Análisis de Hatoful Boyfriend (PC, PS4, PSVITA, iPhone)
Empezaremos diciendo que Hatoful Boyfriend es sin duda el mejor simulador de citas con palomas. También el único. Resulta que su origen como juego Flash tiene ya un tiempo, se lanzó en 2011 como broma para el April Fool’s Day -Día de los inocentes- pero fue evolucionando a un juego real, un poco orientado para público femenino, y ahora nos llega revisado de la mano de Devolver Digital –una editora indie con unas cuantas joyas en su catálogo- y Mediatonic. En Japón no recibió del todo malas críticas, pero ¿se puede entender en Occidente? O mejor dicho, ¿esta broma hará gracia a todo tipo de jugadores?
El argumento de esta novela visual comienza aparentemente normal: una chica comienza su segundo año en el instituto. Sin embargo no estamos ante una aventura de amistad y amoríos escolares propios de, pongamos, la parte social de un Persona. Resulta que en este futuro distópico las aves dominan el planeta. La protagonista es la única humana en este centro repleto de aves donde encontrará a su amor verdadero, lógicamente, entre uno de estos pichones.
No hace falta decirlo, hay que tomárselo con humor, y de hecho que los diálogos provengan de una paloma en lugar de un chico le resta seriedad, pero no debería afectar directamente a la calidad de las conversaciones o su interés. Se podría decir incluso que en esta novela digital tiene ciertos personajes bien caracterizados y que sus múltiples resoluciones dan una historia compleja, con muchas posibilidades. Pero también se podrían decir muchas otras cosas, y no positivas.
En primer lugar, la temática no es mala per se. El juego ya te dice lo que vas a ver: multitud de diálogos con los compañeros en un curso completo, elección de amistades según la situación, citas con tu palomo favorito, participación en clubes y encuentros fuera del centro. Según la opción tomada –por ejemplo, desarrollar nuestro intelecto en lugar del físico-, modificaremos nuestro perfil de tres valores: vitalidad, carisma y sabiduría, afectando a las relaciones con los pájaros. La cuestión es que el número de decisiones son más bien escasas –menos de dos decenas por historia- si tenemos en cuenta la simulación completa del año escolar. Además, muchas veces no da la sensación de que la opción tomada tenga un impacto inmediato en el argumento de los días posteriores.
Hay un escollo importante para los jugadores hispanohablantes: está en inglés. No llegan muchas novelas visuales a Occidente, y las pocas que lo hacen, o los géneros similares –puzles, investigación- también sufren de esta barrera en el idioma. Recientemente nos llegó la estupenda aventura de crímenes Danganronpa 2 a PS Vita, cómo no, en la lengua de Shakespeare. El problema con Hatoful Boyfriend es que apenas tiene un "algo" que distraiga de las eternas conversaciones, esta novela apenas hace esfuerzos por llamar tu atención y pide más al jugador de lo que le ofrece. No necesariamente echamos en falta un componente de rol con mazmorras, pruebas de lógica o minijuegos de algún tipo, es una novela visual pura y dura y como tal la aceptamos, pero eso no significa automáticamente que su historia enganche al lector –o a todo tipo de lectores-. Lleva como bandera la absurdez con orgullo, ¿pero es suficiente?
Los textos son muy densos y los desarrolladores saben que muy pocos jugadores/lectores tendrían fuerza de voluntad suficiente para pasar por todo el proceso dos, tres o más veces, así que oportunamente han colocado en la parte superior un botón de rebobinado. Su función es la de saltar toda la parte no interactiva, parar en una de las pocas decisiones y así ver hacia dónde se desvía la rama argumental. En cierta manera es una admisión de lo poco que apetece comenzar una historia de nuevo. Sin ninguna sustancia jugable real, saltar todo el argumento en una novela de texto es tan interesante como comprar uno de los viejos casete de música con el único propósito de hacerla girar con un bolígrafo; parece que el contenido molesta.
Hatoful Boyfriend está pensado para jugarlo varias veces y descubrir la historia desde todos los puntos de vista, incluyendo tramas un poco más oscuras de lo que podríamos pensar para un juego de citas. Realmente un vistazo a uno de los finales sabe a poco, poquísimo. Mejora explorando un poco las alternativas y conociendo en profundidad el carisma de todas las aves. No soluciona la mayoría de nuestras quejas, aunque admitimos que gana puntos por ello.
¿Pero es un juego gracioso? Bueno, es un humor muy especial. El efecto cómico de las palomas pasa rápido, y para sonreír con los diálogos hay que estar de muy buen humor o tener la risa floja, nivel "me río hasta con los Morancos". O con unas cuantas cervezas de más. Hay partes absurdas –más de lo que es la propia premisa- pero más allá de esos delirios que tanto gustan en Japón, la historia tampoco tiene mucho valor u originalidad que adaptar los tópicos manga juveniles al mundo de las plumas con cuatro guiños pop. Nos gustaría resaltar mucho más lo bueno del juego, y seguro que hay más de un usuario que se lo pasa genial, lo que pasa es que lo hemos visto como lo que fue en su origen: una broma para desconcertar, no como un título descargable por 7,99 euros, 13,99 si optas por la edición para coleccionistas.
Su puesta en escena no es la mejor carta de presentación, hay mucho margen para hacerlo más atractivo incluso con un presupuesto de cuatro duros. Los escenarios son ilustraciones dignas de un anime romántico mezcladas con fotografías de palomas. Tal cual, directo de Macromedia, perdón, Adobe Flash. Se puede pasar por alto por sus pretensiones incoherentes, pero no es una invitación para leer durante horas frente a la pantalla, no al menos en un sistema doméstico como el PC –tampoco mejoraría mucho en un dispositivo móvil, pero hasta se podría entender mejor como entretenimiento de lectura-.
No hay diferentes fotografías de las aves para representar expresiones, no están animadas –habría bastado un simple efecto de respiración-, la música es muy ecléctica y tan pronto suenan temas de calidad regular como música clásica. Las fotografías del juego muestran prácticamente tal y como es.
Conclusiones
Hatoful Boyfriend ha tenido críticas divididas desde su lanzamiento original, algunas buenas, y es porque dándose una serie de carambolas en los gustos personales resulta divertido y diferente. Es abrazar un carrusel de estupideces en el buen y mal sentido, que puede conectar con tu interruptor del humor, o todo lo contrario.
Nuestra experiencia ha sido la de escuchar un chiste sin mucha gracia que ha ido demasiado lejos; podemos poner buena cara, pero no olvidamos que el juego tiene un coste y no del todo bajo. Existen multitud de lanzamientos free-to-play de más calidad, lanzamientos independientes de estudios primerizos que bien merecen el apoyo en plataformas tipo Kickstarter o packs de juegos realmente imprescindibles con parte de los beneficios para buenas causas que ponemos por delante de las prioridades de esta novela visual. Mala no es, pero hay que recomendarla con muchas reservas.