Análisis de Gabriel Knight: Sins of the Fathers (PC, Android, iPhone)
Gabriel Knight es un nombre propio para todo aquel aficionado a las aventuras gráficas de la denominada época dorada del género. Con numerosas entregas -casi todas rayando el mismo y notable nivel- y alguna que otra historia publicada en formato de novela, Gabriel Knight se ha convertido en una figura mítica en el mundo de los videojuegos gozando de repercusión en prensa especializada y en algunos de los medios más reputados, como la revista TIME. Ahora, tras dos décadas desde el lanzamiento de su título original, Gabriel Knight llega a nosotros en forma de profunda remasterización por su vigésimo aniversario.
Un librero con afán de investigador
Gabriel Knight: Sins of the Fathers arranca con una introducción bastante turbulenta en forma de pesadilla, en la que somos testigos de primera mano de una serie de sacrificios nocturnos y ritos de vertiente satánica, en la cual vemos como varias personas son asesinadas en hogueras y como nosotros, como protagonistas, somos ahorcados al final del sueño. Acto seguido, y ya en los primeros albores del día, pasamos a las húmedas calles de Nueva Orleans -marco en el cual se desarrolla historia- en las que Grace, socia de nuestro protagonista, decide abrir la tienda de libros en la que trabajan. La aparición de una serie de asesinatos y desapariciones relacionados con el vudú desatan la curiosidad de Gabriel -como buen investigador y escritor- parece decido a buscar inspiración para su siguiente novela y así en lo que parecía una sana recopilación de recortes, noticias y testimonios de diversa índole sobre lo sucedido acaba convirtiéndose en algo más profundo y oscuro, involucrando a nuestro propio pasado y el de nuestra familia.
Si nos dejamos atrapar por su historia y ambientación, estamos perdidos. Gabriel Knight: Sins of the Fathers es deliciosamente sureño y místico, y por doquier veremos referencias a la cultura cajún de la Luisiana, al vudú y al turbulento culto religioso que parece envolver todo. El guión usado en Gabriel Knight: Sins of the Fathers es uno de los más sólidos y bien escritos que hemos visto -Jane Jensen, autora original, ha revisado su propio material original y lo ha pulido para la ocasión recreando incluso nuevos diálogos y realizando ajustes en algunos momentos-.
La aventura tiene los textos en castellano -algo que nos parece muy acertado, dado la ingente cantidad de texto, anotaciones y conversaciones que podemos llegar a tener que manejar-, y una más que decente interpretación en versión original, con voces y diálogos bastante dramáticos -e hilarantes-. Sí, quizás no se cuenta con el increíble doblaje original -con actores de la talla de Mark Hamill o Tim Curry-, pero se consigue un gran nivel durante la mayor parte del tiempo, con momentos realmente brillantes para un juego actual.
Mecánicas del pasado para un juego actual
Gabriel Knight: Sins of the Fathers es un juego que mantiene parte de su núcleo jugable intacto, ofreciéndonos en bandeja de plata un buen número de mecánicas y guiños a la forma más clásica en la que se entendía el género de la aventura gráfica hace décadas, pero sin caer en el error de convertirlo en un revival ortopédico. Así pues, para tenemos elementos sin adulterar como la narración en off -que romperá la cuarta pared con respecto al jugador- y cosas así. En otras palabras: si jugasteis en su día -allá por 1993- a la aventura de Sierra es muy probable que podáis repetir experiencia como si del mismo juego se tratase.
Para todo aquel neófito en el género de la aventura gráfica, huelga decir que el juego sigue los patrones más tradicionales de este tipo de títulos. Es decir, nos encontraremos deambulando por los escenarios, resolviendo puzles, rompecabezas y otros misterios, dialogando con los habitantes de Nueva Orleans -y su barrio francés- y buscando ese objeto o esa acción que desencadene la reacción necesaria para avanzar. Gabriel Knight: Sins of the Fathers es lo que se conoce como un point-and-click de manual, en el que pasaremos gran parte del tiempo buscando esa clave que nos haga ir hacia tal punto del mapa o nos brinde el objeto que tanta ansia necesitamos.
En este punto, huelga decir también que Gabriel Knight: Sins of the Fathers ha facilitado un poco las cosas -se acabó la denominada "cacería del pixel"- pues con un solo barrido y una simple pulsación a la barra espaciadora, podemos ver qué objetos son los importantes de cada habitación o escenario, y cuales son aquellos que necesitan de nuestra atención. Gabriel Knight: Sins of the Fathers no es un juego excesivamente complicado, pero sí es cierto que, al igual que videojuego homónimo en el que se basa, tiene alguno de los puzles y rompecabezas más complicados del género. Habrá ocasiones en las que -siempre y cuando no contemos con ningún tipo de ayuda- podemos quedarnos completamente atascados. Como os decíamos, Gabriel Knight: Sins of the Fathers tiene una estructura de desarrollo muy clásica, en esta ocasión, dividida por días. Cada día en el juego tiene unos objetivos básicos o requisitos para nuestra investigación, que son aquellos que debemos cumplir para avanzar en la aventura, y aunque tenemos cierta libertad para ir a nuestro albedrío, la verdad es que sirven muy bien para esquematizar nuestro propio avance en el juego.
El inventario también ha sufrido una profunda remodelación con respecto al videojuego original, y aunque atesora parte de su encanto, es mucho más ágil y fácil de comprender -aunque nosotros hemos tenido algunos pequeños problemas con el control en más de una ocasión-. En la interfaz siempre tendremos nuestro diario a mano -con anotaciones sobre la investigación, y con detalles de como se ha ido emprendiendo el remake-, un pequeño mapa con los puntos claves y una serie de menús contextuales que se desplegarán con las acciones concretas a realizar en todo momento -diálogos, recogida de objetos, observación…-, siendo la tríada de elementos indispensables. Es una muestra más del buen hacer en este aspecto del juego: todo destila gran valor nostálgico, pero está convenientemente adaptado a los patrones y requisitos actuales del género.
Old fashioned
Gabriel Knight: Sins of the Fathers es un videojuego pasado de moda en lo visual, pero en el buen sentido. Intenta impostar gran parte del aspecto del título de principios de los noventa, pero dándole un lavado de cara importante, redibujando todos los fondos en alta definición -hasta alcanzar un nivel de detalle soberbio de manera bidimensional- y volviendo a modelar todos y cada uno de los personajes en tres dimensiones. Es un juego lustroso, con escenarios que nos transportarán a la Nueva Orleans más oscura y decadente, recreados con muy buen gusto y talento. La banda sonora, regrabada a alta calidad -en sustitución a la rudimentarias piezas musicales del Gabriel Knight primigenio- mantiene el mismo encanto, repitiendo algunos de los cortes más memorables. Y lo mismo podría aplicarse a las nuevas secuencias en dos dimensiones y animadas diseñadas para la ocasión: muy acertadas y notables. Pero no todo lo técnico en esta entrega de Gabriel Knight merece buenas palabras.
En nuestras primeras impresiones notamos algunos problemas de rendimiento -no por falta de máquina, pues el ordenador en el cual hemos analizado el juego es un MacBook Pro con pantalla retina ataviado con un procesador i7 a 2,3 Ghz, 8 GB de RAM y una gráfica 650M a cargo de Nvidia más que suficientes para jugar al juego en su nivel más alto- que no se han corregido en esta versión final, encontrándonos con partidas guardas corruptas y algún que otro cuelgue. Sí, han sido momentos muy puntuales, pero nos han hecho desconfiar de la solidez del juego a nivel de estabilidad durante varios instantes. Esta edición especial 20º aniversario, incluye una serie de entrevistas, documentales y regalos especiales, como artworks digitales y parte de la banda sonora original compuesta para el juego. El juego, al menos en la versión que hemos probado, está en completo en inglés -tanto en subtítulos y textos, como en voces y diálogos-.
Conclusiones finales
Gabriel Knight: Sins of the Fathers nos ha parecido una notable puesta al día de uno de los mejores juegos de su género. ¿Juega pues Gabriel Knight: Sins of the Fathers en esta edición para su vigésimo aniversario con la nostalgia? Sí, sin lugar a dudas. Pero Phoenix Online Studios ha trasladado gran parte del encanto original del videojuego a esta nueva y actualizada versión con bastante, modificando los elementos concretos para adaptarlo a las audiencias más actuales.
De esta manera, tenemos un juego con una historia sólida y absorbente -el verdadero motivo por el que seremos capaces de avanzar en el juego-, un apartado visual más que aceptable -pese a sus problemas técnicos puntuales- y una jugabilidad clásica y respetuosa con las aventuras gráficas de antaño. Tanto si jugamos o no a la versión original, Gabriel Knight: Sins of the Fathers es una buena opción para revivir ciertas sensaciones olvidadas tiempo atrás, y una oportunidad única de disfrutar de la mejor forma posible, de una de las mejores aventuras gráficas de todos los tiempos.