Análisis de Lost Horizon (PC)

Después de unos años en los que la aventura gráfica estuvo un poco olvidada por los desarrolladores de videojuegos parece que el género vuelve para entretener a los amantes de este tipo de juegos. Si el año pasado llegaba a nuestras manos la tercera parte de Runaway, este año llega Lost Horizon, de los creadores de los juegos Secret Files.

En este caso viajaremos – como nos tenían acostumbrados – por gran parte del globo durante el año 1936 guiando a un ex soldado del ejército británico en busca de una expedición perdida que explora una leyenda, la de la ciudad de Shambala. Por si fuera poco, esta búsqueda la haremos perseguidos por una unidad del ejército nazi. Una aventura que hará recordar a los nostalgicos aquellas grandes partidas en Broken Sword donde la ficción se mezclaba con la historia real transportando al jugador a largas horas de partida mezclando el humor y la pericia para combinar los objetos más variopintos.

Cabe destacar que el juego se basa en el sistema más clásico de las antiguas aventuras gráficas, el conocido point and click, que a tantos lugares nos llevó comandando a Guybrush Treepwood o al Doctor Jones.

Tanto el inventario como el mapa guardan similitud con los anteriores ejemplos y no necesitan de una gran explicación para iniciar el juego.

Toma de contacto con los nazis

Los primeros compases del juego servirán para presentarnos uno de los argumentos del juego y, a su vez, despistarnos en cuanto al objeto mágico que nos descubre un monje antes de salvarnos de los tiros alemanes y morir. Richard Weston, teniente del ejército británico en Himalaya, desaparece literalmente tras combinar este objeto con una especie de altar.

A partir de ahí nos trasladamos a Hong Kong donde Fenton Paddock, nuestro héroe, ya ex soldado, juguetea con el contrabando aéreo en la ciudad. Los movimientos de este con la tríada local Tong y un aviso no son suficientes para que el protagonista acabe en el fondo del mar dentro de una caja de madera. Digamos que esta será una de las primeras escenas – exceptuando la del bar – donde la combinación de objetos será la protagonista.



Si conseguimos salir del embrollo veremos como nuestra vida cambia por completo y el mismo gobernador inglés en Hong Kong nos ofrecerá ir en busca de la expedición de Weston.

La amistad de Paddock con Richard hace que este tome rumbo a tierras tibetanas no sin antes meterse en un último lío y solucionar un tema de mapas y problemas con su avión. A partir de ahí la visita a diferentes países del mundo se irá sucediendo y diferentes compañeros irán apareciendo en nuestro camino para ayudarnos a solucionar el tema y verificar si la leyenda es cierta.

La historia es uno de los puntos fuertes de este juego. La desaparición de Wenson y los problemas de Paddock atraparán al jugador desde el primer momento. El attrezzo utilizado y el cuidado diseño de los decorados hacen que este sea un juego bonito de jugar cuyas características vamos a ampliar.

Diseño cuidado y fondos espectaculares

Lo primero que el jugador verá en Lost Horizon es el trabajo que se ha dedicado a los decorados en dos dimensiones. El dibujo y colorido da un trasfondo de decorado de película al juego – que se mantiene del principio al final – siendo original y a al mismo tiempo adaptado al tiempo en el que transcurre el juego, los años treinta.

En este decorado vintage tendrán protagonismo los diferentes personajes secundarios que irán interviniendo a lo largo de la historia.



El modelado de estos distará un poco del de los fondos y entornos de los que os hablabamos en algunos momentos pero en general cumplen en el global del juego. La aparición de los coprotagonistas – que también podemos controlar – y otros enemigos darán el toque de humor y color que retocan finalmente los mapas de las diferentes ciudades y la ambientación de estas.

La dedicación a la "manufactura" de los protagonistas, sobre todo Weston y Paddock se agradece al jugar. La aparición de Kim, una vieja amiga también sorprenderá al jugador, que a esas alturas ya estará totalmente integrado en la historia y empeñado en encontrar y entender la leyenda y la desaparición misteriosa.

Point and Click o la base de las aventuras gráficas

Si hemos insistido tanto en que Lost Horizon sigue el legado de las antiguas aventuras gráficas es porque su jugabilidad es totalmente igual a las que hemos venido anunciando como ejemplos hasta ahora.

En Lost horizon el ratón nos servirá tanto para desplazar al protagonista como para interactuar con los objetos del escenario. En los diferentes puntos de interés podremos actuar mirando o tocando – cogiendolos si hace falta – o combinando unos con otros.

El inventario es muy sencillo, bastará con desplazar el puntero del ratón hasta la franja inferior de nuestra pantalla para acceder a la "bolsa" de elementos disponibles para usarlos o combinarlos entre ellos. Entre estas opciones también podemos examinar los objetos que encontremos en busca de alguna pista o algún objeto secundario que, aunque insignificante a primera vista, nos podría servir para futuros "tejemanejes" con otros personajes o objetos.



Los diálogos que nos ofrece el juego dejan al jugador un mínimo de decisión en cuanto a los diálogos. Si fallamos volveremos al inicio de la conversación. Entre las posibles respuestas tenemos la lógica o la "graciosilla" que, aunque a veces no lo parezca, en ocasiones será la que nos lleve a avanzar en una negociación.

La relación entre personajes no se basará solo en los viejos recuerdos y las historias que nos explica cada personaje sino que también podremos ir cambiando, como ya hemos visto en otros múltiples videojuegos, a través de iconos con la foto de cada uno con la posibilidad de intercambiar objetos que necesitaremos utilizar con un personaje que está en un lugar determinado.

Los objetos tienen relación directa con los puzles que encontraremos a lo largo del juego. En principio no son nada dificiles y con un poco de imaginación el jugador experimentado podrá solventar la papeleta en pocos minutos.



La curva de dificultad si que baja un poco el listón general ya que nos encontramos con alguna situación cuya solución es muy predecible. Los constantes movimientos entre los diferentes sitios, como en Hong Kong, donde visitaremos hasta cuatro en poco espacio de tiempo, harán que a veces tengamos que pasear un poco más de lo habitual para buscar un objeto. En el caso que explicamos, el paseo entre el pub, el puerto y aeródromo – donde encontramos la oficina de Fenton – serán necesarios para poder despegar rumbo al Tíbet.

La combinación de acciones para conseguir una triste foto necesitará de todo el empeño del jugador que deberá enfrentarse a cajas fuertes cerradas, combinaciones pasadas por agua y algo de instinto cazador evitando a la tríada local, que aún va tras nuestros pasos.

La contra de siempre, las ayudas

Si hay un punto al que los aficionados a las aventuras clásicas se oponen este es el de las ayudas durante la partida. Igual que ocurre en muchas aventuras de corte más nuevo, las ayudas mediante lupa situando los elementos de interés de cada pantalla a través de un botón del menú, descubre rápidamente al jugador cuales son los puntos a explorar. Este sistema, si bien es muy cómodo, hace que la aventura pierda un poco de fuelle. Las ayudas son muy obvias y aunque no dan ninguna pista directa si que resaltan todos los puntos dejandolos a merced del jugador. Un simple clic con el botón derecho y lo que esconda cada punto saldrá a la luz.

Otra de las utilidades que encontramos es un botón que nos recuerda – y medio nos indica – los pasos que hemos seguido y lo que debemos conseguir para avanzar en el juego.

¿Va a triunfar?

Las peticiones sobre juegos de este estilo hace que los aficionados al género de las antiguas aventuras gráficas estén de enhorabuena. Como comentábamos, han sido bastantes las edades que han traspasado los míticos Monkey Island, Maniac Mansion, Hollywood Monsters, Sam&Max o Broken Sword.

El – antaño – revolucionario point&click sigue sin perder su encanto y a pesar de algunos intentos de controlar al personaje en tres dimensiones a través de las flechas siempre se ha acabado volviendo al viejo sistema.



Los temas de inventario y mapa, característicos del género, también se mantienen intactos. Lo práctico y funcional se acaba anteponiendo siempre, de una forma u otra, a la innovación por la innovación. Que el inventario tenga forma tridimensional o se cree a través de dibujitos dentro de un cofre no cambia que el sistema es el mismo, el de acceder visualmente a nuestros objetos disponibles para que la mente trabaje en la "combinación ganadora".

Lost Horizon tiene todos los elementos para llegar al gran público. Combina el humor con el trabajo bien hecho del estudio. Tiene una historia digna de película que logra enganchar desde el minuto uno y unos personajes que trasladan al jugador la preocupación por lo ocurrido en Himalaya.

Un juego a la vieja usanza que enganchará al jugador hasta la resolución del enigma y que llegará muy pronto a nuestras manos.