Análisis de Dawn of Magic (PC)
Condenado a vivir como un mortal más en la Tierra, el malvado Modo, un ser antaño inmortal que vivía en el Absoluto, o reino del más allá, ha logrado al fin hacerse con la fórmula mágica que le permitirá destruir la odiada prisión en la que ha vivido durante tantos años, nuestro planeta, y volver al reino del que le expulsaron para culminar su venganza. Para su desgracia, antes deberá encontrar unos ingredientes concretos repartidos por la Tierra que tratará de conseguir con la ayuda de las malvadas huestes que ha conformado durante sus años de cautiverio. En este punto, nosotros seremos los encargados de decidir el destino de la humanidad haciendo frente a los planes de Modo, uniéndonos a su terrorífica causa, o convirtiéndonos en luchadores neutrales que combatirán contra ambos bandos.
Con este punto de partida tan prototípico dará comienzo este nuevo título de acción y rol basado en el clásico sistema de juego popularizado por el exitoso Diablo, aunque potenciando de forma notable todo lo referente a las magias y poderes místicos, lo que no significa que se dejen de lado todos los aspectos relacionados con las mortíferas armas blancas.
Tras superar un sencillo y entretenido tutorial en el que se nos presentarán los fundamentos jugables básicos (todo será idéntico a lo visto en otros títulos del género), pasaremos a la selección del héroe que nos representará en el juego, encontrándonos ya en este punto con una de las principales curiosidades de Dawn of Magic, y a la vez también con uno de los puntos negros del juego.
En este caso, en vez de encontrarnos con un completo editor que nos permita crear a nuestro héroe, o tener una selección de personajes típicos pero imponentes (nigromantes, bárbaros, guerreros, etc.), nos encontraremos con un orondo fraile que estará bien dotado para el combate cuerpo a cuerpo, una gitana experta en las artes místicas, un joven erudito totalmente enfocado a los poderes mágicos, y la mujer del panadero, que con un coeficiente intelectual no demasiado elevado, resistirá estoicamente los ataques enemigos.
En principio, la única diferencia entre estos variopintos personajes la encontramos en sus atributos, puesto que después, conforme progresemos en la aventura, podremos especializarlos en los tipos de magia que más nos interesen entrando en cada una de las doce casas de estas disciplinas con las que nos encontramos. Sin embargo, como vemos, difícilmente un jugador se va a sentir identificado con cualquiera de estos personajes, por lo que al final lo único que se consigue (aparte de ser bastante original) es generar un sentido de repulsa por parte del usuario con respecto a su héroe, cuando debería ocurrir todo lo contrario.
Por otro lado, y dejando al margen este aspecto, destacan como decíamos las doce casas mágicas en las que nos podremos especializar para desarrollar de forma bastante libre a nuestro héroe. En este caso, tras iniciar la aventura deberemos escoger tres de estas casas hablando con una serie de personajes, teniendo muy en cuenta el tipo de personaje que queremos desarrollar, puesto que las disciplinas que aprenderemos en estas casas diferirán bastante entre sí: podemos especializarnos en magias elementales entrando en las casas del fuego, tierra, o aire; o ser expertos invocando criaturas y soldados, en la alquimia, o en el arte de bendecir o maldecir objetos, criaturas y demás.
Tras realizar esta selección, conforme subamos de nivel adquiriremos puntos de habilidad que gastaremos mejorando los atributos del héroe como los ataques físicos, su especialización en el empleo de armas y armaduras, o habilidades como la teletransportación (modificándose aspectos como nuestra salud o el chi, que es la energía mágica en el juego); y puntos mágicos que lógicamente gastaremos en el conjunto de conjuros y habilidades que nos concederán las casas seleccionadas. Con esto, podremos diseñar a nuestro héroe de una forma bastante libre, resultando además bastante sencillo el aprovechar todas estas habilidades.
Con un sistema de control bastante directo, en Dawn of Magic controlaremos todas las acciones del juego con el ratón, pudiendo usar lógicamente las teclas de acceso rápido para acceder a menús como el inventario, el listado de habilidades conseguido, o las opciones de mejora de armas. La cámara, que podremos mover libremente, también la controlaremos con el ratón, quedando los dos botones del mismo reservados para llevar a cabo todas las acciones del juego. En este caso, podremos asignar ataques y habilidades a ambos botones, aunque algunas de estas habilidades, las pasivas, solamente se podrán situar en el botón derecho del ratón.
Con esto, lo que se permite es que el usuario pueda combinar distintas casas mágicas para obtener ataques mucho más poderosos y efectivos: podemos usar una espada con la que golpearemos pulsando el botón izquierdo del ratón, mientras que el derecho lo dejamos reservado para una habilidad pasiva relacionada con el fuego que hará que nuestros golpes físicos vean incrementado su poder con un daño adicional basado en dicho elemento. Sin embargo, si preferimos usar otros poderes, podemos usar el botón derecho para lanzar rayos, o incrementar nuestra velocidad con diversos hechizos. Las posibilidades serán bastante amplias, y la experimentación será nuestra mejor aliada a la hora de lograr crear el ataque más poderoso posible. El control en este caso, como decimos, resulta bastante sencillo y directo, por lo que podremos estar cambiando de estrategias constantemente sin perder ni un minuto.
También, en el juego podremos mejorar nuestras armas insertándoles determinados objetos que obtendremos a lo largo de nuestros viajes, y que como es de esperar dotarán de nuevos atributos a nuestras armas o armaduras. Lo mismo ocurrirá con los encantamientos, ya que por ejemplo engarzando una serie de runas en un orden concreto, para lo cual deberemos conocer dicho orden encontrando pergaminos por los escenarios, las habilidades del ítem receptor se verán incrementadas exponencialmente, lo que a la larga nos obligará a explorar concienzudamente los entornos para encontrar los mejores objetos y la forma más óptima de aumentar su poder. Tampoco podemos olvidar a los mercaderes y comerciantes que estarán repartidos por todo el mundo y que serán también los encargados de ayudarnos a la hora de realizar estas labores, o de vendernos y comprar los objetos que deseemos. En este sentido, potenciando habilidades como el comercio obtendremos mejores precios cuando compremos y vendamos, llegando incluso a poder invocar a un genio que nos comprará los objetos que queramos, aunque el precio no será muy elevado.
Con todo esto, como buen juego de acción y rol de corte clásico, en Dawn of Magic deberemos recorrer una gran cantidad de entornos plagados de enemigos a los que deberemos aniquilar sin compasión. Como siempre, en determinados puntos del escenario, o en los centros urbanos, encontraremos a una serie de personajes con los que podremos hablar y que serán los encargados de darnos las misiones que deberemos cumplir a lo largo de la aventura. Dependiendo de nuestro alineamiento, estas misiones serán distintas, aunque al final todas seguirán el mismo patrón: ir de un punto del escenario a otro matando a todo tipo de criaturas y personas hasta llegar al lugar indicado. El problema lo encontramos en la excesiva monotonía con la que nos encontraremos, y lo lioso que resultará en más de una ocasión movernos por los entornos.
Como es habitual en el género, para pasar de una región a otra deberemos atravesar una serie de portales mágicos, lo que en vez de facilitar nuestras andanzas las complica en exceso; sobre todo cuando nos indican que debemos ir al norte, por ejemplo, para terminar con una criatura que atormenta a los habitantes del pueblo sin especificar que para llegar a su guarida debemos atravesar uno de estos portales. Lógicamente, nosotros nos podemos hartar a buscar la guarida de esta criatura en el entorno en el que nos han pedido que terminemos con ella, puesto que en ningún momento se deja claro que haya que visitar otra región para darle caza. En otros caso, también nos pondrán un tiempo límite para realizar misiones que de nuevo resultarán compleja no por el objetivo en sí, puesto que casi siempre será matar a alguien, sino porque costará bastante moverse por los entornos sin perderse en el intento. Y aunque el minimapa ayuda bastante, en ocasiones resultará bastante inútil por lo mal planteadas que están las misiones.
Otro aspecto negativo lo encontramos en el sistema de control, no en lo referente a cómo se han implementado todas las opciones puesto que como decíamos está muy bien resulto, sino a la hora de terminar con los enemigos, ya que en más de una ocasión nos veremos dando golpes al aire mientras que los rivales nos destrozan desde todos los frentes. En este caso, resulta bastante difícil acertar sobre los enemigos con el puntero, lo que de nuevo entorpece la jugabilidad y hace que la experiencia de juego no resulte tan satisfactoria. Algo similar ocurrirá en nuestros desplazamientos, viendo como nuestro personaje en ocasiones no se dirige a los puntos indicados por el puntero, o lo hace de forma torpe tropezándose con distintos elementos del entorno. Aún así, como decíamos, son aspectos que tampoco resultan tan críticos como para desmerecer todo el trabajo llevado a cabo por Sky Fallen.
En cuanto al apartado técnico, Dawn of Magic presentará un motor gráfico bastante sólido que no requerirá de equipos excesivamente potentes para mover todos los elementos en pantalla con soltura. Destaca además por el buen nivel de detalle alcanzado en las texturas, y por el modelado de todos los personajes con los que nos encontraremos, pese a no ser un referente a nivel gráfico. En este sentido, nuestro héroe modificará su aspecto con diversos tatuajes que le otorgarán una serie de nuevas habilidades o atributos, y modificará su aspecto con el paso del tiempo al especializarse en diversas escuelas mágicas. También huelga destacar la extensión de los escenarios por los que nos moveremos y lo bonitos que resultan de ver, así como la posibilidad de destrozar bastantes elementos del entorno, viendo con ello la reacción de los personajes que se encuentren a nuestro alrededor (puede molestarles que rompamos un cofre, por ejemplo).
En cuanto al apartado sonoro, las melodías que nos acompañarán a lo largo de toda la aventura no serán muy destacables, puesto que estarán en un muy segundo plano. Las voces, que se mantienen en inglés pese haber sido traducido a nuestro idioma el juego, y los efectos sonoros cumplirán sin más, encontrándonos con un apartado bastante discreto en todos los sentidos. Por último, en cuanto a la inteligencia artificial de nuestros enemigos, como es habitual en el género, tampoco será realmente memorable, puesto que todos nuestros rivales se abalanzarán sobre nosotros como locos sin pararse a pensar ni un segundo. Este hecho impide que nos pongan en apuros en más de una ocasión, aunque su número llega a ser tan elevado que habrá ocasiones en las que deberemos salir huyendo para evitar morir.
Por si la vertiente monojugador no fuera suficiente, Dawn of Magic cuenta también con diversas opciones de juego online que permitirán a los usuarios luchar entre sí en intensas batallas para hasta 16 jugadores, duelos por equipos, clásicas modalidades como capturar la bandera, o la posibilidad de comerciar con otros jugadores para intercambiar los tesoros encontrados a lo largo de nuestros viajes. Tal vez en este caso se eche en falta la posibilidad de superar el modo historia junto a otros usuarios como es habitual en el género, puesto que sería otro elemento más que aumentaría considerablemente la rejugabilidad en esta creación de Sky Fallen.
En definitiva, estamos ante un divertido título de acción y rol que se queda lejos de los grandes del género, pero que a cualquier aficionado a este tipo de juegos sin duda gustará. La posibilidad de completar la aventura de tres formas distintas, modificándose nuestros objetivos y la forma de movernos por las ciudades (si somos malos la guardia de cada pueblo no será muy amistosa con nosotros, por ejemplo) aumenta considerablemente la rejugabilidad en Dawn of Magic. Por desgracia, la monotonía en las misiones y lo poco claros que resultan algunos objetivos echan por tierra un gran trabajo llevado a cabo en todo lo referido a las doce casas mágicas que podremos utilizar en el juego. En este sentido, Sky Fallen ha tratado de evolucionar el género dotando de un gran protagonismo a las artes mágicas, aunque el resultado no ha sido el esperado puesto que todo lo demás sigue siendo idéntico a lo visto en otros tantos títulos durante estos últimos años.