Análisis de MechaNika (PC, Xbox One, Switch)
A menudo hablamos de la multitud de pequeños estudios españoles que están surgiendo con juegos para móviles, pero pocas veces logran la tan ansiada visibilidad que les permite ser conocidos y llegar a los jugadores suficientes como para seguir desarrollando juegos. Mango Protocol está dando los pasos para convertirse en uno de los que lo consiguen gracias a MechaNika, un juego que salió para plataformas móviles y que ahora llega a Steam dando el salto al PC con una versión muy fiel a sus orígenes.
En móviles el juego consiguió buenas críticas de los jugadores en Android y consiguió el Three Headed Monkeys Award -premios convocados por UPC Videogames y Social Point- al mejor juego para móviles.
Poco después superó Steam Greenlight y ahora está a la venta en descarga digital en la tienda de Valve. Frente al modelo mayoritario free to play, Mechanika tiene un coste, razonable, pero coste. En Steam cuesta 3'99 €, el doble que en móvil.
No es mucho dinero por un par de horas de juego entretenido, rápido y ágil. Es la segunda vez que nos encontramos en poco tiempo con una aventura gráfica que tiene un guión con temas no aptos para niños presentado con un aspecto infantil, pero mientras en Anna’s Quest se trataba de ver a una inocente niña resolver sin pestañear acciones moralmente cuestionables, en Mechanika todo es mucho más rompedor, punk y destructor. Nika es una niña de siete años geek, irreverente y desafiante que desea destruir un mundo en el que no encaja para construirse uno a su medida y la de los demás "raritos" que hay en su barrio.
Dos personas están detrás de esta historia rebelde y destructora
Ambas historias tienen también un origen modesto. Anna´s Quest empezó como un proyecto personal del que sólo vimos inicialmente el primer capítulo, hasta que Daedalic hizo posible el desarrollo del resto del juego. El núcleo de Mango Protocol son dos personas, el diseñador y programador Javier Gálvez y la artista Mariona Valls, y este Mechanika tiene todos los visos de ser la apertura de una divertida aventura.
Nika tiene sólo siete años, pero la personalidad de una adolescente: se siente incomprendida por todos, se aburre en clase, ve a sus padres alienados de la realidad y sueña con destruir todo el mundo que la rodea para construirse uno a su medida. Pero Nika no es una sufridora, sino una activista, y tiene un plan. El jugador debe ayudarla a escapar de clase y conseguir los elementos necesarios para llevarlo a cabo.
Este planteamiento es uno de los mejores valores del juego, porque Mechanika tiene un planteamiento de aventura gráfica clásica, pero no es lineal, desde prácticamente el principio sabes cuáles son los objetivos (conseguir los doce objetos que necesita Nika para construir su creación) y los vas cumpliendo a medida que vas investigando en los escenarios, sin que tenga que ser en un orden específico.
De esta manera, no te quedas atascado y sientes que avanzas rápido. Otro de los elementos que nos ha gustado mucho es que puedes resolver un par de situaciones de dos maneras diferentes. No son grandes variaciones, pero no deja de ser un buen añadido. La corta duración del juego anima a probar otras opciones para ver nuevos diálogos o conseguir más logros.
Mechanika tiene un guión atrevido, Nika no se calla y expresa con acidez y amargura cuánto desea acabar con todo aquello que le molesta o no le gusta. Su humor es casi siempre irrespetuoso, irreverente, insolente y hasta impío. Se ríe de todo y de todos. A veces tiene ese puntito adolescente de simplemente odiar a quien no te deja hacer lo que quieres y a veces trata temas tabúes. La historia es divertida y en algunos momentos es graciosa de verdad, aunque en otros peca de simple.
La jugabilidad es clásica, pero con algunas peculiaridades. El inventario -la mochila de Nika- es muy completo y funciona bien aunque, como todo el juego, tiene demasiada influencia del origen táctil. Para abrirlo, por ejemplo, hay que hacer clic en la cabeza de Nika y para cerrarlo hay que hacer lo mismo en un busto de la niña que aparece en la mochila.
12 objetos para buscar y una petaca con coñac y cacao
En él encontramos la manera de ir al menú principal, la opción de guardar, los objetos que llevas en ese momento, los 12 objetos que necesita la protagonista para construir MechaNika y una petaca en la que Nika lleva una mezcla de coñac y cacao que le sirve de inspiración para lo momentos en que te quedes atascado y que funciona unas veces mejor que otras. Puedes moverte por casi todos los escenarios desde casi el principio y esto logra que el juego sea ágil, pero no tienes las ayudas actuales de interacción y deberás usar la lógica (que, eso sí, funciona muy bien en el juego para resolver puzles).
Algunos de los objetos son muy obvios y fáciles de conseguir, pero otros requieren más tiempo e imaginación. Por suerte, moverse entre escenarios es fácil porque Nika puede correr. Como en los juegos clásicos, hay que agotar las conversaciones con otros personajes, e incluso volver a insistir después de haber hablado todo con ellos.
Los personajes responden a estereotipos caricaturescos y divertidos, desde la niña "rarita" que ha inventado una religión que aboga por el sacrificio animal voluntario hasta una madre adicta a la telebasura o el hermano adolescente asocial.
El control tiene algunos puntos que no nos han convencido. No va todo lo fino que sería deseable y la herencia de ser un juego de móvil condiciona la jugabilidad. No se pueden combinar elementos del inventario y no se puede arrastrar un objeto para utilizarlo; hay que seleccionarlo, cerrar el inventario pulsando en el busto de Nika que aparecen en la mochila y entonces hacer clic en el objeto con el que lo quieres utilizar. Cuando pulsas sobre un objeto aparecen las interacciones posibles y en los diálogos pulsas unas flechas para ver las distintas opciones de diálogo. Todo pensado para la pantalla de los móviles, al igual que su corta, cortísima, duración.
Visualmente Mechanika tiene un aspecto infantil, colorista y casi siempre aparentemente inocente, y la música también parece la propia de una historia intrascendente, más característica de un alegre cuento que de una niña con ansias de destrucción, este aspecto y la música le dan un contrapunto atractivo a lo que cuentan los textos (en español, inglés y catalán) y provoca algunos de los momentos más divertidos con un humor basto inesperado en ese aspecto tan aniñado. Algunos sonidos sí han mejorado respecto a la edición de móvil, pero es básicamente de lo poco que se ha modificado para la versión de PC. Ni el funcionamiento del inventario ni el menú han sufrido más que pequeños cambios.
Su gamberrismo sin límites, su aspecto de falsa inocencia en la que de repente aparecen pantallas gore o soeces construyendo un contraste gracioso y su jugabilidad ágil en la que puedes moverte por donde quieras mientras resuelves los puzles a un ritmo que hace que el juego sea entretenido muestran que Mechanika es una buena carta de presentación de Mango Protocol (que se permite un pequeño cameo dentro del juego), y puede ser un mejor inicio de una aventura completa.