Análisis de Colin McRae Rally 3 (PS2, PC)
El género de la velocidad vive una edad de oro desde la llegada de las tres dimensiones, y ésta no parece que vaya a terminarse a corto o medio plazo. Pese a la notoria saturación del mercado, cada año salen decenas de juegos de velocidad, cada uno de ellos encuadrado en un subgénero, y casi todos ellos saturados. El subgénero de los rallies no iba a ser una excepción, y para finales de este año el catálogo de PlayStation 2 tendrá una buena lista de juegos de rallies; unos serán completamente nuevos, mientras que otros pertenecen a sagas ya establecidas. Y la reina de todas ellas es la saga Colin McRae, la principal culpable de la gran oferta y demanda que existe sobre este tipo de juegos. Sobra decir que el mundillo de los juegos de rallies se revolucionó con el lanzamiento de Colin McRae Rally para PS One. Hasta la fecha, todos los juegos del estilo habían sido más o menos arcade, consistentes en carreras contra otros coches, al contrario de lo que ocurre en el principal campeonato de rallies, el World Rally Championship. Sin embargo, Colin echaba por tierra esas tendencias y nos introducía en el mundo de las carreras contra el crono, luciendo un apartado gráfico excelente y –algo muy escaso en aquella época- daños en tiempo real para el coche, que afectaban a la conducción.
El resto, como suele decirse, es historia. Colin Mcrae Rally 3 ha llegado dos años y medio después del lanzamiento de la segunda entrega, y con algunos juegos en PS2 que han intentado usurpar su trono, sin conseguirlo.
Pese a las excelentes ventas del WRC 2001 de Sony, sólo V-Rally 3 ha conseguido acercarse en calidad a este juego llamado igual que aquel maldito piloto que le quitó a Carlos Sainz el mundial de rallies hace ya unos años.
Colin McRae Rally 3, aparentemente, no introduce demasiados cambios respecto a sus predecesores, salvo la considerable mejora gráfica que supone el salto a las tres dimensiones. Sin embargo, una vez nos introduzcamos en el juego comprobaremos que la conducción resulta más realista que nunca, y que se han hecho una serie de cambios en el modo campeonato para conseguir un objetivo que Codemasters ha dejado claro desde el principio: Hacer que el jugador se sienta como el propio Colin McRae. Este cambio de concepción hace que todo gire en torno a Colin, su copiloto y su equipo, con secuencias cinemáticas donde podemos ver al equipo poniendo a punto el Ford Focus, a Colin hablando con periodistas, o a Nicky Grist, nuestro copiloto (y del propio McRae hasta hace muy poco), tomándose una taza de té –esto ya lo hemos dicho en muchos artículos-.
En el modo campeonato tendremos tres años de contrato con el equipo Ford, con el objetivo de cumplir las expectativas puestas sobre nosotros y ganar al menos una temporada. Como es habitual, el campeonato está dividido en diferentes rallys, éstos en jornadas, y éstas en etapas. Cada jornada consta de tres etapas, salvo la última, y sólo podremos pasar pro el área de servicio, para configurar y reparar nuestro coche, al principio de cada jornada, lo que significa que iremos con la misma configuración –y daños en el vehículo- durante todas las etapas de una jornada, algo que debe tenerse en cuenta al configurar el coche, y al conducir. Al contrario que en anteriores entregas, la reparación de los daños será automática -al principio de cada jornada se repararán en la medida de lo posible, como ya habíamos dicho-, contrastando con lo elaborado de este apartado, donde unas veinte partes del coche sufren daños diferenciados. Pero sobre esto ya ahondaremos en el apartado correspondiente...
Otro cambio más o menos notable en el modo Campeonato es la inclusión de una extraña última carrera en cada rally, que tiene lugar en un circuito cerrado, con público y compitiendo codo con codo contra otro coche. Esto, por si hiciese falta decirlo, no es lo que ocurre en los rallies normales, y parece haber salido de las mangas de Codemasters. No es algo que pueda ser calificado de peor o mejor, ya que en esencia sigue siendo el mismo tipo de carrera, ya que el rival corre por el mismo circuito, al mismo tiempo que nosotros, pero por otra ruta de igual longitud; simplemente es algo a destacar. Otro cambio interesante, ahora que hablamos de la competencia con los otros rivales, es que dependiendo de nuestra clasificación en el mundial comenzaremos en un determinado puesto los rallies y sus etapas; ¿qué significa esto? Que si salimos de primeros, o de los primeros, no tendremos una referencia de tiempo que seguir –como siempre ha ocurrido en los anteriores Colin, en los que siempre salíamos de últimos-, y ésto también puede influir en el resultado de los rallies: Tu puedes creer estar haciéndolo muy bien, pero al final de la etapa los tiempos –por cierto, muy poco visibles- te pueden decir lo contrario.
Una opción muy interesante para los amantes de la conducción, pero que pasará casi desapercibida para los que quieran una experiencia de juego más rápida, es la posibilidad de poder probar todo tipo de configuraciones de nuestro coche antes de comenzar el rally, y luego comparar los diferentes tiempos que en cada una de las zonas mediante técnicas de telemetría. Sin duda será una opción que sólo utilizarán a menudo los más locos del volante, pero es una interesante novedad y una buena forma de superarte a ti mismo en cada rally. También hay que destacar que a medida que avancemos por las carreras, iremos consiguiendo nuevas partes para nuestro coche, como diferentes tipos de ruedas o suspensión, que iremos añadiendo a nuestras posibilidades de configuración; la ausencia de una pieza en la primera temporada nunca hace que nos sea imposible conducir, pero sí puede cortar nuestra capacidad para adaptar el coche a nuestro gusto.
Los rallies en los que participaremos serán los clásicos, no oficiales, pero sobradamente conocidos, salvo el de los Estados Unidos. Concretamente Japón, España, Estados Unidos, Suecia, Finlandia, Grecia, Australia y el Reino Unido. Sobra decir que los rallies no son los reales u oficiales, y que los pilotos de los respectivos equipos sólo guardarán un parecido de nacionalidad con sus homónimos reales. Cada uno de los ocho rallies tendrá sus propias características, tanto en el tipo de superficie predominante como en el estilo de los trazados, pasando por el propio escenario en sí.
Lo que más destaca en un principio son los coches, especialmente el Focus, que se ha modelado con especial mimo; los otros coches también rayan a un buen nivel, pero el Focus es un punto y aparte, con más de diez mil polígonos dando forma a la máquina que Colin McRae y también Carlos Sainz utilizan en la vida real. El cuidado que se ha puesto en el Focus, repito, es increíble, con sus bonitos logos de Telefónica Movistar puestos en el lugar correcto. Pero el modelado de los coches cobra un significado aún mayor cuando vemos las amplísimas capacidades de deformación y destrucción que poseen. A lo largo de la carrera, según vayamos "portándonos mal" con nuestro coche, éste irá sufriendo daños en la carrocería y en más partes, como ruedas –o incluso discos de frenos-, y su rendimiento irá disminuyendo hasta llegar al punto de funcionar muy mal, como en anteriores entregas. La carrocería se irá deformando y perderá partes, como la defensa o el capó, hasta el punto de que nuestro coche parezca un armazón con trocitos de hojalata abollada encima; el coche en sí también podrá perder hasta las ruedas. La carrocería del coche también se verá afectada por el polvo y otras partículas, que la irán ensuciando poco a poco, creando un efecto también realista.
Sin embargo, no todo acaba en el coche, ya que siendo sinceros sólo hay que mover uno y eso permite que el coche en cuestión esté tremendamente detallado. Los escenarios también tienen una enorme calidad, y como ocurre últimamente en los juegos de rallies, no correremos en un circuito, sino en un "entorno" que en el caso de Colin 3 es inmenso y lleno de detalles. Además de la carretera, lo que nos rodea estará detallado condenadamente bien, aunque "luzca" más en unos torneos que en otras. Por ejemplo, en el Rally de los Estados Unidos tenemos una etapa que recorre una especie de montaña/cañón, donde vemos un inmenso escenario y hasta un helicóptero nos sobrevuela, levantando polvo del suelo. En otros escenarios, como por ejemplo Finlandia, las carreteras son más "cerradas" y el motor del juego no se luce tanto. Los efectos de luces y reflexiones también están a un buen nivel, aunque se aplican casi únicamente sobre el coche. El efecto del sol es genial. Te deslumbra.
En cuanto a las escenas cinemáticas entre etapa y etapa, y las del area de servicio, no hay mucho que decir excepto que crean una ambientación ideal, al igual que el diseño de los menús y las pantallas, que siguiendo la trayectoria de la saga vuelven a ser magníficas. El único punto negativo de este apartado es un poco habitual popping (excepto en algunas etapas, especialmente las circulares, las últimas de cada rally).
De esta forma se crea una jugabilidad mucho más profunda, tal vez mayor que la de anteriores entregas, al obligarnos a dominar el coche en todas estas situaciones. Porque aunque cuando estemos en asfalto tomar las curvas será un placer y el coche se enderezará endiabladamente rápido, el de los rivales también, y tendremos que mejorar aún más nuestra conducción en esta superficie para hacernos con el triunfo, aparte de elegir la configuración más adecuada. Hay que destacar también otra cosa: En Colin 3 es posible, aunque con una dificultad considerablemente mayor, jugar en primera persona decentemente (hasta que el capó nos tape la vista).
Pero lo que más me ha gustado personalmente de la jugabilidad es algo que combina ésta con los gráficos y el sonido: la sensación de "estar pegado a la carretera", la capacidad que tiene el juego de hacernos sentir que el coche responde realísticamente y que está rodando sobre la superficie, que nuestras acciones al volante tienen una reacción realista en el comportamiento del coche en la carretera, que se demuestra con el comportamiento del coche y sus sonidos. Esto es algo que no abunda demasiado en los juegos de coches, y que Colin 3 posee.