Análisis de Richard Burns Rally (PS2, PC, Xbox)
Este último punto es importante, porque Richard Burns Rally no es un juego para aquellos que no sean muy aficionados a la conducción, incapaces de limitar la velocidad de su coche a la que les sugiere el copiloto para así tomar la curva sin hacer pedazos el coche. RBR no bebe de las fuentes de Rally Championship, anterior juego de rallies de Sci, siendo obra de Warthog e incluyendo además el nombre del piloto británico, que ha ejercido de asesor y ha aportado su voz además de su imagen y consejo.
Para ayudarnos a acostumbrarnos a tan altas, incluso frustrantes, cotas de simulación, el juego incluye un completo tutorial que bien podría asemejarse al modo escuela de GT4 Prologue, en el que el propio Richard Burns (doblado en la versión española) nos guiará para convertirnos en auténticos pilotos de rally, pasando –eso sí- por unos notables y molestos tiempos de carga. Es tan especialmente recomendable seguir este tutorial que en caso de no hacerlo el juego nos advertirá del error que estamos cometiendo, o simplemente, si queremos jugar la temporada, no nos dejará a no ser que estemos licenciados en dicha escuela. No solo de conducción se trata, pues el realismo no se limita al control del coche, sino también a la táctica a seguir en un rally, a las reglas de la competición y a detalles como ser rescatado cuando nuestro coche vuelque. La primera prueba de esto es que en nuestra primera carrera, acostumbrados a los otros juegos de conducción, pisaremos el acelerador antes de que nos den la salida (pensando en que el juego va a limitarnos automáticamente) y nos ganaremos una penalización de quince segundos.
Una vez pasado el tutorial podremos afrontar el modo temporada, donde podremos elegir al principio un nivel de dificultad (de los rivales, no de la conducción) y el nivel de realismo en los daños. Tras elegir equipo, nos trasladaremos al primer Rally. Hay que volver a hacer hincapié en el lujo de detalles y en el realismo con que el equipo ha recreado los Rallys. Tendremos una enorme cantidad de opciones de configuración del coche, muchísimas más que en otros juegos de rally, pudiendo configurar hasta el más mínimo detalle las diferentes partes de nuestro automóvil, no con los títpicos niveles de "poco, bastante, mucho, etc...", sino con números, al estilo Gran Turismo, lo cual hará las delicias de los fans de Carlos Sainz y compañía.
Finalmente tendremos dos modos de juego adicionales: Rally Individual y Desafío Richard Burns, compitiendo en este último contra el mismo piloto, o mejor dicho, su Inteligencia Artificial. Un detalle que le da cierto énfasis al piloto británico como protagonista del juego.
A nivel gráfico, no puede decirse que Richard Burns esté en lo más alto en ambas consolas aunque sí que cumple perfectamente, mostrando una tasa de refresco fluida, lo cual siempre es de agradecer en un juego de velocidad. Los escenarios son bastante grandes pero pecan de ser estrechos (no en el sentido de la carretera, sino en la amplitud del mismo) y hay cierto pop-in (la aparición brusca de elementos), aunque a bastante distancia de donde nos encontramos. Su diseño a veces se hace monótono por la poca variedad de elementos que hay en cada tramo. En la parte de los coches, estos están modelados correctamente sin grandes alardes, y su sistema de daños es por piezas pero sin un motor físico tan realista como en el título de Codemasters. Hay que destacar, sin embargo, las posibilidades de modificar el escenario (chocando contra él); nuestro coche podrá derribar vallas y arbustos en un frenesí de mala conducción.
El sonido no tiene mucho que comentar, tan solo la música meramente ambiental de los menús y los FX clásicos de motor y choques, que son buenos. Sí hay que alabar el doblaje al castellano que, sin ser el propio Richard Burns hablando la lengua de Cervantes (en la versión inglesa es RB el que nos habla en el tutorial), sí cuenta con una buena voz y sobretodo con una buena traducción, con expresiones locales como "más vale prevenir que curar".
En definitiva, no estamos en absoluto ante un mal juego de conducción aunque hará que muchísimos usuarios se tiren de los pelos intentando hacerse con el complicado control de los coches, por lo que Richard Burns Rally solo es recomendable para aquellos que no solo sean muy fans de los juegos de velocidad sino también de los rallies. Sin duda la simulación está muy conseguida, pero en nuestra humilde opinión no habría estado de más incluir una opción para suavizarla, haciendo el título más accesible a los no tan fans o pacientes, manteniendo el atractivo para los aficionados al rally.