Análisis de Ultimate Band (NDS)
El género musical cuenta cada vez con más exponentes en el catálogo de cualquier consola actual, incluyendo, claro está, el formato portátil, sobre todo en el caso de la pequeña de Nintendo, para la cual es mucho más fácil desarrollar juegos de esta categoría, dadas las posibilidades que ofrecen la interfaz táctil y el micrófono de la misma. Ya hemos visto juegos como el peculiar Jam Sessions, el excelente sintetizador KORG DS-10, o las recientes ediciones de la saga Guitar Hero para Nintendo DS, las cuales, con más o menos suerte, han conseguido conquistar los corazones y las aficiones de los jugadores amantes de la música.
En esta ocasión, Disney Interactive nos ofrece la posibilidad de adentrarnos en una nueva apuesta musical, en la que se nos dará la oportunidad de convertirnos en una estrella del rock en casi cualquier modalidad instrumental. Eso sí, esta vez no necesitaremos ningún accesorio para ello: sólo nuestras cualidades musicales y rítmicas y cierta precisión en el uso del stylus.
El problema es que, como dice un sabio refrán, quien mucho abarca poco aprieta. Y el hecho de querer ofrecer tantas opciones jugables en un título como el que nos ocupa, el cual, debido a su formato portátil, cuenta con ciertas limitaciones de espacio, ha hecho que el repertorio de canciones que podremos disfrutar durante la aventura sea, ciertamente, escaso. Si bien es cierto que contaremos con una magnífica opción de crear nuestros propios temas, solos o en compañía de otros jugadores a través de la conexión inalámbrica de nuestra consola, el hecho de que sólo contemos con quince temas se nos antoja escaso para un título que poco más tiene que ofrecer, a parte de una experiencia musical basada en el sentido rítmico y la velocidad y precisión a la hora de reproducirlo mediante trazos y pulsaciones de nuestro lápiz táctil.
Ha nacido una estrella
El modo principal de juego de Ultimate Band nos propone, primero de todo, seleccionar a nuestro personaje entre un grupo de artistas noveles. Una vez hayamos elegido al personaje que nos representará en el juego, nuestro manager nos explicará de qué va la cosa: por lo visto, depués de una serie de conciertos y pruebas, hemos decidido dirigir nuestra actividad profesional hacia la ciudad del rock & roll, Rockópolis, donde deberemos de enfrentarnos a el público y los críticos más exigentes en cada uno de los locales en los que nos contraten para tocar.
Al inicio del juego, sólo podremos tocar en uno de los locales de la ciudad. A medida que vayamos ganando popularidad entre el público, tendremos la posibilidad de desbloquear más locales, en los cuales, todo hay que decirlo, contaremos con más temas musicales para tocar y nos juzgará un público aún más exigente que el anterior. Lástima que la duración del juego no sea demasiado extensa, ya que únicamente contaremos con cinco locales a nuestra disposición antes de acabar el juego, desbloqueando únicamente tres temas nuevos cada vez que cambiemos de local.
Para aumentar nuestra popularidad, deberemos de enfrentarnos a cada uno de los temas que nos ofrezca el local en el que nos encontremos en cada una de las cuatro modalidades instrumentales: guitarra rítmica, guitarra solista, bajo y batería. Si hacemos un buen papel en las diferentes pruebas de cada instrumento, iremos aumentando nuestra puntuación, y con ella nuestra popularidad en el local. Por otro lado, podremos entrar en contacto con la primera línea de público, los integrantes de la cual nos darán sus opiniones acerca de nuestra interpretación después de que hayamos tocado (aunque éstas, a la larga, no sean demasiado variadas y acaben por repetirse en exceso), así como nos harán peticiones y nos ofrecerán pistas sobre lo que desearían escuchar dentro del siguiente tema que interpretemos. Si vamos siguiendo las pistas del público, nuestro índice de popularidad se incrementará mucho más rápido, y podremos fácilmente pasar al siguiente local de la ciudad.
Virtuosismo en la guitarra, el bajo y la batería
El hecho de que no contemos con ningún periférico para jugar a Ultimate Band hace de la experiencia de juego algo realmente sencillo de aprehender, aunque, por otro lado, resta credibilidad a la misma, ya que olvidamos a la fuerza la posibilidad de enfrascarnos en una simulación instrumental en condiciones. Aún así, el control a través del lápiz táctil de nuestra consola es sencillo y directo, y no presentará ningún problema tanto a los jugadores no iniciados como a los que ya estén habituados a esta clase de títulos.
En el caso de las guitarras y el bajo, el control es prácticamente idéntico. Deberemos de pulsar sobre las cuerdas que se nos indique en el juego, mientras una serie de señales bajan por nuestra pantalla (la interfaz se desplegará a doble pantalla, con lo que nos dará perfectamente tiempo a observar los símbolos con anterioridad) y pasan por la zona en la que deberemos de pulsar sobre ellos siguiendo el ritmo del tema que estemos escuchando. En el caso de la guitarra rítmica, en vez de pulsar sobre una cuerda en concreto, deberemos de rasgar sobre todas las cuerdas siguiendo el ritmo.
Lamentablemente, la precisión rítmica no es un factor que cuente especialmente, aunque al desplazarnos ligeramente con el ritmo escucharemos errores en la pista de sonido de nuestro instrumento. Por otra parte, además de las notas que deberemos de tocar obligatoriamente, contaremos con una serie de notas semi-transparentes que tocaremos sólo si queremos, aumentando de esta manera nuestra puntuación, aunque errarlas no nos supondrá ninguna penalización. Aparte de pulsar o rasgar sobre las cuerdas cuando se nos indique, deberemos de pulsar sobre las diferentes direcciones de la cruceta de control para realizar diferentes acordes y notas, con lo que las opciones aumentan considerablemente. Por último, al jugar con la guitarra rítmica, podremos hacer uso de la palanca de distorsión, la cual nos dará una importante bonificación de puntos, aunque no siempre podremos usarla, si queremos seguir realizando todas las notas que se nos indiquen con la precisión requerida.
El uso de la batería en el juego es, quizás, el que rompe la norma en lo que a jugabilidad se refiere. Contaremos con una batería de ocho módulos, y los ejercicios rítmicos que se nos proponen durante el juego son, ciertamente, interesantes. Si bien el juego nos reta con pruebas de una dificultad considerable, la cual se incrementa a medida que avanzamos en el juego, podemos plantearnos incluso la posibilidad de tocar todas las notas que nos propone cada tema, tanto las obligadas como las opcionales, para lo cual necesitaremos un segundo lápiz táctil en nuestras manos, y una precisión en nuestros movimientos impecable. Aún así, el juego nos permite realizar virguerías sin penalizarnos por los fallos rítmicos, a no ser que nos dejemos alguna de las notas obligadas por el camino, lo que, ciertamente, facilita mucho la experiencia.
Estudio de grabación y multijugador
El estudio de grabación y el estudio para jams nos ofrecen la posibilidad de dar rienda suelta a nuestra creatividad, sin meternos dentro del corsé de unos temas preestablecidos por el juego. Contaremos para ello con una serie de guitarras, bajos y baterías que podremos seleccionar a medida que vayamos consiguiendo desbloquearlos en el juego, en caso de que vayamos superando los diferentes temas en cada modalidad dentro de cada recinto con éxito.
Tendremos la posibilidad de grabar por pistas nuestros temas, contando con la posibilidad de cambiar de notas y acordes con nuestras guitarras y bajo mediante las diferentes direcciones de la cruceta de control, según la leyenda que veremos en la pantalla superior de la consola. Cambiaremos el registro de acordes o notas que podamos utilizar mediante los botones laterales de la consola. Al cambiar el acorde, cada una de las guitarras del bajo o de la guitarra realizará una nota diferente, con lo que realizar un tema en condiciones puede llevarnos cierto tiempo, ya que puede llegar a ser bastante complejo. Contaremos también con una serie de loops predefinidos que podremos utilizar en nuestros temas, así como una serie de estilos musicales que podremos aplicar a cada uno de nuestros temas independientemente de lo que hayamos grabado ya, de manera que podremos cambiar la ambientación general de los mismos muy fácilmente.
En caso de que queramos competir o crear junto a algún compañero de juegos, lo único que deberemos de hacer es meternos dentro del estudio para jams. En él, podremos crear junto al resto de jugadores mediante la conexión local de nuestra consola, así como competir por ver quién lo hace mejor en los temas grabados con anterioridad o en los diferentes temas que nos propone el juego.
Apartado técnico
El apartado gráfico del juego, sin ser ninguna maravilla, cumple con las expectativas de un juego de estas características. La verdad es que, aún así, podríamos contar con alguna animación interesante del público o del personaje que controlamos, las cuales brillan casi todo el tiempo por su ausencia. Aún así, los instrumentos han sido reproducidos fielmente. De manera minimalista y sencilla, pero fielmente.
La música del juego está muy bien reproducida en los altavoces de nuestra consola, aunque recomendamos (como también lo hace el juego) el uso de los auriculares para optimizar el resultado sonoro. Lástima que únicamente contemos con quince temas en toda la aventura....
Por otra parte, la interfaz de juego resulta muy esquemática y algo liosa al principio, aunque una vez nos habituemos a ella no nos dará ningún problema. El problema es que, en ocasiones, le juego no responde con toda la precisión que requerirían algunas de las pruebas, sobre todo en el modo difícil de los diferentes instrumentos, con lo que nos resultará casi imposible reproducir con exactitud todas y cada una de las notas de los diferentes temas en el citado modo. A pesar de todo, la simulación de los diferentes instrumentos ha sido correctamente conseguida, especialmente en el caso de la batería.
Conclusiones
Sin llegar a la profundidad de concepto de títulos como KORG DS-10 o Guitar Hero, Ultimate Band es un título musical bastante decente para la portátil de Nintendo, cuya principal baza a su favor es que nos da la oportunidad de jugar con cualquier instrumento simplemente a través del lápiz táctil. Esto, añadido a la posibilidad de grabar nuestros propios temas y un multijugador bastante sólido, hace de él un título interesante dentro del género, sobre todo recomendado a quien quiera muchas opciones jugables diferentes dentro de un mismo juego, sin importarle la escasez de temas que éste nos ofrece.