Análisis de Edna & Harvey: Harvey's New Eyes (PC, PS4, Switch, Xbox One)

Los chicos de Daedalic Entertainment siguen haciendo esfuerzos en su cruzada por conquistar a los fans de las aventuras gráficas, esta vez con la secuela del discreto Edna & Harvey: The Breakout. El resultado no ha podido ser más sorprendente, y Edna & Harvey: Harvey's New Eyes consigue derrochar carisma y personalidad por los cuatro costados gracias a su cautivadora y retorcida historia, sus bizarros personajes, su humor negro, sus bien planteados puzles y su particular estilo artístico. Uno de esos juegos que consiguen transmitir algo especial cuando se juegan.

Adorable pero letal

Tenemos entre manos un título del que podríamos y nos gustaría hablaros de muchas cosas, pero resultaría imposible hacerlo sin caer en spoilers, por lo que iremos a lo principal de cada punto para no arruinaros nada de su desarrollo, ya que la historia merece mucho la pena que la disfrutéis sin que sepáis demasiado. El argumento nos presenta a Lilli, una niña que vive en un internado y que está pasando por una difícil situación. Allí la Madre Superiora trata a todos los alumnos con desprecio, gritándoles y obligándoles a realizar todo tipo de tareas, algo que suele sufrir especialmente nuestra protagonista. Además, el resto de estudiantes suelen reírse de ella y molestarla a la mínima oportunidad que tienen.

Pero Lilli es una buena chica, siempre trata de pensar lo mejor de cada uno y cumplir con todas las tareas y favores que le encarguen sin rechistar, aunque la catástrofe suele rodearla allá por donde pasa, generalmente de forma "accidental", tal y como empezaréis a comprobar al poco de comenzar a jugar. Por suerte, su imaginación infantil y su amiga Edna consiguen ayudarla para evadir esta situación, donde unos extraños seres con forma de patata se ocupan de censurar con pintura rosa todo lo desagradable que la pequeña pueda ver.

El guion tiene algunos giros totalmente inesperados y momentos realmente memorables que nos harán querer seguir hasta llegar al sorprendente final del juego (el cual tiene varios desenlaces posibles). No os dejéis engañar por su colorido aspecto gráfico, el título trata temas muy profundos y complicados que nos harán reflexionar en más de una ocasión, así como alguna que otra situación que definitivamente no la hacen una obra para todos los públicos.

Todo esto se ve apoyado por muchísimo humor negro, una buena narrativa y por sus personajes. Prácticamente todo lo que hacemos y lo que piensa Lilli es descrito por un narrador con frases generalmente muy cínicas e irónicas que nos ayudarán a comprender mejor a nuestra protagonista, la cual cada vez que intenta hablar no consigue articular más de una sílaba o un sonido antes de que el resto de personajes la interrumpan. En cuanto a los secundarios los veremos de todo tipo y a cada cual menos cuerdo que el anterior. Los hay de todo tipo, desde dos chicas totalmente flipadas con el anime hasta una patata gigante chamán que habla como si estuviera chateando y sin soltar su portátil.

Entrando ya en lo que es su jugabilidad, tenemos ante nosotros una aventura gráfica de point-and-click muy clásica y tradicional. Con el ratón podremos buscar diversos puntos de interés para interactuar con ellos (click derecho para examinar y click izquierdo para interactuar) mientras buscamos objetos que combinar y usar para resolver los puzles y situaciones que nos vayan saliendo al paso.

Sin entrar en detalles argumentales, en cierto momento de la aventura se nos impondrán unas restricciones de comportamiento que nos impedirán hacer cosas que no son propias de una buena chica, como beber alcohol, jugar con fuego, mentir, contradecir a los adultos o dar rienda suelta a nuestra ira. A medida que avancemos iremos desbloqueando estas restricciones, pero solo podremos tener una eliminada al mismo tiempo, por lo que si queremos por ejemplo agenciarnos un cuchillo, primero tendremos que seleccionar la restricción en el menú situado en la parte inferior izquierda de la pantalla.

Esta mecánica de juego está totalmente desaprovechada y mal implementada, llegando a hacerse incluso molesta, ya que a nivel de puzles no aporta absolutamente nada y se hace algo pesado estar cambiando de una a otra cada vez que queremos hacer algo, especialmente por la pequeña animación que siempre salta cuando eliminamos una restricción.

Por lo demás, los puzles mantienen un buen nivel y nos obligarán a pensar algo más allá de la simple combinación de objetos (aunque la mayoría son de este tipo). Entre ellos destacan especialmente una serie de acertijos a modo de minijuegos que a muchos recordarán a lo visto en la saga del Profesor Layton, aunque sin la dificultad habitual de los de la serie de Nintendo. No hay muchos, pero están bien integrados y son los suficientes como para darnos un respiro de la mecánica habitual. Los más impacientes tendrán la opción de saltarse este tipo de pruebas si no consiguen dar con la solución, con el único penalizador de quedarse sin el logro de turno.

En cuanto a la dificultad, podríamos considerarla media tirando a baja, aunque cuenta con algunos momentos en los que puede resultar fácil atascarse, ya que hay puzles que retuercen la lógica más de lo previsto y otros tantos nos obligarán a pensar con bastante mala leche. Por lo general no hay muchas pantallas para investigar en un mismo momento de la historia y los objetos que podemos recoger suelen estar bien visibles. De todas formas, si alguien tiene problemas para encontrar los elementos con los que podemos interactuar y necesita ayuda, bastará con pulsar la tecla de espacio para que se resalten.

Tal y como era de esperar en una aventura de estas características, no faltarán las conversaciones con otros personajes. Como hemos dicho antes, Lilli apenas habla, así que en vez de tener un menú con varias frases para escoger, aquí veremos una serie de dibujos que se corresponden con el tema de conversación que queremos abordar, algo que resulta muy intuitivo y visual.

Finalmente llegamos a su apartado gráfico, donde destaca con luz propia su apartado artístico: simple, único y con mucha personalidad. Los escenarios son muy buenos y los personajes cuentan con un diseño tan bizarro que casan perfectamente con la tónica general del juego. Sin embargo, las animaciones parecen ser uno de los puntos débiles de Daedalic y vuelve a ser un punto en el que fallan de nuevo, ya que son demasiado rígidas y en ocasiones nos dará la sensación de que faltan cuadros de animación (solo hay que ver las bocas de los personajes cuando hablan). Además, se repite el molesto problema de las minicargas de pantalla que ya padecimos en The Dark Eye: Chains of Satinav. Esto hará que cada vez que cambiemos de escenario se produzca una leve carga de apenas un segundo en donde se congela todo, algo que se hace especialmente molesto cuando tenemos que cruzar tres o cuatro pantallas para ir al sitio que queremos.

El sonido por su parte mantiene un buen nivel, con un doblaje en inglés bastante bueno donde tenemos que destacar el magnífico papel que hace el narrador del juego. Por otra parte, la banda sonora es de gran calidad y se adapta estupendamente a lo que vemos en pantalla. Por desgracia nos volvemos a quedar sin una traducción a nuestro idioma, ya que los subtítulos también están en inglés, algo que supone una barrera de entrada a tener en cuenta para quienes no dominen la lengua.

Conclusiones

Edna & Harvey: Harvey's New Eyes es un maravilloso viaje en el que se nos narrará una oscura historia donde la línea que separa la realidad, la locura y la imaginación infantil de un niño no está del todo clara. Sin embargo, su tediosa mecánica de restricciones, su falta de localización a nuestro idioma, sus robóticas animaciones y sus molestas cargas cada vez que cambiamos de pantalla empañan un poco la experiencia, aunque lo compensa con creces con su interesante argumento, personajes, ingeniosos puzles, humor negro, estrafalarios personajes y su buen hacer a nivel artístico. Una de las mejores aventuras gráficas que hemos podido disfrutar este año y que cualquier fan del género debería probar.