Análisis de L.A. Rush (PS2, PC, Xbox)

La saga San Francisco Rush de Midway hizo irrupción en los arcades a finales de los 90, y gozó de buenas conversiones a Nintendo 64. En la tradición de la compañía americana, ahora resurgiendo, "SanFran" Rush era un juego arcade que intentaba recrear la ciudad de San Francisco, especialmente sus cinematográficas cuestas, convirtiéndose en un divertido juego de conducción salvaje donde llegábamos a saltar centenares de metros por los cielos de la ciudad californiana.

Ahora, en una época en que los juegos de coches tienden a representar de forma realista ciudades y, sobre todo, a incluir cada vez más posibilidades de configuración y modificación, Midway resucita su vieja saga para adaptarla a los nuevos tiempos.

Y lo hace precisamente de ese modo, introduciendo un considerable factor tuning –aderezado por la colaboración de West Coast Customs, el programa de tuning de la MTV- y recreando de forma más o menos realista la ciudad de Los Ángeles, no calle a calle, pero si sus zonas y algunos edificios emblemáticos, como el centro de convenciones donde se celebra el E3.

L.A. Rush nos introduce en Los Ángeles, con el cometido de volver a ser el que éramos, recuperando los coches que nos han robado, compitiendo en todo tipo de carreras para ganar mayor reputación y ser los mejores de la ciudad. Como es de esperar, la historia no es lo principal del juego y tan solo hace de excusa para poder situarnos y obligarnos a competir en carreras. Estas tendrán lugar en circuitos urbanos en los Ángeles aunque, como es de esperar, también podremos correr libremente por la ciudad, moviéndonos por sus bien diferenciadas áreas para encontrar secretos y otras carreras, siempre teniendo cuidado de no soliviantar a la policía.

Las calles de Los Ángeles, tanto sus enormes y caóticas autopistas como las residenciales, están atestadas de coches, y será un reto considerable poder circular por ellas a cierta velocidad sin chocar con ninguno. Si lo hacemos, una espectacular secuencia de choque tendrá lugar, en la que veremos cómo los vehículos contra los que hemos chocado se destruyen; el problema es que estas secuencias acaban haciéndose muy, muy cansinas, y no se pueden saltar. Esto –y otras cafradas- incrementará nuestro nivel de búsqueda por la policía, haciendo que se monten grandes persecuciones en las que tendremos que perder de vista a la policía y luego ocultarnos durante un tiempo hasta que baje nuestro nivel de búsqueda. Como ayuda, tenemos un minimapa que nos muestra las calles cercanas, con los policías señalados, entre otras cosas.

Las carreras de L.A. Rush tienen lugar en la propia ciudad, con el circuito limitado por flechas e indicadores, al más puro estilo de Midnight Club 3. Esto hace que sean untanto exigentes y que en muchas ocasiones podamos perder una carrera si cometemos el típico fallo de equivocarnos de calle o de chocar contra un elemento del escenario, y considerando que para correr hay que pagar, se puede llegar a una situación a la que también se llegaba con Juiced, el juego de velocidad de THQ, es decir, no tener suficiente dinero para entrar en las carreras (solo si quedamos de cuartos y no ganamos nada), entrando en un círculo vicioso desesperante.

La inteligencia artificial de los rivales es bastante buena, hasta el punto de resultar en ocasiones exageradas. Los rivales no tienen grandes problemas para saber siempre por dónde hay que ir, y esquivan el tráfico con una alarmante habilidad. Incluso cuando les queremos echar de la carretera de malas maneras reaccionan muy bien. Aparte de nuestros adversarios y el tráfico también tendremos que lidiar con la policía, que en ocasiones intentará cortar por lo sano nuestra carrera, embistiendo contra nosotros.

El sistema de control del juego es el clásico de los arcades, sin ser un Burnout pero tampoco sin darse ínfulas de simulador, muy en la línea de juegos como Midnight Club 3 o Need for Speed Underground 2. El sistema de control funciona bien, sin queja, aunque su estilo no es diferente al de la gran mayoría de los juegos del mercado, lo cual es una lástima al no intentar innovar nada en este aspecto.

Hay carreras de diferentes tipos, siendo la más básica de todas ellas la que nos lleva del punto A al B, aunque luego hay variantes, como las que obtenemos un coche como recompensa, o las de resistencia, o las de acrobacias. Todas ellas son variaciones de un mismo tema y, aunque los diferentes tipos aportan variedad, no hay ninguna de ellas que sea radicalmente diferente a las otras, lo cual es una pena. Se echa de menos algo similar a las carreras de marchas de la saga NFS, no las propias carreras en sí, sino uno o varios tipos de carreras que se jueguen de forma diferente a las demas.

Otra de las grandes carencias de L.A. Rush es la posibilidad de configuración del coche. Midway ha licenciado el programa de televisión de la MTV, Pimp my Ride, en el que un grupo de mecánicos coge un coche casi destrozado y lo convierte en una octava maravilla del tuning, y lo mismo puede hacerse dentro del propio juego... el problema es que, al igual que los que participan en el programa, nosotros no tenemos decisión sobre la modificación del coche, sino que el equipo de West Coast Customs lo hará automáticamente. Esto puede ser cómodo para algunos, pero para muchos otros frustrante, que en vez de un menú de configuración se encontrarán con escenas cinemáticas protagonizadas por el equipo, y el tema principal del programa cuando le hagan entrega de su coche "retocado", sin que haya podido decidir cómo.

Gráficamente L.A. Rush está a un muy buen nivel. El equipo de Midway ha recreado la ciudad de Los Ángeles con bastante acierto, haciendo que cada zona resulte parecida a su homólogo real, y con una buena cantidad de detalles y, sobre todo, muchos coches en pantalla. Los efectos son muy vistosos, especialmente los de reflexiones e iluminación, y el juego corre fluidamente, siendo su único punto flaco un modelado de los coches un tanto simple, con texturas de poca calidad, que se ve sin embargo compensado por unos buenos efectos de deformación y destrucción.

A nivel sonoro el juego cuenta con unos buenos efectos sonoros, con numerosos ruidos de motor afectados por las modificaciones que le hayamos hecho a nuestro coche. Las voces son numerosas aunque no de una gran calidad, mientras que la banda sonora es bastante genérica, por así decirlo. Mezcla temas hiphoperos, rockeros y techno en sus diferentes emisoras, pero éstos no llegan a tener un protagonismo en el juego, sino que funcionan como música ambiental, ni tampoco lo merecerían tener por su calidad.

L.A. Rush es un juego de velocidad decente, que tiene sin embargo algunos defectos importantes. La ciudad está perfectamente recreada y cuenta con buenas ideas, pero parece que Midway quería hacer un juego de carreras ilegales a toda costa cogiendo un poco de cada juego del mercado pero sin saber exactamente qué quería llegar a conseguir. El resultado es un juego con carreras divertidas aunque en ocasiones frustrantes, y con grandes limitaciones en lo que se refiere a la configuración del coche y otros modos de juego –carece de online, por ejemplo-. Podría haber sido un gran juego con algunas mejores decisiones de diseño, y se queda en un título decente, recomendado a los amantes de velocidad, pero nada memorable.