Análisis Outcast: A New Beginning, una secuela que ha tardado 25 años en ver la luz (PC, PS5, Xbox Series X/S)

Outcast fue uno de esos adelantados a su tiempo, revolucionario en aspectos técnicos y en empezar a explorar las posibilidades del mundo abierto. De ello os hablamos en nuestro análisis de Outcast - Second Contact, un remake lanzado en 2017 que actualizaba gráficos sin modificar demasiado la base original que, dos décadas después, mostraba sus costuras en la parte de acción -sin quitar ni un ápice del mérito al original, por supuesto: cada juego se debe entender en su contexto-.

Por supuesto, cuando Yann Robert, Franck Sauer e Yves Grolet anunciaron en 2013 la obtención de la licencia con su desarrolladora Appeal el objetivo final no era la remasterización Outcast 1.1 ni el remake, sino expandir este universo con nuevas aventuras; y en 2021, Appeal fue adquirida por Embracer Group. Ese proyecto se ha materializado en Outcast: A New Beginning, con parte del equipo original, el regreso del compositor Lennie Moore e incluso la recuperación de bastantes ideas y arte conceptual que se preparó a principios de los 2000 para el cancelado Outcast 2: The Lost Paradise. Un buen punto de partida para ser respetuosos con el espíritu de la licencia, aunque eso suponga que de vez en cuando se sienta un poco arcaico y quizás de un peso excesivo a la acción -para lo que entendemos que es Outcast-.

¡Por los Yods!

Cutter Slade vuelve a meterse en líos nada más pone el pie en el mundo alienígena de Adelpha. Muy pronto se nos dejará claro que es la esperanza para salvar a los Talans esclavizados –el Ulukai- por una amenaza muy bien armada y de tecnología superior que pone en peligro su libertad. Además, hay una importante motivación para querer regresar pronto a casa… Eso sí, no todo es drama, Appeal ha ido ajustando el humor socarrón de Slade durante estos años hasta dar con un carisma que comparan con el de héroes pulp del cine de los 80 y 90.

Algunos de sus mensajes son similares a los de la saga cinematográfica Avatar, pero no sería justo hablar de inspiración directa en la obra de James Cameron cuando Outcast ya tenía construido un mundo muy sólido hace dos décadas, y su origen estaba más en la colorida ciencia ficción de cómics y películas de su época, tipo Stargate. Y esto es algo que se repite en Outcast: A New Beginning, que de nuevo es una constante retahíla de nuevas palabras y un trasfondo muy, muy denso, que nos hace sentir extranjeros entre estas culturas. No seremos nosotros quienes digamos que añadir diálogos confusos equivale a mejor narrativa, pero no sería un Outcast sin esta personalidad.

El estudio ha evitado asustar a los novatos en varios aspectos y de ahí que retirasen el nombre Outcast 2 con el que se presentó para destacar este "nuevo comienzo". La verdad es que aunque no sea imprescindible conocer el original, recomendamos al menos leer un resumen de la historia hasta el momento, porque las primeras horas –completarlo llevará más de 30- se pueden hacer muy cuesta arriba si lo juegas con la mentalidad del mundo abierto moderno, incluso con un glosario a mano durante las conversaciones.

Hay cosas que no cambiarán con la secuela y en A New Beginning vamos a escuchar muchos de los problemas de la población hasta comprender qué necesitan para ganarnos su confianza, progresar en la trama y en nuestras habilidades. Es un desarrollo muy libre, tú marcas las prioridades para unir estos pueblos de Adelpha y no existe la división clara entre misiones principales y secundarias. Profundizar en las peticiones te recompensará con la apertura de nuevas tareas, evolución en tus habilidades, colaboración entre las aldeas, etc. Incluso si en algún momento haces de recadero, parece que el objetivo está mejor justificado -¡precisamente lo que buscas es ayudar a esta gente!-. Pero si no te importa perderte estos beneficios, no necesitas invertir horas artificialmente: esto no es un RPG en el que grindear materiales.

A veces estos encargos no conllevan participar en combates, pero tarde o temprano habrá que pasar a la acción. De nuevo tenemos un shooter en tercera persona un poco a la antigua usanza –piensa en juegos de hace 15 años o más-, lo que significa que no está muy influenciado por los sistemas de coberturas del género. Aquí se trata más de mantenerse en constante movimiento, buscar protección en obstáculos del escenario y sobre todo utilizar el escudo de energía en el momento adecuado. Outcast: A New Beginning dispone de varios niveles de dificultad, así que en caso de que no te convenza mucho el combate puedes reducir la exigencia. Como en otros apartados, el de la acción cumple sin grandes alardes, ni es terrible, ni te sorprenderá.

Por suerte, A New Beginning se permite modernizar un poco los combates. Tiene sus árboles de habilidades para mejorar las características de la acción y la exploración, y aunque está lejos de ser el shooter más cómodo del mundo –todavía se siente un poco durillo al control- ha ganado en diversión si lo comparamos con Outcast - Second Contact. Puedes personalizar tu arma con nuevos módulos que proporcionan diferentes tipos de munición, golpear con el escudo a corta distancia y hasta utilizar la naturaleza contra nuestros enemigos, por ejemplo para invocar un bombardeo desde criaturas aladas, que le da un toque diferente respecto a otros third person shooter.

La estrella de A New Beginning es la mochila propulsora da mucho juego para moverse en este mundo. No es una herramienta que se limite a dar más movilidad por su mapa, con impulsos, planeos y saltos imposibles para Slade, sino que también puedes aplicarlo en tu combate con deslizamientos y cambios de posición rápidos. De nuevo, esto no es Vanquish y a ras de tierra no hay esa sensación de flexibilidad de otros mundos abiertos, pero sin duda la mochila hace que desplazarse por estos terrenos no sea un trámite pesado, y ha contribuido a un diseño más vertical de lo que era durante las primeras fases de desarrollo. Esas largas distancias del terreno se reducen una vez empezamos a planear.

Los puntos débiles del juego se deben, en muchos casos, a que hablamos de un equipo reducido –unos 50 empleados- trabajando con un presupuesto que limita la ambición que pediría un enorme mundo abierto. Outcast fue todo un portento en su época, mientras que A New Beginning ahora es un AA con carencias visibles. El mundo no está tan vivo como se podría desear y la inteligencia artificial de los enemigos es muy básica: fauna que se lanza contra nosotros o dispara ráfagas de proyectiles, y soldados, robots o drones que simplemente buscan una posición detrás de cajas, pero sin variar estrategias. ¿Funciona? Sí, pero hay que saber qué se puede exigir a un juego de estas características. También habrá quien no se sienta cómodo planeando como si se tratase de un Just Cause, porque es inevitable que esta entrega pierda un poco del ritmo calmado -en su mayor parte- del original para favorecer el movimiento rápido.

Una ambientación... de otro mundo

A New Beginning está desarrollado en Unreal Engine 4, mientras que Second Contact corría en Unity, pero al margen de la mayor libertad del estudio a la hora de recargar los entornos –sobre todo la vegetación, que suele ser interactiva-, la principal diferencia es una nueva dirección artística: es un mundo con criaturas extrañas, si bien el realismo quizás le resta ese toque "mágico" que tenía el primer Outcast y su remake. Esto quizás sea un tema de debate para los fans más veteranos, pero con los limitados valores de producción que hemos mencionado antes no se pueden poner muchas pegas más allá de la poca expresividad de los rostros o animaciones un poco rígidas.

Este mundo, que por cierto llega con textos y voces en español, ofrece diferentes tipos de bosques, entornos montañosos y campos. En las distancias cortas sus carencias son visibles, pero con las vistas que vamos a ver gracias a la mochila propulsora, Adelpha es un mundo bastante resultón. La banda sonora tampoco defrauda, lo que hace que el aspecto audiovisual esté por encima de la media.

Conclusiones

Outcast - A New Beginning es un título que aprueba apartado por apartado, y no lo decimos de manera despectiva. No pretende revolucionar el progreso en juegos no lineales, algo a lo que sí contribuyó el primer Outcast, anterior a ese terremoto llamado Grand Theft Auto 3. Appeal ha introducido algunas ideas interesantes en el desplazamiento, pule el combate respecto al original y su remake, y mantiene una personalidad que en muchos casos gustará a los veteranos, incluso si es a costa de poner barreras a los novatos por su enrevesado lenguaje.

¿Es una de las aventuras más impactantes del mercado actual? ¿Marcará una época y será recordando dentro de 20 años? No, ni de lejos, hay mucho margen para mejorar, pero tampoco es un fallido retorno como el de Flashback 2. Que levante la mano quien guardase esperanzas de ver el regreso de Cutter Slade después de tanto tiempo, y más con un lanzamiento bastante competente.

Hemos realizado este análisis gracias a un código para PC proporcionado por Dead Good Media.