Análisis de Alone in the Dark: The New Nightmare (PS2)

La saga Alone in the Dark, creada a principios de los 90, tiene el honor de haber inventado el subgénero llamado "Survival Horror", "tomado prestado" luego por Capcom y llevado a altas cotas de popularidad por la saga Resident Evil. Alone in the Dark en cambio, pese a ser casi desconocido en los Estados Unidos y en Japón, goza de mucha popularidad en nuestro continente. La primera entrega salió para PC en el año 1992, hace casi una década, y tuvo conversión a 3DO. A este le siguieron la segunda y tercera entrega, que además del PC salieron para otros formatos (3DO, Mac, Playstation y Saturn la segunda parte, por ejemplo), y finalmente tras unos años, esta saga emblemática de Infogrames vuelve a nuestras pantallas y por primera vez en PS2, tras su paso por PC, PSX y Dreamcast. Alone in the Dark: The New Nightmare, el título completo del juego, nos pone de nuevo en la piel de Edward Carnby, detective e investigador de fenómenos paranormales entre otras cosas, que tras salir airoso de las anteriores tres entregas parece que sigue teniendo ese don de estar en el peor momento en el peor lugar. El motivo por el cual viaja a esa pequeña isla del estado de Maine llamada Shadow Island es el asesinato de uno de sus mejores amigos, llamado Charles Fiske, en extrañas circunstancias. Carnby busca venganza. Junto con Carnby está Aline Cedrac, una chica, de profesión etnóloga y experta en lenguas indias, que también tiene que acudir a la isla. Podremos elegir entre ambos personajes, y éstos irán relacionándose entre sí en la historia, aunque eligiendo a uno o a otro la aventura cambiará completamente. Shadow Island esconde el secreto de tres tablas misteriosas que si se reúnen tendrán un poder inimaginable. Tras unos años en los que la saga ha estado en punto muerto, DarkWorks ha intentado llevar a esta cuarta parte el encanto de los primeros AITD, pero "apropiándose" de algunos detalles de los Survival Horror más recientes, especialmente Resident Evil. Si el juego de Capcom se inspiró primero en AITD, este AITD4 equipara las cosas y elimina cualquier deuda. Se ha implementado un menú muy parecido (por no decir idéntico) al de Resident Evil, y se han tomado elementos en lo que a puntos de vista de la cámara, desarrollo de los acontecimientos y más cosas que a lo largo del juego te harán pensar inevitablemente en el juego de Capcom. Sin embargo, en lo que a desarrollo del juego se refiere, AITD4 se centra más en la exploración, y no en la acción; en la creación de situaciones de suspense más que en el encuentro con el bicho feo sediento de sangre (y dinero). En Alone in the Dark 4 se juega mucho con la iluminación para esconder detalles que desearíamos percibir, y crear un ambiente de oscuridad y tensión. Por algo se llama Alone in the Dark.

Lo que contribuye en gran medida a la ambientación es el uso intensivo por parte de nuestro personaje de la linterna. La linterna alumbrará dinámicamente (con unos efectos de iluminación sobre los fondos, que son bitmaps, realmente buenos) los escenarios, dejándonos ver con claridad la parte que ilumina el haz de luz de la linterna, y con una tenue visitón del espacio que la rodee. Lo demás estará realmente oscuro, a no ser que haya otra iluminación.

Es una cuestión de gustos, pero la decepción en Alone in the Dark 4 es que, pese a su buen acabado y su bien narrada historia, en el aspecto jugable no aporta demasiado nuevo, exceptuando el detalle de la linterna. La dinámica se reduce a avanzar por la aventura de una manera lineal, resolviendo puzzles más o menos asequibles, eliminando a los enemigos o ahuyentándolos con la linterna, y pocas cosas que merezcan mención. El sistema de control es el mismo que el de Resident Evil; rotaremos a nuestro personaje con los botones de derecha e izquierda, avanzaremos o retrocederemos, apuntamos con nuestra arma y pulsando el botón de acción disparamos; además del botón de acción, podremos correr, encender y apagar la linterna y acceder al inventario con el resto de los botones. A parte de que este sistema de control debería ser erradicado de la faz de la tierra de una vez por todas, es alarmante la poca innovación en el ámbito jugable de AITD4, y de los últimos survival horror en general. Limitándonos a AITD4, digamos que pese a que de vez en cuando las escenas cinemáticas o los sustos le dan algo de vida al juego, el resto de la acción se acaba volviendo monótona, siempre esperando a que salga un monstruo del rincón más insospechado para llenarle de plomo (aunque no hay demasiados enemigos), y resolviendo puzzles para lograr avanzar y desentrañar de una vez el misterio. Alone in the Dark 4 ha salido para PSX, DC y PC, y la última versión es la de PS2. De PlayStation 2, una consola nueva que aún tiene mucho potencial que exprimir, se espera siempre que marque la diferencia frente a las demás, inferiores o limitadas (en el caso del PC) en potencia. Sin embargo, la versión PS2 no se diferencia especialmente de las otras, presentando prácticamente los mismos escenarios prerrenderizados bastante detallados, ángulos de cámara que facilitan el suspense y un modelado y animación de los personajes decente pero sin llegar a marcar escuela. Como ya he dicho antes, el uso de la linterna y el efecto de ilimunación en tiempo real sobre el fondo (que no es 3D, sino 2D) está muy logrado, y pocas cosas más podrían destacarse de este apartado simplemente correcto. Las secuncias cinemáticas son numerosas y no están nada mal. La nota simpática del juego está en la íntegra traducción y doblaje a nuestro idioma, lo cual siempre es algo de agradecer. El doblaje es realmente bueno y no hay queja sobre él. La música y el sonido ayudan mucho a introducirse en el juego. El sonido FX, al igual que en cierta saga de Capcom, está muy enfocado en los pasos del personaje y sobre todo, sobre donde son, sonando diferente dependiendo de donde pisemos. Los gritos de los enemigos y sonidos de las armas también cumplen con creces función. Puede parecer un sacrilegio criticar a una saga con tanta solera como esta, y a un juego tan esperado por algunos, especialmente los fans de los originales, pero lo cierto es que Alone in the Dark 4 no deja de ser un buen juego a secas, por encima de la media, pero sin convertirse en la obra maestra o en la lección de cómo hacer las cosas que algunos esperaban que fuese. Una innovación casi nula en el género, una jugabilidad que se hace monótona dependiendo de la paciencia del que juegue, un aspecto técnico que no aprovecha ni por asomo las capacidades de la consola y unos tiempos de carga demasiado largos son algunos de los defectos que impiden a Alone in the Dark: The New Nightmare ser un juego que podamos recomendar encarecidamente. La duración del título, pese a contar con dos aventuras, es la justa. Aún así, tampoco es malo en absoluto, y resulta ser uno de esos juegos bastante divertidos, por encima de la media, que algunos disfrutaran mucho y otros poco, y que aunque este no vaya a ser el caso, pasan sin pena ni gloria por las estanterías de las tiendas.