Análisis Spacebase Startopia: Gentrificando en el espacio (PC, Switch, PS4, Xbox One, PS5, Xbox Series X/S)
El turismo se ha convertido en una fuerza económica incuestionable para muchísimos países y regiones. Aunque el coronavirus se haya interpuesto en el avance del mismo, impidiéndonos visitar los rincones más recónditos del planeta, y las restricciones sanitarias hayan cambiado la manera en la que concebimos los viajes y el ocio dentro y fuera de nuestras fronteras, está claro que los ciudadanos de un planeta cada vez más conectado seguirán buscando nuevas formas de visitar y conocer lugares distantes y atrayentes. Pero, ¿cuál es la siguiente frontera para una industria que mueve miles de millones de euros? Pues está claro: solo tenemos que mirar hacia arriba. Spacebase Startopia es un título de gestión muy clásico en sus raíces, simple en sus propuestas pero muy entretenido en el corto y medio plazo. Nacido como una especie de secuela o título derivado del Startopia original, un notable juego de PC publicado en 2001 y desarrollado por Mucky Foot Productions que nos invitaba a lidiar con una barbaridad de razas alienígenas en un entorno espacial, Spacebase Startopia, editado por Kalypso Media y desarrollado por Realmforge Studios nos propone lo mismo, pero con una perspectiva un tanto distinta, pero divertida a poco que nos guste el género.
Turismo y ocio espacial
Uno de los mejores momentos de Valerian y la ciudad de los mil planetas (2017, Luc Besson) estaba en su comienzo. En él, el director de El quinto elemento nos construía una preciosa elipsis temporal en la que el ser humano entablaba contacto con diversas razas de extraterrestres en una estación espacial. Poco a poco, y a lo largo de cientos de generaciones, la humanidad cohabitaba con otros seres venidos del espacio profundo y de galaxias distintas, construyendo de forma colaborativa una estación cada vez más grande, multicultural y compleja.
A ritmo de la música de David Bowie, el film nos mostraba el fin último de la humanidad y de casi cualquier civilización que se precie: hacer del vasto universo su hogar. La película, basada en el cómic de Pierre Christin y Jean-Claude Mézières también incidía en otros temas, con el recreo y el ocio futurista, algo en lo que Spacebase Startopia se siente muy cómodo como videojuego, y en el que deberemos sacarnos un pequeño máster de cara al éxito futuro de nuestra estación espacial.
Porque, como en otros juegos de gestión o tycoon, un género que ha ido creciendo de forma paulatina en los últimos años, el fin último no es otro que el de apaciguar los ánimos de nuestros visitantes, hacerlos felices y garantizarles el mayor catálogo de servicios y entretenimientos. En lo nuevo de Realmforge Studios, equipo que tiene cierta experiencia en estas lindes, nos propone gestionar una enorme estación lúdica espacial. Tendremos que mantenerla, limpiarla, plagarla de servicios y atracciones divertidas y convertirla en un lugar apacible, seguro y hospitalario para un buen número de razas extraterrestres. Lógicamente, esto será una tarea ardua y poco grata al comienzo de la partida, pero con la fuerza de trabajo esencial y constante de nuestros compañeros alienígenas, y con la inteligencia suficiente a la hora de tomar decisiones a la hora de elegir qué servicios o locales queremos construir, podremos lograrlo.
Tras un breve tutorial, que dicho sea de paso no es que sea demasiado bueno, y tras escuchar los comentarios y consejos de la inteligencia artificial que nos marcará algunos objetivos a lo largo de la campaña y que nos acompañará de viva voz, sabremos qué nos presenta y ofrece el videojuego de primera mano. Primero tendremos que pasar unos cuatro escenarios básicos, en los que se nos explicarán qué labores tienen parámetros como la energía o determinadas razas extraterrestres, intentando que comprendemos los fundamentos de las mecánicas más indispensables del título. Y es justo aquí cuando nos encontramos uno de los problemas del videojuego: no explica bien qué quiere que hagamos. Spacebase Startopia no es un juego complejo, ni mucho menos, pues no existen apenas opciones de microgestión y las labores de habitaciones, edificios o servicios son claras. Sin embargo, los mensajes de texto, las constantes locuciones y la interfaz, pueden presentarnos mensajes contradictorios o poco claros. Aprenderemos a ignorarlos tras varios atascos o callejones sin salida, y a través de cierta intuición y de investigar por nuestra cuenta en opciones o menús, saldremos adelante.
Poco a poco, aprenderemos cómo podemos curar pasajeros enfermos, de qué manera reducir los niveles de espera de nuestra estación o cómo afrontar amenazas muy peligrosas, como las de los terroristas de la basura, unos alienígenas que no están de acuerdo con la manera en la que estamos gentrificando el espacio con nuestras estaciones y que nos llenarán de porquería toda la instalación si no desactivamos sus artefactos con rapidez. Como os podéis imaginar en un videojuego de esta índole, pasaremos muchas horas repitiendo rutinas, vigilando ciertos aspectos o chocándonos una y otra vez con la misma piedra en el camino. Spacebase Startopia es un título de gestión clásico, a veces demasiado, por lo que la repetición puede atacarnos en cualquier momento, pero si conseguimos superar ese muro y dejarnos llevar por su forma y contenido, nos entretendremos un buen puñado de horas.
En el espacio nadie puede oírnos gritar pero sí reír
Spacebase Startopia es entretenido, pero a veces se convierte en un videojuego especialmente frustrante. No goza de los controles más intuitivos del mundo, y aunque creemos que se ha hecho un trabajo decente en su adaptación a consolas -nosotros hemos analizado el título en PlayStation 5-, hay algunos problemas que sobresalen con demasiada facilidad sobre las evidentes y notables fortalezas del mismo. En el videojuego tendremos tres grandes cubiertas o niveles por así decirlo. Una de ellas será la básica, en la que nuestros huéspedes extraterrestres buscarán ocio, se dejarán llevar por la comida rápida o por brebajes extraños, mirarán anuncios holográficos embobados o pasearán mientras arrojan basura al suelo de forma despreocupada. Luego encontraremos una más moderna, llenas de luces de neón, en la que echarán sus bailes, beberán y montarán fiestas sin final. Una especie de Magaluf meets Benidorm en el espacio. Y por último, y no menos importante, tendremos la cubierta orgánica, una especie de lugar idílico, ideal para relajarse y desconectar y que nos ayudará a mantener el ecosistema de recursos en la estación. Esta última es especialmente bonita, ya que recoge lo mejor de la ciencia ficción más clásica y nos ofrecerá la posibilidad de construir pequeñas parcelas que buscarán emular los planetas de origen de nuestros clientes alienígenas.
Las sensaciones que transmite el juego son más cercanas a la de un clásico juego de parque de atracciones,con instalaciones delimitadas, habitaciones o elementos que se retroalimentan y objetos que nos ayudan a conseguir un mejor efecto en otros, que a las de un título del corte de Theme Hospital o Two Point Hospital. Por ejemplo, hemos hecho hincapié en la limpieza, pero también debemos prestar atención al oxígeno, purificando el aire en las estancias y abriendo nuevas salas en las diferentes cubiertas con las que ganar espacio de cara a la construcciones de mejores servicios para los huéspedes. La mayor parte de las partidas nos invitarán a estar cambiando constantemente de cubiertas, prestando atención a los problemas o fallos eventuales que puedan asediarnos, que ya os hemos dicho que no serán pocos, y que irán desde los relativos a la higiene a la seguridad, pasando por los lógicos errores técnicos que deberán ser solucionados ipso facto por nuestros minions y empleados. Todo es una cuestión de equilibrio, debemos contratar extraterrestres de diferentes razas para distintas tareas, sin olvidarnos de echar un ojo de vez en cuando por las cubiertas por si hay algún nubarrón en el horizonte que necesite de nuestra atención.
No creemos que transmita esa sensación de caos constante y de estar al borde del fracaso en cada misión o en cada minuto de otros videojuegos similares, ya que podremos hacernos con los mandos de la estación al poco tiempo de aprendernos las mecánicas básicas, pero sí reconocemos que puede llegar a ser ligeramente tedioso. La campaña principal cuenta con 10 misiones principales, pero el título compensa su corta duración -aunque esto es muy relativo a la dificultad elegida y nuestra pericia como jugadores- con un modo libre que aumenta las horas de juego. A esto hay que sumarle un modo online multijugador en el que, si bien podemos cooperar para construir una utopía de ocio y felicidad en el espacio, también nos permite devorarnos los unos a los otros usando drones y múltiples pillerías para hacer fracasar a los otros jugadores. Pillerías basadas en el combate, un ingrediente que no ha terminado de convencernos y que parece herencia directa de algunas mecánicas de otros videojuegos de Realmforge Studios. De vez en cuando tendremos amenazas de seguridad, como bichos gigantes o piratas espaciales que vienen a liarla, y que tendremos que atajar como si fuese una especie de juego de estrategia en tiempo real, seleccionando minions y mandándolos a combatir. Pese a que es una forma inteligente sobre el papel de incorporar tensión a las mecánicas y quitarle peso a la repetición de la gestión, no funciona. Nos hemos encontrado con algunos fallos o bugs a la hora de enviar y mandar a los drones de seguridad, y muchas veces hemos llegado a suspirar de resignación por lo frustrante de la situación.
Lo más destacable de Spacebase Startopia, y quizás lo que nos ha hecho seguir jugando sin parar, es el tono de humor que impregna todo. Es un videojuego tremendamente cachondo, con un exquisito doblaje al español -está muy bien traducido, además a nivel de texto-, con una inteligencia artificial irónica y sarcástica que nos acompañará haciéndonos críticas a todos y cada uno de nuestros movimientos y decisiones, al que hay que sumarle además muy buenos diseños en términos de especies extraterrestres y entornos. La estación especial está recreada en 3D -en PS5 y Xbox Series X/S ofrece resolución 4K nativa, así como rendimiento y efectos visuales mejorados-, con ambientes diversos, y pese a que en consola desplazarse en detalle con la cámara libre puede traernos alguna que otra palabrota a la boca, merece la pena observar los numerosos detalles y animaciones de los alienígenas que se mueven por ella. No hay que olvidar que, más allá de tener un ojo en la Energía -la moneda del juego y lo que lo mueve absolutamente todo-, tenemos que prestar atención a la felicidad de nuestros visitantes y huéspedes. Requiere de esfuerzo y constancia hacer que estén contentos todo el rato, pero cuando los veamos mover el esqueleto o tomarse algo en una de nuestras instalaciones con una sonrisa en la cara, seremos conscientes de que algo hemos hecho bien. Y sonreiremos con ellos.
Conclusiones finales
Spacebase Startopia es un buen videojuego de gestión. Sin más. Tiene grandes aciertos, un buen diseño estético y algunos momentos y situaciones inspiradas. Sin embargo, más allá de los guiños al original de 2001, y a ese halo de nostalgia bien entendida que parece envolverlo todo, hay elementos que no terminan de encajar bien, como el referente al combate, y es inevitable pensar en lo repetitivo de algunas de las mecánicas o problemas recurrentes. Si amamos el género tycoon, y buscamos una opción sólida con la que invertir un puñado de horas en consolas o PC, nos parece muy a tener en cuenta.
Hemos realizado el análisis en PS5 con un código proporcionado por Koch Media.