videojuego en el que los protagonistas carezcan de sombras es más que injustificable.
En ocasiones seremos partícipes de secuencias que irán explicando los acontecimientos de la aventura, así como la presentación de nuevos personajes (tanto enemigos como aliados), aunque en muchas ocasiones tendremos que estar un buen rato ante una pantalla de "cargando". El videojuego, además, en su versión para la consola de sobremesa de Sony, cuenta con una instalación obligatoria bastante aparatosa, que parece innecesaria tras ver cómo luce realmente el videojuego.
Por otro lado, y este es el único apartado del videojuego digno de mención, el apartado sonoro es bueno, con una selección de temas que concuerdan bastante bien con lo que sucede en pantalla. Temas épicos, melancólicos e incluso con fusión de géneros darán pie a la banda sonora de Damnation, que viene acompañada con un doblaje al castellano bueno, con voces que reconoceremos enseguida de haberlas escuchado por televisión.
Bueno en otra época
En conclusión, la primera obra de los cineastas de Blue Omega no ha salido como esperaban, sino más bien lo contrario. Mucho tienen que trabajar para reparar los errores cometidos en esta obra, cuyo mayor aliciente es la estética Steampunk que tanto gusta entre los géneros underground. La historia está bien hilada, aunque por desgracia todo lo demás excepto el apartado sonoro pecan de estar en un estado prematuro, dando la posibilidad, incluso, de que el jugador piense que está ante una versión prematura de la obra. Esperamos que las próximas obras de la compañía estén mejor trabajadas, puesto que la idea de dotar a un juego de acción del componente de la verticalidad, sumado a un estilo poco visto en el mundo de los videojuegos como es el Steampunk y la mezcla de plataformas son buenas, aunque llevadas a cabo de una manera fallida.