Análisis Warhammer 40.000 Dawn of War - Definitive Edition: Vuelve el RTS que redefinió el género (PC)
¿Qué se puede decir de Warhammer 40.000: Dawn of War que no se haya dicho en las más de dos décadas que han transcurrido desde su lanzamiento en 2004? Podríamos empezar este análisis hablando de la enorme popularidad que la serie de Games Workshop ha amasado desde la aparición del primer libro de reglas oficial, allá por el lejano año 1987, o centrarnos en el impacto que ha tenido su lore y consecuente fandom entre los miles de aficionados que han disfrutado, de un modo u otro, de los encantos de su peculiar universo. No obstante, sendas formas de comenzar este artículo no serían otra cosa más que redundar sobre conceptos que todo aficionado que se precie de la cultura audiovisual ya conoce de sobra. No en vano, su popularidad, pese a pasar por algunos altibajos comprensibles a lo largo de su dilatada existencia, siempre le ha permitido mantener una sólida comunidad de seguidores. Al final, eso es lo que permite que el espíritu de cualquier producto se mantenga vivo a pesar de los devaneos del mundo de la actualidad, siempre tan cambiante en los tiempos que corren.
Lo que queremos decir con todo esto, como seguramente ya habréis entendido, es que la serie no necesita presentación alguna. Probablemente Dawn of War, uno de los juegos de estrategia en tiempo real más famosos y laureados de todos los tiempos, tampoco la necesite, pero nunca está de más hacer un poco de memoria. Este RTS difería de otros compañeros del mismo género por el hecho de ofrecer un sistema de unidades basadas en escuadrones que podíamos ir mejorando y ampliando con el paso de las horas durante las propias batallas, un elemento diferenciador que le permitía destacar principalmente en los combates cuerpo a cuerpo, mucho más realistas de lo que estábamos acostumbrados a ver en aquel entonces.
Además del sistema de moral, que determinaba en gran medida el devenir de las escaramuzas, contábamos con el intenso uso de recursos, que nos llevaba a tener que capturar ciertos puntos del mapeado con el fin de extender nuestra influencia en el campo de batalla. El manejo de los puntos estratégicos y de las localizaciones críticas, unido a las reliquias y a los depósitos de chatarra, producían una sensación de estrés constante que se potenciaba gracias a los distintos modos de dificultad y al popular multijugador.
Un juego con mucha historia
Estos conceptos, que tal vez no destacan tanto sobre el papel como en la práctica, no venían solos, sino que contaban con el que seguramente sea el mejor sostén de W40K: su peculiar ambientación, eso que hoy llamamos lore y que viene a representar la suma de sus personajes, razas, arcos argumentales, etcétera. En este caso nos pusimos primero en la piel de los Marines Espaciales, que sirven como principal punta de lanza del Imperio para proteger y expandir su territorio mientras hacen frente a las razas alienígenas invasoras, como los Orkos, los Eldars o los humanos afines al Caos, con Lord Bale a la cabeza.
Pese a que el Dawn of War original solo permitía disfrutar del modo Campaña con unas condiciones limitadas, las distintas expansiones que fueron apareciendo en un lapso de cuatro años ampliaron no solo el espectro y número de posibilidades de cada facción, sino que también incorporaron nuevos estilos de juego y mapas que añadían más variedad y versatilidad a una sólida base táctica. Aunque habrá opiniones para todos los gustos, es difícil discutir la enorme dedicación que Relic Entertainment, el estudio desarrollador, puso en redefinir constantemente los derroteros por los que se movió la que durante años fue su principal carta de presentación.
De las tres, solo una requería el uso del juego original: Winter Assault. Junto a Dark Crusade y Soulstorm, la versión "final" de Dawn of War contó con nueve facciones, un sinfín de mapas y, lo que podría considerarse más importante, un contenido casi ilimitado creado por modders, alargando de forma prácticamente indefinida la vida útil del producto. Como ya dijimos anteriormente, una comunidad sólida es casi lo mismo que una vida larga y rica en matices para productos de esta índole, y seguramente Dawn of War es uno de los mejores ejemplos de ello en este sentido.
La Edición Definitiva de la Edición Maestra
Podríamos seguir hablando de los pormenores de Dawn of War durante horas, pero sirva esta ¿breve? introducción como punto de partida para entender lo que ofrece la nueva y aparentemente edición definitiva del juego. A lo largo de su vida hemos sido testigos de la aparición de distintas versiones finales, bien en forma de antología con todas las expansiones o de versiones con un supuesto carácter definitivo. De entre todas nos quedamos con una: la Master Collection, aparecida en Steam y GOG en 2024, en la que se incluían los mapas adicionales y actualizaciones de la versión Game of the Year que vio la luz en 2005, así como las tres expansiones oficiales; y que posteriormente pasaría a conocerse como la "Anniversary Edition", que permitía a los usuarios del original actualizar el juego de forma totalmente gratuita.
Esta versión es la que sirve como base para el lanzamiento de la "Definitive Edition", en la que se incluye todo el contenido original con sus correspondientes expansiones, ofreciendo un total de cuatro campañas clásicas, nueva facciones jugables, más de doscientos mapas y el que para muchos acérrimos representa el dato más importante de todos: una adaptación total a la arquitectura actual de 64 bits, para no solo permitir el desarrollo de nuevos mods, sino para que podamos seguir utilizando los que ya han sido creados por la comunidad. Para dar más énfasis si cabe a nuestra teoría de que Relic Entertainment es una de las compañías que más y mejor sabe escuchar a sus seguidores, esta Definitive Edition se comenzó a gestar tras darse a conocer que la desarrolladora se independizaría de SEGA en marzo de 2024 como parte de la reestructuración que sufrió la vertiente europea de la misma. A principios de año, Relic saltó a la palestra para regocijo de sus seguidores anunciando que se centrarían en recuperar algunos de sus títulos más emblemáticos, y he aquí la prueba.
Tiene todo el contenido que ha salido, vale, pero… ¿añade algo más?
Ya hemos explicado que Dawn of War es uno de los RTS más importantes de las últimas décadas; que sus creadores, Relic Entertainment, han ofrecido soporte durante años basándose en el feedback de la comunidad, que a su vez es la responsable de haber mantenido con vida el juego durante dos décadas; también que esta última edición que hoy analizamos emplea la que hasta la fecha había sido la última versión de la misma, denominada Anniversary Collection, en la que se incluye todo el material aparecido hasta el momento, expansiones inclusive. Pero ¿qué novedades aporta esta nueva incursión en el oscuro futuro del Milenio 41?
La primera y más evidente de todas es el salto a la resolución 4K, con todo lo que ello conlleva: texturas remasterizadas, más y mejor definidas; un sistema de iluminación a años luz del original, algo que se debe en gran parte a un uso de reflejos y de sombras con mayor dinamismo y detalle, y una cámara más manejable, con un rango de visión mayor que permite entender mejor qué es lo que está sucediendo en el campo de batalla. Son rasgos que, como podréis ver, no solo mejoran la apariencia del juego original, sino también la jugabilidad, por lo que el manejo de tropas es ahora más intuitivo. Aún con estas novedades tendremos que acostumbrarnos a las particularidades de su estilo, que lógicamente y como nos hemos cansado de repetir en remasterizaciones similares a esta, que no nacen con la intención de renovar por completo el espíritu del original sino de mejorarlo levemente, no dejan de arrastrar algunas de las taras que estaban presentes en el concepto de juego primigenio.
El salto a las 4K viene acompañado de un HUD optimizado para las pantallas panorámicas actuales, algo para lo que también se han retocado ligeramente algunos aspectos de la interfaz de juego, que nos ha parecido todavía un poco arcaica, especialmente si se compara con las propuestas modernas del género. Con todo, en la práctica el rendimiento es óptimo, aunque el manejo de la cámara resulta a veces un tanto estresante, sobre todo en los primeros compases de juego, cuando nuestra mente compara las sensaciones actuales con las que vivimos hace dos décadas frente a equipos que están a años luz de los que usamos hoy en día. Donde sí hemos notado una mejora interesante, en la que representa una de las mejoras más importantes del pack, es en el sistema de pathfinding, o lo que viene a ser lo mismo: en el comportamiento de las unidades a la hora de seguir un camino y de evitar obstáculos, enemigos, etcétera. No se puede hablar de un cambio revolucionario que ofrezca una experiencia muy distinta a la original, pero desde luego que sí de una actualización a mejor que agradecerán, sobre todo, los jugadores que cuenten con menos experiencia en este sector.
Más y mejor, también para los acérrimos
Siguiendo el estilo que venimos comentando en la forma de actuar de Relic, el estudio ofrece un descuento del 30 % en esta edición si ya contamos con la Anniversary Edition. Como el precio de venta oficial tanto en Steam como en GOG es de 30 €, esto se traduce en que podremos comprarla por unos 21 € si nos apetece ver cuál es el resultado final que ofrece Dawn of War. Este es un tema que siempre hay que tratar con delicadeza en productos de esta índole, con una base de jugadores muy establecida en el sector. ¿Vale la pena actualizar a esta versión si preferimos el estilo clásico? Esto es algo que lógicamente depende de cada jugador y que no nos corresponde juzgar desde nuestra posición. Como aficionados a la obra original, hemos tardado un tiempo en acostumbrarnos a las diferencias de juego, pero las mejoras evidentes en cuanto a efectos visuales se refieren suponen una nueva capa de pintura sobre lo que ya existía anteriormente, no una revolución en sí misma. Tampoco parece que esa sea la intención de Relic, cuya apuesta parece ser permitir que los jugadores puedan hacer uso de la tecnología actual sin perder la esencia original.
Lo que sí podemos garantizar es que, si nunca hemos disfrutado de Dawn of War, da completamente igual de cuál de las dos ediciones "finales" disfrutemos, porque la experiencia valdrá la pena igualmente en ambos casos.
Conclusión
La experiencia de volver a los tiempos de Dawn of War ha sido como viajar en el tiempo, concretamente a los inicios de los dos mil, una época que se caracterizó, entre otras muchas cosas, por un constante interés en mejorar el concepto de uno de los géneros más populares de aquella época. Nos ha recordado no solo por qué este es uno de los RTS más importantes de todos los tiempos, sino también por qué Warhammer cuenta con una comunidad de aficionados única: su ambientación, sus personajes, su historia; hay algo especial en ella que nos invita a seguir jugando hasta que exprimimos todo lo que dan de sí sus modos principales y expansiones, por no hablar del multijugador. Es brutal, directa, sangrienta, cruda. De hecho, su trasfondo se puede ampliar con tres novelas que profundizan, aún más si cabe, en la peculiar historia que cuenta esta experiencia.
La Definitive Edition que acaba de aterrizar en Steam y GOG solo potencia estos valores, mejorando los gráficos, las sombras, la iluminación, la cámara y algunos conceptos que los aficionados vienen reclamando desde hace tiempo. A lo largo de este análisis hemos insistido en que esto no es una revolución, eso ya queda claro con el tráiler que presentó Relic a modo de presentación y del que podéis disfrutar al comienzo del texto, sino un lavado de cara de un juego que cuenta con una legión de seguidores que han sido responsables de mantener viva su llama hasta el día de hoy. Para ellos se ha actualizado la arquitectura del juego y optimizado para los 64 bits, además de dar pie a que podamos disfrutar de los mods de antes y de los que, esperamos, están aún por llegar. Es obvio que el tiempo ha hecho mella en algunos de sus elementos básicos que aquí siguen intactos, pero al margen de eso, no podemos imaginar una mejor manera de activar el modo nostalgia que con esta edición. Tanto si eres fan como primerizo, vale la pena que le des una oportunidad. La humanidad te lo agradecerá.
Hemos realizado este análisis en PC (Steam) con un código proporcionado por Relic Entertainment
NOTA
Puntos positivos
Puntos negativos
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