Análisis de Warhammer 40.000: Squad Command (NDS)

Warhammer 40000 es una de las franquicias de rol de sobremesa que mayor número de seguidores tiene en la actualidad. Varias veces se han realizado videojuegos basados en Warhammer 40000, para multitud de plataformas de ordenador y sobremesa, e incluso una aparición en PSP que, por otra parte, no fue demasiado acertada. Esta vez han sido THQ, junto al estudio finlandés RedLynx, quienes han puesto toda la carne en el asador al lanzar al mercado un videojuego para el mercado portátil basado en tan popular franquicia. El juego en sí cuenta con dos versiones para consola portátil: la versión para PSP y la que nos ocupa en el presente artículo, la versión para Nintendo DS. Si bien las diferencias entre ambas son puramente técnicas, debido a los pormenores de cada una de las dos consolas, ambas mantienen el mismo sistema de juego, un sistema que, por otro lado, se acerca mucho al manejo del juego original de sobremesa, hecho que hará las delicias de los seguidores de la franquicia.

Un juego correcto, pero con algunas deficiencias notorias…
Choca mucho que, dada la cantidad de literatura, juegos de rol, reglas e historias con las que cuenta el universo de Warhammer 40000, los desarrolladores de Squad Command no hayan sido capaces de integrar en el juego un argumento coherente que desarrolle una historia que ofrezca algún interés al jugador.

Desde el principio del juego, nos veremos al mando de un escuadrón de seis soldados del Imperio, sin apenas posibilidades de elección aparte de algunas opciones de armamento e inventario de los mismos.

Nuestros enemigos serán soldados pertenecientes a las Fuerzas del Caos, pero nunca nos podremos poner al mando de ningún escuadrón de las mismas, a no ser que juguemos en el modo multijugador del título. La verdad, se echa de menos un argumento que dé forma y consistencia al desarrollo del juego, así como posibilidades argumentales alternativas, como la de meternos en la piel de las fuerzas enemigas, como sí podemos hacer en el juego de sobremesa.

Fundamentalmente, nos encontramos con un juego de estrategia por turnos en el que deberemos de guiar a un escuadrón de seis soldados por diferentes escenarios para enfrentarnos a las Fuerzas del Caos que, por otro lado, siempre nos superan ampliamente en número, hecho que hace que debamos pensar con detenimiento cada uno de nuestros pasos y de nuestras acciones durante el juego. Cada soldado de los que controlamos cuenta con un número determinado de puntos de acción, los cuáles nos servirán tanto para el movimiento del personaje en cuestión como para utilizar el arma que en ese momento esté utilizando. Si el personaje que queramos utilizar está equipado con armadura o armamento pesados, su movimiento se verá considerablemente reducido, aunque su potencia de ataque y su capacidad defensiva sean mucho mayores.

Cada vez que queramos disparar con un arma, apuntaremos a un soldado enemigo desde un ángulo en que el disparo sea posible, y decidiremos qué cantidad de puntos de acción queremos dedicar a la precisión del disparo. Dependiendo de la cercanía de nuestro personaje al soldado enemigo y de la precisión con la que disparemos, nuestro ataque será más o menos efectivo. Exceptuando la primera misión, en el resto del juego nuestros soldados dispondrán de un arma primaria básica con munición infinita, y un arma secundaria que podremos asignar a cada soldado entre batalla y batalla. Estas armas secundarias son de diferentes calibres y tipos, y su munición es limitada. Un hecho interesante es que si dejamos a nuestros soldados con un cierto número de puntos de acción restantes al acabar el turno, cubrirán la zona que se extienda ante su campo de visión, con lo que atacarán a los soldados enemigos cuando éstos se acerquen a él, aún cuando estemos dentro del turno de nuestros rivales.

Los soldados de los que dispondremos para completar cada nivel vienen dados por el juego, sin darnos ninguna posibilidad de elección en lo que a la composición de nuestro escuadrón se refiere. Como ya hemos dicho, sólo podremos elegir qué arma queremos para cada soldado. Aún así, esta selección la haremos sin conocer las características del terreno ni del enfrentamiento en el que nos veremos implicados, con lo que la valía de nuestra selección acaba por ser bastante azarosa. Por otra parte, los escenarios en los que combatiremos son completamente destructibles, con lo que muchas veces la cobertura de nuestros soldados desaparecerá bajo el fuego enemigo, dejando a parte de nuestro escuadrón sin protección alguna. También podemos seleccionar la opción de dejar a nuestros soldados en posición agachada, con lo que podremos cubrirnos detrás de muros y obstáculos relativamente altos o pasar por delante de soldados enemigos sin que éstos puedan vernos y abrir fuego hacia nuestros soldados.

El control con la pantalla táctil es poco práctico y, francamente, muy incómodo. No está del todo bien implementado en el juego, con lo que, al final, optaremos por utilizar la cruceta de control y los botones de nuestra consola para manejar el juego, lo cual es una lástima, ya que un sistema de manejo táctil cuenta con una velocidad de uso y una precisión que no son comparables a las del manejo a través de los botones de la consola. Para utilizar a cada uno de nuestros soldados, deberemos seleccionarlos en la lista de la derecha. Debajo de cada imagen de nuestros soldados, veremos dos barras de energía: una para los puntos de acción y otra para la salud de los mismos. Para mover a nuestro personaje, deberemos de seleccionar en la pantalla de juego a qué punto del mapa queremos moverlo. En el caso de querer atacar a un enemigo, deberemos de guiar la retícula hacia el adversario que queramos atacar, cerciorándonos de que el ataque sea posible, y eligiendo posteriormente qué nivel de precisión queremos en cada disparo.

Las partidas durante el juego serán muy largas, y contaremos con hordas de enemigos que, como ya hemos dicho con anterioridad, nos superan ampliamente en número. La posibilidad de salvar la partida en cualquier momento del juego es un detalle muy de agradecer, pero aún así deberemos de tener en cuenta en todo momento la estrategia a seguir. Un detalle muy negativo es que, a pesar de disponer de un mapa en la pantalla superior, no siempre veremos a nuestros enemigos con claridad, entre otras cosas porque, a pesar de tratarse de un juego con escenarios en tres dimensiones, no podemos realizar ningún movimiento de giro con la cámara del juego, lo que limita considerablemente nuestra visión. Así, deberemos de hacer uso de otros elementos del juego para localizar a nuestros enemigos, como podrían ser el ruido de sus pasos sobre el terreno o la dirección del fuego enemigo en caso de ser atacados.

Squad Command cuenta con un modo multijugador bastante bien desarrollado. A pesar de que las opciones dentro de la partida y a la hora de elegir escuadrón y equipamiento no son excesivamente amplias, la posibilidad de enfrentarnos en partidas de hasta ocho jugadores mediante la conexión local de nuestra consola o vía Internet es un factor muy a tener en cuenta, sobretodo debido a que las partidas online se suceden con bastante corrección.

Apartado técnico.
El apartado gráfico del juego es correcto, y representa con bastante fidelidad el universo futurista de Warhammer 40000. A pesar de todo, los modelos de los personajes pueden resultar en ocasiones difíciles de distinguir, debido a su pequeño tamaño, y los escenarios pueden resultar un poco vacíos, en su conjunto. Las ruinas que pueblan la mayor parte de los escenarios están realizadas con bastante detalle, pero el hecho de que la paleta de colores del juego sea bastante reducida provoca que todos los entornos acaben pareciéndose demasiado entre sí. Por otro lado, los personajes muchas veces se confunden con los entornos, debido a una cierta falta de definición en los modelos, cosa que hace que resulte bastante difícil seguir la acción del juego sin problemas. Finalmente, el juego adolece de algunas ralentizaciones gráficas al mover la cámara de un lugar a otro del escenario que pueden molestar bastante al jugador. Al tratarse de un juego por turnos, acaban por no ser demasiado importantes, pero la verdad es que no favorecen en absoluto al conjunto.

En lo que respecta al sonido, la banda sonora del juego es pobre y escasa. Durante la acción del juego no escucharemos más sonidos que los que realicen nuestros soldados o los del ejército enemigo. Se echa de menos la existencia de un poco de música ambiental, aunque ésta no interfiriera con la acción del juego, ya que en ocasiones, como ya hemos indicado, precisaremos de nuestros oídos para localizar la posición de los soldados rivales. Eso sí, el juego cuenta con algunas voces interesantes por parte de nuestros soldados, así como un abanico importante de efectos de disparos, explosiones y otros ruidos de combate.

La jugabilidad del juego es muy irregular. Es una lástima que el sistema de juego mediante la pantalla táctil sea tan engorroso, ya que el título hubiera ganado mucho con un buen manejo mediante el stylus. Con los botones y la cruceta de nuestra consola, el control de nuestros soldados es más seguro, aunque acaba por resultar demasiado lento y poco práctico. El hecho de que debamos pensar con detenimiento cada paso que demos y que estemos ante un juego de estrategia por turnos hace que este factor pierda importancia, pero la verdad es que un buen sistema de manejo bien implementado en la acción del juego hubiera sido muy de agradecer.

Conclusiones.
Warhammer 40000: Squad Command es el primer título para la portátil de Nintendo inspirado en este universo futurista de ciencia-ficción de la famosa franquicia de rol de sobremesa, y la verdad es que es un juego bastante correcto. Adolece de algunos fallos (algunos más importantes que otros), como las ralentizaciones que veremos al mover la cámara del juego, o la pobre jugabilidad del título, pero aún así seguro que hará las delicias de los seguidores de la serie. Un juego muy estratégico, para amantes del género y, por supuesto, del universo Warhammer 40000.