Análisis Vampire Survivors, el juego ASMR (Adictivo, Minimalista, Satisfactorio y Retro) (PC, Xbox Series X/S, Switch, PS5, Xbox One, iPhone, Android, PS4)
Vampire Survivors lleva ya bastante tiempo en acceso anticipado, pero no ha sido hasta ahora cuando poncle, estudio de una sola persona, ha lanzado su versión completa. A lo largo de su desarrollo en abierto ha logrado algunos hitos que sorprenden al tratarse de un juego tan pequeño: en Steam tiene más de 120.000 reseñas de usuarios y picos de hasta 77.000 jugadores simultáneos, mientras que en Twitch ha logrado colarse en casi 4000 canales , siendo uno de los videojuegos más populares de la plataforma de retransmisión en directo con más de 718.000 horas reproducidas en total.
No cabe duda de que el juego de Luca Galante es, como poco, popular. Sorprenden las cifras no sólo por lo humilde de su proceso de producción sino porque el propio juego en sí, sus mecánicas, ideas y aspecto, parecieran apuntar en una dirección mucho más de nicho; a fin de cuentas Vampire Survivors es un roguelite de estética retro en el que sólo movemos al personaje mientras este se encarga de lanzar ataques automáticos a las hordas de enemigos que intentan arrinconarnos.
Dicha propuesta es de esas que hacen arquear cejas entre los sectores más hardcore de la audiencia, aunque prácticamente todo el mundo que entra en el juego sale con el convencimiento de que tiene mucho más de lo que parece a priori.
¿De qué va exactamente Vampire Survivors?
Lo cierto es que Vampire Survivors no engaña a nadie: su propuesta es la que es y le bastan cuatro teclas (las de dirección) para asentar una mecánica de juego verdaderamente original. Sus partidas consisten esencialmente en huir de los enemigos mientras el personaje, a escoger entre los muchos héroes que tenemos para desbloquear, lanza ataques de manera automática. Un temporizador marca cada segundo que hayamos sobrevivido, señalando al objetivo más básico: aguantar sin morir todo el tiempo que podamos. Por supuesto hay una barra de experiencia que se va llenando al recoger las gemas que sueltan los enemigos, así que si queremos mejorar las habilidades del personaje tenemos que enfrentarnos a ellos en vez de limitarnos a escapar.
Si morimos empezamos de cero. Al tratarse de un roguelite, eso sí, hay un progreso transversal que no depende de cada partida: conseguimos monedas con las que desbloquear habilidades o personajes, y además nuestros logros en cada ronda también nos ayudarán a conseguir nuevos poderes y descubrir escenarios que tratan de darle un giro a la fórmula original desafiándonos también con nuevos objetivos. Así se implantan las recompensas básicas para que tengamos un aliciente más para seguir jugando; no lo necesitaría, porque ya en su forma más pura es un juego realmente adictivo, pero se agradece esa profundidad extra y la cantidad de contenido con la que ha llegado al lanzamiento de su versión 1.0.
El juego simple, el juego mejor
'Adictivo' es, probablemente, el adjetivo más utilizado para definir Vampire Survivors. No es decir mucho y no es positivo per se, pero encapsula la principal sensación que emana del juego: suena manido decir que es de esos títulos que nos animan constantemente a 'echar una partida más', pero es que es la realidad. Buena parte de sus fortalezas persiguen esa intencionalidad, la de atraparnos para que juguemos una ronda detrás de otra; es un juego simple sólo en la superficie, porque tiene muchas decisiones conscientes que denotan el trabajo que hay detrás a nivel de diseño de niveles, visual y sonoro.
Quizás esa es la clave de Vampire Survivors, que nada es casualidad. Los niveles del juego están construidos de una manera procedimental (son infinitos, de hecho), pero siempre tienen peculiaridades que nos animan a aprovechar el entorno e incluso consiguen obstaculizarnos el paso; los poderes de los personajes, pese a que muchos siguen teniendo problemas de equilibrio que harían bien en resolver, generan dinámicas que se adaptan a múltiples estilos de juego (más enfocados en el cuerpo a cuerpo u orientados en crear un campo mágico alrededor del héroe, por ejemplo). La cadencia de los ataques, el timing de las oleadas, los eventos aleatorizados… Todo los detalles tienen un papel fundamental en conseguir que no queramos parar de jugar.
Y pese a ello, no lo percibimos así. Nuestra idea de Vampire Survivors sigue siendo la de que es un juego simple, sencillo… minimalista incluso. Hay toda una estructura detrás de lo que vemos, pero quizás por cómo lo vemos y, sobre todo, por cómo lo jugamos es fácil dar por hecho que no es para tanto. Sin embargo, su mecánica principal nos desafía constantemente a abrirnos hueco entre hordas de enemigos, a medir las cajas de colisiones al milímetro, a controlar al rebaño de monstruos que nos persigue y a pensarnos muy bien qué mejoras desbloquear (entre las aleatorias que se nos presentan al subir de nivel) para ir dando forma a nuestra efímera build.
Por otro lado, aunque en ese mismo sentido, la dirección artística del juego puede parecer también sencilla, pero guarda en su interior todo un catálogo de trucos que refuerzan la sensación de satisfacción: en las primeras partidas es común pasar por alto muchas de las decisiones Luca Galante ha tomado en ese sentido, pero no tardamos en darnos cuenta de que los numeritos y los cambios de color que vemos cuando golpeamos a los enemigos están colocados con precisión para hacernos sentir bien cuando un ataque impacta en el ejército de monstruos que nos persigue (cuyo diseño, eso sí, es algo irregular).
Es sobre todo en el apartado sonoro donde vemos la muestra más clara de lo estimulante que puede llegar a ser Vampire Survivors. No sólo en la banda sonora, que es magnífica y acompaña tanto a la estética del juego como a la dinámica de las partidas, sino también en los propios efectos especiales: el diseño sonoro de este título es especialmente bueno, gratificante a más no poder, y funciona a la perfección con la música que suena mientras luchamos contra las hordas. En muchos aspectos, pese a lo tensas que se vuelven las partidas a medida que vamos subiendo de nivel, Vampire Survivors consigue incluso ofrecer una experiencia de relajación: acción directa a la que entras sin pensar y recibes un desfile de estímulos visuales y sonoros.
Conclusiones
Con sólo cuatro teclas, Vampire Survivors se las apaña para ofrecer una experiencia adictiva y desafiante con aroma a videojuego clásico pero con pulidas decisiones modernas. Que nuestro objetivo sólo sea movernos por el mapa esquivando enemigos mientras el personaje lanza ataques de forma automática puede parecer a priori una idea bastante sencilla, pero a lo largo del tiempo que ha estado en desarrollo en acceso anticipado (cosechando opiniones de una fuerte comunidad) ha demostrado que se trata de un proyecto consciente de sus virtudes dado que ha sabido (y logrado) potenciarlas con mucha más profundidad estratégica y posibilidades de adaptar sus sistemas a nuestro estilo de juego. Eso combinado con una faceta estética retro, simple pero funcional y gratificante, además de una estructura que propicia partidas cortas, convierte a este título en un videojuego muy estimulante en el que sus virtudes provienen de decisiones de diseño conscientes y no de la pura casualidad.
Hemos realizado este análisis en PC descargando el juego desde Xbox Game Pass.