Análisis de Ziggurat (PC)
El nombre de Ziggurat tal vez esté usado en demasía en el mundo del videojuego. Estos templos mesopotámicos han dado ya luz a muchos juegos o similares, de manera que es posible liarse con este nombre. Ya en los tiempos del Spectrum y Amstrad CPC nos encontramos con una videoaventura isométrica bastante apañada. Poco después, una de las empresas de videojuegos españolas que más tiempo han durado acogió el mismo nombre. Más reciente, ya en la época del Spectrum, la prensa anglosajona (y parte de la misma de otros idiomas) acogió con un celo excelso un juego para iOS, que, para ser sinceros, no era para tanto (su propio autor reconoció que el juego le había dado para comer… un mes). Y ahora aparece este juego de una de nuestras empresas desarrolladoras asturianas favoritas: Milkstone Studios (y decimos "una" porque hay más estudios asturianos a tener en cuenta, como los fantásticos Asthree Works).
La gente de Milkstone Studios son viejos conocidos ya por todos aquellos que hayan echado un ojo, alguna vez, a los juegos de Xbox Live Indie Games. Suyos son éxitos como Avatar Ninja, Little Racers: Street (7 en la prestigiosa Edge), Avatar Farm Online, y sobre todo, White Noise Online (que ha sido top tres a nivel mundial durante un año).
Tras unos escarceos por el mundo móvil acabaron metiendo la patita en el mercado de Steam, para acabar apostando por este universo de lleno con el juego que nos ocupa.
Los que hayáis seguido la trayectoria de este mundillo sabréis que suelen hacer juegos de los temas que les interesan, y eso incluye otros videojuegos. En Ziggurat se ven, de manera muy clara, algunas de esas influencias, como Hexxen-Heretic, Binding of Isaac (que ya influenció su apañado Sushi Castle), o Serious Sam. Además, hay quien ha visto hasta influencias de League of Legends o Fable, pero creemos que en esas no estaban sus autores muy atentos cuando aparecieron cosas de esos juegos (si lo hicieron).
Personalmente, hay un punto que nos es familiar en la premisa de este juego: el juego se basa en el viaje a la torre de la hechicería de un nuevo mago, que antes de ser considerado como tal tiene que pasar la prueba, que es de lo que va el juego. Si hay una historia (que no un juego) donde hayamos encontrado el tema de la prueba de la hechicería es Dragonlance, el mundo de Tracy Hickman y Margaret Weiss para Dungeons & Dragons, donde uno de sus personajes más conocidos se quedó como lo que es tras haber pasado dicha prueba.
En este juego somos ese mago (al principio solo tendremos una opción, pero conforme juguemos se irán desbloqueando opciones que dan cierta variedad a la partida), y nos iremos enfrentando a diferentes retos en cada habitación que visitemos. Así, nada más empezar solemos vernos recompensados con un arma que complementa nuestra fiel varita mágica (la cual no es muy potente y tampoco nos permite soltar demasiadas descargas del tirón, pero se recarga sola), y si tenemos varias habitaciones a visitar, nos podemos hacer una idea de qué es lo que nos ofrecen echando un ligero ojo en la entrada. Eso sí, una vez ya nos hayamos metido dentro se cerrarán todas las puertas (incluyendo la de entrada) y nos veremos inmersos, normalmente, en un festival de enemigos de todo tipo, mientras nosotros vamos de un lado a otro esquivando disparos y haciendo lo posible por dar los nuestros.
Ziggurat es uno de esos juegos en los que conforme juguemos vamos notando cómo nuestra pericia mejora (aunque seamos unos campeones de los juegos de acción en primera persona, cosa en la que el que os escribe no es). Vamos aprendiendo cómo apuntar correctamente en cada arma, cuál es la mejor estrategia para cada tipo de enemigo, cómo usar mejor nuestros recursos… Y eso está muy bien, porque a diferencia de otros juegos, Ziggurat no te deja continuar una vez has muerto. Puedes hacer un guardado inter niveles (pero salvo que guardes la partida en otro lugar del disco duro, si mueres te borran la partida igual), y vas desbloqueando nuevas opciones que pueden aparecer en la partida, pero una vez mueras, vuelves a empezar con tu fiel varita, y viendo que te toca de inicio.
Eso sí, mientras no mueras, nuestro mago va progresando poco a poco. Tiene una barra que muestra cuánta experiencia le falta para poder pasar de nivel, y una vez alcance esa experiencia, además de mejorar en detalles como la cantidad de vida que puede perder antes de morir, nos dejan elegir qué otra mejora tenemos: Que si el maná también nos recupera algo de energía, que si nuestra barra de maná de varitas es más grande, etcétera. Así, si resistimos los compases iniciales, es más fácil que vayamos eliminando enemigos sencillos pantalla tras pantalla, teniendo los verdaderos problemas en el momento en que nos enfrentemos a los enemigos finales de cada nivel, que además de ser más grandes y resistentes, hacer ataques de todo tipo e invocar a otros enemigos, para poder enfrentarnos a ellos tenemos que encontrar el objeto de turno por fase para que aparezcan cuando nos acercamos a su posición.
Entre los detalles que hacen destacable este juego nos encontramos a los enemigos. Tal vez haya algunos más o menos genéricos, como una especie de banshee que nos lanza hechizos mientras vuela, o un kobold que dispara con su arco, pero otros son realmente graciosos, como unas zanahorias mutantes asesinas o unos pollos salvajes que a veces nos disparan grandes bolas de ácido.
Una cosa que impacta, y especialmente sabiendo que Milkstone son cuatro personas, y que llevan poco más de medio año de desarrollo, es su aspecto gráfico. Fresco, lleno de detalle, y usando fantásticamente el motor gráfico de Unity, desde algunos efectos de explosiones o el uso de fluidos en lava u otros líquidos. Nuestras felicidades a estos asturianos. Tiene detalles gráficos interesantes en casi cualquier momento, como la sencilla pero resultona intro. El sonido, si bien no es tan destacable, funciona a la perfección también.
En resumen, Ziggurat es un juego realmente entretenido para aquellos que os guste la acción en primera persona, la magia y el echarse una partida en cualquier momento. No sabemos si Milkstone tiene idea de sacar algún modo multijugador, pero si lo tuviera ya sería definitivo. Sin él, igualmente, es muy recomendable.