Análisis de UFO: Aftershock (PC)
A comienzos de la década de los noventa el estudio de desarrollo Mythos Games, bajo la producción de Microprose, lanzaba al mercado X-COM, un juego de estrategia y combates tácticos en el que debíamos hacer frente a una invasión alienígena, aprovechando todos los recursos naturales del planeta para construir fábricas y laboratorios en los que se crearían todo el armamento necesario para hacer frente al enemigo invasor. Esta fórmula de juego cuajó entre los aficionados a la estrategia, por lo que pronto los desarrolladores trabajaron en dos secuelas que continuaron explotando esta fórmula de juego, ampliando cada vez más las posibilidades de acción –más y mejores tipos de investigaciones, más opciones en los combates, un sistema de diplomacia mejorado,…-. Tras esta etapa de éxito, Mythos Games cerró quedando el nuevo capítulo de la serie en el aire.
Pocos años después, el equipo checo Altar Interactive se hacía con los derechos de la serie y lanzaba la que podía catalogarse como "continuación" de X-COM, aunque la historia no seguía el hilo principal de la serie. UFO Aftermatch, que así es como se llamaba, mantenía la gestión de territorios, con la consiguiente construcción de fábricas y laboratorios de investigación –aunque más bien los capturábamos y gestionábamos-, y los combates en la superficie terrestre que en esta ocasión había sido invadida por una nube tóxica lanzada por los alienígenas, creando una especie de biomasa que terminó con la vida de gran parte de los seres vivos del planeta.
Este nuevo capítulo supuso un relativo éxito para sus desarrolladores, aunque no contentara completamente a los seguidores de la saga. Ahora, con esta continuación, Altar Interactive pretende mejorar los puntos flacos del original, ampliando notablemente las posibilidades de juego.
La historia de UFO Aftershock nos situará cincuenta años después de lo acontecido en el original. Como comentamos, en el capítulo anterior los alienígenas, llamados en el juego Reticulanos, terminaron con la mayor parte de la vida en la Tierra usando una nube de esporas que generó una biomasa letal para todos los habitantes del planeta. Nosotros, en Aftershock, tendremos que intentar esclarecer el por qué de la derrota de la humanidad, descendiendo periódicamente a la superficie planetaria con pequeños grupos de soldados, que se encargarán de recopilar la información necesaria. Sin embargo, pronto descubriremos que el planeta no se encuentra totalmente devastado, y aparte de los ya citados reticulazos, encontraremos una serie de mutantes y criaturas horripilantes, así como varias comunidades humanas, a cada cual más interesante.
Para comprender mejor el sistema de juego en esta nueva producción de Altar Interactive dividiremos el análisis en las dos vertientes en las que se divide el juego: estrategia y gestión de recursos por un lado; y combates tácticos en la superficie planetaria por el otro.
Al encontrarse el planeta devastado por la biomasa y plagado de enemigos todas nuestras acciones las llevaremos a cabo desde el espacio a bordo de una gran estación espacial llamada Laputa. En una de las salas de mando nos encontraremos con un gran globo terráqueo en el que aparecerán marcados, con unos finos trazos azules, los territorios que podemos invadir o proteger, mientras que el resto del planeta quedará visible, pero no marcado –no podremos actuar hasta que quede remarcado-. Como comentábamos, el tiempo jugará un papel fundamental en el desarrollo de la acción, ya que por ejemplo mover nuestra nave de España a Francia puede "costarnos" unas pocas horas; mientras que recorrer todo el globo terráqueo nos puede llevar un día entero. Si perdemos el tiempo moviendo la nave de un lado a otro, algunas de las misiones urgentes que aparecerán repentinamente, desaparecerán, ganándonos la enemistad de los habitantes de esa región, y por tanto, las de los humanos pertenecientes a ese colectivo.
En cada uno de los territorios comentados nos encontraremos, no siempre, con un clan o grupo dominante, y unos recursos naturales o unas zonas en las que edificar. Así, por ejemplo, la zona de París puede estar dominada por los humanos y ser un territorio edificable; mientras que Madrid puede estar gobernada por los Cyborgs y tratarse simplemente de una zona en la que encontrar uno de los tres recursos naturales existentes –baja tecnología, alta tecnología, y tecnología alienígena-. Lógicamente a nosotros nos interesarán todos los territorios, pero cabe resaltar esta distinción porque en Aftershock no edificaremos donde queramos, sino en las zonas marcadas exclusivamente para ese efecto.
También cabe destacar la necesidad de tener que unir todos los territorios entre sí si lo que queremos es que los recursos contabilicen, o si queremos que algunas de las zonas edificables puedan ser edificadas, ya que si no están conectadas a la red no podrán hacerlo. Sin embargo, no podemos abusar de las vías de comunicación, ya que no nos costará dinero el construirlas, pero sí el mantenerlas; por lo que nuestros recursos pueden tener valores negativos en vez de positivos. En estos casos lo mejor será eliminar las vías que menos recursos aporten, y centrarse en la conquista de más territorios.
En cuanto a la construcción e investigación, como decimos, necesitaremos primero un lugar donde edificar; pero también de los recursos necesarios para levantarlos. Antes, además, tendremos que investigar los planos de construcción en los laboratorios para conseguir fábricas de armamento, de armas alienígenas, etc. Lo mismo ocurrirá con los distintos tipos de laboratorios, ya que podemos encontrarnos con los médicos, los de armas biológicas, etc. Una vez construidos los edificios podremos investigar o fabricar en ellos los objetos que estén disponibles, siempre teniendo en cuenta el gasto en recursos que conllevará, y el tiempo que tardarán en terminar con su trabajo.
Y será en este punto donde encontraremos una de las virtudes del juego. A pesar de hablar de un título tremendamente complejo por la gran cantidad de opciones con las que nos encontraremos, el navegar por los distintos menús no resultará nada complicado ya que las distintas opciones de construcción y gestión se encontrarán repartidas en distintas pestañas independientes, por lo que podemos entrar directamente a la parcela de fabricación, en la de diplomacia, en el pelotón, donde equiparemos y entrenaremos a nuestras tropas, o centrarnos en la investigación. Será, por tanto, un sistema de juego intuitivo y directo.
La diplomacia, que en Afertshock cobra un gran protagonismo, será otro de los puntos más a tener en cuenta en nuestra partida. Como decíamos, nos encontraremos con tres bandos humanos en el planeta Tierra que nos ayudarán, o atacarán, dependiendo de nuestras actuaciones. Los humanos, Cyborgs (hombres con la capacidad de recibir implantes técnicos en su cuerpo) y las Psiónicas (mujeres con poderes psíquicos) nos permitirán compartir los recursos existentes en sus territorios, o nos dejarán edificar en sus tierras siempre que nuestras relaciones sean buenas. Del mismo modo, en todo momento podemos pedirle tropas para reforzar a nuestro ejército, o recursos si lo que tenemos es escasez de los mismos. Si queremos, nosotros también podremos ofrecer recursos a los aliados para mejorar las relaciones ya que pedir recursos las empeorará. Por supuesto, no mandar a nuestras tropas para proteger a estos ciudadanos cuando lo pidan será otra de las causas que empeorarán las relaciones diplomáticas.
Por último, la aparición de dos nuevos colectivos complicarán en exceso nuestro avance por el juego; primero porque uno de estos grupos será capaz de convencer a los habitantes de nuestros territorios para que se pasen a su bando sin necesidad de atacar –utilizan técnicas de persuasión-, aunque también asaltarán nuestros territorios. Y el restante por ser un enemigo al que no podremos atacar. Para frenar las infiltraciones enemigas, tendremos que construir bibliotecas y escuelas que aumentarán el nivel de conocimiento de nuestra población y por tanto, serán menos vulnerables a los engaños de los cultistas.
Nuestro ejército constará de muy pocos soldados que irán subiendo de niveles conforme eliminen a los enemigos. Cada uno de nuestros combatientes tendrá una serie de habilidades que harán que sean mejores en el combate cuerpo a cuerpo, o más hábiles con las armas de largo alcance, así como también podrán ser especialistas en sanar las heridas de los compañeros, o plantar todo tipo de dispositivos mortíferos en medio del campo de batalla. Conforme vayan subiendo de nivel, nosotros mejoraremos las estadísticas de los soldados consiguiendo que se especialicen en algún tipo de combate, y adquieran habilidades que el resto no poseerán. También, la contratación de unidades pertenecientes al bando de los Cyborgs y las Psiónicas hará que nuestro mini ejército sea más variado y mortífero. A todo esto, además, debemos añadirle el tema del equipamiento ya que cada unidad contará con un inventario limitado que podremos llenar con todos los objetos mencionados con anterioridad, y que conforme rellenemos ralentizarán la marcha del personaje en cuestión debido al peso que llevará equipado.
Todas estas características y equipamiento modificarán sustancialmente nuestras acciones en el campo de batalla, ya que dependeremos totalmente de las estadísticas, tanto de los personajes como de las armas que lleven equipadas para abatir a los enemigos. De este modo, tras descender al territorio en cuestión y seleccionar el lugar donde aterrizaremos, tendremos que explorar el mapa de manera sigilosa, intentando en todo momento no meternos en problemas. En este sentido, Aftershock se aleja bastante de los juegos en los que lo más importante y sencillo es correr hasta encontrar a un enemigo y matarlo, para introducirnos en unos combates intensos, y extremadamente lentos, en los que nuestra posición, así como la distancia que tengamos con respecto al enemigo, marcarán el éxito de la contienda.
Gracias a una interfaz sencilla e intuitiva, podremos ralentizar, acelerar o pausar el tiempo en cualquier momento de la partida, así como también conocer el índice de probabilidades que tendremos a la hora de acertar a un enemigo, o las que tendrán los rivales para herir a nuestros soldados. Éstos, por supuesto, nos atacarán con todo tipo de armas, ya sean de rayos, con veneno o granadas de fragmentación. Y aquí nos encontraremos con una buena inteligencia artificial en todos los enemigos, que reaccionarán de manera realista a nuestros ataques. Así, por ejemplo, si los rivales ven que pueden con nosotros avanzarán sin miedo usando para ello todo el armamento que tengan a mano. Sin embargo, si somos nosotros los que mostramos una clara superioridad, los rivales correrán intentando encontrar apoyos en la retaguardia.
Por lo demás, todo funcionará igual que en la mayoría de juegos de estrategia. Nuestras tropas no verán a los enemigos a no ser que se encuentren en su campo de visión, que aumentará conforme mejoremos la percepción de nuestros soldados. También, si avanzamos agachados o tumbados haremos menos ruido, por lo que podremos coger por sorpresa a los enemigos. Esta habilidad, como la percepción, también podrá ser mejorada para tener menos probabilidades de ser atacados por sorpresa. En todo momento, lógicamente, podremos equipar a nuestros hombres con el material que lleven en la mochila, hecho que nos permitirá sanar las heridas de los combatientes, o cambiar las pistolas por granadas de fósforo. El tiempo, que como decíamos podrá ser pausado, ralentizado y acelerado, también jugará un papel importante en este tipo de misiones, ya que por ejemplo en algunas ocasiones será conveniente pausar la acción para planificar bien nuestra estrategia –cada vez que ocurre algo importante el juego se detiene automáticamente-, o ralentizarlo para estar atentos a cualquier cambio inesperado en la batalla.
El problema en este tipo de misiones, que ya hemos mencionado en el apartado de gestión de recursos, va ligado a la extremada dificultad con la que nos encontraremos. En las primeras partidas nuestros soldados morirán como si nada al enfrentarse a un enemigo mucho más numeroso y con mejores armas. Nosotros dependeremos de la suerte que tengamos a la hora de encontrar armas y recursos en las misiones para poder equipar decentemente a nuestros soldados; pero es que además, en más de una ocasión nos quedaremos sin tropas por encontrarse la mayoría en la enfermería. Cada vez que muera una de nuestras unidades, tendremos que reclutar más soldados, con el consiguiente gasto de recursos, que como decíamos, no abundarán precisamente. Otro punto negativo lo podemos encontrar en la excesiva lentitud con la que se desarrollará todo el juego. En la parte de gestión de recursos los plazos para la fabricación o investigación de nuevos objetos o edificios serán demasiado largos, lo que hará que nos desesperemos esperando que se cumplan todas nuestras órdenes. Entre tanto, veremos como las relaciones diplomáticas empeoran por no tener los suficientes hombres con los que combatir, ya que la mayoría estarán en la enfermería y, o bien realizamos incursiones suicidas, o esperamos y perdemos la oportunidad de continuar expandiendo nuestro territorio (perdiendo encima el favor de los habitantes de la región).
En lo que respecta al apartado técnico, todo lo relacionado con la gestión de recursos no destacará precisamente por su espectacularidad, pero como decíamos, sí resultará de lo más intuitivo navegar entre tantas opciones; algo muy de agradecer en un juego de este tipo. Las misiones en Tierra, por el contrario, sí tendrían que destacar, o por lo menos ofrecer un acabado gráfico más destacable del que se nos ofrece. Así, nos encontraremos con una buena variedad de campos de batalla que irán desde los desiertos, a zonas industriales abandonadas, pasando por bosques tenebrosos e instalaciones enemigas. Sin embargo, el nivel de detalles en estos no será demasiado alto, y el modelado de las unidades tampoco resultará nada destacable en comparación con lo visto en otros títulos del género.
El último gran problema lo encontraremos con las cámaras ya que en más de una ocasión tendremos a un enemigo disparándonos desde detrás de algún objeto del escenario, sin poder en ningún momento visualizarlo por culpa de la cámara. Las ralentizaciones también harán acto de presencia a pesar de estar hablando de un título poco espectacular en su apartado gráfico. El sonido tampoco destacará en exceso, aunque sí cumplirá su función. Las voces se encuentran en perfecto inglés, aunque los textos sí han sido traducidos. Las melodías que nos acompañarán en las horas de gestión resultan animadas y "futuristas", mientras que las piezas musicales que nos presentarán el campo de batalla destacarán por el ambiente de misterio y tensión que generan. Los efectos sonoros, por el contrario, destacan por su poca variedad, así como por la poca espectacularidad de los mismos.
En definitiva, UFO Aftershock ofrece una interesante experiencia de juego compleja y densa que seguro agradará a los aficionados al original, así como a todos aquellos seguidores de la estrategia que busquen títulos más alejados de los planteamientos clásicos dentro del género –construcción de campamentos, creación de ejércitos y combatir al enemigo-. Sin embargo, los ya mencionados problemas con la cámara, el decente apartado técnico, y la excesiva dificultad con la que nos encontraremos, convierten a este juego en uno de esos títulos que por momentos fascinan, y al poco tiempo desesperan. No obstante su precio, y las virtudes ya mencionadas, lo convierten en un juego muy a tener en cuenta por todos los usuarios de PC.