Análisis Overwatch 2, Blizzard sigue necesitando héroes (PC, Xbox Series X/S, PS5, Xbox One, PS4, Switch)
A lo largo de los años hemos visto cómo muchos juegos que empezaron su andadura con el pie izquierdo han acabado por convertirse en auténticas joyas a base de esfuerzo, compromiso y buenas decisiones por parte de sus estudios de desarrollo. Lamentablemente, también ha llegado a ocurrir esto mismo a la inversa con títulos que lo tenían todo para arrasar desde su mismo día de lanzamiento y que por culpa de una mala gestión y estrategia de comunicación acabaron por estancarse, perdiendo por el camino a numerosos jugadores.
A estas alturas, queda claro que Overwatch pertenece al segundo grupo, un juego excelente con el que Blizzard revolucionó el género de la acción multijugador competitiva creando esa variante que hoy conocemos como hero shooter.
Un título que se llevó multitud de galardones a mejor juego del año 2016, que nos fascinó con su universo y el carisma de sus personajes y que hacía gala de una jugabilidad a prueba de bombas capaz de agradar incluso a aquellos jugadores que nunca se habían visto atraídos por este tipo de propuestas.
Pero el tiempo pasa para todos y la industria siguió evolucionando con nuevos modelos de negocio y una apuesta cada vez más fuerte por lo gratuito, cambios a los que, por desgracia, Overwatch no supo adaptarse. Sí, durante una buena temporada recibió nuevos contenidos en forma de personajes, mapas y eventos, pero a un ritmo insuficiente y con unas novedades muy leves que no impidieron que acabara por quedarse atrás de la competencia en más de un sentido.
Esto llevó a Blizzard a tomar la decisión de relanzar el juego con una secuela que introduciría como principal novedad una campaña cooperativa de pago, mientras que el multijugador sería gratuito para quienes ya hubiesen adquirido la primera entrega. Sin embargo, los problemas no tardaron en llegar y el desarrollo de Overwatch 2 acabó saldándose con el abandono del original, un título que ha estado más de dos años sin recibir nuevos contenidos, dejando a su comunidad prácticamente huérfana.
Por el camino, la compañía ha tenido que hacer multitud de cambios en sus planes iniciales para esta segunda parte, pero hoy, por fin, está disponible en PS4, PS5, Xbox One, Xbox Series X/S, Switch y PC, trayendo consigo un nuevo modelo de negocio y alguna que otra novedad clave. Pero ¿es suficiente?
Un nuevo modelo de negocio y progresión
Lo primero que tenemos que dejar claro es que Overwatch 2 es, a diferencia de su predecesor, un juego completamente gratuito que podéis descargar y jugar en cualquier plataforma sin ningún tipo de coste adicional. Además, el primer juego ha dejado de existir, pero todos los progresos que hubiésemos hecho en él han sido importados a esta secuela, por lo que mantendremos nuestras estadísticas y todos los ítems cosméticos que hubiésemos desbloqueado en el original.
Como podréis intuir, esto trae consigo grandes cambios en el sistema de monetización y progresión, desechando las siempre polémicas cajas de botín en favor de pases de batalla de dos meses que funcionan como en cualquier otro juego: cumple desafíos diarios, semanales y de temporada para ganar experiencia, subir de nivel y recibir recompensas por ello. Por supuesto, algunos de estos premios están bloqueados y solo pueden ser adquiridos si compramos su versión Premium, la cual, además, nos beneficia con un 20% de experiencia extra tras cada partida.
Esto no debería ser ningún problema si no fuese porque Blizzard ha decidido que los nuevos héroes que introduzcan en el juego llegarán mediante este sistema, obligándonos a pagar el pase Premium para adquirirlos inmediatamente o forzándonos a jugar una innumerable cantidad de horas hasta llegar al nivel 55 en su versión gratuita. El resto de recompensas son ítems cosméticos que no afectan a la partida, pero en un juego en el que es tan importante que todos los jugadores puedan acceder al plantel completo para adaptarse a lo que ocurra durante los enfrentamientos y contrarrestar las estrategias del equipo contrario (una filosofía de diseño bajo la que nació Overwatch), hacer esto supone dar una injusta ventaja a quienes decidan pasar por caja o tengan el tiempo suficiente para desbloquearlos.
Sumadle que subir de nivel es un proceso algo lento y que la cantidad de créditos de pago que podemos obtener cada semana es ínfima en comparación a lo que cuestan las cosas en la nueva tienda que se ha incluido, y tendréis un sistema de progresión un tanto agresivo y que no nos ha terminado de convencer por las implicaciones que puede llegar a tener a medio y largo plazo.
La misma diversión de siempre con una diferencia fundamental
Centrándonos en lo que es el juego como tal, volvemos a encontrarnos ante un hero shooter en primera persona que mantiene casi todos los contenidos del original, añade algunas mejoras clave y suma tres nuevos héroes, seis mapas y un modo. Así pues, participaremos en unas partidas por equipos en las que podremos encarnar a una serie de carismáticos personajes con sus propias habilidades, armas y peculiaridades únicas mientras colaboramos con nuestros compañeros en un intento por cumplir los objetivos necesarios para alzarnos con la victoria.
Aquí queremos dejar claro que a nivel de jugabilidad y diseño sigue siendo una auténtica maravilla y un torrente de diversión. Es una obra donde todos los mapas están estudiadísimos y ofrecen situaciones y enfrentamientos muy diferentes, donde los héroes son extremadamente satisfactorios de controlar y en la que los tiroteos son tan frenéticos, intensos y emocionantes que siempre nos animarán a echarnos "una partida más".
Sin embargo, no todo es exactamente igual y hay una diferencia fundamental que, en nuestra opinión, ha sido todo un acierto: ahora las partidas enfrentan a equipos de cinco jugadores en vez de seis, algo que se ha conseguido eliminando uno de los dos espacios que había para tanques. Este cambio que podría parecer menor, altera por completo el desarrollo de los duelos, ya que evita que se produzcan esos frustrantes tapones que no pocas veces conseguían que el juego se estancase y dejase de ser divertido, impidiendo que ningún bando pudiese avanzar y forzando el uso de tácticas un tanto cuestionables.
Todo eso ha pasado a mejor vida en esta secuela y si queremos ganar vamos a tener que jugar con mucha más cabeza, ya que no vamos a tener tanta protección como antes y las diferencias numéricas se notan bastante más. De esta manera, las partidas siempre fluyen, siempre hay un equipo que hace progresos, las situaciones se afrontan con algo más de táctica y usar los recovecos de los mapas para pillar por sorpresa al enemigo gana en prioridad frente al avanzar apiñados. Puede que Overwatch 2 sea más de lo mismo, pero no se puede negar que ahora es más dinámico, ágil, estratégico y divertido que nunca.
Como podréis suponer, esto también ha derivado en ajustes para todo el plantel, con algunos retoques bastante profundos en ciertas habilidades, la introducción de pasivas de clase y hasta algún que otro cambio de rol como el de Doomfist, quien ahora cumple el papel de tanque, por lo que dependiendo de a quién soláis controlar notaréis más o menos novedades a la hora de jugar. Aun así, siguen existiendo desequilibrios y no todos los personajes se han adaptado igual de bien al nuevo formato de 5 contra 5, por lo que ya en estos primeros días hay héroes que están dominando las partidas y que han ganado mucha popularidad frente a otros cuya utilidad práctica es más específica y limitada.
Al menos, la buena noticia es que los tres nuevos personajes (Sojourn, Junker Queen y Kiriko) encajan perfectamente con el resto. No solo derrochan carisma, sino que ofrecen nuevas formas de jugar que hacen de ellos unas elecciones divertidísimas. Ya os dediquéis a deslizaros y saltar por los escenarios a toda velocidad mientras disparáis con Sojourn, os convirtáis en la pesadilla del enemigo con la capacidad para dañar y curarse de Junker Queen o sanéis a vuestro equipo lanzando talismanes mientras destrozáis a los contrarios a base de kunáis con Kiriko, estamos seguros que os lo pasaréis realmente bien aprendiendo a jugar con ellas por todo lo que aportan a las partidas.
Algo parecido podemos decir de los nuevos mapas, muy chulos a nivel visual y con buenos diseños que favorecen enfrentamientos muy intensos y emocionantes. Aquí tenemos que destacar la introducción del nuevo Modo Avance, en el cual deberemos escoltar a un robot para que empuje una barrera hasta la base enemiga mientras evitamos que nuestros adversarios hagan lo propio. Se trata de una modalidad que funciona genial y que nos ha ofrecido unos duelos fantásticos que no se han terminado de decidir hasta el último momento, aunque ahora mismo hay muy pocos escenarios en los que podamos jugarlo. Eso sí, debéis saber es que, a cambio de introducir Avance, Blizzard ha decidido eliminar los mapas de Asalto, un modo que nunca terminó de convencer a nadie y que ha desaparecido por completo de la ecuación.
Por lo demás, comentar positivamente las numerosas mejoras que ha recibido su interfaz, dándonos más opciones para comunicarnos con nuestros compañeros durante las partidas y mostrando la información con mayor claridad, algo que siempre es de agradecer en un título de estas características en el que ocurren tantísimas cosas durante las partidas. De igual modo, también conviene destacar que incluye tanto juego cruzado como progresión compartida entre todas las plataformas, lo que sumado al hecho de que ahora es gratuito debería facilitar que juguemos con nuestros amigos independientemente de la plataforma que prefiramos.
En lo que respecta a su apartado audiovisual no hay mucho que comentar más allá de que ahora los escenarios cuentan con algo más de detalle y que se ha incluido un nuevo sistema de iluminación, algo que se ha aprovechado para cambiar la hora del día a la que jugamos en cada uno de los escenarios, dándoles así un toque ligeramente distinto. Además, todos los personajes de la primera entrega han recibido su correspondiente rediseño, aunque en nuestra opinión, no siempre aciertan o resultan demasiado sutiles.
Finalmente, el sonido ahora se beneficia de las nuevas tecnologías de audio 3D para mejorar la inmersión y su calidad, lo que también conlleva la introducción de nuevos efectos que aportan mayor contundencia a los disparos y habilidades. Y sí, el doblaje se mantiene en español con un buen nivel, aunque ahora los personajes cuentan con un mayor número de frases, muchas de ellas realmente útiles, ya que nos comentan el estado de la partida para que sepamos, por ejemplo, cuando estamos en desventaja numérica.
Conclusiones
Resulta difícil no quedarse con un sabor de boca agridulce tras jugar a Overwatch 2, un título que no deja de transmitirnos la sensación de ser un relanzamiento camuflado en vez de una verdadera secuela, pero que incluso así se las apaña para divertir por la base jugable tan buena de la que hace gala y las mejoras que ha recibido, entre las que destaca el hecho de que ahora las partidas sean de 5 contra 5.
Como decimos, es un juego capaz de ofrecer mucha diversión y que tiene sus aciertos, pero que tampoco se libra de sus propios problemas, como un sistema de progresión lento y cuestionable, un plantel no demasiado bien equilibrado y una cantidad de novedades muy escasa. Para rematar, la gestión que está haciendo Blizzard del juego durante estos primeros días está dejando muchísimo que desear, con numerosos errores y bugs que han provocado fallos de conectividad y largas colas, por no hablar de sus agresivas políticas de seguridad que nos requieren que introduzcamos nuestro número de teléfono si somos nuevos jugadores. Y considerando que la compañía se ha visto obligada incluso a retirar temporalmente a un par de personajes para solucionar sus fallos de programación, la cosa no parece que esté mejorando.
Que Overwatch 2 remonte y se asiente en el mercado va a depender de la capacidad de Blizzard para solucionar sus problemas, nutrirlo de nuevos contenidos y satisfacer las necesidades de un público cada vez más exigente ante la enorme oferta de juegos competitivos gratuitos que hay, por lo que todavía tiene mucho que demostrar. Sin embargo, la base está ahí y difícilmente podría ser mejor. No solo tiene un diseño exquisito y una jugabilidad fantástica, sino que estas virtudes se ven reforzadas por unos personajes y un universo que derrochan carisma y que se merecen poder brillar por todo lo alto. ¿Lo conseguirá? Solo el tiempo lo dirá.
Hemos realizado este análisis en su versión de PC descargando el juego gratuitamente y con un Paquete Observatorio que nos ha proporcionado Blizard.