Análisis Baobabs Mausoleum Ep.3: Un Pato en Muertoburgo, el final de una loca trilogía (PC, Switch)
El tercer y último capítulo de la trilogía de la saga episódica Baobabs Mausoleum acaba de llegar. Tras el primer episodio Baobabs Mausoleum Ep.1: Ovnifagos Don't Eat Flamingos y Baobabs Mausoleum Ep.2: 1313 Barnabas Dead End Drive, ahora nos llega Baobabs Mausoleum Ep.3: Un Pato en Muertoburgo. Y lejos de suavizar el nivel de locura que tanto ha caracterizado a esta franquicia, lo cierto es que más bien se ha acentuado más si cabe, dejándonos unas situaciones, personajes y diálogos tremendamente surrealistas. Por eso mismo y para todos aquellos que no conozcan esta serie, les dejamos desde ya mismo muy claro que no estamos ante el típico juego apto para todo el mundo, justo lo opuesto, siendo una de esas obras que sólo sabrán apreciar debidamente un grupo selecto de jugadores.
Diseñado nuevamente tanto para PC como para Switch (entrega que es la que hemos podido analizar), ya desde el primer minuto de juego nos damos de bruces con un planteamiento que roza lo surrealista y que combina múltiples elementos y estilos de juego con mejor y peor fortuna.
Pero antes de entrar a desgranar su jugabilidad y mecánica de juego lo primero es situar la acción y el fondo narrativo… algo bastante complicado de llevar a cabo sin realizar spoilers, así que para evitar esto simplemente vamos a dar un par de pinceladas para que, por lo menos, sepáis quién es el protagonista y su propósito final, y poco más.
Una mezcolanza curiosa pero irregular
Como es lógico, el juego sigue lo sucedido tras el final de la segunda parte, algo que evidentemente no vamos a revelaros. Lo que sí que podemos comentar es que una vez más el protagonista sigue siendo Watracio Walpurgis, una especie de agente con forma de berenjena que busca desesperadamente a Daphne. Y para ello debe explorar los entresijos de un pueblo muy curioso que sólo aparece cada 25 años y que está formado por 64 habitantes. ¿Y quién es el número 64? Eso tendréis que averiguarlo vosotros, junto a otra buena suma de cuestiones más. Seguramente algunos os estaréis preguntando si es posible adentrarse en este tercer episodio sin haber jugado a los dos anteriores. Y la respuesta es sí, no hay problema en hacerlo, aunque por supuesto os perderéis bastantes detalles argumentales e incluso ciertos chistes.
Finalizado todo lo relativo al argumento, ya desde la primera escena (o acto) que nos da la bienvenida nos damos cuenta de que, una vez más, los chicos de Celery Emblem se las han apañado para dar vida a un estilo de juego en el que reina la locura y el caos más absoluto. Tal y como sucedió con los capítulos anteriores, especialmente el segundo, estamos ante una especie de aventura gráfica retro y jugabilidad en 2D que tiene lugar desde una perspectiva cenital picada al estilo de lo plasmado en los RPGs de la era de los 8 y 16 bits. Un planteamiento básico que, no obstante, no es para nada "cerrado" y da cabida a otros estilos de juego claramente diferentes y un par de minijuegos, dando como resultado una jugabilidad tan cambiante y camaleónica como curiosa… pero también demasiado irregular.
Para no reventaros nada y teniendo en cuenta la escasa duración de la aventura, que apenas da para unas 3 horas aproximadamente (a no ser que nos quedemos atascados en algún puzle en concreto), uno de los actos viene a ser un minijuego de conducción en 3D en el que debemos controlar a una especie de carrito de golf y atropellar a unos bichos de aspecto indescriptible. Bien, pues más allá de su (relativa) originalidad y de aportar variedad al conjunto, lo cierto es que es un auténtico desastre en todos los sentidos: el control es lamentable, gráficamente parece un juego de PSX pero en HD, es de todo menos divertido, su nivel de dificultad es nulo… No hay por dónde cogerlo. Y algo similar sucede con lo dispuesto en la primera escena que nos da la bienvenida, una especie de miniaventura que recuerda a lo vivido antaño en los juegos en plan FMV que aparecieron hace ya la tira de años y en la que, simplemente, debemos pulsar el botón o la dirección acertada para ver lo que sucede.
Ante este panorama no demasiado alentador, afortunadamente la mayor parte que nos ofrece el título, su mecánica base, viene a ser lo que os hemos comentado antes. Se trata de una aventura retro en la que debemos superar unos cuantos puzles (algunos bastante buenos), explorar los escenarios (de un tamaño reducido) y dialogar con multitud de personajes, charlas desternillantes y del todo surrealistas que cuentan con textos en español. Y merece la pena leer cada línea de diálogo que aparece en el juego, aunque la mayoría de ellas apenas sea de utilidad para avanzar. Unas conversaciones que en más de una ocasión han conseguido hacernos reír y que, en nuestra opinión, posiblemente sea lo que animará a seguir adelante a todos aquellos que se adentren en esta aventura.
Por todo esto pensamos que, una vez más, esta alocada aventura viene a ser una especie de "experimento" y, para aquellos que sean ajenos a la saga, conviene que lo tengan totalmente en cuenta porque de lo contrario puede que más de uno se lleve una sorpresa. Y este tono tan excéntrico plasmado en la vertiente relacionada con la jugabilidad ha sido respetada completamente por su aspecto gráfico. La apariencia (pixelada) que muestran los personajes es fantástica, y se agradece el esfuerzo efectuado por los diseñadores en recrear tipos claramente diferenciados unos de otros e, incluso, dotarles de bastante personalidad a pesar de que en muchos casos sus papeles en la aventura son ínfimos. Por desgracia ninguno de ellos ha sido agraciado con interpretación alguna, y de hecho los efectos de sonido acaparan un protagonismo mínimo… algo que no sucede con la banda sonora. Son pocas las melodías que se dejan escuchar y, también es justo afirmarlo, su corta duración provoca que en ocasiones se hagan algo pesadas. Pero de lo que no cabe duda es que las hay muy buenas, y las que tienen letra… tela.
Un cierre loco para una serie inimitable
No esperábamos menos para el cierre de una trilogía episódica tan particular como la que nos ha brindado el estudio Celery Emblem. Una vez más es necesario dejar claro que, ni mucho menos, estamos ante una producción apta para todo tipo de usuarios, de hecho se da el caso contrario. Sigue gozando de un desarrollo tan variado (dentro de lo que puede abarcar en las tres horas que dura) como poco consistente, siendo una vez más la parte en plan aventura gráfica la que mejores resultados ha dado. Pero al margen de sus errores relacionados con su jugabilidad es una de esas obras que te empuja a seguir jugando para ver cómo acaba todo, algo muy importante (quizá el principal punto de interés) y que suelen medir a este tipo de obras.
Hemos realizado este análisis mediante un código de descarga proporcionado por Zerouno Games.