Análisis de Samurai Warriors 2 Xtreme Legends (PS2, Xbox 360)
La saga Samurai Warriors es el resultado de una derivación de Dynasty Warriors, una de las más veteranas de Koei, y uno de los valores seguros para los aficionados a su planteamiento. Por eso, los apasionados de estos conflictos están de enhorabuena gracias a la aparición de Xtreme Legends, una expansión para Samurai Warriors 2 que llega en formato disco para PS2 y como descarga a través de Xbox Live para Xbox 360.
Partiendo de eso, la verdad es que ya sabemos qué nos va a ofrecer el juego, y eso va a ser, principalmente, más de lo mismo. Este título aporta muy poco aire fresco al concepto, que, después de todo, no es sino el clásico machacabotones que, por otro lado, es cada vez más difícil de encontrar dentro del panorama actual de los videojuegos. Esta relativa falta de competencia hace que los aficionados al género tengan menos opciones, y que este tipo de sagas puedan o bien crecer o bien estancarse.
Por desgracia, parece que la serie de Koei (con la que la compañía ha ido haciendo cruces, como el de los robots Gundam, o el mismo que nos ocupa, basado en la historia japonesa en vez de la china) ha optado por no avanzar, y el que estemos ante una expansión poco puede excusar, sobre todo cuando tenemos en cuenta que no es algo anómalo, ni mucho menos, que este concepto (mucho más extendido en el mundo de los juegos para PC) revise elementos y mejore la fórmula jugable. Además, el planteamiento es un tanto peculiar: en PS2 es un disco que se vende en las tiendas y se puede jugar por separado, mientras que en Xbox 360, como ya hemos dicho, está disponible sólo como descarga a través de Xbox Live por 2.400 puntos.
De esta manera, los usuarios de PlayStation 2 pueden escoger esta entrega para adentrarse en el universo de Samurai Warriors, aunque no nos parece que sea la opción más adecuada debido a que, aunque ya lleva algún tiempo en el mercado, Samurai Warriors 2 resulta ser un producto mucho más completo. En cualquier caso, lo que nos vamos a encontrar tanto en la veterana de Sony como en la descarga para la consola de Microsoft es un juego en el que repartir espadazos a diestro y siniestro contra, literalmente, cientos de enemigos. Las batallas, eso sí, no se van a limitar a ir de un punto a otro mientras los matamos a todos, ya que lo habitual es encontrarse con unas condiciones necesarias que hay que cumplir al tiempo que llevamos a nuestro ejército a la victoria.
Lo que quizás no guste es que todo el sistema de lucha sigue siendo muy básico, y se construye, en esencia, sobre dos ataques básicos y una técnica especial o Musou, que, manteniendo el canon del género, arrasa con cantidades elevadas de enemigos. De hecho, como decíamos, el juego no avanza en este campo, sino que añade nuevos contenidos que destacan especialmente por la inclusión de nuevos personajes, cada uno de ellos con su historia, sus armas (con una treintena de objetos nuevos) y sus ataques. La lista de extras incluye también dos niveles de dificultad más, la posiblidad de subir más si cabe el nivel de fuerza de los personajes, y la aparición del Mercenary Mode, un modo de juego que se convierte en la estrella de Samurai Warriors 2: Xtreme Legends.
Y es que aunque habrá quien siente una irresistible predilección por la presencia de Kojiro Sasaki, Yoshimoto Imagawa, Katsuie Shibata, Toshiie Maeda, Motochika Chosokabe y Gracia, los seis nuevos personajes, lo cierto es que añadir un modo de juego adicional (aunque muy accesorio) se convierte en lo más destacable de todo el paquete de contenidos. Este modo de juego pasa por afrontar una serie de episodios en los que vamos cumpliendo algunos objetivos concretos, pero que al final se sigue sustentando en lo mismo: avanzar matándolos a todos. Así que, aunque intenta hacer algo diferente dentro de la estructura del juego, la verdad es que no lo consigue y sus modificaciones para plantear un modo de juego diferente quizás no lo justifiquen tanto en realidad.
El sistema de combate del juego resulta un poco soso, al menos para lo que se ha ido desarrollando en el género de "yo contra el barrio" y sus variantes en los últimos años, empezando por un sistema de combos simplista que se basa en combinar repetidamente uno o dos botones (o los dos botones al mismo tiempo). No sería justo decir que el título se limita a eso, pero la verdad es que su uso resulta tan predominante, que el jugador no va a verse forzado por lo normal a depurar su estilo de juego y desarrollar con eso técnicas, o aprender movimientos de mucha más complejidad. Claro que, por otro lado, es exactamente lo mismo que ha hecho la saga hasta ahora, y está claro que parte del público de este tipo de juegos se siente muy a gusto con su planteamiento que nos permite acceder de manera muy rápida a las batallas llenas de personajes y un tanto frenéticas. Pese a todo, en líneas generales sigue siendo repetitivo, y ni siquiera el nuevo modo de juego consigue eliminar esa sensación.
Lo que no se puede obviar es que los más apasionados de la saga van a sentirse muy a gusto, y van a poder seguir exprimiendo los elementos propios de juego de rol que salpican a su concepto jugable. Debemos recordar que la saga incorpora elementos de evolución de los personajes, y una de las novedades de esta expansión es que se estira el nivel máximo de los personajes, por lo que podemos seguir evolucionándolos sumando más experiencia a través de los combates. Además, las armas no son una simple cuestión estética, del mismo modo que las armaduras, pues mejoran nuestras estadísticas en campos como ataque o defensa. No es un sistema muy complejo, pero está claro que al menos sí incentiva al jugador a ir consiguiendo mejores objetos.
Como en Samurai Warriors 2, el sistema de evolución del personaje resulta fluido, pues en vez de adquirirse a través de ítems o pantallas posteriores a las batallas, el proceso va realizándose en tiempo real, según el jugador evoluciona en el título por lo que aumentan nuestros niveles de vida, ataque, defensa... y, también, la capacidad para utilizar los ataques especiales Musou.
El apartado técnico del juego es bastante flojo en Xbox 360, pues parte del de PlayStation 2, pero para lo que puede llegar a ofrecer la consola de Sony, en ese sistema luce bastante bien. La verdad es que nos encontramos con muchos personajes en pantalla, y el nivel de detalle puesto en ellos es bueno. Por supuesto, en el caso de Xbox 360 la herencia de la generación anterior pesa demasiado, y le da un aspecto bastante mediocre. En ambas, los escenarios están algo desolados y la generación del horizonte gráfico se sitúa muy cerca, haciéndola evidente durante casi toda la partida y, por qué no, algo brusca. Estos defectos son palpables en ambas versiones, beneficiándose Xbox 360 de una resolución mayor y algo más de detalle en personajes y gráficos un poquito más limpios, pero no mucho más.
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