Análisis de Restaurant Empire 2 (PC)
En los últimos años la proliferación de títulos de estas características ha sido increíble. Los juegos donde gestionar se convierte en el argumento principal han ido tomando un amplio espectro del mercado cumpliendo, por decirlo de alguna manera, con los sueños de muchos jugadores que no se han podido cumplir en la vida real. Fútbol y ciudades primero, con juegos como PC Futbol y Sim City nos permitieron abordar la gestión de los grandes clubes del mundo y crear ciudades a nuestro antojo haciendo y deshaciendo sin problema alguno. Después llegaron los que nos permitían construir parques de atracciones, como Rollercoaster Tycoon entre otras muchas actividades, véase, por ejemplo, Zoo Tycoon u Hotel Giant.
Los adeptos al mundo de la restauración ya vibraron con Restaurant Empire II, del que ahora llega su segunda parte siguiendo con la estela del que ya fuera el protagonista del primer juego de la familia. En este caso nuestro objetivo será construir un restaurante pudiendo acceder a todas las posibilidades que se ofrecen en la realidad.
Desde la compra del local y su acondicionamiento colocando mesas, sillas y demás atrezo a la contratación de nuestros empleados pasando por la selección del menú y los diferentes precios. Lo que al principio parece fácil se nos complicará cuando tengamos que cerrar el chiringuito por las constantes quejas de los clientes que agobiarán a más de uno poco después de la gran inauguración.
Empezaremos con un buen tutorial
Parece que los cocineros de Enlight Software querían empezar con un buen entremés y lo han conseguido. La realización del tutorial, que podemos omitir sin problemas, es la bienvenida al juego. En muchas ocasiones, las enseñanzas que nos proporciona nuestro tío a través de tan bien explicado proceso nos pueden parecer pesadas debido a su larga duración pero después nos servirán para avanzar en el juego muy fácilmente. El problema principal se presenta cuando durante la partida el jugador se pierde entre tantas posibilidades.
Empezando por la selección de accesorios y la renovación del local, las oportunidades serán muy grandes y harán que el jugador llegue a embriagarse con tanto icono suelto por la pantalla. Las finanzas serán otro de los puntos en los que conviene fijarse bien ya que serán primordiales para que nuestro local no se quede en el dique seco a las primeras de cambio.
En cuanto a la elección de personal, cabe destacar que podremos elegir entre una plantilla enorme de personas con diferentes cargos a los que tendremos que pagar a final de mes. De ellos dependerán nuestros logros y también que podamos permitirnos más especialistas o no dependiendo de lo que estos rindan. Una vez contratado nuestro "ejército culinario" empezará la escalada hacia la fama de Armand Leboeuf, el sobrino del popular cocinero francés Michel Leboeuf que le guiará para seguir con el emporio familiar que ya conseguimos en la primera edición del juego.
Pese a mantener los personajes que ya nos serán familiares, la tendencia del juego es la de abrir nuevos locales y explorar las nuevas opciones que ofrece el mercado. Si Restaurant Empire nos mostraba la expansión y los grandes locales, en este caso exploraremos el mundo de los restaurantes más pequeños y, a veces, con más encanto desarrollando también cafeterías o las conocidas como dessert houses, algo así como bares y salas de café especializadas en postres. De la misma manera, seguirán disponibles las diferentes tipologías de cocina de las que pudimos disfrutar en la anterior edición a caballo entre la "nouvelle cuisine" francesa pasando por la tradicional Italia y acabando por las menos conocidas americana y francesa.
En el caso de los más nuevos y de aquellos más puretas que no quieren jugar segundas partes sin haber visto antes la edición original, Enlight pone a su disposición las situaciones del primer título de la saga con las novedades implementadas de la segunda. Un gran guiño que dice mucho de un estudio que poco a poco se posiciona claramente en este sector de los juegos de gestión pese a algún intento por no encasillarse aunque francamente, se le da especialmente bien esta tipología de títulos.
De primero: muchas opciones para nuestros locales
La partida se iniciará con dos posibilidades, entrar en la carrera para ser el mejor restaurador del momento o por el contrario, ejercer la profesión de los fogones libremente, con lo que un gran abanico de oportunidades se abrirá ante nosotros sin pasar por la historia y el hilo argumental que se cuecen en la otra opción.
El modo libre se caracteriza, como su propio nombre indica, por la total libertad de movimientos en cuanto a creación se refiere. Después de caracterizar a nuestro personaje y dotarlo de las diferentes habilidades de cocina diferentes además de elegir el capital inicial y las ciudades donde se ubicarán nuestros establecimientos, procederemos a la creación de nuestro local. Para ello dispondremos de un edificio totalmente vacío y una gran multitud de elementos que deberemos colocar en el espacio disponible dividido entre la cocina – sustituida por la barra en el caso de las cafeterías – y la zona de mesas donde vamos a servir a nuestros clientes además de contar con los lavabos, imprescindibles para un local de estas características y los accesorios pertinentes, que conforme vaya avanzando el juego se van a volver indispensables para crear nuestras nuevas recetas.
En cuanto a jugabilidad, este título no dista mucho de los ya existentes y bastará con un poco de práctica para conseguir resultados en un periodo de tiempo muy corto. Realmente, la complicación será más visible para aquellos no muy avezados a juegos de este corte. Pese a todo, con la práctica cualquiera podrá montar un restaurante sin pensar en muchas complicaciones.
La personalización, como en cualquier establecimiento de la vida real será un elemento básico en nuestro negocio. La adquisición de los diferentes accesorios será la que determine nuestro tipo de público y lo que se espera de nuestro restaurante o cafetería. Unas mesas y sillas con glamur necesitarán unos clientes a la altura y todavía más, una comida adecuada a nuestros clientes. Tanto el interior como el exterior serán totalmente reformables y se irán desbloqueando conforme vayamos encontrando nueva clientela. Desde el papel de pared hasta la última planta serán susceptibles de aparecer y desaparecer a nuestro antojo influyendo siempre en la reputación del local. En cuanto al exterior, cabe destacar que sí estará bloqueado al principio y se nos permitirá modificarlo a partir de nuestros logros, que se medirán en estrellas, del uno al cinco. La dinámica de captación de clientela oscilará según nuestro nivel en estrellas pero también de nuestra popularidad e habilidad en los fogones.
Segundos: a comida, la responsable de nuestra reputación
Como en cualquier local de restauración, lo más importante es lo que se nos sirve. La valoración que nuestros comensales hagan de los alimentos que les ofrecemos será la clave para conseguir nuestros retos y descubrir nuevas recetas o por el contrario, irnos a la bancarrota poco después de haber cocinado nuestro primer plato.
En el ámbito culinario, Restaurant Empire II ha tenido una profunda renovación en recetas y el modo de juego nos permitirá, conforme vayamos avanzando, conocer nuevas recetas – en algunos casos propuestas por los propios clientes – y en otras después de conseguir logros en el modo carrera. Las mezclas y las combinaciones entre las diferentes cocinas tendrán más éxito conforme el chef sea más especializado variando también el resultado la calidad de los ingredientes utilizados.
En esta parte podremos disfrutar de una de las tareas más pesadas del juego, la variación de los precios – que también correrá a nuestro cargo – según cambien los ingredientes y la elaboración del alimento. Especial cuidado deberá tener el aprendiz de cocinero en esta parte ya que nuestros clientes se sentirán estafados si ven que el precio no se corresponde con lo que pueden "catar" en los platos. Así que buen ojo a la hora de hacer cuentas ya que en pocos instantes podemos vaciar automáticamente nuestro local y provocar, además, una buena oleada de críticas que incidirán negativamente en nuestra reputación.
Precisamente, las críticas las deberemos tomar a modo constructivo ya que nos darán pistas para saber que partes de nuestro negocio no funcionan correctamente. El uso del "libro de reclamaciones" serán nuestro mejor indicador para visualizar si necesitamos más camareros, otro cocinero o por el contrario, alguno de nuestros empleados no cumple su tarea debidamente. Todo en este juego está medido para que nuestro restaurante se acerque a la realidad, y en este caso, Restaurant Empire lo consigue ampliamente.
De postre: Inaugurando nuevos locales
Una vez familiarizados con el juego y con nuestro restaurante en pleno funcionamiento llegará la hora de expandirnos y abrir nuevos horizontes. Este simulador de restaurantes nos dará la oportunidad de abrir nuevos locales sin necesidad de mantener el mismo estilo que el primero pero, eso sí, volviendo a pasar por el mismo proceso que pasamos al principio y viendo nuevamente las características del lugar, el precio, el tipo de vecindario y otras variables que incidirán directamente en nuestro nuevo negocio.
El negocio será éste y poco más, montar un restaurante y estabilizarlo hasta que produzca beneficios y podamos abrir otro, y así simultáneamente hasta que nos cansemos. Ahí inicia la decadencia del juego: mientras que en los primeros compases consigue gustar con un entorno trabajado y unas posibilidades que sorprenden, el producto pierde su frescura a partir de la apertura de nuevos locales. Veremos, si los desarrolladores consiguen enganchar al jugador, como resuelve el estudio las nuevas carencias y si lo hacen igual como hicieron con los errores de la primera edición. En este caso, deberían mirar el apartado de sonidos y entorno ya que cojea igual que en el primero de los títulos. Pese a todo esto, el juego consigue dar algo más de sabor al mercado de la estrategia de gestión.