Análisis Football Manager 2020, visión, filosofía y competición (PC)
SEGA y Sports Interactive vuelven un año más a nosotros con una secuela de una de las sagas más asentadas y consolidadas del mundo del videojuego. No hablamos de FIFA o Pro Evolution Soccer, aunque sí tiene que ver con el fútbol. Hablamos de Football Manager, uno de esos títulos que siguen evolucionando alrededor del balompié y que nos invita a sumergirnos en una de las experiencias jugables más profundas y dedicadas imaginables. Tras unos años un tanto flojos, desde hace varias ediciones, Football Manager ha ido perfilándose, mejorando sus mecánicas, añadiendo más opciones tácticas y deleitándonos con un simulador tan complejo en las tareas de gestión que es imposible no caer rendido a sus propuestas si amamos el fútbol en todas sus acepciones.
Mientras la saga sigue aumentando en base de jugadores y resonancia mediática -la entrega del año pasado batió récords al convertirse en la edición más vendida de la historia-, Football Manager 2020 desembarca en los ordenadores y compatibles -junto a su versión Touch para diversos dispositivos, algo más simple en términos de interfaz- con una versión mejorada que nos invita a tomar las riendas de nuestro equipo favorito, mientras aceptamos la responsabilidad de acatar el absoluto control de la plantilla, y la gran novedad, la visión del club de nuestros sueños.
Presidente, tengo un sueño…
Adentrarse en Football Manager 2020 es como hacerlo en una enciclopedia del fútbol, toda una base de datos pantagruélica de difícil digestión si no sabemos manejarla de la mejor manera, y que puede llegar a abrumar. Tendremos a nuestra disposición desde club gigantescos capaces de manejar miles de millones de euros y presumir de un historial de títulos enorme a equipos más modestos que buscan casi exclusivamente no descender de la actual competición en la que se encuentran. Tendremos miles de equipos, decenas de miles de jugadores -todos con datos y nombres reales, aunque sin licencia oficial- esperándonos a que seamos su líder y gestor.
Todos los modos de juego incluidos el año pasado, como Draft de Fantasía y similares, siguen estando presente, permitiéndonos amoldar nuestra experiencia de juego a lo que nos apetezca en el momento. Pero, desde hace unos años, SEGA y Sports Interactive se marcaron una promesa: ofrecernos más libertad en la planificación. Comenzaron por los entrenadores, profundizaron en las dinámicas de vestuario, tocaron por encima las filosofías y apuntaron hacia los objetivos. Pero como reclamaron los aficionados, se podía ir un poco más allá. ¿Cómo se define el éxito? ¿Cómo sabemos si nuestras metas son realmente reales o van acordes con la filosofía de nuestro club?
Esto puede ilustrarse con un ejemplo práctico. Un club como el Villarreal no tiene los mismos objetivos ni el mismo legado o la presión mediática que el Real Madrid o el Barcelona, y un equipo como el Málaga puede tener requisitos económicos o deportivos distintos que otro club de Segunda División en España. Las vicisitudes y la mochila de encargos son radicalmente diferentes, y es aquí cuando Football Manager 2020 brilla más que nunca con la inclusión de Visión del Club, un añadido que cambia la jugabilidad de una manera muy profunda, pues modifica la manera en la que debemos afrontar nuestro encargo como gestor, ofreciéndonos un marco personalizado para cada equipo. Si tenéis cierta experiencia en Football Manager, seguro que sabréis lo importante que es en la jugabilidad de la saga marcarse ciertos objetivos. Son los que nos definen como entrenadores, aquellos que nos indican si tenemos éxito o fracasamos, suponiéndonos un verdadero dolor de cabeza si no sabemos lidiar con ellos de la manera correcta o incluso sirviéndonos de falsas metas si los reducimos al mínimo o cumplimos con el expediente. En la edición de 2020 va más allá de ganar un título o hacer unas buenas campañas. Ahora deberemos satisfacer con entereza las expectativas de la directiva, que variará radicalmente en función del equipo o el conjunto en el que hayamos recalado, y que además estará vinculada de forma férrea con la progresión a largo plazo del club.
De esta manera, ahora la directiva y los gestores de nuestro equipo señalan algo más que simples expectativas, otorgándole cierta tridimensionalidad y realismo al conjunto de nuestra experiencia de juego. El título va ahora más allá de la campaña en ciernes, y fija un rumbo claro y acorde con la filosofía del entidad para las temporadas futuras. ¿Cómo encajamos nosotros en ese plan? Cumplir con la identidad del club, con los hitos habituales que espera la afición y la sala de juntas será algo esencial si queremos valorar nuestro éxito, y un requisito fundamental en en la edición de este año. Cabe destacar que Visión del Club se divide en tres grandes áreas, como son cultura del club, objetivos constantes y plan a cinco años.
Suena un poco técnico y tedioso, pero nada más lejos de la realidad. Se trata de un reflejo constatable del fútbol actual, en el que los grandes gestores y equipos directivos ya no solo se encargan de las cuentas, también de vender una imagen y de que cada empleado del club se sienta acorde con la entidad a varios niveles. Ya no tendremos la sensación de que vamos a jugar una temporada, con un calendario fijado y un horizonte de éxitos que se salda en verano. Football Manager 2020 busca que el compromiso sea más serio y honesto, con un plan a cinco años, que abarcará desde hitos financieros a un mayor estatus, con objetivos que van desde clasificarse para puestos europeos o ganarlos, así como ascender si estamos hablando de un conjunto muy modesto. Como os relatábamos, cada club es un mundo, y su visión puede ser distinta en función de un montón de factores. Aunque este compromiso puede marear al comienzo, y parecer una losa sobre nuestra cabeza, también se irá ajustando a la realidad. Podremos negociar la visión de club al final de la temporada, cambiando o eliminando objetivos, o incluso matizándolos. Las expectativas también pueden cambiar a nuestro favor, sobre todo si somos conscientes de que vamos realmente bien en alguna competición o torneo y nos damos cuenta de que somos capaces de ir a más en los próximos años.
Aunque, como todo en esta vida, eso puede traer también una contrapartida clara. Si la directiva cree que somos muy buenos en lo nuestro, y estamos llevando al equipo a una racha de éxitos sostenidos en el tiempo, decidirá subirnos esos objetivos y hacernos ser más ambiciosos. Por eso nuestra reputación como mánager es importante, y es mejor ser realistas, tanto para los éxitos deportivos de nuestra plantilla como para nuestra imagen, ya que volveremos a tener que proyectar con inteligencia qué tipo de entrenador somos -esto es fundamental si buscamos trabajo o alguna oferta externa-. El videojuego nos evalúa constantemente, algo que nos gusta y que nos aclara mucho nuestro papel, pues en otras entregas sentíamos que la progresión era algo difusa y poco clara, sobre todo cuando llevábamos decenas de horas en un club o disputábamos nuevas temporadas. Con una nota general y varios resúmenes, nuestro trabajo técnico ahora será más conciso y fácil de comprender. Es un cambio grande, muy ambicioso, que parece haberle sentado muy bien al devenir entero de las partidas de Football Manager, y el cual creemos que nos traerá muchas alegrías en el futuro.
El rol de los jugadores y el cuerpo técnico
El año pasado, Football Manager nos presentó las sesiones para alcanzar el pico de forma física de nuestros jugadores, ofreciéndonos la oportunidad de centrarnos en entrenamientos personalizados en ellos, buscando su mejor versión. La táctica se vio mejorada, sí, pero Sports Interactive se dio cuenta de que si bien la gestión de la plantilla estaba llegando al límite de control -tampoco había mucho más que rascar-, los usuarios reclamaban una faceta fundamental que había sido ignorada: la llegada de los jóvenes jugadores de los filiales a la primera plantilla. Ahora podemos atender a las estrellas que despuntan de las categorías inferiores o de la escuela deportiva de nuestro conjunto, ofreciéndonos a través de Centro de Desarrollo, la posibilidad de aumentar el potencial de cada una de ellas. Los aficionados al fútbol conocerán la importancia de las plantillas juveniles o los jugadores adolescentes cedidos a otros equipos para ganen experiencia. Todo eso se ha revisado y mejorado en Football Manager 2020, aportando un gran valor añadido al conjunto.
No obstante, los responsables de esta consolidada saga han querido remozar por completo el desarrollo de los jugadores. Ahora sí podemos controlar y potenciar el talento, supervisar el progreso de las estrellas incipientes o consolidadas y supervisar con inteligencia su trayectoria a corto, medio y largo plazo. La gestión de un gran vestuario, como el que puede tener un club de peso en Europa, era una piedra en el camino de nuestras tareas en entregas pasadas, con eventos un poco aleatorios relacionados con el aumento de salario, las ofertas de otros clubs o con recaídas físicas poco creíbles. Ahora, con Senda del tiempo de juego, este camino individual de cada jugador profesional está más ajustado a la realidad, con una cronología clara de cada futbolista dentro del club. Podemos planificar la evolución de todo el conjunto en el tiempo, decidir el destino de cada uno, otorgarles un valor en el club o incluso decirles si van a jugar más o menos partidos. Esto va ligado a las mejoras de los porteros, que ahora pueden conocer su rol específico en la plantilla, invitándolos a saber de primera mano si serán regulares o un portero de copa con opciones a un contrato o puesto mejor en el futuro.
Desde hace unos años, Football Manager se esfuerza por integrar los distintos ámbitos y facetas técnicas existentes en el entrenamiento de un equipo de fútbol de una manera realista, coherente y dinámica. A veces, y como os destacábamos en anteriores análisis, daba la impresión de ser compartimentos aislados, sin demasiada colaboración entre ellos, y que se limitaban a dar su visión sobre un aspecto concreto sin tener en cuenta otros campos. Ahora, y como según explica Sports Interactive, tras debatir y escuchar a los propios entrenadores y cuerpos técnicos de decenas de clubs en todo el mundo, se ha modificado esto. El cuerpo técnico en la edición de 2020 es un ente más orgánico y colaborativo, ya que nos aconsejará de forma activa sobre qué jugadores son los ideales para cada encuentro, cuáles son los que tienen mejor estado de forma o si aquellos once que hemos seleccionado están a punto para afrontar ese partido conforme a nuestros designios o tácticas previas.
Por eso, la inclusión del nuevo director técnico nos parece capital entre las novedades de esta edición. Este rol, cada vez más predominante en los equipos de fútbol actuales, tiene la capacidad para asesorar, tomar decisiones -si así lo queremos- y ayudar a todos los empleados de todas las áreas imaginables. Es nuestra mano derecha, nuestro enlace con el cuerpo técnico, y la persona que que puede asesorarnos en la preparación de los jugadores, las cesiones -aspecto que sigue ganando año tras año- o incluso sobre otros aspectos técnicos y relativos a los empleados que también están con nosotros. Al delegar trabajos y sentirnos asesorados, Football Manager 2020 se adentra en los nuevos tiempos, siendo más grande y creíble en su tarea de simulador.
Mejor aspecto y una IA algo más preparada
Sí, lo reconocemos: Football Manager mejora su interfaz -el año pasado renovó mucho este aspecto- y parece que se olvida, entrega tras entrega, del motor gráfico 3D. El añadido que revolucionó la presentación de este videojuego, que hasta ese hito basaba sus encuentros en pantallas bidimensionales poco atractivas para los jugadores, ha experimentados pocos cambios. Sí es cierto que han retocado algunas texturas, modelados y animaciones, pero seguía teniendo campo de mejora. En la edición de 2020 se ofrecen los partidos más realistas hasta la fecha, con nuevos modelados para los jugadores, que tienen unas proporciones mejores exageradas y más acordes con lo que podemos esperar de un ser humano -había veces que parecían monigotes de futbolín- y con unas animaciones más fluidas, creíbles y cómodas de ver. Ahora el comportamiento de los integrantes de los equipos cuando saltan al césped es mucho más coherente, sin que duela tanto a los ojos. Todos se mueven mejor, lucen equipaciones un tanto más tangibles y se desplazan tácticamente de una manera menos artificial.
En este aspecto incide el cambio de los terrenos de juego. Ahora las condiciones atmosféricas como la lluvia, tienen un efecto radical en la forma en la que se mueven los jugadores o desarrollan los partidos. Además, tienen un efecto gráfico claro, pues ahora los jugadores pueden mancharse de barro, hacer entradas a destiempo por culpa del terreno empapado o jugar peor por culpa del duro y dificultoso desplazamiento del balón. El éxito de este cambio físico y jugable también viene dado por el ajuste del motor de iluminación, que según Sports Interactive se trata de un nuevo sistema completamente distinto que otorga más solidez a la visualización de los partidos, sobre todo los que se desarrollan en los días soleados.
Pero dejando a un lado los aspectos gráficos, lo mejor del juego en este ámbito, es el ajuste de la inteligencia artificial para porteros y equipos. Ahora los equipos se comportan, tanto en el ataque como en la defensa, de un forma más realista, intercambiando posiciones, vigilando los huecos y haciendo acopio de las ideas tácticas que hemos trabajado con anterioridad en los entrenamientos, ofreciéndonos una visión coherente y no demasiado robótica. Los equipos realizan mejores transiciones entre ataque y defensa, y facilitándonos a posteriori nuestro trabajo a la hora de reconocer o señalar problemas y fallos en nuestros planteamientos o el desempeño de las tácticas que hemos planteado. Creemos que, junto a la llegada del videoarbitraje o VAR del año pasado, este cambio de IA, es lo más grande que le ha pasado a este modo de visualización 3D en los últimos años. Como siempre, está completamente traducido al español.
Conclusiones finales
Desde hace tiempo, Football Manager se ha convertido en un simulador de gestión deportiva centrado en el fútbol gigante, muy completo, que en cada edición se esfuerza por incluir nuevas mecánicas, elementos tácticos y opciones muy específicas para nuestra labor como entrenadores. Aunque el título sigue garantizando que aquellos que no han probado nunca un título de la serie puedan disfrutar de la experiencia, parece que cada vez la barrera de entrada se eleva un poco más. No es algo malo, ni mucho menos, pero como os comentábamos el año pasado, se hace algo más difícil de evaluar, ya que hay características técnicas que únicamente se aprecian y disfrutan si se tiene en cuenta el trasfondo de las mismas. Si la edición de 2019 fue arriesgada, la versión de 2020 nos parece la más profunda y realista de los últimos años. Recoge todo lo bueno de aquella y lo potencia con tres novedades fundamentales que se nos antojan divertidas y necesarias.
Estas novedades, que van desde la visión del club al remozado cuerpo técnico, la trayectoria de la plantilla y los jugadores o incluso los cambios visuales en el modo 3D, creemos que son los pilares sobre los que se asentará la saga en los próximos años. No son simples añadidos que justifiquen una nueva entrega anual -aunque son alicientes para los potenciales compradores-, son mecánicas y ajustes jugables profundos que cambian radicalmente la experiencia de nuestra labor como entrenadores del equipo de nuestras alegrías y decepciones. Evolucionar un título como Football Manager año tras año es una tarea poco grata y compleja, pero tanto Sports Interactive como SEGA, siguiendo el hilo de una de las novedades de esta edición, tienen una visión. Y la están cumpliendo.
Hemos realizado el análisis con un código proporcionado por Koch Media.