Análisis Europa Universalis V: La estrategia toca techo con la simulación histórica más ambiciosa y cruel de la década (PC)
Si Paradox ya era el referente indiscutible de la gran estrategia, con esta entrega han ido un paso más allá. Europa Universalis V no es solo una secuela, es una evolución que abraza la simulación histórica total, ofreciéndonos un tablero de juego más vivo, cruel y detallado que nunca.
En Vandal hemos podido sumergirnos en uno de los lanzamientos más ambiciosos de la década para los amantes de la estrategia y la gestión. A continuación os traemos nuestro análisis para contaros si este nuevo rey es digno de la corona de Europa Universalis IV.
De provincias a localizaciones: Un mundo que se siente vivo
En otras entregas de la saga estábamos acostumbrados a un nivel de abstracción alto, donde veíamos el mapa dividido en distintas provincias y gastábamos puntos de monarca para desarrollar mágicamente una ciudad. Europa Universalis V rompe con esto y nos ofrece un cambio de paradigma, escala y profundidad total basado en la población.
La realidad del juego es ahora mucho más granular y profunda. El mapa se divide en "localizaciones", unidades de terreno mucho más pequeñas que las antiguas provincias, lo que aporta una profundidad estratégica inmensa a la hora de mover tropas y gestionar recursos. Pero lo importante no es la localización o zona como tal, sino quién vive en ella.
El nuevo sistema de población es el motor que lo mueve todo y que nos va a hacer sudar la gota gorda. Ya no subimos estadísticas o "cambiamos números en un excel"; ahora gestionamos personas. Campesinos, sacerdotes, nobles y burgueses tienen sus propias necesidades y su propia influencia. Durante nuestras partidas ha sido fácil notar que cada decisión que tomamos pesa más y tiene mayores consecuencias: una guerra larga no solo vacía nuestras arcas al pagar a las tropas, sino que diezma a la población joven que debería estar trabajando en el campo, lo que a su vez provoca hambruna, reduce la mano de obra y no solo hace que gastemos oro, sino que tengamos más dificultades para ganarlo o para generar nuevos recursos. Además, esto hace que el peso de nuestros errores en la guerra o en la gestión de ciertos acontecimientos sea mayor, dando la sensación de que ya no perdemos números, sino que perdemos vidas virtuales.

El juego captura la relación entre demografía y economía de una forma muy inteligente, obligándonos a pensar dos veces cada decisión y llevándolo a una escala completamente nueva. Esto encantará a los puristas de la gran estrategia, pero puede resultar abrumador para los que jugamos de una forma más desenfadada. Junto a la interfaz, de la que os hablaremos más adelante, sentimos que Europa Universalis V no es un título indicado para novatos en la saga, aunque profundizaremos en ello en otro artículo.
Comercio dinámico y la gestión de un Imperio
Si hablamos del comercio, ahora vemos cómo se abandonan los nodos estáticos para abrazar mercados más dinámicos con las mercancías fluyendo de forma realista basándose en la oferta y la demanda, dándonos la posibilidad de intentar manipular estos flujos... si logramos entender todos y cada uno de los entresijos de los distintos mercados.
En ese sentido, la gestión interna de los países, reinos y coronas cobra un protagonismo brutal. Tenemos que lidiar con los Estamentos, fuerzas políticas que pueden tumbar nuestro gobierno si no les damos su parte del pastel o cumplimos con sus necesidades, algo que es una absoluta pasada.
Más problemas tenemos con la interfaz, que no es tan clara como debería. Nos ha parecido poco accesible, algo caótica y llena de detalles, con decenas de menús y submenús que no están todo lo bien distribuidos que desearíamos. Esto acrecienta esa sensación abrumadora al jugar nuestras primeras partidas, aunque la comunidad ya está ofreciendo alternativas interesantes mediante mods.

Otro punto a destacar son las nuevas posibilidades de automatización que nos da Europa Universalis V, una mecánica perfecta para delegar las tareas que menos nos gusten o para que los nuevos jugadores puedan tener una puerta de entrada un poco más liviana. Es un añadido muy bueno que hubiese sido redondo si hubiese venido acompañado de un tutorial más claro e interactivo, algo similar al escenario de campaña a modo de tutorial que vimos en Crusader Kings 3.
La guerra: Logística y preparación por encima de todo
En Europa Universalis V la guerra se gana antes de llegar al campo de batalla y el juego pone un énfasis enorme en la logística y el suministro, algo que por otro lado es clave en cualquier conflicto bélico y que quizás hasta ahora no se reflejaba de una forma tan realista y fiel como se merecía.
Además, el nuevo sistema de asedios es menos aleatorio y más dependiente de la tecnología y el bloqueo efectivo que hagamos para ahogar a una ciudad y a sus ciudadanos. La paz suele ser la opción más rentable, pero si decidimos desenfundar la espada, la sensación de mover las tropas sobre un mapa tan detallado es, sencillamente, espectacular.
Por cierto, no debemos olvidar el componente diplomático, que sigue siendo la joya de la corona de Paradox. Las interacciones con otras naciones, el papado o el Sacro Imperio Romano son ahora más orgánicas, y las "Organizaciones Internacionales" añaden una capa extra de complejidad política que hará las delicias de los jugadores que preferimos la pluma a la espada.

Para terminar, la IA del juego se rompe en varias ocasiones, probablemente por todo lo que Europa Universalis V gestiona al mismo tiempo. Esto hace que a veces tome decisiones incomprensibles y carentes de lógica que pueden lastrar la inmersión de una partida.
Un salto técnico exigente, una banda sonora fantástica y algunos errores históricos
A nivel audiovisual, el salto respecto a la cuarta entrega es notable. El mapa es precioso, con un nivel de detalle en el terreno, los cambios de estación y las ciudades que da gusto observar. Ver cómo la Peste Negra se extiende visualmente por el mapa o cómo cambian las fronteras de forma dinámica es hipnótico. La música, como siempre en Paradox, es una compañera de viaje excelente, con temas orquestales que se adaptan a nuestra región y situación y que son simplemente fantásticos.
Pasando al rendimiento, en nuestro PC de gama alta con tarjeta gráfica NVIDIA GeForce RTX 5080 junto a procesador Ryzen 5900X, 64 GB de memoria RAM DDR4, almacenamiento SSD y Windows 11 hemos podido jugar a 4K y a la mejor calidad gráfica a en torno a 60 FPS, aunque el rendimiento se va resintiendo a medida que avanza la partida y aumentan las simulaciones, siendo un título que exige más al procesador que a la gráfica. Al ser un juego por turnos no vamos a hacer un análisis tan detallado del rendimiento en otros equipos ya que la tasa de FPS no influye demasiado en su jugabilidad.
Otro aspecto del que nos gustaría hablar para finalizar es el rigor histórico, habitualmente un pilar básico en los juegos de Paradox. De entrada, en nuestras partidas hemos encontrado algunos errores o inexactitudes. Hay decisiones que quizás se hayan tomado por simplificar, como las diferencias legales entre los reinos de León y Castilla —aunque estuviesen bajo la misma corona—, pero también hay otros errores más de bulto, como la elección de ciertas capitales que no se corresponden con la realidad. Siendo un juego desarrollado en su estudio de Barcelona, hubiésemos agradecido un poco más de mimo hacia nuestra historia. No afecta a la jugabilidad y sabemos que es café para muy cafeteros, pero queríamos comentarlo. Por otra parte, la ausencia de algunos detalles en las zonas más alejadas de Europa nos hacen prever que se irán completando con DLC en el futuro, una política bastante habitual en Paradox.
Conclusiones
Europa Universalis V no es solo una secuela, es una evolución de los cimientos de la gran estrategia. Paradox Tinto ha cogido todo lo que funcionaba, ha mirado hacia sus otras sagas y también a la competencia y ha creado un híbrido que apuesta por la simulación orgánica profunda.
La verdadera magia está, como suele ocurrir en estos títulos, en la narrativa emergente: esas historias que surgen no por guion, sino porque un acto completamente aleatorio o inesperado provoca una revuelta que acaba provocando un cambio de gobierno. Es cierto que la curva de aprendizaje es un muro letal para los recién llegados y que el rendimiento a medida que pasa el tiempo de juego se resiente.
Sin embargo, estamos ante un lienzo infinito con una base jugable muy sólida. Es un juego diseñado para durar una década, muy rejugable y capaz de garantizarnos miles de horas de gestión, guerra y diplomacia. Si Europa Universalis IV fue el rey, la quinta entrega ha llegado para reclamar el trono con mano de hierro.
*Hemos realizado este análisis gracias a una clave proporcionada por Paradox.

NOTA
Puntos positivos
Puntos negativos
En resumen
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