Análisis de WildStar (PC)
MMORPG en inglés y con cuotas. Si todavía seguís por aquí leyendo este análisis y no habéis salido espantados por el poder de repulsión que aparentemente tienen dichas palabras, probablemente os estaréis preguntando cómo de bueno es este nuevo juego y si merece vuestro tiempo y dinero, una pregunta que intentaremos resolveros a lo largo de este texto.
Descubriendo Nexus
Lo primero que hay que destacar es que WildStar no apuesta por plantearnos el enésimo mundo de ambientación medieval fantástica, cosa que se agradece ante lo tremendamente recurrente que resulta esta temática dentro del género. En vez de eso, el juego nos lleva a una era de ciencia ficción en la que dos facciones enfrentadas formadas por diversas razas alienígenas (y terrícolas) luchan por hacerse con el control de Nexus, un misterioso planeta repleto de grandes secretos. No en vano, fue el hogar de una antigua raza conocida como los Eldan, quienes se dice que fueron los arquitectos del universo, los cuales desaparecieron de la galaxia hace mil años sin dejar rastro.
Como habréis podido suponer, este argumento de dos facciones enfrentadas no resulta nada nuevo dentro del género, aunque supone la excusa perfecta para introducir PvP en mundo abierto para los jugadores que más ganas tengan de poner a prueba sus dotes de supervivencia. Por lo tanto, lo primero que nos tocará hacer antes de crear a nuestro héroe, será escoger el tipo de servidor en el que queremos jugar: PvP o PvE (con algunas variantes roleras para quienes quieran interpretar a sus personajes). Si escogéis lo primero, cualquier jugador de la facción contraria podrá atacaros (y vosotros a ellos), mientras que si decidís apostar por el segundo tipo, podréis jugar a vuestro gusto sin que nadie os moleste.
En cuanto al editor de personajes, este es lo suficientemente completo como para diferenciar a nuestro avatar de los del resto de jugadores, ya que nos permite controlar una gran cantidad de parámetros de personalización, aunque eso no quita que echemos de menos más opciones en ciertos aspectos. Por ejemplo, el número de peinados disponibles se nos antoja un poco escaso para casi todas las razas.
Entrando ya en lo que es el juego en sí, nos encontramos ante un claro heredero de la línea impuesta por World of Warcraft que tantos títulos han venido copiando en los últimos años. De hecho, esto es tan así que gran parte de las múltiples horas que nos hemos pasado explorando Nexus hemos tenido una sensación de Déjà Vu constante. El tipo de contenidos que ofrece, la estructura y el diseño de las misiones, su apartado artístico, etcétera. Casi todo recuerda al gigante de Blizzard, aunque eso no quiere decir que no tenga ideas propias realmente interesantes y diferenciadoras.
Como en todo MMORPG que se precie de serlo, nuestro objetivo será llegar al nivel máximo, para una vez llegados a ese punto, enfrentarnos a los desafíos más complicados del juego y equiparnos con las mejores armas y armaduras posibles. Para lo primero, como era de esperar, nuestra mejor opción será realizar misiones. Estas no tienen un diseño especialmente original y lo más normal será que los objetivos que os planteen ya los hayáis visto en otros juegos, por lo que preparaos para una buena ración de "mata a X enemigos de este tipo", "tráeme tantos objetos" y de "ve a hablar con ese tipo que está por allí".
Por suerte, hay veces que consigue sorprender con alguna que otra locura propia, aunque lo que más nos ha gustado es la apuesta tan fuerte que hace el juego por las plataformas, algo poco usual en los títulos de este tipo. ¿Esto qué significa? Que no serán las pocas veces que el título ponga a prueba vuestra habilidad a la hora de saltar, teniendo que aprender a sacarle provecho al doble salto y al sprint para pillar carrerilla. Hay momentos incluso en los que hay antigravedad y otros en los que podemos realizar saltos enormes para escalar montañas enteras (literalmente), lo cual aporta mucho dinamismo, tanto para realizar misiones como para movernos por el mundo.
Un detalle que nos ha parecido muy acertado es la presencia del comunicador, gracias al cual muchas misiones podremos aceptarlas y entregarlas sin necesidad de tener que desplazarnos hasta el NPC de turno, lo que acorta bastante los pateos en más de una ocasión. Además, si sois de ese tipo de jugador impaciente que no gusta de leer muchos textos, sabed que aquí las misiones no las explican en una frase o dos, por lo que podréis enteraros sin problemas de todo lo que os estáis haciendo sin perder demasiado tiempo.
Eso sí, lo malo de esto último es que la carga narrativa del juego es bastante escasa, algo que se echa de menos, ya que apenas hay vídeos y en el 85% de las ocasiones nos sentiremos como simples recaderos. De hecho, encontrar misiones en las que nos cuenten algo realmente interesante y que pique nuestra curiosidad será algo muy poco habitual. Para compensar esto, tenemos una ingente cantidad de documentos coleccionables repartidos por todo el juego, gracias a los cuales podremos descubrir muchos más detalles sobre Nexus, donde se demuestra el gran trabajo que ha realizado Carbine a la hora de ofrecernos un contexto rico y muy interesante, aunque la forma que han tenido de plasmarlo no haya sido la más idónea a nuestro parecer.
Conviene destacar la existencia de las misiones para grupos, por lo que existe un buen número de encargos que nos obligarán a cooperar con otros jugadores para poder adentrarnos en zonas repletas de enemigos más fuertes de lo normal o para tumbar a una poderosa criatura ante la cual no tendríamos ninguna posibilidad si fuéramos solos.
Hasta aquí tenemos un MMORPG más que poco nuevo ofrece, pero para hacer la experiencia de subida de nivel algo más dinámico y divertido, Carbine ha tenido la idea de introducir "Desafíos" y "Misiones de camino". Los primeros nos retarán a cumplir un determinado objetivo dentro de un tiempo límite y podremos encontrarlos hasta en el sitio más insospechado.
Por ejemplo, al matar a un enemigo cualquiera durante una misión puede aparecer un desafío que nos invite a aniquilar a tantos de esos monstruos como podamos, o si llegamos a la base de una montaña, pueden pedirnos que alcancemos la cima dentro del tiempo que se nos dé. Son totalmente opcionales, dan recompensas según lo bien o mal que lo hagamos y ayudan a ofrecer algo de dinamismo, por lo que si no tenemos ganas de cumplirlos, podremos pasar de ellos. Lo malo es que a veces hay demasiada gente en la zona y la reaparición de enemigos no es lo suficientemente rápida como para que podamos cumplir los objetivos dentro del tiempo límite, lo que puede resultar un poco frustrante.
Por otro lado, los "Caminos" es algo que escogemos al crear a nuestro personaje. Hay cuatro diferentes y cada uno de ellos nos propondrá una serie de misiones únicas orientadas a un estilo de juego concreto. Por ejemplo, si optamos por el camino del Soldado, nos encontraremos con una gran cantidad de objetivos relacionados con matar enemigos, probar armas y conquistar territorios, mientras que si lo nuestro es la exploración, con el camino del Explorador nos retarán a descubrir todo tipo de zonas, lugares secretos, etcétera. Mencionar que cada Camino tiene su propio nivel de forma independiente al de nuestro personaje y que al subirlo obtendremos todo tipo de recompensas y habilidades propias.
Una nueva forma de combatir
Si tuviéramos que quedarnos con una única cosa de WildStar, sin duda sería con su magnífico sistema de combate. Este suele ser uno de los apartados más importantes de un MMORPG, ya que en este tipo de juegos nos pasaremos una ingente cantidad de tiempo batallando, por lo que si la experiencia de masacrar criaturas y a otros jugadores no es lo suficientemente divertida y satisfactoria, poco futuro se le puede augurar a dicho título.
Por suerte, el sistema de combate de WildStar nos ha parecido de lo mejor que hemos visto nunca en el género, gracias a lo tremendamente dinámico que resulta su mezcla de acción en tiempo real tanto fijando objetivos como sin necesidad de hacerlo. Cada habilidad tiene un rango de efecto determinado y con pulsar la tecla correspondiente las usaremos sin necesidad de fijar ningún blanco, lo cual sumado a la posibilidad de esprintar y de rodar para esquivar, nos garantiza muchísima movilidad.
Lo interesante es que esto también se aplica con los enemigos, por lo que todos sus ataques los veremos reflejados en el suelo para que sepamos dónde no nos tenemos que poner. Eso sí, aquí no son simples conos y círculos rojos, ya que estos ataques tienen una gigantesca cantidad de formas distintas y muchos de ellos se superponen encima de otros, por lo que también nos tocará descifrar en cuestión de segundos el orden en el que se ejecutarán. Incluso nos encontraremos con marcas móviles que nos evitarán quedarnos un solo segundo quieto si no queremos dar con nuestros huesos en el suelo.
Cada tipo de enemigo tiene sus propios ataques, lo que ayuda a aportar mucha variedad a todas nuestras matanzas al tenernos que aprender constantemente sus patrones de movimiento, haciendo que la sensación de repetición y monotonía no sea tan pronunciada como en otros juegos, ya que siempre tendremos que estar alerta para reaccionar a tiempo. Incluso curar se hace muy divertido (un rol que no suele gustar demasiado en los MMORPGs, al igual que el de tanque) al tener que estar apuntando a nuestros compañeros mientras esquivamos sin parar.
Eso sí, hay que destacar que solo podremos tener un pequeño número de habilidades equipadas de forma simultánea, por lo que definir una buena build para cada situación será algo muy importante. En este sentido, a medida que subamos de nivel podremos repartir unos puntos en una especie de árbol de habilidades y en mejorar ciertas técnicas para que sean más efectivas y obtengan efectos nuevos, permitiéndonos de esta forma definir a nuestro personaje según nuestras preferencias.
Aventuras y mazmorras
En WildStar tampoco faltan un buen número de mazmorras instanciadas para grupos de jugadores. Estas se dividen en dos grupos distintos: Aventuras y Mazmorras. Las primeras son de un carácter más casual (lo que no quiere decir que sean fáciles ni mucho menos), con zonas más o menos abiertas y nos permitirán tomar múltiples decisiones para alterar su desarrollo, lo que les otorga un alto nivel de rejugabilidad que nos ha gustado mucho. Además, al final de la misma se valorará cómo lo hemos hecho, lo que nos permitirá obtener mejores recompensas.
Por otro lado, las Mazmorras no se salen demasiado de lo visto en cualquier otro juego, es decir, avanzar matando monstruos y derrotando jefes para obtener jugosas piezas de equipo. Eso sí, estas tienen un nivel de dificultad muy superior a lo que nos tienen habituado sus competidores, ya que es un tipo de contenido destinado a los jugadores más dedicados, por lo que ya desde la primera de ellas (la cual se desbloquea al alcanzar el nivel 20) nos veremos muriendo con bastante frecuencia, por lo que os recomendamos que las afrontéis con conocidos y que el buscador de grupo lo uséis solo como último recurso si no queréis disparar vuestros niveles de frustración.
En este sentido, nos vemos obligados a destacar el grandísimo trabajo que se ha realizado diseñando las batallas contra los jefes finales de WildStar, tanto en Mazmorras como en Aventuras, los cuales nos plantean unos enfrentamientos divertidísimos, tensos y muy frenéticos, con algunas mecánicas realmente originales. De hecho, nos atreveríamos a decir que son los mejores jefes que hemos visto hasta la fecha en un MMORPG, algo que en parte ha sido también posible gracias a su excelente sistema de combate.
Por cierto, si sois amantes del PVE, comentar que existen dos gigantescas mazmorras para grupos de 20 o 40 jugadores de nivel máximo, las cuales han sido bautizadas como "Asaltos", es decir, las raids de este juego. Como era de esperar, suponen el contenido de mayor dificultad de toda la aventura y están repletas de jefes, minijefes y eventos dinámicos que prometen tenernos ocupados durante meses, ya que todo lo que hemos dicho sobre las mazmorras y su sistema de combate aquí se lleva al máximo nivel, con algunas mecánicas y combates que rozan la locura en cuanto a dificultad.
De hecho, no hay más que ver la ingente cantidad de pasos y requisitos que nos piden solo para poder acceder a ellas, los cuales ya nos dejan bien claro que solo los mejores conseguirán desbloquearlas y afrontarlas con garantías, algo que últimamente se echaba un poco de menos en el género, especialmente desde que se pusieron tan de moda los distintos niveles de dificultad para todos los contenidos y que todo el mundo pudiera ver la totalidad de los juegos.
Batallas campales
WildStar también quiere contentar a los amantes del PvP, por ello además del PvP en mundo abierto que ya os comentamos al comienzo de este análisis, también disponemos de unos campos de batalla muy clásicos en los que podremos competir contra los jugadores de la facción contraria en unos enfrentamientos que nos han parecido realmente divertidos y con muchas posibilidades.
Eso sí, lo más interesante de todo son los Warplots, unas batallas masivas de 40 vs 40 que desbloquearemos al llegar al nivel 50. Cada facción tiene una base propia que puede personalizar y mejorar, y para obtener la victoria nos tocará destruir todos los generadores de los enemigos o desactivar sus estructuras y acabar con ellos, algo que nos llevará mucho más de unos simples minutos, ya que el mapa no es precisamente pequeño y existen multitud de objetivos que cumplir que nos ayudarán a alzarnos con la victoria.
En cuanto al equilibrio de las clases, todavía es muy pronto como para decir nada, por lo que no será hasta dentro de unas semanas, cuando los usuarios terminen de experimentar con las posibilidades de cada una, cuando podamos saber lo equilibrado que está el juego o no, aunque como la mayoría de sus modos PvP se basan en el juego en equipo entre un gran número de jugadores, es de suponer que en el caso de que haya pequeños desajustes, estos no sean demasiado determinantes.
Contenidos para todos los gustos
Con todo lo que hemos comentado hasta ahora, ya os podréis hacer una idea de la enorme cantidad de contenidos que ofrece WildStar, suficiente para mantenernos entretenidos durante meses, aunque a todo esto también tenemos que sumarle otras características que ayudan a hacer del juego una experiencia mucho más completa.
Para empezar, tenemos que mencionar su genial sistema de housing, gracias al cual podremos tener nuestro propio terreno y personalizarlo totalmente a nuestro gusto con muchas opciones diferentes que nos otorgarán, en algunos casos, ciertas ventajas. De esta forma no solo podremos crear la casa de nuestros sueños (eso sí, previo pago), sino que también podremos decidir quiénes serán nuestros vecinos, invitarles a que vean nuestra morada, etcétera. Sin duda, una característica que entusiasmará a los fans del housing por lo cuidada que está.
Como era de esperar, tampoco faltan a la cita las habituales profesiones, a las cuales se les ha dado una vuelta de tuerca, ya que cada una de ellas cuenta con su propio minijuego, lo que hace de la experiencia algo más interactivo que simplemente seleccionar una receta y darle al botón de crear. A destacar las "sorpresas" que llegan a esconder las profesiones de recolección, con menas a las que les salen patas y huyen, escondites secretos, etcétera.
Un bello mundo que explorar
Gráficamente estamos ante un juego que es simplemente precioso. Su estilo artístico cartoon puede gustar más o menos, pero de lo que no cabe duda es que Nexus es un planeta que consigue conquistar con sus imponentes vistas y paisajes, los cuales nos sumergen de lleno en toda una película de animación que desprende mucho encanto y carisma. Además, el modelado de los personajes es muy bueno, las animaciones son geniales y resultan de lo más expresivos. Además, al ser muchas de estas razas creaciones alienígenas totalmente nuevas, se agradece el cambio respecto a lo que estamos habituados a ver en otros juegos.
También cabe destacar que hay una enorme cantidad de opciones de configuración gráfica, por lo que el juego podemos adaptarlo a muchas configuraciones de equipo diferentes, aunque también es cierto que no está todo lo bien optimizado que nos gustaría. Todo esto también se puede aplicar a la interfaz, la cual podremos modificar a nuestro gusto. Por desgracia, hay ciertas opciones, como las de chat, que parecen no guardarse y nos tocará retocarlas cada vez que entremos.
En cuanto al sonido, este nos regala una banda sonora realmente buena, con temas muy épicos y de corte aventurero que siempre consiguen ambientar con mucho acierto todo lo que vemos en pantalla. Quizás echamos en falta algo más de variedad y cortes más largos para que no se acaben repitiendo antes de tiempo, pero se trata de un apartado muy bien resuelto. Los efectos de sonido son buenos, pero sin destacar demasiado, y el doblaje nos ha gustado bastante, aunque la mayoría de los diálogos no tienen voces.
A destacar los divertidísimos comentarios que escucharemos cada vez que subamos de nivel, resucitemos en un cementerio tras morir o al fijar nuestro punto de regreso, los cuales consiguen darle un toque de humor muy de agradecer. De hecho, muchos de los vídeos promocionales del juego tenían un sentido del humor buenísimo que no ha terminado de plasmarse como nos hubiera gustado, ya que todo acaba resultando más serio y épico de lo que sus tráilers prometían y de lo que ciertas situaciones intentan conseguir.
Conclusiones
WildStar puede presumir de ser un juego completísimo desde el mismo momento de su lanzamiento, con una enorme cantidad de contenidos para tenernos ocupados durante meses intentando completarlos y recuperando por el camino parte de esa desafiante dificultad que se había ido perdiendo a lo largo de los años en el género. Su diseño de misiones podría haber sido algo mejor y más innovador, pero su genial sistema de combate sabe suplir muy bien esta carencia.
El hecho de que tenga cuotas (las cuales, por cierto, se pueden pagar también con dinero del juego gracias a un sistema de comercio entre jugadores) puede que suponga un obstáculo para más de uno, al igual que su falta de traducción, y tendremos que ver cómo evoluciona a lo largo de los meses y el apoyo que recibe tanto de la comunidad como de Carbine para decir si conseguirá abrirse un hueco o no en este competido mercado, pero desde luego, buenas intenciones para convencernos no le faltan y todo el tiempo que ya hemos pasado en Nexus ha sido una experiencia que, al menos nosotros, pensamos repetir.