Análisis de Wargame: Airland Battle (PC)

Últimamente los amantes de la estrategia no nos podemos quejar, ya que estamos recibiendo muchos juegos de gran calidad y con propuestas tan diferentes que raro será que no demos con nuestro título ideal. Ya sea por turnos o en tiempo real, juegos como StarCraft II, Company of Heroes II, Total War: Shogun II, XCOM: Enemy Unknown, Might & Magic Heroes VI o Fire Emblem: Awakening han sabido cómo atraparnos durante horas (y probablemente muchos seguiréis jugando a alguno de ellos).

Entre todos ellos, el año pasado Eugen Systems se atrevió con Wargame: European Escalation, un título exclusivo de PC que consiguió sorprender por todas las posibilidades que ofrecía y por su enorme profundidad jugable, donde la estrategia y la calidad de las tácticas primaban ante la fuerza bruta y la cantidad de unidades. Tras la buena acogida que tuvo, no resulta extraño que un año después nos llegue su secuela, la cual parte de la base del original para expandirla más todavía si cabe y disparar sus opciones estratégicas.

Guerra abierta

Si jugasteis a European Escalation, todo os resultará tremendamente familiar desde el primer minuto, ya que esta segunda parte es muy continuista en lo jugable. Volvemos a estar ante un juego de estrategia en tiempo real centrado únicamente en las tácticas militares, por lo que no tendremos que preocuparnos de cosas como la recolección de recursos o la construcción de bases. Aquí nuestro único objetivo será aplastar a todo aquel que ose hacernos frente y todos los esfuerzos que hagamos para tal fin irán destinados a la planificación de estrategias de guerra, a solicitar recursos y a dar órdenes a nuestras tropas.

En la práctica nos sentiremos como que estamos jugando a una especie de partida de ajedrez, donde el conocimiento de cada una de nuestras unidades es fundamental y donde un mal movimiento puede ser aprovechado por el contrario para dejarnos fuera de combate en un abrir y cerrar de ojos. Saber cuándo atacar, cómo realizar la ofensiva y con qué tropas será clave, ya que los mapas suelen tener un tamaño bastante generoso y tendremos que trabajar duramente para conseguir conquistar los diversos puntos de mando que hay repartidos.

Otro de los aspectos más importantes del juego está relacionado con el propio terreno de combate, ya que su orografía puede marcar la diferencia o darnos ventajas estratégicas, como los bosques, donde podremos esconder tropas para realizar emboscadas que pillen totalmente desprevenidos a nuestros rivales para así acabar con ellos antes de que tengan el tiempo suficiente para reaccionar.

En cuanto a las unidades, mencionar que el juego se ambienta en 1985, por lo que no esperéis vehículos y tecnología actual, ya que todo lo que encontraremos pertenece a esta época. En total tenemos más de 750 tipos de unidades disponibles (lo que supone más del doble que el original), un número que de entrada intimidará a más de uno, ya que podemos tirarnos horas estudiando los pros y contras de cada una para conseguir crear nuestras "barajas" perfectas, las cuales determinarán las unidades que podremos solicitar en partida. Lo bueno de todo esto, tal y como podéis imaginar, es que nos permitirá crear multitud de estrategias diferentes y que se adapten a estilos de juego muy variados.

Airland Battle da muchísima importancia a las estadísticas de cada unidad, por lo que de nada nos servirá enviar una gran cantidad de tropas de infantería contra un tanque bien acorazado y armado, ya que lo más probable es que todas ellas acaben muertas, a menos que hayamos planificado bien la estrategia y lo pillemos por sorpresa y a la distancia suficiente como para destrozarlo gracias a nuestros lanzacohetes (y aun así nos costará tumbarlo).

Una de las grandes novedades de esta entrega radica en la inclusión de vehículos aéreos como aviones y helicópteros, lo que dispara más todavía las posibilidades de juego que tenemos, ya que cuentan con sus propias características a tener en cuenta, por lo que más nos vale aprender a usarlos y a contrarrestarlos si no nos queremos ver inmersos en problemas realmente serios.

Toda esta complejidad y profundidad jugable tiene un precio: su curva de aprendizaje. Aprender a jugar con un mínimo de soltura es algo que puede llevarnos muchas horas y el propio juego no se molesta demasiado en hacernos este proceso más llevadero. El tutorial que se ha incluido deja muchísimo que desear y no consigue introducirnos con acierto al funcionamiento de sus mecánicas, por lo que prepararos para pasar un buen tiempo realizando escaramuzas contra la IA antes de dar el salto a su competitivo online, si no queréis acumular más derrotas de la cuenta en vuestros comienzos. La interfaz tampoco es todo lo intuitiva que cabría esperar en un primer momento a pesar de que nos permiten configurarla, por lo que su aspereza no ayuda demasiado. Eso sí, una vez nos habituemos a ella resulta totalmente funcional.

Otro de los aspectos que menos nos han gustado es su campaña para un solo jugador. Su historia está muy mal contada (es prácticamente inexistente y nos importará bien poco) y su desarrollo deja que desear. En un principio la idea de que tengamos que realizar movimientos sobre un tablero al más puro estilo Risk antes de saltar al campo de batalla suena bien, aunque las opciones que tenemos sobre él son realmente limitadas y los enfrentamientos tienen una duración máxima de 20 minutos. Esto último resulta especialmente frustrante, ya que si no conseguimos completar el objetivo del combate en ese tiempo, el duelo se resuelve con un empate, por lo que nos tocará esperar otro turno para poder volver a atacar, aunque esta vez con nuestras fuerzas mermadas.

La verdadera diversión de Wargame: Airland Battle la encontraremos en su multijugador, el cual nos ofrecerá horas y horas de diversión, siempre y cuando consigamos superar la fase de aprendizaje inicial y no nos dejemos abrumar por todas sus posibilidades, ya que los duelos contra otros jugadores alcanzan unos niveles de intensidad muy considerables, especialmente en su nuevo modo 10 contra 10, donde la cooperación con los miembros de nuestro equipo para realizar movimientos y estrategias coordinadas resultará vital. Otro de los puntos fuertes de su multijugador radica en las altas opciones de personalización de partida que se incluyen, por lo que podremos configurar los enfrentamientos totalmente a nuestro gusto.

Gráficamente no es el título más puntero que hayamos visto, pero tiene detalles muy buenos, como los efectos gráficos de explosiones y el modelado de las unidades. Las físicas son algo mejorables, ya que hemos visto algunas interacciones con el escenario bastante inverosímiles, así como los efectos de destrucción, que en ocasiones parece que las estructuras que destruimos se las traga la tierra. Aunque la peor parte se la lleva su apartado artístico, ya que dota al juego de un estilo visual muy impersonal y sin vida, con mapas muy grandes sí, pero poco atractivos para la vista.

Eso sí, cuando vemos a una gran multitud de unidades batallando simultáneamente en pantalla, con el escenario convertido en un auténtico caos repleto de explosiones, el juego consigue alcanzar unos niveles de espectacularidad dignos de mención y que nos harán olvidarnos de sus defectos. También es de elogiar lo bien optimizado que está, ya que se incluye una amplia gama de opciones de vídeo que nos permitirán hacer funcionar el juego en casi cualquier PC.

El apartado sonoro por su parte cuenta con una banda sonora que ambienta bien, pero que consigue cansar rápidamente ante su escasez de temas y a lo cortos que resultan. Los efectos de sonido sí que están muy conseguidos, lo que consigue que todas las armas y vehículos suenen con la contundencia y claridad que se espera de ellos. Finalmente, mencionar que tiene los textos traducidos al castellano, aunque no todos, y en nuestro caso nos hemos topado con muchos de ellos sin traducir, tanto en inglés como en francés.

Conclusiones

Wargame: Airland Battle es un título destinado a los estrategas más dedicados y a todo aquel que busque una experiencia de juego centrada únicamente en la batalla, que sea profunda y que cuente con multitud de opciones. Todo esto siempre y cuando estéis dispuestos a superar su curva de aprendizaje y lo que os interese sea guerrear contra otros jugadores, ya que sus opciones para un solo jugador dejan muchísimo que desear. Si cumplís todos estos requisitos, preparaos para batallar durante horas y para perder la noción del tiempo cuando os adentréis en él.