Análisis de Stronghold Crusader 2 (PC)
Tras haber llevado una saga con cierto nombre entre los fans de los juegos de estrategia en tiempo real como es Stronghold a su punto más bajo con su desastrosa tercera entrega, Firefly Studios se ha propuesto redimirse con Stronghold Crusader 2, la secuela del spin-off de la serie ambientado en la época de las Cruzadas, el cual tiene ya 12 años a sus espaldas. Si bien el resultado final dista mucho de ser sobresaliente, lo que aquí nos ofrecen es un título que sabe hacerse muy entretenido, con una buena cantidad de posibilidades y que estamos seguros de que muchos de vosotros sabréis disfrutar a poco que su propuesta os llame la atención, así que si queréis descubrir qué es lo que tiene que ofreceros, no tenéis más que seguir leyendo.
De vuelta a las Cruzadas
Para quienes desconozcan esta saga, mencionar que Stronghold Crusader 2 es un juego de estrategia en tiempo real muy centrado en la construcción y administración de grandes castillos y fortalezas.
Eso sí, tener un buen ejército también será imprescindible, ya que nuestro objetivo final siempre será acabar con la fortaleza del rival y liquidar a su señor.
Como en casi cualquier juego del género que se precie, por lo general empezaremos con una serie de recursos muy limitados, los cuales tendremos que aprovechar para ir expandiéndonos por el mapa, asegurar fuentes de suministros, reclutar soldados, obtener más seguidores, armarlos, etcétera. Saber dónde construir cada edificio es de vital importancia, ya que muchos tienen distintas sinergias que nos convendrá saber aprovechar. Por ejemplo, no sería muy inteligente construir un almacén demasiado lejos de donde están nuestros leñadores trabajando, ya que esto les obligará a tener que darse largas caminatas para llegar hasta ellos y depositar lo que recolecten, lo que a su vez acabará retrasando nuestro desarrollo.
El sistema de construcción es rápido y muy sencillo de entender, ya que nuestros aldeanos sin trabajo serán automáticamente asignados a trabajar en los edificios que levantemos y que necesiten mano de obra, y todas las estructuras no tienen tiempos de espera de construcción, por lo que simplemente nos bastará escoger lo que queramos construir en el menú (siempre y cuando tengamos los recursos para ello) y señalar la zona del mapa donde queramos colocarlo para que este aparezca de forma instantánea.
Todo esto nos libera de cierta carga para que nos centremos en otros aspectos como la gestión de nuestros fuertes, administrando las raciones de alimentos, los impuestos, la cerveza, los eventos religiosos, etcétera. No son demasiados, pero todos ellos afectan a la popularidad con nuestros súbditos. Si perdemos el favor del pueblo, este nos abandonará, pero si nos lo ganamos, nos recompensarán con más y más aldeanos dispuestos a unirse a nuestra causa, por lo que es un aspecto que más nos vale tener controlado.
Los mapas no son demasiado grandes, al contrario, son bastante pequeños, algo que está pensado para favorecer la constante agresión entre los distintos bandos para controlar zonas de recursos y debilitar al rival. La faceta militar del juego nos exigirá que estemos dando órdenes todo el rato a nuestras tropas, ya que la detección de rutas deja mucho que desear y una vez entran en batalla se provoca un caos bastante difícil de controlar en el que atacarán de forma totalmente aleatoria a lo primero que vean, por lo que no podremos perderles la pista ni un segundo.
Eso sí, las múltiples opciones que nos ofrece el juego para asediar las fortalezas del rival son toda una gozada. No solo tendremos las habituales máquinas de guerra que uno esperaría ver en un juego de estas características, sino que en un alarde de fidelidad histórica también nos permitirán poner en práctica estrategias de lo más satisfactorias como utilizar trebuchets para lanzar animales muertos por encima de las murallas enemigas y así extender plagas y enfermedades entre su población, debilitarles y obligarles a salir. También hay que destacar que existe un buen número de unidades distintas, cada una con sus propias características y peculiaridades, por lo que tendremos a nuestra disposición bastantes opciones entre las que escoger.
Por desgracia, las diferencias entre las dos facciones del juego, cristianos y musulmanes, son mínimas, por no decir casi inexistentes. Una pena que no se haya aprovechado la ocasión para distinguirlas lo suficiente como para que decidir entre una u otra sea una cuestión algo más allá de la simple estética.
Por otro lado, destacar la acertada decisión de incluir eventos aleatorios durante la partida. La mayoría de ellos suelen ser catástrofes naturales, como tormentas de arena o plagas de insectos, que afectarán muy negativamente tanto a nuestra popularidad como a nuestros recursos, obligándonos a replantearnos nuestra estrategia y a actuar en consecuencia para que las partidas sean algo más que pura "mecánica" una vez demos con los mejores pasos para construir nuestro castillo. Eso sí, también existen eventos que nos pueden favorecer, por lo que a veces recibiremos inesperadas tropas de apoyo e incluso recursos gratis.
En lo que respecta a los modos de juego, comentar que la vertiente para un jugador está bastante descuidada, ya que solo podremos jugar un tutorial muy básico y rudimentario, tres pequeñas campañas de iniciación (que son en realidad un tutorial extendido y bastante aburrido), un modo en el que superar multitud de escaramuzas con condiciones especiales, escaramuzas personalizadas y un modo libre donde construir a placer y sin preocupaciones. Si buscáis un modo campaña propiamente dicho, con una historia bien desarrollada para cada facción y que invite a seguir jugando, lo mejor será que miréis para otro lado porque aquí no lo vais a encontrar, algo que le acaba pasando factura.
En cambio, el multijugador online sí que ofrece más diversión, ya que cuenta con una gran cantidad de mapas distintos (aunque todos ellos están ambientados en el desierto) y las suficientes opciones para personalizar la partida a nuestro gusto. De hecho, hasta tenemos un editor de mapas. Eso sí, hay muy pocos modos y lo más preocupante es que a día de hoy el juego en línea parece bastante muerto, ya que al buscador de partidas le cuesta mucho encontrar gente contra la que batallar (haber hay, pero muy poca).
Gráficamente se trata de un título bastante discreto. No explota ni por asomo las posibilidades de un PC actual, a nivel artístico tampoco es ninguna maravilla y visualmente resulta bastante monótono, aunque tampoco es un juego que disguste demasiado a la vista, especialmente en los momentos con más acción, donde veremos a multitud de unidades batallando por todo el mapa, consiguiendo transmitir muy bien la sensación de estar en plena guerra. Eso sí, la interfaz necesita varios arreglos, ya que no es especialmente intuitiva y nos obliga a dar algunos clicks de más. Lo mismo se puede decir del diseño de los menús y de las ilustraciones que veremos en las pantallas de resultados, que dan al juego un aspecto muy amateur y poco cuidado.
Finalmente, en lo que respecta al sonido decir que la banda sonora es puramente de corte ambiental, aunque se adapta muy bien a lo que vemos en pantalla y acompaña correctamente (eso sí, no puede evitar repetirse más de la cuenta con el paso de las horas ya que su variedad de temas es algo limitada). Los efectos de sonido por su parte cumplen sin demasiados alardes y el doblaje español tiene un buen nivel, con unas voces e interpretaciones bien escogidas.
Conclusiones
Como dijimos al principio de este análisis, Stronghold Crusader 2 dista mucho de ser un juego sobresaliente por culpa de sus múltiples defectos, como la falta de una mayor variedad de modos, una interfaz mejorable, la nula diferenciación entre sus dos facciones y otros pequeños problemas que poco a poco van sumando en su contra. A pesar de ello, consigue divertir y ofrecernos muchas opciones para desarrollar y planificar nuestras estrategias, y esa mezcla entre construcción y gestión de ciudades (castillos) con los RTS de toda la vida marca de la casa sigue sintiéndose fresca y con personalidad. Así que si os apetece revivir la época de las Cruzadas con un título de estrategia que sepa teneros entretenidos y que haga gala de una buena profundidad de juego, os recomendamos que le echéis un vistazo a lo nuevo de Firefly Studios, ya que probablemente acertaréis con su compra.