Análisis de Tony Hawk's Proving Ground (NDS)
En ese sentido, y hablando específicamente de la plataforma que nos ocupa, Nintendo DS, se ha vuelto a los orígenes con sus enormes pistas acondicionadas para practicar el skating, abandonando el planteamiento que propuso Downhill Jam en su día.
Tony Hawk’s Proving Ground es una combinación de elementos primigenios en la saga, con la adición de nuevos modos que han aterrizado en la franquicia de forma más reciente, pero con un punto en común importante: la posibilidad de realizar todo tipo de acrobacias y saltos con nuestra tabla.
El modo historia es el más completo y complejo de todos cuantos pueblan el nuevo título de Nintendo DS. El objetivo es acondicionar una serie de parques para patinadores de distintos estilos; procurando contentar tanto a aquellos que gustan de alcanzar grandes velocidades y grindar allí donde tienen oportunidad, como a los que prefieren el noble arte de las acrobacias en el aire y los saltos imposibles. Iremos encontrando por dichos parques a varios de los patinadores más famosos del momento, quienes nos darán pistas sobre cómo acondicionar las instalaciones para el deleite de los aficionados según su filosofía.
De igual modo, nos retarán a completar objetivos de creciente dificultad, y dependiendo de la naturaleza de los mismos, nuestro personaje irá evolucionando en una serie de técnicas. En este sentido, podemos completar los retos presentados dentro de tres categorías bien diferenciadas que definirán nuestra habilidad sobra la tabla. Para llegar al siguiente nivel dentro de los tres presentes, tendremos que acumular un número dado de puntos dentro del límite de tiempo establecido. Y llegar al más alto nivel no será precisamente una tarea fácil.
A medida que vamos completando desafíos se nos irá premiando con dinero en efectivo. Con este dinero podemos añadir complementos a nuestro personaje o cambiar varios elementos del parque como rampas y otros accesorios con las cuales poder interactuar posteriormente. Poco a poco, y a medida que vamos aprendiendo a realizar nuevos movimientos, iremos desbloqueando escenarios y retos que cada vez serán más desafiantes y complejos.
Como hemos comentado, podemos personalizar no sólo a nuestro personaje, sino los parques. Según el dinero del que dispongamos en cada momento, seremos capaces de añadir elementos de mayor calidad y complejidad que nos ayudarán al mismo tiempo a realizar cabriolas más espectaculares que nos reportarán una mayor cantidad de dinero. Así pues, es todo un círculo de beneficios que tendremos que aprender a trazar con maestría buscando siempre el equilibrio entre recursos y habilidad. Tendremos también a nuestra disposición varias salas en las que ir probando los cambios que vayamos realizando para ver si están a la altura de nuestras expectativas, o si deberíamos realizar algún cambio en el diseño de elementos a nuestra disposición.
No podía faltar en un título de la saga el modo clásico. Aquel que hizo tan grande y divertido al original. En este modo recorremos varios escenarios en los cuales se nos dará una serie de objetivos a completar. En todos y cada uno de los desafíos dentro de este modo, el reloj será nuestro mayor enemigo, teniendo siempre un límite de escasos dos minutos. Pero no hay que desanimarse, pues se nos permitirá repetir cada nivel siempre que queramos; de hecho sería imposible completar todos los desafíos en un único intento dado el poco tiempo concedido. Los progresos que vayamos haciendo se irán grabando, y de esta forma lograremos con paciencia y pericia ir completando todos y cada uno de los retos. Una innovadora posibilidad dentro de este modo, es el de grabar las repeticiones de nuestras partidas para verlas posteriormente a modo de videoclips, dotando al juego de un elemento muy cinematográfico, a la vez que divertido.
Para aquellos que no gusten del compromiso de los retos que presenta Proving Ground, o simplemente necesiten un descanso de los dos modos anteriormente descritos, queda la alternativa de practicar este complejo deporte con total libertad. Aquí no tendremos el acoso de un reloj, ni la acuciante necesidad de completar objetivo alguno. Aquí, simplemente, disfrutamos de lo lindo practicando lo aprendido o experimentando cosas nuevas sin ningún tipo de presión.
Sin duda alguna, si hay un modo que alarga la longevidad de este título hasta cotas infinitas, es el multijugador. No sólo cuenta con la posibilidad de jugar contra nuestros amigos a nivel, podríamos decir, local; sino que disponemos de la alternativa de jugar contra rivales por todo el mundo gracias a la opción de juego por Internet. Tendremos varios modos disponibles de un total de hasta diez competiciones distintas, y lo mejor de todo es la integración del modo online con la web oficial del juego: pudiendo unirnos a un clan, revisar nuestras estadísticas, e incluso participar en torneos.
Para conseguir todo lo anteriormente descrito, no hay nada mejor que diseñar un sistema de control tan simple, como acertado al mismo tiempo. En esta ocasión, los desarrolladores han sabido sacrificar las posibilidades que representa la pantalla táctil y el stylus, relegándolos a un segundo plano, y optando por un planteamiento más convencional, a la vez que efectivo. Prácticamente cada botón es capaz de ejecutar algún movimiento, o formar parte de algún combo. La cruceta digital nos permite dirigir a nuestro patinador en la dirección deseada, y combinando sus cuatro puntos cardinales básicos con los botones podremos realizar toda clase de movimientos y virguerías con la tabla.
Si somos lo suficientemente buenos para encadenar varios de estos movimientos seguidos, aprovechando para ello las características del escenario, seremos bonificados con varios movimientos especiales. Para ejecutarlos tan sólo hemos de tocar unos iconos en la pantalla táctil, pero habrá que saber en qué momento usarlos, pues podemos acabar fracasando si pecamos de entusiasmo por las prisas. De entre dichos movimientos especiales, el que más nos ha llamado la atención es aquel que ralentiza el tiempo a lo Matrix permitiéndonos ejecutar un mayor número de cabriolas que de forma normal resultaría completamente imposible. Por supuesto, si los aprovechamos adecuadamente, multiplicaremos el número de puntos de forma exponencial.
El motor combina las tres dimensiones para jugar, con la inclusión de vídeos de algunos de los patinadores más famosos del mundo, que nos enseñarán algunas de las virguerías de las que son capaces con una tabla. Con unos sonidos correctos, una música muy cañera -con grandes temas de grupos tan conocidos como The Rolling Stones o Nirvana- y algunas voces digitalizadas, el aspecto sonoro cumple con su cometido sin desmerecer respecto al apartado visual.