Análisis de Pressure (PC)
La evolución de los videojuegos es totalmente indiscutible, y, afortunadamente, cada vez contamos con experiencias más variadas para todo tipo de jugadores. Por suerte, y gracias a la distribución digital, cada vez más títulos sencillos, sin grandes pretensiones más allá que divertir (lo cual es ya digno de admiración) llegan al jugador para ofrecer una alternativa a las superproducciones, a los dramones épicos y a los grandes títulos que abarcan las primeras posiciones de las listas de ventas. Hoy estamos ante uno de ellos.
Pressure nos pone ante nosotros un juego de conducción arcade, combinada con mucha acción y disparos, aunque siempre desde una perspectiva cómica. Es un juego sencillo que podemos controlar con apenas tres botones, lo que no implica que guarde una jugabilidad más compleja que detallaremos más adelante. Si estás buscando un título accesible que disfrutar para alejarte de los "Triple A", los presupuestos multimillonarios y las historias enrevesadas, aquí tienes un serio candidato a ocupar este lugar.
El juego que tratamos hoy comienza en un colorido universo steampunk, en el que Morgan, nuestro protagonista, se levanta como cada mañana, dispuesto esta vez a darse un baño. Al chocarse de bruces contra un suelo totalmente seco, descubre que unas criaturas están robando el agua con peculiares intenciones... crear un magnífico y ambicioso spa que planea el malvado Conde Jabón II. Nosotros no podemos permitir tal cosa –principalmente porque no tenemos ni para beber– y nos sumergimos en esta peligrosa aventura motorizada en la que combatiremos a sus esbirros.
La historia se nos relata a través de secuencias realizadas con el motor gráfico del juego, muy explícitas y sin voces –aunque el juego cuenta con todos los textos en castellano, bastante bien traducidos–, que se van desarrollando según progresamos en el juego. Como hemos mencionado anteriormente, el juego apuesta por un tono humorístico, que buscará arrancarnos una sonrisa, algo que con nosotros al menos ha conseguido, y que consideramos, es de agradecer.
En el aspecto gráfico, se mantiene en esta línea. Pressure ofrece una perspectiva cenital para acompañar nuestras carreras por los distintos escenarios que recorreremos. Divididos en tres mundos, cada bloque cuenta con una ambientación propia con pequeños cambios dentro de cada uno de los niveles que lo componen, además de los nuevos enemigos y nuevos obstáculos que irán apareciendo. Pressure es un juego muy sencillo en el apartado gráfico, lo que permitirá que se ejecute con comodidad en cualquier ordenador más o menos actual. Eso sí, no estaremos exentos de momentos "espectaculares", con escenarios que se derriban ante nosotros, gigantescos enemigos a nuestro alrededor, explosiones, etcétera.
Más discreto es el sonido, que simplemente acompaña a la acción. En las secuencias animadas podemos encontrar los típicos sonidos propios de la sorpresa, el enfado, etcétera –ya que, recordamos, no hay voces–, mientras que los menús y las partidas están aderezados por agradables melodías que pasan algo desapercibidas. No hace falta mencionar que todas las explosiones, disparos, choques, etcéteras, estarán acompañados por su respectivo efecto de sonido.
Pero lo importante en Pressure es la jugabilidad. Aunque fuese un horror audiovisual (que no es el caso, ni mucho menos), este título nos brinda una propuesta algo diferente y muy adictiva, que se complica según progresamos. Contamos con un vehículo mejorable, que tiene la capacidad de disparar con el arma principal sólo hacia la dirección en la que avancemos. Desde éste, podemos atacar con un arma secundaria o atropellando a nuestros, mientras esquivamos en la medida de lo posible sus ataques y llegamos a los distintos puntos de control que componen cada escenario.
Nuestro vehículo tiene dos aspectos que vigilar, uno, la salud, y dos, la "presión" (de ahí el título del juego). Si se nos acaba la presión, nuestro vehículo se detendrá y tendremos que reiniciar el nivel. Para evitar esto, tendremos que destruir a los enemigos que nos atacan, que nos darán presión, a la vez que evitamos demorarnos demasiado en alcanzar la meta. Y es que el juego nos da total libertad para progresar por los escenarios, aunque según progresamos en la historia será prácticamente imposible entretenernos mucho.
Según progresamos, también, encontraremos nuevos enemigos que nos harán replantearnos cómo nos enfrentamos a ellos. Hay, por ejemplo, enemigos que nos robarán la presión, por lo que serán objetivo prioritario. Otros, por su parte, están pensados ser destruidos desde rampas, etcétera, etcétera. Os adelantamos que nos aguardan otras sorpresas que preferimos no estropear, pero que añaden un toque de variedad a la acción.
Esto hace que se añada un pequeño toque de estrategia, no sólo a causa de los rivales, sino también por los distintos caminos que encontraremos o los desvíos que tengamos que coger para conseguir monedas, un elemento indispensable en este título que tocaremos en el siguiente párrafo. Nos veremos así cuestionándonos cosas como ¿me arriesgo para coger unas monedas y arriesgo la presión que me queda? ¿Me desvío para evitar rivales o los destruyo para asegurarme de que no me quedo sin presión?
Como adelantábamos, las monedas son algo clave en la jugabilidad, ya que las necesitamos para mejorar nuestro coche. Podemos mejorar nuestras armas, nuestro chasis y añadir otros elementos a nuestro vehículos en la tienda de nuestro tío, la cual tiene un cartel que señala que "no se aceptan micropagos", un guiño/crítica a algunos modelos de bastante tirón en la actualidad. Esta tienda nos impulsa a rejugar un nivel anterior si nos quedamos atascados, ya que las monedas no se recogen si no completamos la fase.
Esta idea de fomentar la rejugabilidad es algo muy positivo, ya que de otra manera la historia en solitario podría durarnos un par de tardes. Es por esto también que recomendamos jugarlo al menos en normal, ya que en fácil puede no representar desafío alguno para los jugadores más experimentados. En cualquier caso, nos aguardan treinta niveles por completar en tres dificultades distintas, y con un sistema de puntuación basado en estrellas que anima a mejorar nuestra última marca.
Si el modo en solitario nos aburre, o se nos queda corto, podemos disfrutar de la historia en cooperativo, jugando con un amigo. En concreto, tenemos tres posibilidades para jugar acompañados: de manera local, en el mismo ordenador; vía LAN, en dos ordenadores pero en la misma red; y a través de internet, ay sea con desconocidos o con amigos. Sin duda, un agradable añadido para los que quieran disfrutar de esta aventura con alguien más. Un último detalle, es su total compatibilidad con mando y con Steam Big Picture, siempre digno de destacar.
Conclusiones
Pressure es un juego con una única pretensión: divertir. Y lo mejor es que lo consigue, algo que juegos con mucha más ambición –y presupuesto– no pueden decir. Pressure es como uno de los clásicos "yo contra el barrio", o un "matamarcianos", pero sobre ruedas, aunque en lugar de a la damisela en apuros, buscamos varios hectolitros de agua. Un control sencillo, una dificultad muy ajustada y, como decimos, diversión sin muchas complicaciones, harán las delicias de los que necesiten un descanso con sabor clásico entre tanto "grande". Pressure ofrece a través de Steam –donde ya está disponible– una demo gratuita, por lo que si este texto no llega a convencerte, siempre puedes probarlo por ti mismo.