Una década de desarrollo
Antes de comenzar con este análisis como tal, tengo que reconocer que incluso aunque pude probar la demo del juego que nos ocupa hace poco más de tres semanas, hasta que no he tenido el juego totalmente finalizado en mis manos no he acabado de creerme que Prey realmente salía al mercado de verdad. Esto que puede parecer una exageración no lo es en absoluto cuando hablamos de una compañía como 3D Realms, que como muchos –si no todos los lectores- ya sabréis, tiene el dudoso honor de tener en perpetuo desarrollo el mítico y archiconocido Duke Nukem Forever. De hecho, Prey se anunció a mediados de 1995 y junto al mencionado Duke Nukem debían salir al mercado en periodos cercanos. Ahora visto todo esto con el paso del tiempo quizás lo que más ha pesado sobre ellos es que ambos fueron anunciados a bombo y platillo como juegos de acción/disparo en primera persona o first person shooter (fps) revolucionarios.
¿Qué es lo que ha pasado desde entonces hasta hoy día? No es plan de contar la accidentada historia de Prey al completo –y eso que tiene miga-, pero básicamente en su primera etapa de desarrollo influyó bastante el abandono de Tom Hall, que estaba a cargo de todo el diseño del juego (se fue para fundar junto al ínclito John Romero Ion Storm), y luego posteriores problemas técnicos hicieron que el juego se retrasase casi eternamente, aunque realmente nunca llegó a ser cancelado. El empujón clave vino a lo largo del año 2001 cuando 3D Realms licenció el, por aquel entonces, prometedor y revolucionario motor de Doom 3 para su título y por otro lado, se puso a cargo del proyecto a Human Head Studios que ya contaban con el aval de haber desarrollado el excelente Rune. Pese a ello, tuvieron que transcurrir otros cuantos añitos hasta que Prey fuera presentado conjuntamente por la mencionada 3D Realms y 2K Games (subsidiaria de Take-Two interactive) en el pasado E3 del año 2005 poniéndose fecha definitiva para su salida: durante el año 2006.
Como veis, ha sido sin duda una larga, larguísima andadura la de este juego, que ha sido lanzado tanto para PC y Xbox360… tanto que mirando hacia atrás podía incluso haber salido para PSX o Saturn (esto es, dos generaciones atrás de consolas y donde no existía aún ni la primera Xbox). Obviamente la pregunta obligada es: ¿Habrá cumplido con las expectativas? ¿Qué clase de juego exactamente tenemos entre manos?
Entre cherokees y aliens anda el juego
En Prey nos pondremos en el papel de Tommy, un joven indio cherokee que sirvió al ejército y actualmente trabaja de mecánico en su reserva india situada en Oklahoma. Ya desde el comienzo del juego asistimos a varios diálogos interesantes del joven indio en un bar, tanto con su abuelo, como con su bella novia Jen en los que rápidamente intuimos que nuestro protagonista no está nada a gusto con su vida actual. Tommy prefiere el estilo de vida occidental (del "hombre blanco" podríamos decir), renegando de sus costumbres indias y quiere abandonar la reserva junto con su novia la cual no está en absoluto por la labor. Es justo en ese momento cuando se produce una oleada de naves extraterrestres en la zona y tanto Jen, el abuelo como el propio Tommy son abducidos al interior de una extraña y gigantesca nave nodriza que es una mezcla o simbiosis de elementos biológicos con alta tecnología. La cosa pinta verdaderamente mal cuando nuestro personaje descubre que todos están presos en una especie de "cadena de montaje" y asiste horrorizado a la ejecución de algunos seres humanos abducidos sin saber exactamente qué está pasando. Sin embargo un inesperado y desconocido personaje nos ayuda liberándonos. Desde ese mismo momento, Tommy sólo tendrá en mente liberar a sus seres queridos y volver sano y salvo a casa.
No queremos desvelar absolutamente nada más de la historia salvo mencionar una especie de viaje espiritual que nuestro héroe tendrá casi al principio del juego y en el que con la ayuda del abuelo aprenderemos a "desdoblar" nuestro espíritu o alma del cuerpo físico, acción que nos ayudará, y mucho, para resolver determinadas situaciones del juego. Mención especial para Garra, el espíritu de un halcón que tuvo Tommy en su infancia y que nos acompañará durante toda la aventura.
Mi otro yo
Prey toma elementos típicos/tópicos vistos en otros fps anteriores –en este caso de ciencia-ficción- como puede ser Quake 4, Halo o Half-Life en el sentido de que iremos avanzando por las distintas fases a la par que se desarrolla la historia del juego, pero también introduce una serie de detalles originales o elementos novedosos que llaman bastante la atención teniendo en cuenta que estamos ante un juego en primera persona. Lo principal es la mencionada habilidad del protagonista para poder salir de su cuerpo y que será esencial para resolver determinados puzzles que se nos plantearán a lo largo de nuestra aventura (algo similar a lo visto en la saga Soul Reaver, donde Raziel pasaba a un plano espiritual). De esa forma por ejemplo, podremos inactivar un campo de fuerza que nos impedía el paso atravesándolo con nuestra forma espiritual hasta llegar al panel que lo controla
El otro aspecto novedoso del juego tiene que ver con la propia tecnología alien. Especialmente unos portales dimensionales usados para transportarse inmediatamente a cualquier zona de la descomunal nave nodriza –pudiendo nuestros enemigos aparecer en cualquier momento inesperado para atacarnos en grupo- y que nosotros también podremos usar para alcanzar nuevas zonas. También tiene una destacada importancia la gravedad. Tanto en unas curiosas cintas gravitatorias llamadas trepamuros por las que podremos caminar haciendo recorridos imposibles por techos y laterales así como algunas estancias en las que el centro de gravedad cambiará totalmente activando unos interruptores situados en la zona. Sin duda una experiencia bastante sorprendente y divertida (ojo, incluso mareante para algunos) las primeras veces que la probemos y más aún al jugarse en primera persona.
Doom 3 hipervitaminado
Técnicamente Prey raya a un excelente nivel. Y es que el último motor de ID Software rinde a las mil maravillas. No sorprende con un apartado técnico revolucionario pero después de ver en estos últimos meses/años "superproducciones" del género como Doom 3, Half-Life 2 (y su expansión), Riddick o Quake 4 uno ya está medio acostumbrado a estos tremendos despliegues gráficos en la última etapa del DirectX 9. La atmósfera del juego, recreando el interior de una extraña nave alienígena es realmente sensacional, con la confluencia de elementos orgánicos vivos y cibernéticos muy similar a lo visto en Quake 4. Pasillos oscuros bordeados de largas tuberías, enormes estancias con multitud de desconocidos aparatos o surrealistas zonas orgánicas similares al interior de un estómago nos introducirán perfectamente en la aventura como si de una intensa película de ciencia-ficción se tratara. Las texturas, efectos de luces, transparencias y demás son de lo mejorcito visto hasta la fecha, aunque la geometría no sea tan destacable ni la animación/gesticulación de los personajes, superados claramente por los de Half-Life 2. Lo único que personalmente le achacaría (y repito, es un gusto personal) es que casi no hay ambientes exteriores en el juego pese a que algunas zonas de la nave sean gigantescas y la poca interactividad con el entorno, características heredadas del Doom 3.
Ambas versiones (PC y Xbox 360) son más o menos similares en términos generales. La versión PC es algo superior si tenemos una máquina de gama alta (aunque jugar en una HDTV de gran tamaño no tiene precio) aunque realmente no existen diferencias notables. Lo único más negativo de la versión consola es que la tasa de cuadros por segundo está fijada a 30 –siendo por regla general estable- frente a los 60 de la versión de los compatibles. Este hecho, que era comprensible en Quake 4 con las prisas para tenerlos listo en el debut de la consola de Microsoft no es de recibo a estas alturas en una máquina con el potencial de la 360. Quizás cosas de dejar la versión consola en manos de otro grupo, en este caso Venom Games. Y más cuando la versión PC está muy bien optimizada.
La radio del desierto
La banda sonora del juego sonará sólo en determinados momentos e intercala algunos temas ambientales con otros de tipo orquestal para escenas importantes o más emocionantes. Si bien es cierto que no es demasiado abundante o variada, se nota la magistral mano del galardonado Jeremy Soule, que ya trabajó en las maravillosas melodías del reciente Oblivion. Los efectos sonoros cumplen a la perfección y nos sitúan en un ambiente extraño y desconocido como el del juego: sonidos de las distintas máquinas, criaturas, explosiones, armas, naves, etc. El juego no viene doblado al castellano aunque trae subtítulos con los que podremos seguir perfectamente toda la trama y poder escuchar las voces originales (personalmente no lo considero un defecto de importancia teniendo en cuenta los pocos diálogos que existen). A destacar la curiosa radio en directo de "Art Bell" que podremos oír en algunos monitores de la nave.
Y resucitó… enseguida
Prey no es un juego de acción pura como pudiera ser Halo o Quake 4 adentrándose también en el terreno de la aventura o exploración como la saga de Gordon Freeman. De hecho, nuestra tarea básica será ir avanzando en la nave nodriza e ir abriendo/desbloqueando las nuevas zonas (muchas veces con la resolución de puzzles, la mayoría no demasiado complicados), aunque obviamente, se nos cruzarán en el camino grupos de enemigos que habrá que eliminar. Enemigos por cierto que no tienen una IA especialmente destacable ni nos saldrán en grandes oleadas hasta el final. Las armas presentes en el juego son bastante balanceadas y a excepción de la llave inglesa del comienzo, son todas de origen alien -aunque realmente no dejan de ser equivalentes a las vistas en cualquier shooter- como una especie de rifle-escopeta con mira telescópica, una metralleta, granadas (vivas en este caso) y la más interesante, una especie de cañón de plasma que se recarga con distintos tipos de munición.
Llegados a este punto hay que citar los únicos dos aspectos verdaderamente negativos del juego y que pueden hacernos pensar seriamente su compra: la corta, cortísima duración del juego y su poca dificultad. Seamos francos, Prey en el modo historia puede durarnos unas 7-9 horas –o dos tardes jugando a destajo-. Por ello es altamente recomendable empezar en el nivel de dificultad más alto. Además, en cuanto perdamos una vida volveremos enseguida al sitio donde estábamos, después eso si, de una original forma de rellenar nuestros medidores (tanto el de vida como el espiritual) mediante un minijuego con arco. El Multijugador es bastante sencillo e incluye las opciones Duelo y Duelo en equipo, siempre contra otras personas al no contemplar la inclusión de bots.
Un gran juego
A pesar del hándicap de su duración, Prey es sin duda uno de los mejores juegos de acción/aventura en primera persona de los últimos tiempos. La inclusión de algunos puzzles muy originales e ingeniosos (mención especial para el del "cubo"), los detalles sorprendentes de la gravedad y los portales, el manejo de vehículos voladores unido a su gran apartado técnico –que es complementado con un diseño artístico impresionante- hacen muy recomendable, desde nuestro punto de vista, su compra (o por lo menos alquiler). Volviendo a incidir en su corta duración, sí hay que decir que al menos es un juego bastante intenso y absorbente a partes iguales. Y siempre nos quedará el cuasi-infinito modo multijugador… y en un futuro, Prey 2 –no os perdáis la sorprendente escena que sale tras los títulos de crédito-.