Análisis de Los Urbz: Sims en la Ciudad (PS2, GameCube, Xbox)
Pocas líneas quedan ya por escribirse sobre Los Sims y el enorme éxito de esta casa de muñecas virtual desde su lanzamiento a principios del año 2000. Electronic Arts lanzó este juego del creador de Sim City sin estar demasiado seguros de su éxito, y ha acabado convirtiéndose en uno de los más vendidos de todos los tiempos, liderando todo un fenómeno que ha logrado calar en el menos habitual de los jugadores: el femenino. Además de las múltiples expansiones y de la segunda parte, era inevitable que tarde o temprano EA se decidiese a hacer spin-offs, es decir, derivados, que aprovechasen la fama de Los Sims para crear nuevas franquicias. The Urbz es el primero de ellos, y no solo usa el nombre de los Sims, sino que además no es de un género diferente: resulta un juego parecido a los Sims, pero especialmente centrado en lo social –no en lo social de crear relaciones íntimas, como en el caso de los Sims, sino en la parte más superficial: fama, reputación y compañías molonas.
The Urbz es, por decirlo de una manera resultona, una versión nosolomúsica de Los Sims, donde nuestros seres virtuales vivirán en una ciudad virtual dividida en barrios dominados por diferentes subculturas urbanas como el Skate o el Hip Hop, y donde nuestros personajes tendrán que progresar socialmente. El elemento de construcción de casas está mucho menos potenciado –además, es un juego de consola y el editor es mucho más complicado de manejar-, y en cambio hay más interacciones sociales que nunca.
Nuestro Sim no será un sin hogar, pues podrá tener uno o varios apartamentos, y decorarlos. Sin embargo, no pasará casi ningún tiempo en casa, por lo que es posible que esta opción no solo pase desapercibida sino que ni siquiera se aproveche ya que nuestro Urb puede satisfacer todas sus necesidades en las calles.
El juego, como decíamos, le da una gran importancia a la popularidad de nuestro Sim. Comenzaremos en un distrito, y tendremos que mezclarnos con la gente y ganarnos su respeto a base de las interacciones sociales previamente mencionadas. En un principio tendremos unas pocas, pero poco a poco iremos consiguiendo formas de expresarnos más avanzadas, algunas incluso únicas de cada distrito una vez hayamos conseguido mucha popularidad en él. También conseguiremos nuevas interacciones básicas y algunas interacciones agresivas para parar los pies a quién nos quiera molestar, ya que la gran ciudad no siempre es tan pacífica ni tan segura como una barrio residencial lleno de apacibles Sims.
Siendo tan importante la interacción social en esta ocasión, el juego nos ayuda a la hora de hablar con otra persona, señalando con verde las interacciones que van a funcionar, en rojo las que seguro que no van a funcionar y en amarillo las que tienen cierto riesgo de no funcionar. Esto por una parte nos ayuda a empezar, pero habrá quien se lo tome al pie de la letra y siempre opte por las expresiones infalibles. Quizás hubiese sido mejor que el juego nos retase a poder juzgar por las pintas de cada personaje qué tipo de interacción le va a agradar.
Aparte de medrar socialmente, también tendremos que progresar en nuestra carrera laboral, y para eso tendremos una serie de trabajos donde, como en todo, también podremos progresar. La parte laboral es, sin embargo, muy diferente a la que estamos acostumbrados a experimentar en los juegos de Los Sims; en estos, el trabajo consiste en una serie de horas en las que nuestro personaje se ausenta, mientras que en Los Urbz tendremos que trabajar nosotros, a base de minijuegos. Estos consisten en minijuegos de ritmo y coordinación a la hora de pulsar botones (cuatro en Xbox y PS2, tres en GameCube), y aunque a la hora de jugar son bastante parecidos, visualmente son muy variados. Nuestro Urbz podrá ser cocinero, o patinador, o escultor, o incluso modelo. En cada tipo de trabajo podremos progresar, y así ganar más dinero, pero para ello necesitaremos mejorar las habilidades de nuestro Urb –exactamente igual que en Los Sims.
A la hora de interactuar con la ciudad y convertirnos en un "pez gordo" de la beautiful people urbana, no solo bastará con que digamos la muletilla apropiada en el momento adecuado. Nuestro personaje podrá vestirse de mil maneras diferente, y nuestras pintas influirán considerablemente en las ganas que tengan los viandantes de ser nuestros nuevos mejores amigos. En el barrio de skaters no se podrá vestir de alta costura, y para ello tendremos tiendas donde poder comprar todo tipo de vestimentas. No podremos salirnos del estilo de ese distrito en un primer momento, pues si no seríamos ignorados, pero en cambio a medida que nuestra reputación vaya subiendo se nos permitirá (socialmente) llevar vestimenta más variada e innovadora, hasta el momento de marcar nosotros mismos la moda y que la gente de la calle nos imite; incluso podremos salir en las pantallas gigantes; si tenemos Eye Toy, lo hará nuestra foto.
Para organizar nuestro inventario y nuestras habilidades, administrar nuestros objetivos y ver el estado de nuestras relaciones sociales acudiremos a nuestro teléfono móvil, donde todos estos datos, junto con numerosos mensajes cortos informándonos de eventos y novedades, están organizados con un interfaz bastante cómodo. Pero, en ¿qué consiste Los Urbz? Teniendo en cuenta estas dinámicas de juego, la aventura principal nos irá planteando una serie de retos que tendremos que ir superando. Estos son bastante similares en los nueve distritos del juego, y generalmente abarcan llegar a un cierto nivel de reputación en el distrito, hacer una serie de buenas amistades, llegar a la cima en varios trabajos y algún evento especial como por ejemplo imponerse a unos matones con alguna expresión social agresiva o bien típica del lugar.
Sin embargo, lo que puede resultar monótono en un primer momento no lo es en el resultado final, ya que el juego se va desenvolviendo de tal forma que poco a poco tenemos acceso a metas diferentes, de forma que cuando nos toque una parecida a una anterior ya habrá pasado bastante tiempo después de haber hecho lo mismo. Una vez completados los nueve distritos diferentes y de habernos empapado de sus gentes y sumergido en su subcultura, accederemos al escenario final: la casa Darius, el mayor pez gordo de la ciudad.
Además de la interacción social y el trabajo, nuestro Urb tiene las mismas necesidades de cualquier Sim de provincias: comer, dormir e higiene principalmente, ya que la interacción social es constante. Tendremos que satisfacerlas para asegurarnos de que nuestro Urb sea el mejor relaciones públicas que sea posible, teniendo cada personaje motivaciones diferentes y por lo tanto "tirando" hacia cierto tipo de necesidad. Aunque en nuestro periplo urbano comenzaremos con un Urb, poco a poco podremos ir consiguiendo un "equipo" de Urbs, pudiendo asumir el control de cualquiera de ellos cuando queramos. Para reclutar a un Urb tendremos que hacernos antes amigo íntimo de él, y entonces pedirle que se "una" a nuestro equipo. Esto hace la jugabilidad más variada al no estar limitados a un solo personaje y una sola personalidad.
A nivel técnico Los Urbz es bastante mejor que las anteriores versiones de Los Sims y presenta unos escenarios bastante variados, cada uno con su propio estilo y no exento de un toque algo exagerado dependiendo del ambiente en el que nos encontremos. El barrio skater es "muy skate", el barrio techno es demasiado discotequero, y lo mismo ocurrirá con los personajes que los pueblan, ocasionalmente estereotipos de la subcultura llevados al extremo en la apariencia y en los gestos que hacen. A nivel artístico está muy bien, por lo tanto, teniendo además una gran variedad de accesorios que poner a nuestro Sim; a nivel técnico no tanto, teniendo las versiones PS2 y GCN algunos problemas como bordes dentados y algunas ralentizaciones, mientras que la de Xbox, como de costumbre, es la que más luce en este apartado.
El apartado sonoro de los Urbz está protagonizado por el grupo Black Eyed Peas, que pone algunos de sus temas (con diferentes versiones) a la banda sonora del juego, de forma que en ciertos ambientes oiremos algunos de sus temas pero "remixeados" para que encaje con el estilo de ese barrio. Los efectos de sonido, no muy extensos, cumplen con su función, mientras que las voces, al igual que en toda la saga Sim, son balbuceos en "lenguaje Sim", al estilo del clásico Banjo Kazooie de Rare. Es reprochable que no haya una cantidad muy extensa de ellos.
En conclusión, Los Urbz es un juego bastante divertido y un interesante derivado de Los Sims, aunque no llega a la calidad de la obra maestra de Maxis. Aunque tiene los ingredientes para conseguirlo, Los Urbz falla al eliminar buena parte de la libertad de Los Sims y convertir las relaciones sociales no en un medio sino en un fin, acelerándolas y haciendo que pierdan gran parte de su incertidumbre al indicarnos qué funcionará y qué no de antemano, y al hacer que eso además funcione en todo momento con el mismo personaje, pasando por alto que a la gente le cambia el humor. Esa simplificación no hace que las relaciones no sean divertidas, pues lo son principalmente por lo exagerado de los gestos, pero sí que dejen de ser un juego y que se conviertan en algo casi automático. Una compra recomendada para los amantes de Los Sims, pero que quizá no haga demasiado gracia, salvo por la crítica implícita a la vida de "moderno nocturno" y el esperpento de las subculturas, a los que no comulguen con el famoso juego de Maxis.