Análisis de Tales of Monkey Island Chapter 4: Trial and Execution of Guybrush Threepwood (PC, Wii, PS3)
Desde hace ya varios meses que los seguidores de las aventuras gráficas llevan disfrutando de las nuevas aventuras de Monkey Island para PC en su formato de distribución digital. Llegamos casi al final de la primera temporada de Tales of Monkey Island, y una vez más, TellTale Games ha demostrado que es capaz de reavivar viejas glorias de antaño y mezclarlas con los conceptos que hoy en día aparecen en la industria del videojuego. En esta ocasión, nos encontramos con el cuarto episodio de Tales of Monkey Island, aventura que poco a poco va llegando a su fin -sólo queda un capítulo más- y que promete tener un final, como mínimo, a lo grande, debido a los sucesos que ocurren en este fantástico episodio. Evidentemente el formato episódico al que hace gala la desarrolladora obliga al jugador a completar un capítulo antes de continuar la aventura, básicamente por el placer de conocer el amplio -y trabajado- guión y por no destripar una historia y personajes que, sinceramente, sin dignos de descubrir por si mismos.
Dicho esto también recomendamos la lectura de este artículo única y exclusivamente a aquellos quienes hayan completado el tercer capítulo o a aquellos a quienes no les importe que les destripen la historia, puesto que hablaremos de algunos detalles -del capítulo anterior- que podrían suponer un spoiler bastante grande.
El juicio
Como era de esperar, los acontecimientos transcurren directamente después del final del tercer capítulo, con un Guybrush Threepwood de vuelta en Isla Flotsam tras ser traicionado por su archi-enemiga -y compañera más adelante- Morgan LeFlay, dando pie al título que compone el capítulo que hoy nos ocupa, The Trial and Execution of Guybrush Threepwood.
Como las cosas no podían ir peor, multitud de habitantes de la isla irán en contra de Guybrush, por lo que tendremos que dedicarnos a probar nuestra inocencia gracias a un estupendo y -excéntrico- abogado que nos han asignado, y que, curiosamente, despertará pasiones entre los jugadores más nostálgicos. Volveremos a vernos las caras con el Marqués de Singe, cuyo único objetivo es adquirir la mano endiablada de Guybrush para conocer los secretos del maleficio, por lo que dicho personaje será un dolor constante para probar nuestra inocencia.
El desarrollo del título sigue la estela de los capítulos predecesores: tendremos multitud de situaciones en forma de puzles que superar, teniendo como objetivo conseguir objetos y utilizar nuestro ingenio para salir airosos de la situación, situación un tanto delicada al estar la vida de nuestro protagonista en juego. No obstante, y pese a estar condenados a muerte, tendremos libre acceso por algunas zonas de la isla, lo que aumentará en exceso las situaciones hilarantes y provocará que más de uno se pregunte si realmente nuestro personaje va a morir. Sea como fuere, nuestro objetivo primario es demostrar nuestra inocencia, y TellTale Games ha preparado puzles específicos para ello.
Controlar a Guybrush nunca fue tan fácil. Contamos con la evolución clara del mítico point & click que combina a la perfección el movimiento del personaje mediante el teclado y la eficacia y rapidez de la exploración mediante el ratón. El cambio entre el método utilizado en los noventa -exclusivamente con el ratón- y el combo de ahora es más que evidente debido a que estamos ante un juego en tres dimensiones, lo que facilita la combinación de estos periféricos para ofrecer al jugador una experiencia de juego mucho mejor hilada. No obstante, para los renegados que únicamente quieran controlar el videojuego mediante el ratón, cabe la posibilidad de mover a nuestro personaje dejando pulsado el botón del ratón y realizando un movimiento con éste en función de a dónde queramos llevar al protagonista. No funciona mal, aunque evidentemente no tiene la misma salida que si mezclamos los dos periféricos.
Poco a poco
En cuanto al apartado técnico de la obra hay que destacar que en este episodios se han reciclado la mayor parte de los escenarios -debido a exigencias del guión-, por lo que quizá aquellos quienes esperaran nuevas fases que jugar se quedarán con ganas de más. No obstante, diversas zonas -como el club o la corte- estarán disponibles para hacer de las nuestras y varios personajes de lo más carismáticos -vuelve uno de los grandes de antaño- harán aparición para aportar su granito de arena en la historia. El diseño de estos últimos personajes es de lo mejorcito que ha aparecido hasta ahora en la serie, y, visto lo visto, en el capítulo final veremos diseños incluso mejores.
Pasando al apartado gráfico en cuestión, el juego apenas ha sido revisado para la ocasión. Si bien es cierto algunos efectos gráficos y animaciones se han mejorado para ofrecer una experiencia de juego mayor de cara al usuario, no existe una progresión evidente al comparar el cuarto capítulo con sus predecesores. De esta manera, volvemos al mundo colorista de siempre, con un desarrollo que nos obligará a adentrarnos -de nuevo- en la frondosa selva de la isla y a conocer a multitud de piratas -amigos y enemigos- que cuentan con diseños más bien notables.
La música, firmada de nuevo por Michael Land, no podría ser mejor. Es cierto que durante el transcurso de los episodios han habido varios temas que han hecho que la gran mayoría de partícipes del juego acaben con los pelos como escarpias, en esta ocasión, y debido a la inclusión de un personaje mítico donde los haya, la composición del tema principal es simplemente soberbio, reviviendo la esencia de antaño y actualizandola a la enésima potencia. Un placer para nuestros oídos, tanto en la parte melódica como en el doblaje -al inglés- que escucharemos a medida que avanzamos por el videojuego. Se repiten los papeles para Guybrush y compañía, incluyendo al misterioso personaje con la misma voz que en la saga numerada.
El único problema que podemos encontrarle a este capítulo es el reciclado de algunos de los escenarios que ya vivimos en el episodio piloto. Evidentemente muchas de las localizaciones cuentan con varios cambios con respecto al original, así como nuevos objetos -y esta vez, bastantes- para hacer de las nuestras gracias a la inteligencia del protagonista. Pese a todo, el capítulo se alza como uno de los más largos de la serie debido, en gran parte, a la cantidad de puzles que tendremos que resolver, que si bien es cierto mantienen una dificultad ajustada, alguno que otro evocará en grandes dolores de cabeza para el jugador no experimentado.
Y de nuevo, el juego aparece en perfecto inglés, tanto en voces como en sus correspondientes subtítulos, y no parece haber noticias de un lanzamiento localizado a nuestro idioma. No obstante, y como ya pasó con Sam & Max, la temporada completa -que acaba el próximo mes- podrá adquirirse en formato físico, y esperamos que con una estupenda traducción al español, algo que sin duda hará que los fans con menos comprensión anglosajona se decidan, por fin, a seguir las aventuras del majestuoso -y torpe- pirata.
Season Finale
Tales of Monkey Island parece estar llegando a su fin. Después de cuatro capítulos muy bien hilados, TellTale Games se prepara para cerrar el telón en una de las temporadas mejor llevadas de la industria del videojuego. Personajes carismáticos, una música más que excelente, situaciones completamente hilarantes y humor, mucho humor, es lo que nos encontramos en esta serie de historias de Monkey Island. Todavía falta un mes para que se conozca el desenlace de los acontecimientos, pero, visto lo visto, estamos seguros de que la desarrolladora va a despedir la franquicia a lo grande. ¿O acaso el título no se llama Monkey Island?