Análisis de Light (PC)
Suele decirse que lo breve si bueno, dos veces bueno, un dicho que por más que quisiéramos, no podríamos aplicar a Light, un nuevo juego independiente que Team17, los creadores de Worms, se han encargado de editar. La propuesta de este título de Just a Pixel parecía prometer mucho, pero al final se ha quedado muy por debajo de lo que debería. Tanto, que se nos hace muy difícil recomendarlo, tal y como ya podréis intuir por la nota que le hemos dado.
Una infiltración demasiado breve
Light es un juego de sigilo en el que tendremos que superar poco más de una decena de niveles evitando que nos descubran mientras cumplimos los objetivos que nos vayan encargando, los cuales suelen consistir en robar todo tipo de documentos, aunque también tendremos que acabar con ciertos blancos, disfrazarnos, hackear y...
poco más la verdad, ya que estamos ante un título extremadamente simple y limitado.
Su historia nos pone en la piel del sujeto 6c, quien se acaba de despertar en unas extrañas instalaciones sin ningún tipo de memoria. No recuerda quién es ni por qué está ahí, así que tendremos que ayudarle en su fuga, aunque claro, también aprovecharemos la ocasión para buscar las respuestas que buscamos.
El desarrollo de la trama tiene lugar a través de distintos cuadros de texto y de los documentos que vayamos encontrando, por lo que leerlos será de vital importancia si queréis llegar a enteraros de algo, aunque al final, la historia está muy poco inspirada, no demasiado bien contada y le acaba faltando el interés suficiente como para que nos preocupemos realmente por ella. Además, para rematar, su conclusión es un auténtico desastre.
Entrando ya en lo que es su jugabilidad propiamente dicha, el título nos presenta una cámara aérea y unos personajes que serían indistinguibles unos de otros si no fuera por sus colores, ya que no dejan de ser cuadrados con un círculo en el centro. El cuadrado azul somos nosotros, los rojos son los guardias y los de colores claros trabajadores inocentes.
Si un guardia nos ve este vendrá a por nosotros sin pensárselo dos veces, dará la voz de alarma y será capaz de matarnos de un solo golpe como nos pille de frente, por lo que siempre tendremos que intentar mantenernos fuera de su visión, la cual se representa por medio de unos conos de luz. Olvidaros del posible ruido que podáis hacer, ya que aquí la única forma de que os detecten será que entréis dentro de la visión de los enemigos o de las cámaras de seguridad, lo que hace de la infiltración algo realmente sencillo y simple.
También hay que tener otros factores en cuenta, como por ejemplo el de los cuerpos. Si matamos a alguien, nos hayan visto o no, aparecerá un contador que cuando llegue a cero provocará que aparezcan refuerzos en el nivel, complicándonoslo todo mucho más. Además, si descubren el cuerpo los guardias entrarán en alerta y empezarán a buscarnos, por lo que suele ser buena idea ocultar los cadáveres que dejemos. Por cierto, para matar simplemente nos bastará con acercarnos a alguien y pulsar la tecla correspondiente, ya que aquí no existe un sistema de combate ni nada que se le parezca.
Para darle algo más de variedad, podremos piratear diversas terminales para poder abrir puertas y desactivar cámaras de seguridad. Para esto necesitaremos unos segundos, por lo que suele ser recomendable contar con ese tiempo extra cuando vayamos a hackear algo para que no nos pillen mientras accedemos a las terminales. Decir que no se ha introducido ningún minijuego ni nada parecido, así que solo tendréis que dejar pulsada la tecla para interactuar, abrir el menú de pirateo y seleccionar lo que queramos tocar.
Los niveles son muy cortos y aprenderse las rutinas de los guardias no nos costará demasiado. Considerando que una pantalla bien hecha no dura más de dos o tres minutos (con algunas excepciones), lo que más tiempo nos llevará será aprendérnoslas para saber a qué sitios ir, en qué orden y cuándo movernos.
Esto también nos lleva a la que es probablemente la mayor lacra del juego: su duración. Completar la aventura no nos llevará ni una hora y dependiendo de vuestro nivel de habilidad solo tardaréis entre 30 y 45 minutos en ver sus créditos finales, quedando su rejugabilidad limitada a superar nuestras puntuaciones, lo que hace que los 12 euros que cuesta se sientan realmente caros.
Gráficamente se trata de un juego muy minimalista con escenarios que hacen uso de tonos blancos, azules y negros y que emula la sensación de estar jugando sobre el plano de un edificio. Es resultón y llamativo pero no termina de conquistar en ningún momento. Lo que sí que nos ha gustado bastante es su banda sonora, con temas muy pegadizos e inspirados que se adaptan como un guante tanto a la propuesta del juego como a su estilo visual. Tanto es así que es sin lugar a dudas el mejor apartado de todo el título, y con diferencia, por lo que os recomendamos subir el volumen cuando lo juguéis.
Conclusiones
Light es un juego que no está del todo mal. Llega a hacerse mínimamente entretenido, pero nunca consigue destacar ni ofrecer algo realmente atractivo o interesante como para hacernos sentir que la experiencia ha merecido la pena. Además, lo extremadamente corto que resulta no le hace ningún bien y hace que se sienta como un producto muy caro incluso cuando cuesta poco más de diez euros, por lo que probablemente prefiráis esperar a una gran oferta o a que se incluya en un Humble Bundle para haceros con él en el caso de que os llame la atención. Una pena, porque podría haber llegado a mucho más.