Análisis de Madagascar (PS2, NDS, Game Boy Advance, GameCube, Xbox, PC)
Desde hace unos años es costumbre que cada película de animación digital americana se vea acompañado del lanzamiento de un videojuego y, especialmente tras el éxito de Buscando a Nemo, no podía faltar un videojuego oficial de la nueva producción de Dreamworks, titulada Madagascar. Esta vez el turno es de Activision, que en su día subscribió un acuerdo a largo plazo, y de la mano de Toys for Bob nos llega esta producción de acción y plataformas que naturalmente no constituye un referente del género pero, como es habitual en los últimos juegos de este tipo, ofrece una experiencia entretenida y de cierta calidad, especialmente adecuada para los jóvenes de la casa.
Madagascar es una película de humor y aventura que narra la historia de un grupo de animales del zoo de Nueva York que se deciden a huir de su cautiverio y buscar el camino a casa. Como es de esperar, es un grupo heterogéneo de animales, cada uno con una personalidad marcada y ligeramente histriónica, y las habituales relaciones presa-depredador que puede haber entre un león y una cebra no se tienen en cuenta.
En Madagascar controlaremos a varios personajes alternativamente, y cada uno de ellos da lugar a partes de juego muy diferentes entre sí, aunque todas tienen en común el elemento plataformero.
Con estas premisas se presenta un juego en el que controlaremos a Marty, la cebra, Alex, el león, Melman, la jirafa, y Gloria, la hipopótamo. Cada personaje tiene un estilo propio de juego, como descubriremos en el tutorial previo a la huida de Marty del zoológico en el mismo día de su cumpleaños. El juego sigue la historia de la película, como es de esperar, aunque naturalmente profundizando en ésta para lograr una duración aceptable en sus diez niveles, comenzando en el propio zoológico neoyorkino para terminar en la isla africana que da nombre a la película. A lo largo de la historia abundan las escenas cinemáticas aunque, curiosamente, éstas en su mayoría no son las mismas de la película sino que están generadas por el motor gráfico del juego, lo cual es una lástima considerando la diferencia de calidad.
Madagascar no es la típica adaptación de película que sigue los patrones clásicos de un género sino que ofrece cierta variedad –aunque sin demasiada innovación-, combinando varios tipos de jugabilidad en cada uno de los niveles del juego, que están divididos en submisiones lineales aunque regidas y dirigidas por la historia del juego. De este modo participaremos en numerosos minijuegos de plataformas y acción controlando a uno de los personajes, compartiendo todos ellos las premisas del género de las plataformas pero siendo muy diferentes entre sí. De este modo nos encontraremos con carreras por Nueva York, secuencias de sigilo para escapar del zoológico, recolección de items y plataformeo puro y duro a lo largo de los niveles del juego, lo que hace de Madagascar un juego muy entretenido y variado.
Pese a la acertada concepción del ritmo del juego, combinando varios tipos de minijuegos, Madagascar sufre, como es habitual, de ciertos problemas que generalmente se deben a la falta de tiempo para optimizar el juego y que en este caso probablemente sea así debido a la necesidad de coincidir con el estreno de la película. De este modo, los escenarios, sin ser malos en absoluto, resultan un tanto sosos y hechos a toda prisa, mientras que el control –y la cámara especialmente- evidencian falta de tiempo de perfeccionamiento.
Como suele ser habitual en los últimos juegos de plataformas, la cámara puede convertirse de vez en cuando en un problema, creando letales puntos muertos y complicando algunos saltos que no deberían tener dificultad. Tenemos la posibilidad de moverla nosotros mismos, pero eso es incómodo la mayoría de las ocasiones, por lo que podremos encontrarnos con problemas injustificados. El control por su parte funciona decentemente pero a veces nos encontraremos con cierta falta de respuesta y precisión; por suerte, pocos momentos del juego requieren dicha característica, aunque cuando sea así nos daremos cuenta de que el control no se ha perfeccionado lo suficiente.
A nivel técnico Madagascar no es un juego especialmente brillante pero sí cumple decentemente con el cometido de recrear bien los gráficos extremadamente detallados de la gran pantalla en las consolas actuales. Los modelados de los personajes principales y sus animaciones se llevan la palma, mientras que en los elementos secundarios como enemigos o personajes secundarios ya se observa menor detalle y cuidado, y sobre todo cierta repetición. Lo mismo puede decirse de los escenarios; como decíamos antes, estos no se han llevado toda la atención del equipo de desarrollo y aunque en teoría están bien realizados, acaban haciéndose muy monótonos, cosa que se hace especialmente destacable en las partes de la selva, donde algunos escenarios –por estar limitados a recrear jungla- acaban siendo muy repetidos.
Sobre las secuencias cinemáticas, es una lástima que no se hayan incluido las de la película salvo en contadas ocasiones, viendo lo bien que quedaban en juegos como Los Increíbles, aunque las generadas por el motor gráfico del juego no están mal ni mucho menos. El apartado sonoro es francamente mejor gracias a contar con un buen doblaje al castellano –menos el personaje del león, que suena un poco forzado- y a buenas melodías. Los efectos de sonido son bastante variados y casan bien con el aspecto cartoon del juego.
Madagascar es una buena adaptación de la película al videojuego, aunque ciertos rasgos como la repetición de los escenarios y lo poco optimizado que están tanto el control como la cámara evidencian ciertas prisas de cara a lanzar el juego a tiempo para el estreno de la película. Aún así se trata de un plataformas divertido y, sobre todo, muy variado, que resulta una compra altamente recomendable para los pequeños de la casa, pues el juego es muy entretenido y recrea bien el humor y la ambientación de la película. Aunque su duración es un poco corta, hay numerosos extras que desbloquear y resulta muy rejugable por lo variado de las submisiones y la posibilidad de elegir el nivel que queramos una vez lo hayamos terminado. No será recordado por revolucionar el género de las plataformas, pero sí es un ejemplo de cómo hacer un "juego de película" decente que deje satisfecho al que lo compre.