Análisis Deep Rock Galactic, minería y 'shooter' cooperativo (PC, PS4, PS5, Xbox One)
Se tiende a sobrevalorar la originalidad en los juegos, pero en la mayoría de ocasiones sólo basta para divertirse con tomar ideas existentes y ejecutar bien el concepto. Decimos esto porque Deep Rock Galactic no es precisamente el juego más original del mundo, de hecho es una amalgama de sistemas vistos en varios lanzamientos –indies y superproducciones-, pero a más de un jugador le importará poco cuando ponga las manos a esta aventura de ciencia ficción con cooperativo y minería espacial. Tras unos años en Acceso anticipado, ya está disponible en PC y Xbox One; Ghost Ship Games no descarta que tras un periodo de exclusividad en consola llegue a PS4.
Enanos espaciales
Los enanos tienen fama de ser expertos en la minería, y como vemos con este juego, no sólo se cumple en las fantasías medievales. Deep Rock Galactic es un juego de exploración de planetas y nuestros protagonistas son enanos que hacen honor a su raza: son expertos en llegar a un planeta, lanzarse a cosechar una cantidad determinada del material que se les encomienda y salir pitando del lugar cuando la situación se pone fea. Así pues, tenemos cuatro clases diferentes de personajes con unas habilidades típicas que podríamos encontrar en el multijugador de muchos títulos: el artillero preparado para el combate, el ingeniero orientado a colocar torretas automáticas y otras defensas, el perforador preparado para cavar más deprisa o el explorador que alumbra con más facilidad el interior de las cuevas y dispone de un gancho para llegar a casi cualquier parte. Sólo nos faltaría alguna clase orientada a la curación.
Hablamos de un título que se puede jugar en cooperativo con hasta tres compañeros, así que está bastante claro por dónde van los tiros: formar un grupo equilibrado donde cada usuario complemente al resto. Podemos cambiar entre personajes antes de cada misión, personalizar por completo su equipamiento y armas, subir de nivel por separado, modificar la estética, etc.; la parte rolera está trabajada y da mucho juego. Uno de nuestros favoritos es el artillero, que está preparado para la acción gracias a su potente cañón, la pistola que lanza una tirolina y un dispositivo que crea un campo de fuerza protector en el que resguardar a todos los compañeros durante unos instantes, pero hay para todos los gustos; las torretas del ingeniero por ejemplo son muy útiles para que hagan gran parte del trabajo sucio eliminando enemigos débiles, y también puede crear plataformas para alcanzar zonas altas o cubrir fosos.
Deep Rock Galactic toma elementos PvE –jugadores contra enemigos- de Destiny, Borderlands y Left 4 Dead con una recolección de materiales un poco tipo Minecraft. Cada misión nos lleva a unos mapas –cuevas- generadas por procedimientos repletas de minerales. Con el pico u otras herramientas somos paces de cavar en cualquier superficie, una tecnología que ya hemos visto en varias ocasiones y que aquí sirve para abrir camino hacia los materiales o el objetivo. Por el camino nos acompañará un robot que carga que almacena los recursos que vamos recogiendo de las vetas de minerales –el inventario es reducido-. Puesto que el diseño es aleatorio, puedes repetir una misma misión tantas veces como quieras con distintos compañeros que nunca será exactamente igual.
La cuestión es que esto no será un paseo tranquilo, durante nuestras expediciones para buscar un material concreto nos cruzaremos con insectos espaciales al más puro estilo Starship Troppers. Arácnidos de todos los tamaños, voladores, tóxicos, radioactivos, explosivos, etc. A veces encontraremos unos pocos y en otros momentos nos avisarán de la proximidad de una oleada, eventos que nos lanzan decenas de bichos desde cualquier galería que tengamos cerca. Y ojo, la munición puede escasear, así que conviene no derrochar todo el cargamento o necesitarás llamar a un almacén de abastecimientos. Al final de cada misión, cuando regresa la cápsula que nos recoge –en cualquier punto del mapa-, se vuelve una carrera contra el reloj para llegar sanos y salvos mientras nos persiguen multitud de criaturas.
Como vemos, Deep Rock Galactic toca la mayoría de tendencias del mercado indie: mapas aleatorios, un pequeño sistema roguelite –conseguimos algo de experiencia y recursos tras una muerte, así que siempre hay sensación de progreso- y un multijugador muy divertido, que nos ha dado grandes partidas incluso con usuarios completamente desconocidos. Todos los jugadores saben cuál es su propósito y que no tiene sentido ir por libre, el diseño penaliza mucho si un miembro intenta llevar la voz cantante. La lástima es que al margen de la recolección de minerales el tipo de objetivos son un tanto escasos y en pocas horas tendremos la sensación de conocer casi todo lo que ofrece en cuanto a misiones.
Lo que podría ser un juego con un planteamiento repetitivo –como otros muchos roguelite de mecánicas explotadas en mil ocasiones- termina por funcionar sorprendentemente bien. El multijugador es una de las claves de su éxito, y pese a que no se trata de uno de los lanzamientos más sonados de 2020, no cuesta encontrar una partida online, pasar un buen rato en el lobby y saltar a una de las misiones sin saber cómo se va a desarrollar. El ritmo de los eventos también está bien medido, las oleadas no se eternizan ni entorpecen la exploración del terreno, y el progreso nos picará para volver una y otra vez. Es una aventura muy recomendable con amigos –o completos desconocidos-, aunque se puede jugar en solitario o acompañados de un dron nos prestará ayuda; por supuesto no es lo mismo, pero ahí tienes la opción.
Una estética cartoon
Donde probablemente más se noten las costuras sea en los apartados audiovisuales, pero Deep Rock Galactic cumple sobradamente con las exigencias. Los gráficos son ligeramente low-poly, tirando a minimalista, con superficies planas que no disimulan sus aristas. Es una estética agradable que reduce cualquier tipo de terror que puedan causar estas galerías a oscuras –que iluminamos gracias a las bengalas- o los monstruos, pero también es un estilo artístico bastante explotado, sobre todo hace unos años, que cae en algo un poco genérico.
La otra pega que encontramos, como en muchos juegos de generación aleatoria, es la repetitividad en la decoración y la falta de una mano que haga cada estancia más única o arriesgada. El tema que trata, excavaciones en planetas perdidos, justifica esta decisión así que no es un fallo excesivamente grave, pero ya advertimos que los resultados no son tan diversos como los conseguidos por los biomas de No Man’s Sky –un juego con sus propios problemas, pero el de las combinaciones de terrenos y animales no era uno de ellos-. La música y sonidos ambientan pero podrían dar más de sí, cobran poco protagonismo salvo por las escenas de más acción.
Conclusiones
Divertido, rejugable y con un progreso muy completo para evolucionar a nuestros enanos tal y como deseamos. Si estás interesado en un juego orientado al cooperativo, Deep Rock Galactic es lo que estabas buscando. Quizás le falta un punto de brillantez en aspectos audiovisuales, un planteamiento un poco más innovador que sorprenda tanto como los referentes en los que se inspira y en solitario veremos antes sus puntos débiles –se echa en falta más tipos de misiones, nuevos enemigos, más variedad en su estructura en definitiva-, pero sabiendo que su propósito no es el de revolucionar el género y que hay ciertas limitaciones por su presupuesto, poco más se le puede exigir a este título de Ghost Ship Games, una de las sorpresas indie de la temporada.
Hemos realizado este análisis en PC con un código que nos ha proporcionado Coffee Stain Publishing.