Análisis de Raven Squad: Operation Hidden Dagger (PC, Xbox 360)

Cuando un género de videojuegos se hace popular enseguida aparecen compañías que, con tal de llevarse un trozo de la tarta, se suman al carro con propuestas que no hacen más que empañar el catálogo de una videoconsola. Es el caso de los juegos de acción en primera persona, muy comunes en esta generación, con multitud de obras -casi- clónicas que no aportan nada nuevo al jugador. Y eso se nota. Es por eso que todavía existen compañías que intentan innovar aportando un granito de originalidad a un género aparentemente estancado, tratando de fusionar dos estilos de juego tan dispares como son la acción en primera persona y la estrategia.

Atomic Motion ha sido la creadora de este peculiar híbrido que, si bien es cierto cuenta con algunas ideas realmente brillantes, no convence debido a su falta de tecnología.

Raven Squad es un claro ejemplo de que los videojuegos deben tener una harmonía entre técnica y evolución, sin sobrepasar ninguno de los dos términos.

Futuro

El guión de Raven Squad nos sitúa en un futuro próximo, en 2011, en un mundo donde la información lo es todo. Nosotros encarnaremos a un equipo de mercenarios que se juega la vida realizando misiones para entes desconocidos, llegando a una misión de la que no podremos escapar. Tras una escaramuza que nos servirá de tutorial para familiarizarnos con los controles que propone el juego, nos veremos embarcados en una misión cuyo único objetivo es encontrar un disco de datos que iba en un avión recientemente estrellado en el Amazonas. La misión no será nada fácil, puesto que la zona está infestada de guerrilleros y grupos que también quieren hacerse con los preciados archivos. ¿Qué esconden los datos guardados para que sean tan importantes? Lo sabremos a su debido tiempo.

La historia no es que sea demasiado original, pero sirve de pretexto para plantearnos una serie de misiones a realizar y para colocarnos en pleno amazonas, con su propia vegetación y peculiaridades atmosféricas. Como decíamos con anterioridad, controlaremos a un grupo de soldados -a partir de cierta misión llevaremos a dos equipos- experimentados, cada uno con su propia personalidad y habilidades que nos servirán en diversas zonas del campo de batalla. Los más cineastas reconocerán enseguida los papeles que ejercen los diversos personajes, contando con el típico hombre duro, el jefe que quiere completar la misión a tiempo para jugar una partida de póquer en las vegas, etc.

De esta manera comienza un juego que apuntaba maneras desde que se anunció, pero que poco a poco ha ido perdiendo el interés entre los aficionados debido a su falta de mimo en diversos aspectos, como es el acabado técnico de la obra, pero de esto hablaremos con más detenimiento en su correspondiente apartado.

¿Evolución de los juegos de acción?

Intentar unir dos géneros tan dispares como son la acción en primera persona y la estrategia en tiempo real ha sido una de las máximas de la desarrolladora, poniendo todo su empeño en crear una experiencia de juego divertida de cara al espectador. Por suerte la mecánica funciona, y es que bastarán un par de minutos para entender cómo controlar a los soldados y cómo hacerles llegar las órdenes para superar la misión.

La mecánica es sencilla, aunque para los menos especializados en la materia, la desarrolladora ha incluido una serie de misiones cortas a modo de tutorial que nos irán como anillo al dedo para descubrir todo el potencial jugable que esconde Raven Squad. Comenzaremos, pues, controlando a un mercenario por la densa jungla del amazonas, con el mismo manejo que cualquier otro videojuego del mismo corte. Sin embargo, nuestro pelotón estará formado por tres mercenarios, los cuales cuentan cada uno con una habilidad completamente distinta: uno contará con granadas, otro con un lanzacohetes, el más hábil contará con un rifle francotirador, etcétera.

La clave del juego reside en saber qué personaje utilizar en cada momento determinado de la misión, y, por suerte, cambiar de soldado es tan fácil como apretar un botón. Más adelante veremos como controlaremos a dos pelotones completamente distintos, realizando misiones de reconocimiento -pues en ocasiones los miembros aparecerán en lugares aislados del mapa- en conjunto o realizando ataques a dos bandas realmente divertidos. Las posibilidades son muy elevadas si jugamos con cabeza y decidimos tomarnos el juego con filosofía, aunque lamentablemente si decidimos avanzar siempre con el mismo personaje nos daremos cuenta de que la inteligencia artificial del videojuego tampoco supone un reto para el jugador, dándole a escoger entre el camino fácil o intercambiar jugadores para hacer la experiencia de juego más completa.

Sin embargo, donde realmente encontramos la innovación en la obra de Atomic Motion es en su vista estratégica, donde no sólo veremos el mapa en el que nos encontremos desde una perspectiva en picado -procedente de un compañero en helicóptero-, sino que también podremos controlar el movimiento enemigo, otear los campamentos en busca de suministro o botiquines, explorar rutas óptimas para llevar ataques sorpresa, etcétera. Además, podremos ejercer órdenes directamente desde dicha vista, pudiendo incluso completar misiones sin ni siquiera controlar a los mercenarios a la antigua usanza, aunque sin duda, lo más divertido es alternar los dos modos de juego para jugar "con ventaja". El videojuego, además, incluye un modo multijugador en el que podremos disputar las misiones a modo de cooperación, manejando cada jugador a su propio equipo de reclutas y disputando encuentros bastante más divertidos que en la campaña solitaria.

Por desgracia uno de los aspectos donde más flaquea la obra es en su modo de acción en primera persona, no sólo por sus gráficos, sino por la cantidad de elementos que nos recordarán a los videojuegos de primera hornada de la anterior generación. No es posible que un videojuego de Xbox 360 cuenta con una inteligencia artificial tan simple, en la que los enemigos no sólo no tengan patrones de ataque, sino que además tarden varios segundos entre que nos descubren hasta que nos atacan... o enemigos que nos descubren aún existiendo unas estructuras enormes que, a priori, deberían cubrirnos.

Obsoleto

La idea de llevar a cabo misiones controlando varios pelotones a la vez es original, y recordará a sagas tan emblemáticas como Rainbow Six. Sin embargo, el resultado queda completamente desmerecido al comprobar el apartado técnico que hace gala Raven Squad, un apartado que, por desgracia, no llega a los mínimos establecidos para considerarse videojuego de nueva generación, al menos, en materia gráfica. Es inconcebible que en 2009 y para una videoconsola como es Xbox 360 aparezcan videojuegos con un motor gráfico que sólo no sorprenda, sino que además cause indiferencia. Los personajes cuentan con unas animaciones ortopédicas muy poco dignas de la alta definición, los efectos de luces, explosiones y ambientación no están a la altura, por no hablar de la caracterización de los soldados. Es una verdadera lástima, pues la obra ofrece buenas ideas y escenarios bastante amplios para llevar a cabo nuestras misiones, misiones que, por otra parte, son divertidas, pero que como decimos, quedan empañados por un apartado técnico obsoleto. El amazonas está bien recreado, aunque después de haber visto títulos como Far Cry 2, de Ubisoft, poco o nada sorprenderá al jugador.

La pésima inteligencia artificial que hace gala el juego hará que más de uno se plantee seguir jugando a la obra, puesto que sin reto no es divertido jugar. Podemos ver como en la vista de acción los personajes ejecutan maniobras bastante poco ortodoxas -como disparar a bocajarro a la nada o descubrirnos y dejarnos el paso completamente libre- y como la vista estratégica plena, es decir, sin controlar a los personajes directamente, puede llegar a aburrir de lo simple que es. Unir los dos géneros debería ser equivalente en cuanto a diversión, y en este aspecto nos encontramos con que la parte estratégica sólo nos servirá para conocer el escenario en su totalidad, ya que si queremos jugar íntegramente desde esa vista quizá acabemos bostezando de mala manera.

En otro orden de cosas, la música de Raven Squad tampoco es uno de sus puntos fuertes, puesto que no sólo existe una ausencia clara de melodías características, sino que además la banda sonora se presenta con pocas pistas para deleite del espectador. Eso sí, el doblaje -al perfecto inglés- hará que más de uno se ponga en la piel de estos mercenarios que se juegan la vida a cada instante, y no por su "gran" interpretación, sino por los "exquisitos" diálogos que promulga el juego, directamente sacados de una película de serie b de muy -muy- bajo presupuesto. Por desgracia, y este es un detalle que echará para atrás a más de uno en el momento de la adquisición del título, Raven Squad nos ha llegado en perfecto inglés, tanto voces como textos, algo completamente impensable en los tiempos que corren y que hará, una vez más, que los jugadores más exigentes opten por otros exponentes del género antes que gastar su dinero en la obra de Atomic Motion.

Reuniendo al equipo

Finalmente Raven Squad ha quedado como uno de esos "quiero y no puedo" de los que la industria es testigo de tanto en tanto. La idea de mezclar dos géneros opuestos es bastante atractiva, y en la práctica hemos visto que se ha llevado a cabo bastante bien, aunque podría haber dado mucho más de sí, todo sea dicho. Por desgracia hemos visto como apartados tan importantes como el de la técnica o la música, sobre todo teniendo en cuenta que vivimos la generación de la alta definición, no han sido tan bien cuidados como el aspecto jugable, empañando el producto final y haciendo que más de un jugador reniegue por completo de adquirir el juego. Y si además sumamos que la obra ha llegado íntegramente en idioma anglosajón, los motivos para dejar el título en la estantería del comercio más cercano aumentan. Una verdadera pena.