Análisis de Need for Speed (PC)
Tras un descanso, y tras "robar" el talento de Criterion para llevarlo a la saga Need for Speed, ésta volvía de la mano de Ghost Games, el nuevo equipo destinado a dar vida a los juegos de conducción de Electronic Arts. Ya sabemos que la fórmula de mundo abierto de Burnout Paradise es prácticamente un referente dentro de la industria hoy en día, y por suerte o por desgracia, ahora lo raro casi parece que sea apostar por la clásica distribución de pistas cerradas.
En cualquier caso, y como decíamos, tras un descanso la saga de velocidad volvió con Need for Speed, un juego que descartaba el subtítulo para coger un poquito de allí y un poquito de aquí de las entregas más exitosas de la saga. La principal característica era, probablemente, el retorno del tuning como mayor reclamo. Y lo hizo por la puerta grande, con una cantidad de opciones casi sin precedentes, y envuelto en un genial apartado gráfico. Ahora, Need for Speed llega a PC, con tiempo para, además, incorporar por defecto las mejoras que han recibido durante estos meses las versiones de consola.
El poder de Frostbyte
Antes de meternos en faena os recomendamos echarle un vistazo al análisis original de consola, teniendo siempre en mente que esta versión presenta varios cambios que explicaremos en este texto. Dicho esto, como suele ser habitual, esta versión de PC viene a, además de hacer que el título esté disponible en otras plataformas, permitir a los usuarios con equipos lo suficientemente potentes a exprimir las posibilidades visuales de este título, que ya de por sí rozaban en muchas ocasiones el fotorrealismo en PlayStation 4 y Xbox One.
En las pantallas, Need for Speed puede no mostrar un cambio demasiado grande con respecto a la versión de consolas, pero el mero hecho de las 60 imágenes por segundo es algo de agradecer, y si además tenéis un equipo que os permita jugar a 4K, pues mejor que mejor.
A falta de una comparativa más técnica, nos atrevemos a decir que en Ultra el juego también gana un añadido de realismo gracias a una oclusión ambiental más compleja y unos reflejos más detallados sobre el asfalto húmedo.
Sobre la optimización, no hemos tenido demasiados problemas para jugar a 1080p y a 60 imágenes por segundo al máximo con un equipo que supera ligeramente los requisitos recomendados para ello, aunque hemos sufrido bajadas puntuales (a veces hasta las 30 imágenes), que pensamos que pueden coincidir con nuestra llegada a zonas particularmente abiertas del mapa. No sabemos si, una vez se lance el juego de manera oficial nuevos drivers optimicen estos pequeños altibajos en el rendimiento.
Más Need for Speed
En realidad, a efectos prácticos –y a excepción del framerate, claro–, la conversión a PC no es una gran diferencia, aunque se beneficia de estos meses que ha tenido Need for Speed para pulirse y añadir opciones y contenido. Al igual que sus hermanas de consola, la versión de PC ofrece cuatro grandes actualizaciones, llamadas Icons, Legends, Showcase y Hot Roads. Estas dos últimas todavía no están disponibles en PC, pero llegarán en unos días, también de manera gratuita.
Todas ellas suman adiciones muy de agradecer, que van desde nuevos coches y modos a opciones como el modo foto (a diferencia del "pantallazo" que nos permitía pegar en el título base) o la transmisión manual, algo que muchos echaban de menos. Lo mejor de todo no es que la versión de PC ya llegue con todo este contenido, sino saber que Ghost Games y Electronic Arts están apoyando Need for Speed con mucha fuerza, y esperamos que la cosa siga así.
Mejor forma, mejor momento
A nosotros Need for Speed ya nos pareció un arcade de conducción muy entretenido en su momento. Es cierto que tenía una serie de carencias y un control un tanto peculiar que podría resultar una barrera en función del título de que viniésemos, pero con los meses, EA y Ghost Games han tocado aquí y allá, han añadido más contenido y opciones, y han conseguido que la versión de PC llegue en mejor forma y en mejor momento.
Framerate y resolución aparte, la diferencia visual no es desmesurada, pero Need for Speed luce mejor que nunca en compatibles, y creemos que cualquiera que disfrute con los arcades de conducción y con el tunning debería darle una oportunidad. No es el Need for Speed definitivo, pero sí un juego muy divertido y completo (ahora, todavía más), que tras unas cuantas partidas de adaptación consigue atrapar.
Hemos realizado este análisis gracias a un código de descarga que nos ha proporcionado Electronic Arts.