Análisis de Sam & Max: The Devil's Playhouse - Episode 1: The Penal Zone (PC)
El género de las aventuras gráficas parece haber tomado la iniciativa en una generación repleta de videojuegos de acción, con componente bélico y dotados de una jugabilidad cada vez más depurada. Lanzamientos tan emblemáticos como el reciente The Whispered World o el inminente regreso de Sam & Max en su tercera temporada de aventuras no hacen más que avivar un fuego que en la década de los noventa amenazaba con arrasar con todo lo que le pusieran por delante. Y es que, después de la extensa sequía de obras donde los diálogos y el guión eran lo más importante -además del point & click-, los chicos de Telltale Games decidieron reavivar al dúo cómico y extremista más conocido del mundo de los videojuegos: Sam y Max, una pareja que dio mucho que hablar en su día y que, poco a poco, va cogiendo sitio en la nueva generación de videojuegos.
Y es que el éxito sin precedentes de Sam & Max viene precedido de una muy buena revitalización de la franquicia por parte de la desarrolladora anteriormente mencionada, que supo mantener al jugador expectante mes tras mes en su formato episódico para presentar una serie de temporadas que dieron muchas horas de juego y risas a los espectadores, y que sirvió, sin ir más lejos, para revivir de la misma manera a Guybrush Threepwood en su serie de videojuegos Tales of Monkey Island, que cuenta con una temporada digna de mención con el mismo sistema episódico.
Así pues, después de dos temporadas de aventuras donde el perro y el conejo se enfrentaron a una conspiración sobre el control mental en Estados Unidos y varias sorpresas y aventuras más, llega el momento de presentar el primer capítulo de la nueva serie, capítulo que está repleto de novedades con respecto a anteriores entregas y que evoluciona en gran parte la jugabilidad -tildada de arcaica por muchos- para presentar un concepto de aventura gráfica mucho más dinámico, con más gracia y, sobre todo, con muchas sorpresas por descubrir.
El bueno, el feo y el... conejo
The Penal Zone es el subtítulo que acompaña a esta primera aventura de Sam & Max en su tercera temporada, y el nombre no podría ser más acertado. Comenzaremos el videojuego un poco perdidos, puesto que el jugador será cómplice de multitud de acontecimientos que quizá puedan desconcertar a más de uno, sobre todo a los no iniciados en este tipo de videojuegos.
El general Skun'ka'pe es un gorila espacial cuyo único objetivo es recoger todos y cada uno de los objetos especiales que están repartidos por el universo para acabar llevar a cabo una ofensiva que le alce como amo y señor de las tierras espaciales, todo un clásico dentro de los videojuegos.
Lamentablemente para él, existen dos policías freelance que van a impedir sus planes: nuestros protagonistas, cuya particularidad reside en que Max, el megalómano con problemas para controlar su ira, es . No queremos desvelar demasiados detalles acerca del argumento, puesto que esté -y los diálogos que acarrean- son la guinda y la esencia de la franquicia. Lo que sí que podemos confirmar es que el nivel de hilarantes conversaciones, personajes extravagantes y contestaciones absurdas no ha disminuido ni un ápice, contentando no sólo al seguidor de las aventuras del dúo, sino también a los que pretendan hacer de este The Devil's Playhouse (nombre que recibe la tercera temporada de aventuras) su primera inclusión al mundo de las aventuras.
Y es que, a diferencia de anteriores entregas, esta nueva temporada está repleta de novedades, comenzando en su apartado jugable, que es mucho más dinámico y evolucionado que su predecesores. Después de la primera temporada de Tales of Monkey Island, estaba claro que el concepto de aventura gráfica iba a dar un paso adelante en cuanto a control, adoptando el teclado y el ratón como un único conjunto en vez de utilizar el sistema point & click irremediablemente. De esta manera, controlaremos a Sam mediante la secuencia de teclas WASD, mientras que con el ratón podremos ir seleccionando los distintos objetos y personajes del escenario para comenzar así la interacción. Este tipo de control viene precedido por la decisión de la compañía de trasladar la franquicia a videoconsolas, y, de hecho, hay varios elementos de la obra que no hacen más que confirmar las intenciones del estudio.
Por consiente, el juego da un paso al frente en cuanto a dinamismo, ya que el jugador no tendrá que ir clicando por el escenario para caminar, lo que puede considerarse un arma de doble filo para el jugador. En primer lugar, esta mecánica puede no gustar entre el sector más arcaico y clasicista de los jugadores, que mantienen el point & click como un estandarte que no debería ser tocado para evitar desgracias; pero, por otra parte, el desarrollo de la aventura se convierte, irremediablemente, en un conjunto de movimientos más dinámicos y rápidos que encantarán a los jugadores cuya paciencia no sea una virtud dentro de sus genes. Eso sí, hay que hacer mención a los problemas que acarrea decidir dejar apartado el teclado, puesto que el sistema de arrastre que propone Telltale Games para los acérrimos al ratón nos llevará algún que otro quebradero de cabeza en algunos escenarios.
Como viene siendo habitual en este tipo de entregas mensuales, cada capítulo tendrá sus propios personajes, puzles y elementos característicos que harán de cada capítulo una aventura completamente cerrada y significativa. Eso sí, las aventuras irán seguidas de referencias y tramas que servirán de hilo conductor para la temporada completa, aunque quizá este primer The Penal Zone sirva como tutorial para familiarizarnos con la nueva interfaz gráfica de la obra, algo muy acertado teniendo en cuenta que los anteriores episodios eran exactamente iguales tanto en planteamiento como en jugabilidad.
Novedades justificadas
Una vez hablado del control evolucionado del point & click, hay que hacer una especial mención a las novedades que promete Telltale Games, novedades que quizá no son demasiado significativas a nivel jugable -puesto que se han cambiado un par de detalles-, pero que, al fin y al cabo, son novedades y justificadas por el argumento.
En primer lugar nos encontramos con el sistema de diálogos, muy importante en un videojuego de estas características, que ha sido substituido por una interfaz circular muy similar a la que pudimos ver en Mass Effect, con diversas posibilidades en función de la información que queramos extraer de los personajes que habitarán dentro de la aventura. Como decíamos, esta revisión está pensada para llevar la obra a las videoconsolas, dejando a un lado la típica lista de posibilidades para dar paso a un entorno mucho más dinámico y simplificado.
Eficaz, aunque quizá no sea de agrado, repetimos, para los más acérrimos al sistema clásico. Sin embargo, y este es un punto muy importante dentro de la obra, los diálogos siguen siendo igual de hilarantes, rebuscados y graciosos que en sus anteriores entregas, por lo que afirmamos, sin temor a equivocarnos, que hasta el jugador más "cuadriculado" aprenderá a moverse con firmeza por este nuevo sistema para escuchar las conversaciones tan radicales y mortales -a nivel de guión- que ofrece The Penal Zone.
Por otro lado tenemos otro de los aspectos más novedosos con respecto a capítulos anteriores, y es que, por causas el guión, Max se convertirá en un personaje mucho más importante -si cabe- en la trama. Como decíamos, este simpático y radical personaje es uno de los pocos elegidos a la hora de poder controlar los objetos especiales de la aventura, lo que servirá como precedente a la hora de adquirir el control del personaje. De hecho, es curioso ver a través de los ojos de Max, ojos que serán representados al más puro estilo videojuego de acción en primera persona, y que servirá para ir adquiriendo, paulatinamente, una serie de habilidades y poderes que darán mucho que hablar a la hora de presentar los puzles más complicados del momento.
Habrá que estrujarse la sesera si queremos terminar el episodio sin ningún tipo de guía, puesto que el estudio se ha puesto las pilas a la hora de querer ofrecer un nuevo paradigma dentro de los puzles. Con esto no queremos decir que los puzles sean especialmente difíciles, sino que habrá que observar con especial atención todos los "ángulos" disponibles para poder hacer frente a las complicaciones que aparecerán a lo largo de la aventura.
Seguimos igual
La tercera temporada de aventuras sigue con el mismo motor gráfico que hace varios años, y quizá este aspecto sea el más descuidado a la hora de presentar este nuevo capítulo. Se han perfilado algunos personajes -sobre todo los protagonistas- y han sido dotados de nuevas animaciones, pero lamentablemente lo que en su día fue un apartado técnico curioso e ideal para representar a unos personajes tan carismáticos como Sam y Max, a día de hoy el factor sorpresa y los elementos que acompañan en el escenario han quedado un poco desfasados, lo que puede disgustar a todos aquellos quienes esperaban una temporada un poco más adecuada para la generación de la alta definición. No estamos, tampoco, delante de un apartado técnico malo, ni mucho menos, pero quizá si que debería haberse reestructurado algunos aspectos gráficos para ofrecer una experiencia de juego mucho mejor llevada, acorde con el año en el que vivimos.
Por otro lado, hay que aplaudir el apartado sonoro de la obra, no sólo por su acertada banda sonora firmada por el mismo compositor de siempre, Jared Emerson-Johnson, sino por su excelente caracterización de personajes, con especial mención a los protagonistas. El estupendo guión y la brillante adaptación de éstos a los personajes hacen de Sam y Max uno de los dúos más carismáticos del momento, y, aunque la obra acaba de ser lanzada oficialmente en inglés, cualquiera que tenga un nivel alto en la lengua de Shakespeare reirá a carcajadas por la excelente representación de los protagonistas. Esperamos, sin embargo, que la obra acabe apareciendo al mercado de forma física en castellano, al menos en cuanto subtítulos, tal y como hizo la primera temporada y lo hará su continuación.
En definitiva, un capítulo muy digno para presentar la nueva temporada de Sam & Max. Las novedades palpables a nivel de jugabilidad le han sentado muy bien, aunque como mentábamos, los más reticentes no estén, a priori, a gusto con los cambios. Los nuevos personajes, y el guión firmado por el estudio prometen horas y horas de diversión, sobre todo si tenemos en cuenta que serán cinco los capítulos que aparecerán cada mes y que, en esencia, durarán exactamente lo que mismo que una obra de esta envergadura en los años noventa: unas tres o cuatro horas en función de nuestra agilidad mental. Sam y Max han regresado por la puerta grande a compatibles -incluyendo Mac-, PlayStation Network e iPad, por lo que no podríamos estar más contentos por ello.