Análisis de Pier Solar and the Great Architects (PC, Xbox One, Wii U, PS3, PS4)

Nota: Pier Solar and the Great Architects no ha salido todavía en la PlayStation Store europea pese a encontrarse disponible en la americana (y en PC para todo el mundo) desde hace semanas. Hemos estado esperando a su disponibilidad para publicar nuestro análisis, pero parece que la cosa va para largo. Los usuarios europeos pueden hacerse con el juego en versión PC desde octubre, o en versión Wii U a partir del jueves 6 de noviembre.

Pier Solar and the Great Architects debutó en el año 2010 para la veterana Mega Drive de Sega. Se trataba de un proyecto retro con todas las de la ley pues sus creadores quisieron no solo lanzar un juego como los de la 16 bits de la compañía japonesa, sino para esa consola. Es cierto que mucha de la atención que recibió se derivó de lo singular de la propuesta, pero cuando se pudo probar el juego se vio que era, además, un buen título de rol. Era cuestión de tiempo que llegara a plataformas que le permitieran tener viabilidad comercial y así ha sido: ya está disponible en PC, en las consolas PS3 y PS4 y dentro de poco se sumará también a dispositivos móviles Android, iOS y a las consolas domésticas de Nintendo y Microsoft… e incluso Dreamcast. Como vemos, los ideales retro siguen en el equipo con este nuevo guiño a la que fue la última consola de Sega.

Lo hace con una versión que es conocida popularmente como Pier Solar HD y que incluye diversas mejoras gráficas sin perder todo el espíritu del título original. De hecho, los usuarios podrán optar por dos modos gráficos diferentes: el original de 16 bits y la versión en alta definición.

El modo de alta definición ofrece una gama cromática más oscura que la original, pero no se percibe de forma general. Lo cierto es los juegos de 16 bits tenían colores más vivos, algo necesario para producir más contraste en los gráficos de aquella época.

El título se presenta en 3 modos visuales que podemos activar desde que empezamos la aventura. El modo HD y el HD+ son muy parecidos; en el segundo se incrementa también la resolución de la interfaz y algunos elementos adicionales, pero no supone un cambio gráfico. Si optamos por el modo 16bits nos encontramos con los gráficos originales de la versión de 16bits. Esto se cambia sobre la marcha, desde el menú principal del juego gracias a las opciones. Igualmente se puede apostar por dos pistas de sonido, la FM original de Mega Drive (compuesta en MIDI) o la PCM (que se podía escuchar en Mega Drive si se jugaba junto a Mega CD).

La elección audiovisual dependerá de los gustos de cada usuario. Nosotros solo podemos decir que el título funciona bien en cualquiera de las dos vertientes visuales, cada una con sus características propias y su espíritu diferenciado. En cambio al sonido, nos parece mucho más recomendable apostar siempre por el PCM, que da más calidad, nitidez y riqueza. Una de las ventajas es que el cambio es directo, desde el menú, sin detener la acción más allá de lo que supondría mirar cualquier otra cosa de los menús, razón por la que creemos que los usuarios irán cambiando entre un estilo visual y otro según la curiosidad o ánimo de cada momento.

Aunque el juego es moderno (recordemos que data de 2010), tiene un sabor clásico muy evidente que va más allá de lo visual. Por ejemplo, aunque los primeros pasos están bastante guiados, el juego no tarda en soltar de la mano al usuario y dejarle ante el mundo de la aventura que ha de superar.

Esto significa que hay momentos en los que el jugador tendrá que pararse algún momento para pensar qué hacer para seguir avanzando, quizá porque la ruta está escondida o quizá porque hay algún objetivo concreto que cumplir. Se trata de recursos de dificultad que eran habituales en el género allá por la era de los 8 y 16 bits y que hoy en día ya no se estilan. Si a eso le sumamos que no hay pistas continuadas sobre qué hacer ni cómo hacerlo, habrá usuarios que encuentren que el juego está en una zona de dificultad por encima de la media.

Esto no significa que sea particularmente difícil, pero sí es cierto que está por encima de lo que vemos en el mercado en esta época. No es tanto mérito específico de este juego como demérito de lo que va llegando al mercado regularmente.

El sistema de combate es un tanto retro también, sobre todo ahora que incluso algunas de la sagas más veteranas parecen haber abandonado definitivamente los turnos o, al menos, haberlos suavizado tanto que ya ni parecen turnos. Aquí se trata de combatir pasando por las opciones de los menús, al estilo más clásico. En el aspecto negativo del combate está, sin embargo, una falta de variedad en los enemigos y el hecho de que las animaciones asociadas a las luchas son muy largas. Esto afecta sensiblemente al ritmo de juego y evidencia un poco más lo repetitivo de las estructuras de combate.

Sin embargo, lo cierto es que el género en su forma más clásica adolece de esas mismas cuestiones, por lo que es cuestión directa de su apuesta por una jugabilidad un tanto retro que no ha hecho concesiones a las convenciones más contemporáneas (eso sí, lo cierto es que sí se incluye opción de autoguardado del progreso). Una cosa lleva la otra. No es tan consecuencia de la época que emula que haya secuencias particularmente largas y repetitivas, tanto en la lucha como en otros elementos. Estamos pensando en la animación que se da al recuperar energía, sin ir más lejos, cuando estamos fuera de combate.

Se trata, en este caso, de algunas decisiones de diseño que no parecen ser las más acertadas por lo mucho que cortan el ritmo del desarrollo de las partidas. Se trata de algo que ya recibió algunas críticas cuando el juego debutó en Mega Drive y nos parece extraño que no se haya incluido una opción para saltar esas animaciones y mejorar el flujo del desarrollo de la partida.

Un elemento importante en su concepción de las luchas es la disposición en el terreno de lucha para establecer formaciones. Los jugadores deben colocarse en localizaciones específicas para aprovechar las diferentes características de los personajes, algo que es más habitual de la estrategia por turnos que del rol tradicional. Contamos con un equipo de cinco personajes, lo que permite una elevada combinatoria y, sobre todo, mucha experimentación. Hay que practicar para ver qué situaciones potencian las habilidades necesarias de los personajes dada la situación y la tipología de los rivales.

Los encuentros son al azar, así que hay que estar siempre preparado para evaluar el combate. Por otro lado, es cierto que en la repetición de enemigos se da también la repetición de formaciones de los mismos, así que si pasamos mucho tiempo en una región lo más probable es que desarrollemos mecánicas seguras y ahí se evidencie esa cierta repetición de sus combates.

En todo caso, hay que agradecer la presencia de jefes finales que nos fuerzan a elaborar (y modificar sobre la marcha) nuestra estrategia de formaciones. Esto hace que luchar contra ellos implique no solo gestionar los ítems y habilidades de los personajes, sino también sus colocaciones. Aunque explicado puede resultar un tanto peculiar, lo cierto es que el juego hace una buena labor a la hora de presentar este aspecto de su jugabilidad ante el usuario para que no resulte extraño ni difícil de asimilar.

Como juego de rol, Pier Solar and the Great Architects presenta una historia atractiva que es atractiva e interesante sin pretender esquivar los estereotipos del género. La historia se abre con un joven que busca una planta curativa con la que sanar a su padre, gravemente enfermo. Esto es solo el principio para una aventura que le llevará a recorrer el mundo y perseguir un destino mucho mayor junto a sus compañeros de viaje. La narrativa está bien planteada y guionizada, con el español entre los idiomas disponibles.

Aunque la historia comparte lugares comunes y estereotipos recurrentes, no sería justo ignorar que está bien escrita y que ofrece un buen tratamiento de sus personajes. Responden a arquetipos, sí, y algunas situaciones son previsibles para todo veterano del género, pero del mismo modo ofrece una experiencia narrativa interesante. No podemos decir que sea el juego de rol con mejor guion de la historia, pero desde luego se nota que los responsables han puesto atención a esta parte del juego para conseguir algo que sea a la vez familiar y original. Es otro de esos aspectos en los que queda claro que Pier Solar and the Great Architects no pretende deconstruir ni revolucionar un género, sino, más bien, sumarse a él con sus mejores dotes.

A nosotros nos parece que los personajes están bien definidos en el guion en casi todos los casos, consiguiendo una sensación de viveza y empatía con el jugador. Los compañeros de viaje del protagonista, Hoston, se hacen querer y en líneas generales nos resultan personajes atractivos e interesantes. Sobre todo, es interesante ver cómo aunque responden a arquetipos, todos tienen una historia detrás que los define. No se trata de personajes planos, aunque al principio puedan parecerlo. En ese sentido, hay que dejarle tiempo, permitir que vaya introduciendo la personalidad y la historia de cada uno de ellos para descubrir qué se esconde de verdad tras ellos y ver cuál es todo el trabajo que los responsables del juego han hecho para conseguir un mundo coherente.

Del mismo modo, debe agradecerse que el juego sepa combinar la tensión narrativa con los momentos de relajación. Hay momentos que buscan impulsarnos a seguir, a descubrir qué pasará a continuación y a desarrollar la épica de la historia; otros, en cambio, quieren hacernos sonreír, sin más.

Todo ello en una aventura que no es de las más largas dentro del género, pero que puede dar mucho juego si queremos descubrir todos sus secretos. Superar la aventura puede requerir una veintena de horas, lo que lo sitúa en una duración normal para el género. Por encima de esa duración lo que suele encontrarse son muchas misiones repetitivas o aventuras para conseguir objetivos secundarios.

Por supuesto, muchos jugadores estarán mucho más tiempo con el título para ver la secuencia de créditos y otros algo menos. Lo importante es que sin caer en la monotonía de su desarrollo o en la introducción de objetivos que evidencian el deseo de alargar artificialmente su duración ofrece una aventura intensa, interesante y divertida con una duración nada desdeñable.

Esta combinación de características sitúa al juego en una situación ambivalente: su valor no está en la nostalgia, pero resulta evidente que su jugabilidad retro puede ser un elemento en contra y a favor. Habrá quien encuentre que su ritmo es incluso tedioso y que no le ofrece los mismos valores de producción que un videojuego con una vocación mucho más actual. Por otro lado, habrá quien encuentre en su ritmo más pausado y estilo general una experiencia de calidad evocadora.

Conclusiones

Pier Solar and the Great Architects es un juego de rol de 2010 que se hizo pensando en llevarnos a la era de los 16 bits y sigue haciendo lo mismo hoy en día. Podemos jugarlo con gráficos de estilo retro pero revisados para la alta definición o con el estilo bitmap original del hardware de Mega Drive, a gusto de cada uno. La cuestión es que es un juego de rol clasicote (incluso a veces chapado a la antigua) en muchos aspectos y eso tiene sus cosas buenas y sus cosas malas. Deja al jugador solo ante el peligro muchas veces, así que habrá usuarios que no sepan a dónde ir o qué hacer (problema menor hoy en día con la cantidad de guías que proliferan para cada título gracias a las comunidades de usuarios), y algunos verán cómo su personaje muere en múltiples ocasiones. Para unos, esto es bueno; para otros, inaguantable.

Lo mismo sucede con su ritmo de combate y algunos rasgos que hace que resulte repetitivo; aquí debemos decir que creemos que había maneras sencillas de solventar estos rasgos que no se han introducido por cuestiones de diseño quizá demasiado puristas, pero es un rasgo del título derivado nuevamente de su filosofía clásica. El usuario deberá ponderar estas características y decidir si esos rasgos son virtudes o defectos. Lo que no deja lugar a demasiada discusión es que es un título con un buen sistema de combate, una historia atractiva e interesante fiel a cánones clásicos del género y un aspecto artístico que nos gusta y del que hay que destacar, sobre todo, la calidad de su banda sonora. Si hubiera salido en la época de Mega Drive habría sido considerado, sin duda, un gran juego en el género; hoy, también.