Análisis The Blackout Club, cosas más raras se han visto (PC, Xbox One, PS4)

Con la llegada de Stranger Things, en cierta medida, se han vuelto a popularizar estas aventuras de misterios ochentenas con jóvenes y adolescentes. Aunque la serie de Netflix cuenta con su propio videojuego, es curioso que no se haya intentado hacer algo que aproveche más las relaciones entre personajes. Por suerte, tenemos un proyecto que, aunque no tiene ningún vínculo con el programa de televisión, apuesta por una ambientación similar y un enfoque cooperativo.

¿Qué está pasando?

The Blackout Club es un título de sigilo en primera persona, diseñado para jugar en equipos de hasta cuatro jugadores, aunque también puede disfrutarse en solitario. La aventura nos pone en la piel de un grupo de jóvenes que intenta demostrarle a los adultos que algo extraño está pasando. Concretamente, que cuando cae la noche el pueblo entero camina sonámbulo por las calles, y al día siguiente no recuerdan nada.

La única manera de convencer a los adultos de que es verdad es salir por la noche y tomar pruebas, razón por la que forman El club de la amnesia. No vamos a tardar en descubrir que hay mucho más que sonambulismo, sino que también hay instalaciones subterráneas y... ¿cosas paranormales? La historia es bastante interesante, aunque tras el tutorial la carga narrativa se diluye bastante.

A nivel jugable, es como casi cualquier otro juego de sigilo en primera persona actual. El silencio y moveros por las sombras nos ocultan, el ruido y estar en la luz nos delata. Hay diferentes tipos de enemigos –ciegos con un excelente oído, con visión, drones, trampas...– y tendremos que ir tomando diferentes acercamientos para esquivarlos.

A nuestra disposición tenemos varias herramientas; una principal y multitud de secundarias. Cada personaje puede elegir una herramienta principal de entre tres: un táser, un gacho para trepar y una pistola de dardos tranquilizantes. Luego, por el escenario, encontramos ganzúas para forzar puertas, petardos para distraer a los enemigos, vendas para curarnos, espuma para andar por zonas sin hacer ruido...

Los personajes, además, cuentan con habilidades propias que se pueden personalizar y mejorar según suben de nivel a través de un sistema de cartas. Aparte, también pueden personalizarse estéticamente. Esto hace que, si nos juntamos con un grupo de amigos podamos tener un equipo variado tanto jugable como visualmente, algo ideal para enfrentarnos a los desafíos más complejos de la aventura.

Ve para allá y tráeme esto

El primer contacto con The Blackout Club es sensacional. El tutorial es fantástico, y las primeras misiones se hacen increíblemente divertidas. El diseño de escenarios es bastante bueno, con multitud de maneras de llegar hasta cada objetivo y con mecánicas interesantes, como cerrar los ojos para ver el camino o si nos rodea algo paranormal. Estamos supermetidos en la historia, descubriendo los entornos y la jugabilidad... pero poco a poco esas sensaciones se van diluyendo.

Ese debe a que el juego nos ofrece escenarios abiertos donde las misiones se generan de manera aleatoria cada vez que jugamos, y éstas se limitan a ir a un sitio e interactuar con algo. Puede ser coger un objeto, desatar a un personaje o poner un póster, pero no hay nada más. Y, claro, después de hacer esto durante varias horas, empieza a echarse en falta algo más de variedad.

Jugando con amigos es más fácil sobrellevar la falta de desafíos, ya que vamos hablando y organizándonos entre nosotros, casi distrayéndonos de hecho de que estamos haciendo lo mismo una y otra vez, pero en solitario se hace demasiado evidente. Jugando solo, dicho sea de paso, no podemos revivir si nos mata un enemigo, obligándonos a empezar desde el principio y acentuando esa repetición.

Misterios envolventes

Visualmente, The Blackout Club nos ha gustado mucho. Tiene algunos altibajos, pero en general se ve muy bien y tiene un estilo artístico que nos ha encantado. Tiene mucha personalidad, y creemos que consigue el equilibrio justo entre realista y cartoon para dar ese mal rollo que busca. Eso sí, le pasa un poco como a la jugabilidad: tenemos la superficie y las instalaciones subterráneas, y tras un tiempo se acaba echando en falta algo más. Al menos, vamos descubriendo nuevas zonas del mapa según subimos de nivel, lo que motiva a seguir jugando.

En lo sonoro también está bastante bien, particularmente si jugamos con cascos o un buen equipo de sonido. Vamos a escuchar muchos ruidos que nos pueden dar pistas de por dónde vienen los enemigos, y esto es algo que nos puede salvar la vida. Mencionar también que nos llega con textos en castellano, lo que siempre es de agradecer.

Lo más curioso es lo que los desarrolladores llaman Enhanced Horror, un sistema que graba nuestra voz para mejorar el terror. Es una mecánica curiosa, que afecta a los sueños que tenemos tras cada misión y a los llamados rituales, aunque en nuestro caso no ha aportado nada rompedor. Cabe destacar que, si por seguridad preferís no compartir vuestro micrófono con el juego, es algo totalmente opcional.

El club de la amnesia

The Blackout Club es un título con un enorme potencial, y que esperamos que siga expandiéndose en el futuro. Las primeras horas de la aventura son fantásticas, pero la falta de variedad en el diseño de misiones hace que pierda interés tras varias horas de juego. Con amigos es posible distraerse más y no apreciar tanto esta carencia, pero es innegable que, antes o después, vamos a echar en falta nuevos desafíos o mecánicas.

Lo nuevo de Question se merece una oportunidad o, al menos, que le sigáis la pista si os atraen los títulos cooperativos. Tiene carisma y personalidad y algunas ideas geniales, y consigue divertir y atraparte, aunque durante cuánto tiempo dependerá de cada jugador. En cualquier caso, como decimos, hay algo especial en The Blackout Club; algo que nos hace querer volver.

Hemos realizado este análisis en PC con un código de descarga proporcionado por Question.