Análisis de Goat Simulator (PC, Xbox One, PS4, PS3, Xbox 360, iPhone, Android)
Goat Simulator. Simulador de cabra. Sobre el papel puede sonar el juego más tedioso del mundo, pero lo cierto es que de simulador tiene tan poco como nada. O eso, o la vida de una cabra es muchísimo más emocionante de lo que nosotros pensábamos. Como hemos repetido en infinidad de ocasiones, la distribución digital abre las puertas a cualquier locura, minimizando el riesgo económico de lanzar un juego en casos como éste, donde su éxito comercial es bastante impredecible.
Coffee Stain Studios se decide tomar el riesgo de hacer algo nuevo, y lanza una locura acorde. Goat Simulator es una idea disparatada, propia de un producto interno para echar unas risas entre los miembros del estudio, que se lanza relativamente más pulida, pero igualmente cargada de humor. Si esperas encontrar un juego mínimamente serio aquí, huye. Si no, sigue leyendo, por favor.
La vida de una cabra
En Goat Simulator controlamos a una cabra con claros problemas cervicales e inmortal, la cual explora un razonablemente amplio escenario abierto, mientras interactúa con él. Podemos cornear a gente, repartir coces entre otras cabras, o adherir cualquier cosa a nuestra increíblemente pegajosa y perturbadoramente elástica lengua. Para guiarnos, tenemos una serie de desafíos que nos animan a probar las posibilidades del juego y nos conducen a través de nuestros primeros pasos.
No tardaremos en darnos cuenta de que lo absurdo predomina en el juego, y que cuanto más absurda sea la manera en la que juguemos, más nos divertiremos. Goat Simulator está lleno de secretos, guiños y tonterías que descubrir, por lo que la idea es que exploremos cada rincón del escenario. Os aseguramos que hay mucho, mucho más de lo que se ve a simple vista, incluyendo minijuegos y desbloqueables que modifican la experiencia de juego.
Jugabilidad
Nuestra cabra, por defecto, puede cornear, saltar, correr, pegar cosas con la lengua, entrar en "modo pelele" y hacer trucos en el aire. Con estas actividades podemos, además de explorar, conseguir puntos y enlazar combos, para que nos entendamos, a lo Tony Hawk’s Pro Skater. Explorando los escenarios nos encontramos, como decíamos arriba, con modificadores, tales como un jetpack, con el que podemos planear descontroladamente mientras vayamos en el "modo pelele" . Hay otros secretos repartidos por el escenario, pero preferimos no hacer una lista, ya que en la sorpresa radica gran parte de su atractivo.
Poniéndonos más técnicos, los controles son bastante regulares, y nos llevará hacernos, sobre todo, al movimiento de la cabra. Tampoco necesitamos una precisión de relojero para disfrutar de Goat Simulator, pero cuando, por ejemplo, subimos una escalera, puede ser un tanto frustrante. De todos modos, como veréis en los vídeos que publicaremos, la constante que supone la locura es igualmente aplicable a la jugabilidad. Comentar, antes de dejar este apartado, que es compatible tanto con mando como con teclado y ratón.
Aspectos técnicos
Coffee Stain Studios recurre al motor Unreal Engine 3 para los gráficos y a PhysX de Nvidia para las físicas, por lo que su base es sólida. Pensamos que la mejor manera de calificarlo es de "competente2, pero, intencionadamente, el juego es una fiesta de errores, con glitches, bugs, clipping, popping y prácticamente cualquier otro problema técnico que se os venga a la cabeza. Pero da igual. Tal y como señalábamos con sus controles, todo este tipo de errores no sólo no afectan negativamente a su jugabilidad, sino que además la potencia.
Goat Simulator no tendría ni la mitad de su encanto si nuestro cuello no se enganchase en cualquier superficie, nuestra lengua no diese de sí hasta límites insospechados o si nos personajes que pueblan el escenario principal no flotasen sin razón aparente. La clave es el sinsentido, jugar con algo que está roto, y que además, en Coffee Stain Studios, se han preocupado por aderezar con su sentido del humor.
Una tarde de risas
Nos lo hemos pasado genial con Goat Simulator. Nos hemos reído mucho "haciendo el cabra" –venga, no podíamos terminar el análisis sin hacer este chiste–, y descubriendo logros como "Fuck the police", en el que tenemos que aprovechar glitches para saltar una valla de otra manera insuperable. La lista de logros es clave para exprimir el juego también, y para no estropear más sorpresas, sólo os decimos que hay algunos como "Michael Bay", que probablemente no tardaréis en descubrir cuando empecéis a jugar.
También es cierto que, como decimos, el juego base da para una tarde o dos. Tiene compatibilidad con modificaciones y nuevos contenidos por parte de la comunidad, y suponemos que Coffee Stain Studios seguirá ampliando la experiencia con algún que otro mapa, ya que sólo hay uno. Como hemos repetido antes, hay bastantes cosas que hacer en el mapa, pero una vez completado, no hay muchas razones para volver.
Por ahora, una idea genial
Concluimos tal y como abríamos el análisis. Goat Simulator es lo que menos puede parecerse a un simulador, pero es terriblemente divertido, e incluso una vez que te das cuenta de que guarda bastantes secretos, adictivo. Claro que la diversión no es algo que afecte a todos por igual, y si no sois muy dados al humor con un punto de absurdez, probablemente pagar por esto os parezca una broma de mal gusto. Por esto mismo, aseguraos de entender el juego antes de siquiera plantearos su compra.
A día de hoy nos negamos a ponerle nota porque nos parece más una idea que un juego al que valorar. A falta de ver el apoyo que recibe por parte del estudio y de la comunidad, es muy difícil expresar con una cifra si Goat Simulator merece nuestro dinero, y mucho más calificarlo como un título tradicional. Por el momento, las risas están garantizadas durante no mucho tiempo, y esperamos que de una manera u otra sus contenidos se vean sensiblemente ampliados para que pueda ofrecernos muchas más horas de diversión.