Análisis de Homeworld 2 (PC)
Fue en 1999 cuando Relic lanzó al mercado un impactante juego de estrategia en tiempo real ambientado en el espacio. Homeworld y su expansión se caracterizaban por tener una magnífica historia que nos mantenía pegados a los monitores durante horas. La complejidad de las misiones y su ambientación lo alzaron a lo más alto de las listas de venta y críticas en todo el mundo. Ahora, cuatro años después, Relic vuelve a la carga con su esperada secuela, pero… ¿han conseguido revolucionar el género como ya hizo su antecesor? Más bien no, el juego es una evolución del Homeworld original, han mejorado los gráficos, han cambiado la interfaz y continúan con la historia narrada en los otros dos juegos.
La historia de Homeworld 2 nos sitúa 100 años después de lo sucedido en Homeworld, la flota Vaygr está arrasando el universo y ahora está dispuesta a atacar Hiigara.
El juego comienza con la construcción de una nueva nave nodriza, "El orgullo de Hiigara", y esa será nuestra nave nodriza, a partir de ahí la historia se va desarrollando a través de secuencias cinemáticas y mediante los diálogos en las misiones. La historia comienza muy bien pero a medida que avanza va perdiendo fuerza aunque eso lo comentaremos luego.
Homeworld 2 tiene varios modos de juego: la campaña para un solo jugador, jugador contra máquina y el multijugador a través de Internet. Muchas veces jugaremos partidas simplemente por ver los impactantes gráficos del juego. El apartado gráfico es excelente, las naves están repletas de detalles, desde los cazas hasta las naves nodrizas. Podemos acercar el zoom, a una nave transportadora y ver como saltan chispas y fuego por los disparos recibidos en la última batalla; cada vez que construyamos un módulo para las naves lo veremos reflejado en pantalla, los fondos estáticos contribuyen a engrandecer la atmósfera del juego, los efectos de luz y sombras son sorprendentes y nos harán creer que estamos de verdad en el espacio… las torretas retroceden con cada cañonazo, etc. Puro espectáculo. Otro de los puntos fuertes del motor gráfico son las batallas, que son dignas de ver: decenas de cazas disparando y volando entre los cruceros, las fragatas torpederas arrasando las naves de mayor envergadura, los bombarderos haciendo batidas y destrozando fragatas… La pantalla se llenará de naves y explosiones como si estuviéramos en una película de Star Wars. Y todo esto sin ninguna ralentización.
Los efectos de sonido también están al mismo nivel, a pesar de ser prácticamente iguales a los de los anteriores Homeworld; si tenemos un equipo 5.1 podremos conocer la localización de las naves por el ruido que desprenden, el sonido de balas chocando contra el casco de las naves es muy real y las explosiones harán retumbar los altavoces. Las melodías del juego son buenas aunque no llegan al nivel de sus antecesores. La música va cambiando de ritmo según la acción, por lo que subirá de intensidad si estamos en el fragor de la batalla mientras que será más pausada cuando estemos recolectando.
Otro de los puntos fuertes del juego es la I.A.. Nuestras unidades demuestran un elevado grado de autonomía. En la mayoría de juegos de estrategia nuestras unidades atacan a los enemigos que están más cerca sin importar el tipo de unidad que sean. En Homeworld 2 este error está solucionado, la I.A. del juego hace que nuestras unidades ataquen a los enemigos que sean débiles a sus ataques, es decir, nuestros cañoneros atacarán sin compasión a las fragatas enemigas mientras que nuestros cazas intentan escapar de la potencia de fuego de una fragata antiaérea. Si nos atacan por sorpresa nuestras naves no se quedarán quietas, cada una cumplirá su cometido e irán a por los enemigos que sean más débiles a sus ataques. Algo muy de agradecer ya que así no tenemos que estar vigilando a nuestra flota constantemente.
Pero si hablamos de un verdadero cambio respecto a Homeworld debemos de hablar de la interfaz. Los chicos de Relic decidieron cambiar por completo la interfaz y han conseguido crear una de las más completas y sencillas de usar. Todo está a nuestro alcance, podemos investigar nuevas tecnologías y construir nuevas naves con muy pocos clicks. A diferencia de su antecesor, las ventanas de gestión, investigación y construcción no están separadas, se van superponiendo, de manera que la mayor parte de la pantalla queda libre para la acción.
El mapa de sensores también nos permitirá manejar toda nuestra flota con mucha facilidad. Lo normal será utilizar esta vista en las batallas más duras ya que así nos será más fácil tener localizadas a nuestras naves.
Uno de los pocos puntos negativos del juego son su desarrollo y su historia. Las misiones no son tan variadas ni tan complejas como las del anterior Homeworld. También se antoja corto el modo campaña, ya que el juego consta de solo 15 misiones. El modo multijugador, por su parte, alargará mucho la vida del juego, pero es una lastima que no hayan desarrollado una mejor historia y que las misiones del modo campaña sean tan simples.
Otro "problema" es el enorme desequilibrio entre misiones, hay algunas muy fáciles y otras muy difíciles, no hay una curva de dificultad equilibrada, y una de las misiones más difíciles del juego se encuentra casi al principio (misión 4).
También hay bugs que son imperdonables para una versión final. Estos bugs impiden que podamos finalizar algunas misiones con éxito; por ejemplo, en la misión 2 si el enemigo destruye un carguero no podremos concluir la misión, el juego nos dejará llegar hasta el final pero una vez hayamos cumplido todos los objetivos el juego no mostrará la pantalla de "Misión cumplida". En la misión 12 también hay un bug imperdonable: si grabamos una sola vez será imposible finalizar la partida.
La historia del juego pretendía resolver las interrogantes de Homeworld pero lo único que consigue es liarnos con un guión sin pies ni cabeza. Lo cierto es que comienza muy bien, con un señor de la guerra que está conquistando todo el universo y se dirige hacia Hiigara, y nosotros tendremos que escapar de él y encontrar el modo de vencerlo. Hasta aquí todo bien, pero después la historia se va liando más y más, se olvidan de razas que aparecían en los otros Homeworld y en vez de resolver todas las dudas que teníamos nos lo complican todo más.
En definitiva, Homeworld 2 es un gran juego de estrategia que nos dará muchas horas de diversión pero decepcionará a muchos seguidores de esta saga ya que muchas de las cosas que prometían se han quedado en nada. Esperemos que pronto cuelguen algún parche solucionando esos bugs tan molestos. También hay que agradecer el doblaje y la traducción del juego, pues muchos pensábamos que solo lo traducirían pero al final nos ha regalado un gran doblaje.