Análisis de Painkiller: Battle out of Hell (PC)

Sí, las fuerzas de infierno no se rinden y van a intentar por todos los medios que tú, Daniel Garner, mueras de la manera más horrible que te puedas imaginar. Es por eso por lo que deberás volver al purgatorio para limpiarlo, de una vez por todas, de toda la escoria procedente del infierno. Aunque desde aquí advertimos que no será un trabajo sencillo ni apto para todos los públicos. Y decimos que no será apto para todos los públicos porque básicamente, Battle out of Hell sigue las mismas pautas ya establecidas por Painkiller a principios de año.

Si hacéis un poco de memoria, recordaréis que en el juego original, nosotros encarnábamos a Daniel Garner; un pobre hombre que fallece en un accidente de tráfico y se ve envuelto en una guerra sin tregua en el purgatorio. Básicamente debíamos ir avanzando de nivel en nivel disparando a todo lo que se moviera. Los puzzles y la exploración se dejaban de lado para centrarse exclusivamente en la acción desenfrenada; lo que hoy en día se conoce como un shooter de la "vieja escuela". En el tramo final, nos plantábamos en medio del infierno para enfrentarnos al mismísimo Lucifer para después, concluir nuestra aventura quedándonos atrapados allí "abajo" con todos los demonios del mundo. Claro, la historia no podía quedar así y es por eso por lo que nuevamente, volvemos a escribir unas líneas sobre el título creado por la gente de People Can Fly.

Painkiller era un juego macabro en todos los sentidos. Nosotros, con un arsenal de cinco armas de lo más estrambóticas, debíamos ir matando a decenas y decenas de seres con una apariencia que sin duda, no dejaban indiferente a nadie. Pero vamos, lo que nos encontramos nada más comenzar con esta expansión no tiene nombre. La primera localización que debemos investigar es un orfanato. Sí, habéis leído bien. Y sí, seguramente estaréis pensando ya en lo que os vais a encontrar allí.

Según se nos cuenta, los niños cuando mueren a temprana edad, todavía no tienen un "bando" seleccionado: no son ni buenos ni malos. Por tanto, su destino siempre es el purgatorio. La mayoría consigue seguir su camino y viajar al paraíso pero hay unos cuantos que se quedan en el orfanato del purgatorio y como os podéis imaginar… Bueno, veréis niñas que corren en llamas mientras intentan abrazarnos. También habrá otros niñitos que con las sábanas sobre las cabezas, intentarán cogernos para seguidamente, estallar. Pero lo peor está por ver. En las mentes desquiciadas de los desarrolladores, debía existir una versión alternativa de Pinocho porque vamos, encontrarse con niños "Pinocho" que atacan con la nariz… Pero es que además de estos inquilinos tan peculiares, nos encontraremos con una ambientación magnífica. Primero nos encontramos con que el lugar está a oscuras, por tanto, solamente veremos lo que esté al alcance de nuestra linterna. A esto, debemos sumarle los constantes gritos que iremos escuchando mientras caminamos. Y para rizar el rizo, deberemos soportar el acoso de algún que otro fantasma con ganas de matarnos de un ataque al corazón. Así comienza nuestra andadura en esta nueva versión de Painkiller y aquí veremos como todo sigue prácticamente igual que en el original.

La mecánica de juego es bien sencilla: nosotros entramos en una sala, las puertas se cierran y matamos a todos los enemigos que aparezcan. Cuando las puertas se abran continuamos y en la siguiente zona, volveremos a combatir contra todos los enemigos que nos vayan saliendo. Mientras vamos luchando podremos recoger munición y almas. No hace falta que expliquemos para que sirve la munición pero sí que cabría recordar que estas almas las emplearemos, primeramente, para ir restableciendo nuestra salud poco a poco. Pero también debéis recordar que si alcanzáis un número determinado de éstas, os convertiréis en unos "demonios" capaces de terminar con la vida de los enemigos en cuestión de segundos.

Con todo esto, deberéis ir recorriendo un buen número de niveles con unas temáticas de lo más curiosas: comenzamos en un orfanato pero también visitaremos una feria, laboratorios, e incluso Leningrado, donde podremos hacer frente a las tropas del tercer Reich en versión demoníaca. Por eso comentábamos al principio del análisis que éste no sería un juego del agrado de todo el mundo. Aquí estaremos todo el rato disparando y buscando nuevas victimas para seguir ampliando nuestra cuenta de muertes. El que disfrute con la acción desenfrenada sin duda disfrutará de Painkiller y su expansión, pero el que prefiera juegos con algo más de historia y menos acción descerebrada, sin duda deberá decantarse por otros títulos de acción que seguro le agradarán más.

Aún así, no podemos sino resaltar la mayor variedad de situaciones con las que nos encontraremos. Está claro que no vamos a ponernos a pilotar coches o a resolver complicados puzzles pero sí que deberemos enfrentarnos a jefazos por el medio de las misiones, que sin duda, nos pondrán las cosas muy difíciles. Y decimos esto porque la gran mayoría de ellos poseen puntos débiles que deberemos localizar y tras esto, utilizarlos para vencerles. Es impresionante ver como en una misión donde reina la calma, de repente comienzan a explotar y a saltar por los aires varios coches que seguidamente, darán paso a una enorme araña que nos perseguirá y atacará junto a su horda de muertos vivientes.

Y es que si por algo destaca Painkiller, y ahora su expansión, es por poseer un potente motor gráfico capaz de mostrarnos unos entornos enormes y repletos de detalles. Los enemigos atacan por decenas mientras el escenario se va destrozando a su paso. Mediante el motor de físicas Havok, veremos como todos los cuerpos reaccionan de manera realista a nuestros ataques, por ejemplo: la lanzadora de estacas podrá empalar a los enemigos en las paredes con suma facilidad. Si empleamos una bomba, veremos como todos los cadáveres y sus despojos saltan por los aires para después, crear una lluvia de sangre que salpicara todo el escenario. Y en este punto cabría resaltar una secuencia que nos encantó, y tal vez al leerla, pensaréis que estamos un poco locos pero es que fue tan divertida que no podemos sino comentarla.

Nos encontrábamos en medio de un largo túnel en unos laboratorios. Habíamos conseguido una de las dos nuevas armas que se han añadido en el juego –lanzadora de hierro-. Con ella podemos lanzar cinco estacas metálicas de golpe, creando una ola de destrucción impresionante. Pero su disparo secundario, que va a ser el protagonista de esta secuencia, es el que realmente nos interesa ahora. Básicamente, lo que hacemos es lanzar un buen número de bolas que estallarán. Pues bien. En el túnel que hemos comentado, las paredes son blancas. Tras lanzar este ataque sobre una veintena de enemigos que se abalanzaban sobre nosotros, conseguimos "pintar" toda la pared, el techo y el suelo de color rojo.

También disfrutaremos con la impresionante recreación que se ha hecho de la batalla en Leningrado. Como si de otro juego se tratara, iniciamos nuestra andadura por el escenario con una marcha de la Unión Soviética mientras escuchamos bombas y disparos a nuestro alrededor. La ciudad está derruida y algunos edificios se desmoronan a nuestro paso. Podremos ver desde bombardeos hasta ataques de varios tanques a la vez. Abandonamos los escenarios retorcidos y oscuros como lo pueden ser el coliseo y el orfanato para adentrarnos de lleno en la guerra. Por eso, será muy importante el conocer el verdadero potencial de nuestras armas. En los niveles cerrados, será conveniente emplear la escopeta o la lanzadora de hierro ya que al ser caminos mucho más pequeños, los enemigos estarán mucho más agolpados. En cambio, si nos metemos en un gran escenario abierto como puede ser la feria, deberemos emplear un arsenal mucho más preciso, en este caso podría servirnos la otra nueva arma, que será un fusil con lanzallamas incorporado. También debéis saber que las armas se pueden combinar entre sí. No hay nada mejor que lanzar estrellas metálicas sobre varios enemigos para después, lanzar unas descargas eléctricas y ver como todos mueren a la vez.

Todos estos elementos, junto al sentido del humor de los desarrolladores, convierten a esta expansión en toda una experiencia sin igual. Nos encanta ir por una ciudad fantasma mientras vemos como de los edificios caen restos humanos. También nos encanta ir caminando tan tranquilos por una escalera de incendios para ver, atónitos, como los zombis se dedican a regarnos a base de vómitos desde las ventanas. Todo esta hecho para, primero, impresionar al jugador, pero también se busca divertir, y enserio que lo consiguen. La ambientación es impresionante, y a este efecto ayuda también el apartado sonoro, que destaca como ya lo hizo también en el original.

Y es que esta vez, las melodías que nos acompañarán a lo largo de la aventura se adaptarán mucho mejor a las situaciones en las que nos encontremos; por ejemplo: en la feria escucharemos melodías típicas de las ferias. Aderezado eso sí, con todo tipo de ruidos macabros procedentes de las macabras atracciones. También, como hemos dicho, en Leningrado podremos escuchar una marcha soviética mientras vamos repartiendo caña a diestro y siniestro. Lo malo es que las melodías suelen ser demasiado repetitivas. Se trata de piezas no muy largas y claro, a poco que nos entretengamos en las misiones, escucharemos una y otra vez la misma canción. Por último, no podemos olvidarnos del doblaje al castellano, que sin ser el mejor del momento, cumple muy bien con su cometido.

Con todo esto, los jugadores que ya disfrutaron con Painkiller se pueden hacer una idea de lo que ofrecerá esta interesante expansión. Se ha añadido un buen número de misiones de lo más variadas y divertidas. Aunque como suele pasar en este tipo de juegos, se pasan enseguida y solamente nos quedará el hecho de jugarlas en los niveles de dificultad más altos y sobre todo, disfrutar del nuevo modo multijugador. Aunque como ya pasó con el original, tampoco nos ofrecerá las horas que hubieran sido deseadas. También tenemos dos nuevas armas que se complementarán a la perfección con las cinco ya vistas en el original. La impresionante calidad técnica, unida a la increíble ambientación, harán que disfrutemos como nunca visitando todo tipo de parajes macabros y retorcidos. Hará falta un buen equipo para manejarlo todo con soltura pero creednos, es impresionante.