Análisis de Neverwinter (PC)
Cuando hablamos de juegos gratuitos, no sois pocos los que ya de entrada los miráis con recelo, y no sin razón. En los últimos años, este mercado se ha masificado y nos hemos visto bombardeados por multitud de títulos de ínfima calidad, con restricciones por todos lados para limitar nuestra experiencia, o lo que es peor, que sean "pay-to-win" (es decir, que pagando se puedan obtener ventajas reales sobre el resto de jugadores). Por eso, no es de extrañar que el lanzamiento de este Neverwinter haya generado bastantes dudas, a pesar del aspecto tan prometedor que tenía y de la atractiva ambientación de la que hace gala, por lo que solo queda una pregunta por responder: ¿Merece nuestro tiempo?
Dragones y Mazmorras
Si habéis seguido el desarrollo del juego, sabréis que este nuevo MMORPG se basa en la Cuarta Edición de Dungeons & Dragons, llevándonos nuevamente a una versión interactiva de los Reinos Olvidados muy cambiada respecto a la última vez que visitamos este universo de fantasía en un videojuegos.
Tal y como su propio nombre indica, nos moveremos por la ciudad de Neverwinter (Noyvern en la traducción española) y sus alrededores, incluyendo también parte de la Infraoscuridad.
A grandes rasgos podemos definir a la nueva obra de Cryptic como una mezcla muy bien resuelta de ideas de otros juegos. Así por tanto, y al igual que en cualquier MMORPG que se precie de serlo, lo primero que tendremos que hacer será crear a nuestro personaje a través de un completo editor que nos permitirá personalizar su apariencia física a nuestro gusto, escoger raza, clase y habilidades. Además, podremos tirar los dados para nuestras estadísticas iniciales e incluso decidir algunos aspectos de su trasfondo, pudiendo hasta escribir si queremos su biografía para que el resto de jugadores puedan conocer el pasado de nuestro avatar virtual cuando nos examinen, un toque muy rolero que muchos agradecerán, a pesar de su nula importancia a efectos prácticos.
Una vez empecemos a jugar, no tardaremos en darnos cuenta de que la estructura y el desarrollo de las misiones sigue las mismas pautas que hemos visto en otros muchos juegos, por lo que solo tendremos que aceptar la misión, cumplir el objetivo y reclamar nuestra recompensa. Estas están muy bien indicadas y considerando que una línea de puntos brillantes siempre se encarga de mostrarnos el camino, resulta prácticamente imposible perderse. Algo que llama la atención es la gran cantidad de misiones que nos obligarán a adentrarnos en una mazmorra instanciada para un solo jugador (aunque también pueden acompañarnos los miembros de nuestro grupo). Por desgracia, estas mazmorras son 100% lineales y no tienen mucho más misterio que ir avanzando matando a todo lo que salga a nuestro paso, activando interruptores y resolviendo algún que otro "puzle" de lo más anecdótico.
En cuanto al sistema de combate, este prescinde de la necesidad de fijar objetivo y apuesta por la acción en tiempo real, transmitiendo sensaciones muy similares a las de un hack and slash, aunque salvando mucho las distancias. Las batallas tienen un ritmo frenético y estaremos constantemente esquivando, parando golpes, reposicionándonos y realizando todo tipo de habilidades y golpes. Además, al no haber maná solo tendremos que esperar a que se recarguen nuestras habilidades para volverlas a usar, lo que nos permitirá mantener un estilo ofensivo sin tener que reservarnos para el siguiente combate. Además, cada clase está muy diferenciada y cuenta con estilos de juego muy diferentes y lo suficientemente personalizables como para que la experiencia sea bien distinta de un jugador a otro.
A pesar de lo mucho que nos ha gustado su sistema de combate, existen ciertos problemas que empañan la experiencia más de lo deseable. Por un lado tenemos lo mal que funciona el agro, por lo que no será raro ver cómo los enemigos atacan de forma bastante aleatoria a los miembros de nuestro grupo, con especial predilección por los curanderos, sin que podamos hacer demasiado para evitarlo, lo que deja a los tanques en muy mal lugar. Por otra parte existe un desequilibrio importante entre clases, lo cual puede resultar especialmente frustrante en PvP y que consigue que ciertos personajes sean un tanto inútiles en PvE en comparación a otros.
Si somos de los que prefieren vivir aventuras en grupo, podremos adentrarnos en mazmorras diseñadas para cinco jugadores o superar escaramuzas. Las primeras no distan demasiado de lo visto en la mayoría de juegos del género, por lo que solo tendremos que avanzar matando enemigos y derrotando jefes finales para intentar hacernos con suculentas recompensas. Por desgracia, si a los problemas que os acabamos de comentar con el agro le sumamos que los jefes están muy mal planteados y que las batallas contra ellos no suelen tener una estrategia bien definida, el resultado nos deja con una sensación un poco agridulce.
Las escaramuzas son parecidas a las mazmorras para grupos, aunque resultan mucho más simples. Generalmente se tratan de rondas de supervivencia en las que tenemos que sobrevivir a múltiples oleadas, aunque también nos encontraremos con algunos asedios y asaltos en los que somos nosotros quienes tomamos la ofensiva. Su desarrollo suele ser bastante caótico, por lo que la mayor parte del tiempo lo pasaréis golpeando al primer enemigo que se os ponga por delante (eso sí, os recomendamos que prioricéis los blancos según los problemas que puedan dar).
Lo bueno de todo esto es que existe una herramienta para buscar grupo de forma automática y que funciona bastante bien, por lo que simplemente tendremos que abrir un menú, ponernos en cola y esperar a que nos llamen, algo que a veces suele tardar más de la cuenta, pero que nos evitará tener que estar buscando gente por el chat general.
Los amantes del PvP también tendrán aquí su ración de juego competitivo, aunque de forma bastante limitada. Si queréis enfrentaros a otros jugadores, solo podréis hacerlo en campos de batalla instanciados, por lo que nadie os molestará cuando estéis explorando el mundo o haciendo misiones. Actualmente solo existen dos mapas diferentes: Domination y Gauntlgrym. En el primero de ellos lucharemos por conquistar bases y mantenerlas bajo nuestro poder el mayor tiempo posible, mientras que al segundo solo podremos acceder una vez que seamos nivel 60, permitiéndonos participar en batallas de 20 contra 20 con ciertos elementos de PvE. Como veis, la oferta no es demasiado generosa y no tardaremos demasiado en aburrirnos de estos modos, algo agravado por el desequilibrio de clases que hay.
Tampoco falta un sistema de artesanías que nos permitirá crear nuestros propios objetos según la profesión que decidamos subir. Su funcionamiento es bastante simple y cómodo. Solo nos bastará con tener los materiales y decidir las herramientas que usaremos para fabricarlo. Una vez hecho esto, tendremos que esperar un tiempo determinado para que termine el proceso. El tiempo de fabricación irá aumentando a medida que creemos mejores objetos, por lo que subir una profesión a su nivel máximo es una tarea que nos puede llevar una enorme cantidad de horas si no optamos por invertir dinero real.
Algo que tampoco nos ha gustado demasiado radica en cómo se ha dividido el mundo del juego. Neverwinter nos presenta su mapeado de forma muy instanciada y separada por tiempos de carga, a las cuales llegaremos seleccionándolas a través de un mapa general, lo que estropea un poco la inmersión a la hora de viajar y explorar.
Sin embargo, la gran novedad dentro de los MMORPGs la encontramos en "The Foundry", un sistema que nos permitirá crear nuestras propias misiones y compartirlas con el resto de usuarios, quienes luego podrán valorar nuestra creación y suscribirse a nosotros para seguir todo lo que hagamos, una idea realmente genial y que resulta la alternativa perfecta para subir de nivel. De hecho, hemos llegado a encontrarnos con un buen número de misiones creadas por los jugadores mucho más interesantes que los contenidos del propio juego.
Por desgracia, el editor es muy poco intuitivo y hacerse con sus menús y opciones es algo que nos llevará bastante tiempo, no por complejo, sino por lo engorroso que resulta. Otro fallo es que no suele ofrecer demasiadas referencias visuales de lo que estamos creando, por lo que lo más probable es que más de una vez os encontréis con que lo que habéis hecho no se parece en nada a lo que teníais en mente. Tampoco podemos dejar de echar en falta la posibilidad de ir modificando una misión en tiempo real mientras juega un grupo de jugadores para simular una auténtica partida de rol de mesa y sentirnos como un verdadero director de juego.
Además, las tablas de recompensa de los objetos que podemos obtener por realizarlas no son gran cosa, por lo que no hay incentivos reales a nivel 60 para completarlas, ya que no nos servirán para mejorar a nuestro héroe o heroína, por lo que una idea que podría haber eliminado de un plumazo la falta de contenidos de un MMO de lanzamiento ha acabado quedando un tanto desaprovechada.
En cuanto a su modelo negocio, comentar que todo lo importante se puede conseguir sin gastar un solo céntimo, aunque las limitaciones que impone el juego suelen ser algo molestas. Así por ejemplo mientras nosotros nos tendremos que conformar con un perro o un soldado como compañeros (los cuales por otro lado no son demasiado útiles en los niveles más altos) o con un simple caballo como montura, los jugadores que paguen irán acompañados de exóticas mascotas de combate como un fénix o cabalgarán a lomos de una imponente pesadilla. También hay algunos micropagos sin mucho sentido, como el de los tintes, ya que el cambio de equipo será constante y no nos saldrá muy a renta comprar un tinte de un determinado color con dinero real para tener que cambiar de pieza a las dos horas. Por lo demás se tratan de los habituales pagos por distintos bonificadores temporales que nos ayuden a ahorrarnos tiempo de juego.
Hay que comentar que existe un sistema de intercambio de la moneda que se consigue con dinero real por la moneda virtual, aunque son los jugadores quienes ponen los precios. Como resultado las equivalencias actualmente son tan desproporcionadas que no nos compensará usarlo para obtener lo que queremos, ya que conseguir cinco euros por este sistema puede ser una tarea que nos lleve meses.
Gráficamente se trata de un título bien acabado, aunque no esperéis que ponga al límite vuestros equipos. La recreación que se ha realizado del mundo está muy lograda, con ciertas zonas dignas de mención por la ambientación conseguida. Las animaciones también son bastante buenas y el modelado cartoon de los personajes les sienta realmente bien. Sin embargo, se echa en falta una mayor variedad visual de las piezas de equipo que podemos obtener, unos rostros más expresivos y menos rígidos, unos efectos gráficos mejor conseguidos, escenas de vídeo mejor planteadas, etcétera. Tampoco se libra de algunos bugs y errores típicos de cualquier lanzamiento, aunque en general no hemos tenido demasiados problemas con ellos, ya que el juego está bastante pulido.
En cuanto al sonido, tenemos una banda sonora que encaja bien con lo que vemos en pantalla, pero que no cuenta con demasiadas composiciones, por lo que no tardará en hacerse repetitiva y cansándonos. Los efectos de sonidos se limitan a cumplir sin más y el doblaje deja que desear, con unas interpretaciones muy mejorables. Comentar que todo el juego está en inglés, incluyendo textos y voces, algo que será un problema para más de uno, aunque siempre existe la posibilidad de que encontréis una misión de Foundry hecha por un español y escrita en nuestra lengua.
Conclusiones
Neverwinter es un juego que a pesar de sus múltiples errores, nos ha parecido muy divertido y recomendable para pasar el rato viviendo aventuras con los amigos, pero no será un MMORPG que consiga engancharos durante meses y manteneros pegados al monitor de vuestro PC día tras día. Sin embargo, la gran mayoría de sus problemas son fácilmente solucionables a través de parches y actualizaciones, por lo que si Cryptic sigue dando apoyo constante al juego, es muy probable que se convierta en un título muy a tener en cuenta dentro de unos meses. Considerando que es gratis, si tenéis ganas de nuevas aventuras en los Reinos Olvidados os animamos a que lo probéis, ya que estamos seguros de que lo disfrutaréis durante un tiempo.