Análisis de Orcs Must Die! 2 (PC)
Si los tower defense hasta hace unos años se consideraban un subgénero de la estrategia en tiempo real, hoy en día, con la popularidad que han ganado en los últimos tiempos, ya casi se pueden considerar un género en sí mismo. Propuestas de todo tipo, de las más complejas y serias a las más sencillas y desenfadas, que han conectado incluso con el público casual en los teléfonos móviles, como el exitoso Plantas contra Zombis.
En octubre del año pasado se lanzó en Steam y Xbox Live la primera parte de Orcs Must Die!, un juego que recibió buenas notas y tuvo bastante éxito en PC pero que dada su calidad creemos que no tuvo toda la repercusión que se merecía, quizás por salir en la peor época del año para un título independiente, al estar todo el mundo atento a los grandes lanzamientos de la campaña de Navidad.
Desarrollado por Robot Entertainment, creadores de Age of Empires Online, un estudio formado por antiguos miembros de la extinta Ensemble Studios, ahora menos de un año después vuelven con la segunda parte de Orcs Must Die!, esta vez solo para Steam y con diez meses de desarrollo que hacen levantar algunas sospechas que se confirman después de haberlo jugado.
Es una secuela muy continuista, con pocas novedades, y podríamos hablar casi más de un Orcs Must Die! 1.5 que de una verdadera continuación, aunque todos los cambios y añadidos son un acierto.
Como principal novedad se incorpora un modo cooperativo para dos jugadores, con un nuevo personaje, La hechicera, que no se trata solo de una nueva apariencia, sino que cambia la manera de jugar. Lanza ataques a larga distancia, es capaz de volver a los enemigos en contra de sus compañeros, y tiene trampas que son exclusivas de este personaje. Ahora todo el sistema de mejora y configuración del equipamiento, de las armas, trampas y abalorios, es más complejo y profundo, con más posibilidades, y en general el juego es más y mejor de lo mismo, como toda buena secuela.
Quienes ya disfrutaran del primer Orcs Must Die! tendrán aquí 15 nuevos niveles, más trampas y armamento, el divertidísimo cooperativo para dos jugadores, un modo Supervivencia, e incluso la posibilidad de cargar las misiones del primer juego y jugarlas con las mejoras del dos. Quienes dejasteis pasar la primera entrega tenéis aquí una excelente oportunidad de descubrir la propuesta de Robot Entertainment, más compleja y refinada en esta ocasión, un tower defense con toques de acción en tercera persona que b>puede convencer tanto a los amantes de la estrategia como de la acción.
El que firma estas líneas tiene que admitir que los tower defense no es un género que le entusiasme, pero en cambio Orcs Must Die! le resulta muy accesible y divertido, gracias a su acertada mezcla de géneros, con el que no parece que estés jugando a un título de estrategia, cuando realmente la táctica y pensar cómo parar las hordas de orcos es esencial y la base del juego, mucho más que la habilidad que tengas para golpearlos o dispararlos.
Cada fase es una mazmorra con uno o varios puntos de aparición de enemigos, y una o más salidas a las que tienes que evitar que lleguen los orcos, ya que tenemos 20 puntos de fisura, y si se escapan los suficientes enemigos perderemos. Para evitar esto hay que situar por el escenario todo tipo de trampas que ralenticen y acaben con los orcos, mientras nosotros hacemos lo propio disparando y golpeando con unos sencillos controles de acción en tercera persona. Saltar, correr, apuntar y atacar, y en los números del teclado asignamos las distintas trampas y armas, siendo obligatorio jugar con teclado y ratón, ya que no ofrece compatibilidad con mando, y ni falta que le hace.
Las primeras misiones serán muy fáciles, con un par de puntos de aparición de enemigos, una o dos salidas como mucho, y pocos pasillos por donde avanzan los orcos, en los que podemos situar todas nuestras trampas y centrarnos en acabar con las distintas hordas. Pero poco a poco la cosa se va complicando, con enemigos cada vez más duros o rápidos, más numerosos, y teniendo que estar atentos a distintas vías, para lo que ayuda mucho el mapa que vemos en todo momento en pantalla.
Hay más de 30 tipos de trampas, con diferentes mejoras y funciones, y tendremos que ir desbloqueándolas. El alquitrán ralentiza el avance enemigo, los muros de flechas hacen estragos cuando pasan los orcos delante de ellos, hay trampas de púas que salen del suelo, o incluso personajes como los guardianes enanos que lanzan bombas explosivas. Para adquirirlas tendremos que gastar dinero, y empezaremos cada fase con una cantidad más bien modesta, que no nos permite plagarlo todo de trampas, aunque acabando con enemigos vamos obteniendo más dinero.
A veces hay tiempo de sobra para prepararse para la siguiente oleada, y en otras ocasiones solo diez segundos en los que no nos podemos para demasiado a pensar cómo mejorar nuestra defensa. Dependiendo de lo bien que lo hagamos al acabar una misión se valora nuestra actuación con un máximo de cinco calaveras, que son la clave para desbloquear nuevas armas y trampas, y mejorar estas. Que causen más daño, que cueste menos comprarlas, o incluso varias funciones, como por ejemplo el muro de flechas, que podemos decidir que lance flechas de fuego o de hielo, congelando a los horcos.
El nuevo personaje, La hechicera, trae consigo sus propias trampas y armas, y gran personalidad. En vez de la trampa de alquitrán del mago, ella tiene una rejilla de hielo que congela a los enemigos, y en vez de un muro de flechas, tiene un rociador de ácido con efectos letales sobre los orcos. Además su arma principal dispara a más distancia que la escopeta del héroe, y el disparo secundario, que gasta maná, es capaz de convertir a cualquier enemigo en un aliado, lo que resulta muy útil.
Compramos nuevas armas, accesorios, incluso nuevas apariencias para los protagonistas, y una de las cosas que lo hacen tan adictivo es que tras cualquier partida casi siempre tendremos calaveras suficientes para desbloquear algo nuevo, lo que nos hace jugar una y otra vez. Adictivo es prácticamente el mayor elogio que le podemos hacer a un videojuego, y Orcs Must Die! 2 lo es y mucho, gracias a su inteligente jugabilidad y tono desenfadado, siendo muy divertido machacar a los simpáticos orcos de mil y una maneras. Y si jugándolo solos entretiene, imaginaros junto a un amigo.
Podemos jugar de manera cooperativa a través de internet, y lo que es un gran defecto, solo con amigos que tengamos en Steam, no hay matchmaking o búsqueda de jugadores, lo que es una pena, ya que dependemos de que un contacto de nuestra lista se haya comprado el juego para poder probar su cooperativo, que es excelente. La pareja protagonista cuenta con mucha química con unos diálogos muy divertidos –en perfecto castellano-, y además a la hora de combatir a los orcos se complementan muy bien, con sus diferentes habilidades y trampas. Tanto se nota que la gran novedad de Orcs Must Die! 2 es su cooperativo que algunos de los últimos niveles de la campaña parecen pensados para dos jugadores, siendo un poco desesperantes para un jugador, sintiéndote desbordado.
Podemos disfrutar las 15 fases en tres niveles de dificultad, solos o acompañados, cargar las misiones del primer Orcs Must Die!, y disfrutar de cualquier fase en el modo Supervivencia. Aquí podremos aguantar hasta 40 oleadas, y si por ejemplo superamos solo una conseguiremos una calavera –con las que se desbloquean las armas y trampas-, y si superamos todas las oleadas podremos conseguir hasta cinco calaveras, algo muy complicado si jugamos solos, siendo un modo muy apropiado para jugar en compañía.
Casi todo es más y mejor que en la primera entrega, aunque curiosamente la variedad de escenarios, de ambientaciones, es menor, y se hace un poco pesado estar combatiendo casi siempre en el mismo tipo de mazmorras. Los gráficos cumplen sin problemas, no hace falta un ordenador muy potente para moverlo, y su aspecto dibujos animados es agradable, quizás demasiado simple, pero mostrando en pantalla enormes cantidad de enemigos. La música es prácticamente la misma en que en la primera entrega, uno de los detalles que parecen indicarnos que estamos ante una expansión o un Orcs Must Die!, 1.5, y el doblaje al castellano es realmente bueno.
Divertido, adictivo y simpático, el lado accesible y refrescante de la estrategia
Las mezclas de géneros no siempre funcionan como deberían, pero este cóctel de acción en tercera persona con tower defense funciona como un reloj, aunque ya os advertimos que tiene más del segundo ingrediente que del primero. No os dejéis llevar por los prejuicios hacia el género o malas experiencia anteriores, Orcs Must Die! 2 es una propuesta única dentro del género de la estrategia, de los tower defense, y merece la pena ser probado, puede ser para algunos todo un descubrimiento.
Si ya disfrutasteis de la primera parte, sabed que aquí encontrareis más y mejor de lo mismo, y su único pecado es ser demasiado continuista, porque por lo demás es genial. Hay una demo gratuita en Steam para que podáis probarlo, y los 15 € que cuesta creednos que os saldrán muy rentables, con muchas horas de diversión por delante. Fresco, original, diferente, de jugabilidad impecable, sin duda un gran juego.