Análisis de Super Scribblenauts (NDS)

Imaginémonos un escenario en el que necesitamos una plataforma para subir a un lugar que está fuera de nuestro alcance. Si encuadramos el escenario dentro de un videojuego, lo más probable es que estemos bastante limitados por unas reglas, unas físicas y unas cuantas opciones, o quizás alguna habilidad para saltar más alto. Si por el contrario ese escenario nos lo imaginamos en el mundo real, podríamos improvisar una rudimentaria escalera con unas tablas y unas cuerdas. El caso es que, si sólo dependiese de nuestra imaginación, las opciones serían ilimitadas, y nada nos impediría imaginar que nos crecen un par de alas en la espalda para poder volar hasta donde queramos.

Precisamente esto es lo que nos propuso en su día Scribblenauts: el jugador sólo tiene que buscar una forma de alcanzar un fin, luego, con simplemente escribir el nombre del objeto que necesitemos, éste se materializará y podremos utilizarlo. ¿Qué necesitas llegar a una plataforma? Pues crea una escalera para subir, un trampolín que te impulse hasta allí, o un dragón para usar como montura. Impresionante, ¿verdad? Ante tal presentación, no extrañó a nadie que el juego protagonizado por Maxwell fuese considerado por la gran mayoría de jugadores como uno de los mejores títulos del año pasado, también gracias a la gran cantidad de puzles incluidos y los miles de nombres que daban paso a los correspondientes miles de objetos. La experiencia era casi ilimitada…

Creatividad elevada a la inventiva.

O casi, ya que había una sutil barrera que impedía disfrutar del verdadero valor de la imaginación en la resolución de problemas: la imposibilidad de utilizar cualidades en los objetos. Y decimos "sutil" porque dicha carencia estaba contrarrestada por la búsqueda de nombres que pusiesen a prueba al juego, sin embargo los jugadores más creativos sí se encontraron limitados por este aspecto.

Por fortuna, sus quejas y peticiones no cayeron en saco roto; los programadores de 5th cell se han puesto manos a la obra para traernos una versión súper de su entrañable juego, ofreciendo la posibilidad de poner adjetivos a las cosas, de tal manera que un único objeto tiene un amplio abanico de posibilidades que mostrar, desde el más obvio como es el tamaño –grande, pequeño…– hasta colores –azul, rojo, verde…–, pasando por casi cualquier otro atributo que se nos ocurra –radioactivo, metálico, blando…– A simple vista puede parecer un recurso más, pero a la hora de la verdad y utilizando un símil matemático, es como si elevamos a una potencia toda la jugabilidad vista hace un año en este título, y el número que pongamos a esa potencia es tan grande como adjetivos se nos pasen por la cabeza.



Ahora tocaría preguntarse si las fases que nos proponen son capaces de sacarle todo el partido a nuestro potencial imaginativo. Super Scribblenauts pone un gran énfasis en que se averigüen respuestas muy específicas a los enigmas que se nos plantean, en detrimento de niveles de soluciones más abiertas, lo cual significa que no serás capaz de resolverlo todo mediante la reutilización de las mismas palabras una y otra vez, no siempre tendrás espacio para ponerle alas a las cosas y volar, o matarlo todo con un agujero negro. El equipo de desarrollo ha aprendido de sus errores y esta vez intentaron evitar dejarlo todo tan fácil.



En realidad puede interpretarse como un paso atrás, en vez de dejar correr tu imaginación, te obligan a encajonarla. Por suerte, existe un sistema de ayuda basado en la compra de pistas –dos por fase– mediante monedas que se van ganando a lo largo del juego a medida que vamos ampliando las páginas del diccionario y desbloqueando logros, aunque es un sistema no demasiado exigente ya que si esperas el tiempo suficiente aparecen sin tener que gastar nada. Por suerte, al afrontar la fase varias veces para conseguir un hermoso emblema dorado sobre ella, deberás pensar soluciones diferentes, y aunque sepas por donde tirar ya que la has resuelto una vez, habrá que estrujar esa imaginación un poco más.

Scribblenauts 1.5

A pesar de la gran variedad de fases en Super Scribblenauts, no quiere decir que no haya cierta repetición en ellas. Es cierto que los estilos de las fases están bien diversificados, de hecho, hay niveles muy creativos como por ejemplo uno en el que debes hacer de James Bond e infiltrarte en una fiesta para robar un objeto. Pero a medida que vas pasando fases, la misma fórmula empieza repetirse en escenarios diferentes, como por ejemplo aquella en la que debes cumplir diferentes tareas con un soldado en el ejército, y más tarde te encontrarás haciendo lo mismo pero con un policía. No es realmente una repetición de objetivos, pero deja una sensación un tanto incómoda de déjà vu. Como hemos mencionado, los adjetivos con capaces de modificar cualquier objeto creado, sin embargo se hace evidente que algunos elementos no están tan preparados para nuestra imaginación, al menos no tanto como quisiéramos.

Por ejemplo, al crear un "oso ciego", el animal aparece con unas gafas de sol en su cara, pero cuando le aplicamos el mismo adjetivo a un tiranosaurio, aparecen las gafas de sol de una manera bastante chocante. Esto puede parecer una tontería o un detalle sin importancia, pero resulta incómodo e incluso absurdo en algunos casos en los que se adopta una norma que se escapa del adjetivo que queremos utilizar. Por ejemplo, si usamos el adjetivo "militar" en cualquier nombre, aparecerá ese objeto armado, pero si le aplicamos ese atributo a una bota, nos encontraremos ese calzado con una especie de ametralladoras. También es cierto que este tipo de cosas harán escapar risas al jugador e incluso puede incentivarlo a la hora de encontrar disparates.



Se entiende que uno de los elementos que diferencia a NDS de la competencia es la posibilidad del control táctil, pero su abuso ha traído problemas en muchos juegos, el primer Scribblenauts entre ellos, ya que en cuanto tocábamos un lugar del decorado, nuestro personaje se lanzaba en esa dirección como poseído por el mismísimo demonio, acabando muchas veces con sus píxeles en alguna de las múltiples trampas del escenario.



Ahora, para alivio de muchos, podremos manejar a Maxwell utilizando los botones, aunque para aquellos que les gusta sufrir o son reacios al cambio, también estará disponible el control táctil. Sin embargo aquí nos encontramos con la contradicción de que muchas fases están más centradas en puzles que en la acción, por lo que mover a Maxwell por uno u otro método no supondrá un problema, aunque también es cierto que existen algunos escenarios en las que de no ser por la cruceta, jugaríamos a una versión portátil de Ethan Hunt en un nuevo episodio de Misión Imposible.



El editor de niveles es otra de las cosas que se esperaba que se incluyesen en este juego, y han cumplido con las expectativas. En vez de crear niveles basados en los ya existentes, se nos ofrecen varias herramientas con más versatilidad. Tras un breve tutorial en el que se explica el funcionamiento de cada recurso, podremos dar rienda suelta a nuestra imaginación para crear nuestro propio mundo, y lo mejor de todo, luego compartirlo con nuestros amigos vía Wi-Fi.

También vuelven aquellos monstruos "ocultos" como la criatura de HP Lovecraft, Cthulhu, el temible kraken o el mismísimo Dios, y lo mejor de todo, cualquier versión de ellos es posible gracias a algo tan simple como añadirles el adjetivo que venga en gana. En cuanto al aspecto gráfico, hay que decir que el estilo y la sencillez se mantienen inalterables, con ese aspecto de dibujos infantiles que no desentonan en absoluto con el juego que se nos presenta. Sin embargo, el apartado sonoro no logra destacar, las melodías suelen hacerse cansinas cuando dedicamos horas al juego, aún a pesar de su pretensión humorística.

Conclusiones

Super Scribblenauts pule todos los defectos que había en su predecesor, y gracias a la posibilidad de adjetivar aumenta sus posibilidades de manera brutal, pero pese a ello parece más una versión 1.5 del original porque parece el mismo juego pero sin aquellos defectos y con nuevas opciones. Incluso puede parecer contradictorio, pero parece como si "el juego de la imaginación" por antonomasia hubiese acabado de un plumazo con la mismísima imaginación de sus autores para dar un paso firme hacia adelante, aún a pesar de la generosa ampliación que suponen los adjetivos.



Esto no quiere decir que el juego no sea divertido, todo lo contrario, es un título que todo poseedor de una NintendoDS debería tener en su colección, ya que dentro del actual catálogo de la consola no hay más precedentes que él mismo, y eso es mucho decir cuando nos encontramos a las puertas del siguiente relevo generacional, con seis años de lanzamientos continuados de videojuegos. A quien le haya gustado el primer Scribblenauts, disfrutará nuevamente como un enano reviviendo momentazos como el de colocar diferentes criaturas y ver cual de ellas es la más fuerte, o cómo interaccionan entre ellas, o como responden ante determinadas situaciones o trampas que les coloquemos; y aquellos que nunca lo hayan probado deberían darle una oportunidad a un juego que explota como ningún otro nuestras capacidades de creatividad. Imaginación al poder.