Análisis de Save me Mr Tako: Tasukete Tako-San (PC, Switch)
Conocemos Tasukete Tako-San: Save Me Mr Tako (ahora le han dado la vuelta al nombre) desde hace tiempo, ya que su desarrollador lleva desde septiembre de 2014 enseñándolo en diversos espacios, y siempre con muy buena acogida por parte del público. Tanto es así, que hace poco más de un año la editora Nicalis anunció que se encargaban de lanzar el juego al mercado, tanto para Nintendo Switch como para PC, lo que resultó el espaldarazo definitivo para este joven desarrollador francés que antes de estar haciendo el juego estaba estudiando para poder realizar videojuegos, aunque ya había tenido un primer contacto con este mundillo trabajando en control de calidad de Ubisoft.
La historia de Save me Mr Tako: Tasukete Tako-San nos pone en la piel de Tako, un pulpo (tako es pulpo en japonés) que vive en un extraño mundo en el que los pulpos y los humanos han estado siempre en conflicto. Tras una carga los pulpos consiguen derrotar a los humanos, arrinconando a la princesa de turno. Pero en ese momento, y para sorpresa de sus congéneres, Tako se lanza a salvar a la princesa, abandonando las armas en el proceso.
Ahí empieza realmente Save Me Mr Tako, y allí ya empieza a demostrar el tipo de juego que tenemos delante. Cuando Tako se lanza a salvar a la princesa lo hace como una manera de demostrar que no está a favor de la violencia, y si queremos en todo el juego será así, no necesitaremos usar más la violencia, ya que el arma principal de Tako es la tinta, con la que no mata a los enemigos, pero los deja inmóviles un rato, lo que nos permite alcanzar lugares que difícilmente podríamos alcanzar de otra manera.
Pero si queremos usarla, también es posible, ya que Tako tiene a su disposición una buena cantidad de sombreros, siendo alguno de ellos meramente ornamentales, pero otros nos permiten usar otros tipos de armas, u otras mejoras como poder recibir más golpes sin morir.
Y es que aunque al principio pueda parecer que Save Me Mr Tako es un juego fácil, no lo es en ningún caso. Tako, por sí mismo, muere al primer golpe, mientras que si lleva sombrero ese primer golpe nos quita el que llevemos puesto (podemos tener otro más en el inventario, y usarlo cuando queramos). Esto al principio no es demasiado problemático, y avanzamos sin problemas, pero cuando llevemos unas cuantas pantallas superadas, empezaremos a perder vidas rápidamente si no nos fijamos.
Es bastante habitual que tengamos que dar saltos en situaciones complicadas, y cuando parece que ya estamos llegando, es posible que si no nos fijamos, o si vamos un poco alocados, nos encontremos un enemigo en la posición en la que vamos a aterrizar, o peor aún, un disparo perdido que justamente se desplace por la zona que vamos a ocupar justo en ese instante. De hecho, el juego tiene otro fallo mucho menos justificable, y es que a veces al morir, si hay un enemigo cerca, nos puede aparecer cerca al volver a la vida, lo que puede provocar desajustes claros en la jugabilidad. No pasa mucho, pero pasa.
Por lo demás, Save Me Mr Tako es sorpresa constante dentro de un juego de plataformas difícil de clasificar. Al principio podemos tener la idea equivocada que hablamos de una especie de homenaje a Kirby, ya que hay dos o tres detalles que nos recordarán al juego de la bola rosada (la manera que tiene Tako de caer, las puertas que atravesamos para superar los niveles, y la forma que tienen los niveles en aparecer en cada mundo).
Pero conforme avancemos veremos que es bastante distinto y con mucha personalidad. Por ejemplo, cuando saltemos Tako parece que no llegará a superar una plataforma, pero si llegamos a la esquina de la plataforma y mantenemos el botón de salto apretado, sin animación aparente de por medio Tako se agarrará a dicha esquina y se alzará en la plataforma de turno. Cada fase se puede superar de dos maneras: de manera sencilla, lo que nos otorgará el signo de "ok" propio de los exámenes, o de manera absoluta, lo que implica tener una estrella encima de la puerta que marca el nivel. Esto lo conseguiremos encontrando todos los ítems, rescatando a todo aquel que tengamos que rescatar, y en general haciendo todo lo necesario para superar el nivel en toda su dimensión.
Además, Save Me Mr Tako oculta muchas sorpresas, algunas de las cuales no podemos comentar sin revelar demasiado. Pero sí que podemos decir que manejamos otros personajes, que hay diferentes finales, que hay un buen número de mecánicas a lo largo de los niveles, que los volveremos a visitar en más de una ocasión, y que durante todo este tiempo estaremos disfrutando notablemente de las aventuras de Tako y compañía de maneras que tal vez no pensábamos al empezar la partida.
Visualmente Save Me Mr Tako es muy competente… en el caso de haber sido lanzado para Game Boy. Tiene un sistema de cambio de paleta y de marco alrededor del juego como tuvo en su momento el periférico Super Game Boy respecto a la Game Boy, de manera que si queremos podemos no ocupar toda la pantalla con la la partida, y dejar hueco para poder disfrutar de unos marcos realmente simpáticos. Por lo demás, aunque funciona perfectamente, es evidente que no acaba de aprovechar las plataformas para las que se ha creado.
A nivel sonoro le pasa algo parecido, pero hay que decir que el problema de estar pensado para reproducir los sonidos propios de la primera portátil de juegos intercambiables de Nintendo no es para nada óbice para tener una banda sonora memorable. Y es que las melodías que disfrutaremos en la partida son realmente pegadizas, tienen mucho ritmo, y son muy recomendables aunque las limitaciones a la hora de crear los instrumentos son notables.
Conclusiones
Save me Mr Tako: Tasukete Tako-San es un juegazo de plataformas que usa unos modos y formas más propios de tiempos pasados, para acabar presentando un título que mezcla lo mejor de Game Boy con muchas mejoras de las que disfrutamos en la actualidad. No es perfecto, pero sí que merece mucho la pena, y que además aporta lo suficiente como para ser importante por sí mismo.
Hemos podido analizar este juego en Switch gracias a un código proporcionado por Nicalis.