Saga olvidada
Suikoden siempre ha tenido el sambenito de saga menor, o quizás deberíamos decir de saga olvidada, por su escasa promoción y carácter exigente. A diferencia de los juegos de Square Enix, Konami nunca ha promocionado de manera masiva Suikoden, siendo este un juego destinado a élites del RPG japonés o a conocedores del mundo Manganime. Y es una auténtica pena, ya que títulos como Suikoden II, aún ofreciendo peor apartado visual, eran para algunos superiores en jugabilidad a la mayoría de juegos de SquareSoft en la época de PSX. Aquí en Vandal Online siempre hemos tenido un gran respeto por la franquicia, y llegamos a avanzar la tercera entrega que no llegó a Europa por extrañas razones. En fin, siempre nos es un placer analizar una saga de obstinada calidad, y darla a conocer a un mayor número de gente.
La idea central de los Suikoden es la lucha de las 108 estrellas del destino contra un poder tiránico. Siendo una antigua tradición china, al estilo de las que utiliza Koei en sus juegos, sirve como base para un juego de rol al estilo japonés, que mezcla en ocasiones el RPG de batalla y la aventura gráfica. El juego se establece en un mundo totalmente abierto, en el cual puedes tanto seguir la historia lineal como desarrollar aventuras paralelas o reclutar a cada una de estas estrellas para su ejército. La condición de general de un gran territorio es una de las razones por la cual Suikoden resulta tan apasionante, ya que no te pone en la clásica historia de héroe solitario, sino que al ser jefe de una Armada, tienes detrás un inmenso colectivo. Un punto de vista realmente interesante, que a excepción de los Battle-RPG, no ha sido realmente explotado en el género.
El mundo de Suikoden
El Reino de la Armonía, la Ciudad-Estado Jowston, El Imperio de la Luna Escarlata…todos ellos, territorios míticos de la primera a la tercera entrega, han desaparecido en esta cuarta entrega. Suikoden IV nos lleva 150 años atrás de la cronología original de la franquicia. Controlas esta vez a un joven caballero en la pequeña isla de Razril. Allí se entrena una especie de orden militar que sirve de freno a las veleidades expansionistas del resto de territorios. En su posición de primera línea de defensa del ducado de Gailen, los jóvenes son ejercitados desde su más tierna infancia para enfrentarse al terrible peligro de los piratas, como el malvado Darío. En esta isla se encuentra nuestro personaje, que cuenta con un amigo aristócrata bastante cobardica llamado Snowe. Un día, al asaltar una flota pirata, un suceso extraño pasará, y por éste, la vida de nuestro personaje cambiará por completo, iniciándose el nudo de la historia, y con ello nuestro personaje como líder de un grupo de desterrados.
A diferencia de los últimos intentos de Square, un tanto fallidos, de desarrollar una historia, Suikoden IV triunfa en este sentido, al ser los personajes terriblemente humanos y dados a fallos. Todos los personajes del juego tienen una marcada humanidad, que al ser falible les lleva a cometer actos imprudentes y con ello arriesgar a sus hombres. Esto es muy extraño en los últimos RPG, donde el héroe carismático, divertido y jovial, se alterna con el joven autista con problemas de comunicación. Quizás esto unido al propio desarrollo del juego, hacen que jugar Suikoden IV sea realmente adictivo por lo apasionante de la historia tratada. Pero antes de nada, convendría que repasáramos los cambios jugables en esta entrega.
La influencia de Zelda
Nintendo EAD sigue marcando la pauta tanto en los diseños, y este Suikoden IV ha tomado todo el aspecto marítimo de la entrega de GameCube. Ya no hay un supercontinente, y la línea de tres historias contrapuestas (El gran aspecto de la tercera entrega) ha desaparecido por completo. Ahora, los personajes deben navegar en un barco de isla a isla, para ir desarrollando la historia. Aunque al igual que en Zelda Wind Waker hay más mar que territorio, las masas terrestres son lo suficientemente amplias y con distintas opciones, como para no se nos atragante el agua. El sistema de batalla se ha reducido de seis a cuatro con respecto a Suikoden III, y aunque algunos lo pueden ver un tanto simple en relación a entregas pasadas o a los farragosos sistemas de los RPG más novedosos, resulta eficiente dado su abuso a lo largo del juego. Las batallas terrestres que plagiaban Fire Emblem han sido sustituidas por las marítimas, aunque manteniendo en gran parte la jugabilidad de las originales. Se mantienen las runas, los ataques combinados, y por supuesto, las armaduras y objetos extraños. Por lo demás, tendrás tu famosa fortaleza una vez transcurrido el juego, y aunque la historia es un poco más lineal que en capítulos anteriores, las 108 estrellas aportan la rejugabilidad necesaria.
Apartado visual
Al lado de los últimos diseños de Tetsuya Nomura para Final Fantasy X-2, Suikoden IV parece un tanto simple. Pero una vez pasada la sorpresa inicial, apreciaremos mucho más el estilo minimalista del juego, y sobre todo las variaciones estilísticas entre los distintos territorios (Orientales, Occidentales, etc...). Esto en lo referente al diseño de producción; en cuanto a los gráficos, estos son competentes y ofrecen buenos modelados de personajes y escenarios. La mejora con respecto a la tercera entrega es notoria, pero el aumento de polígonos en los personajes va en detrimento del número de estos en pantalla y, sobre todo, de unos escenarios un poco menos espectaculares. Para resolver el problema de los escenarios grandes, el juego utiliza el clásico efecto borroso en los lugares lejanos, puesto de moda por Nintendo en sus últimos juegos para GameCube.
La cámara está también bien realizada, y nos permite una vista en primera persona para observar mejor los detalles del mundo construido por Konami. Quizás el aspecto más flojo del juego sean las texturas, que aunque con buena resolución, son muy poco complejas y en la mayoría de ocasiones son sustituidas por un competente sombreado de polígonos (al estilo de los juegos de Naughty Dog). El número de fotogramas por segundo es estable, y sólo en ocasiones contadas veremos ralentizaciones. Por último hay que mencionar la que es la gran tara del apartado técnico, que no es otra que las continuas y abusivas cargas de todos los elementos a lo largo del juego. Viendo títulos con cargas mínimas como Devil May Cry o Castlevania, no es justificable de ningún modo la espera de cinco o diez segundos de Suikoden IV. Aparte, estas cargas rompen por completo el ritmo del juego, algo que lo distancia totalmente del mundo 3D sin cargas de Wind Waker, el modelo al cual imita. En conclusión, es un apartado de buena calidad, pero que en los tiempos actuales puede ser visto como un tanto obsoleto.
Apartado Sonoro
La música de los juegos originales para PlayStation era soberbia, contando con temas memorables. El paso a los 128 bits ha limitado en gran parte los temas épicos, para darles un mayor carácter ambiental. Aunque el tema de introducción es destacado, el resto de música del juego es un tanto anodina y le falta la garra de anteriores juegos. Eso sí, hay algún tema pegadizo que conseguirá enganchar al jugador. El juego cuenta también con un competente doblaje al inglés, no especialmente marcado, pero que da una personalidad bastante interesante a la mayoría de personajes. Aparte, está realmente bien sincronizado con los labios, siguiendo otros juegos de la compañía como Metal Gear Solid.
El doblaje está limitado a las secuencias y a algunos diálogos, la mayoría de textos no cuentan con voz correspondiente al estilo de los Final Fantasy de PS2. La traducción de los textos por parte de Konami España es muy competente, y elementos como las tildes están presentes, aparte de evitar los horribles anglicismos de la segunda entrega. En cuanto a los FX, en las batallas suenan bastante bien, y cuando hay intercambio de fogonazos entre los barcos, comprobarás su calidad. Aunque podría haberse compuesto una música de mucha mejor calidad, el doblaje y los FX compensan este fallo.
Grandes posibilidades a costa de una gran monotonía
La jugabilidad, a pesar de la incorporación del barco, es sumamente continuista con respecto a las entregas pasadas. Aunque una vez establecida la fortaleza el jugador puede moverse libremente y realizar muchos retos, los primeros pasos lineales del título son un poco aburridos y desesperarán a cualquiera por su monotonía. A esto se une los dos grandes problemas jugables del juego: Las batallas y el manejo del barco. Las primeras para el novato de este género pueden resultar insufribles, ya que los trayectos del barco largos pueden llevar a contabilizar cerca de 10 batallas dependiendo de la distancia. Un auténtico horror resuelto en parte por la opción de combate automático, con la que tampoco hay que jugar puesto que puede salir un monstruo difícil que no hayamos previsto. Lo segundo no tiene excusa, y es que el barco se maneja terriblemente. En un intento por hacerlo realista, lo han convertido en injugable, y llega a tener situaciones cómicas como intentar ir al este, y dar un giro al suroeste. En fin, el apartado más flojo del juego, y que compromete bastante la jugabilidad, ya que te mueves en el mapa con él.
Conclusión
Aunque más sencillo que en entregas pasadas, el abusivo número de batallas aleatorias y el control risible del barco, llevarán a que muchos desprecien el juego de primeras. Una vez controlados y asumidos estos dos elementos, Suikoden IV se establece como una competente secuela, poco innovadora, pero divertida y eficaz a la hora de convertirte en una especie de jefe militar en los mundos del juego. La primera hora inicial desmoralizará a muchos, que quizás no pasarán de la monotonía inicial. Pero recordad que el juego comienza con la fortaleza, que es cuando tienes libertad. Si en las próximas entregas Konami cambia las batallas y altera el desarrollo, podría llegar al fin al gran público. Por el momento, esta historia sólo podrá llegar a sus más acérrimos fans.